CAPITULO 66 💋
-Vamos cariño, levántate, es hora de ir a casa -me pide mi mamá.
-Mh... Es demasiado pronto, no me quiero ir aún... -refunfuño con molestia.
-Princesa, recuerda que hoy tenemos una reunión muy importante... -la apoya mi papá.
-Ya sé, ya sé -murmuro aún con los ojos cerrados. -En un momento estaré lista.
Riendo comienzan a salir de la habitación, sin embargo mi papá se detiene en la puerta.
-Princesa, ¿te parece bien si vamos a desayunar barbacoa?
-Me parece maravilloso pa'
-Ok, te esperamos entonces.
Sonriendo me permito estar unos minutos más en mi cama, disfrutando del dulce canto de las aves que entra por mi ventana, agradecida por haber tenido la oportunidad de viajar con mis padres este fin de semana a Villa del Carbón, aún y cuando tenían mucho trabajo.
-Ya baja, hija -me llama mi mamá.
Con rapidez me levanto de mi cama y me cambio de ropa. En menos de media hora estamos desayunando al aire libre.
-Hija, ¿segura que te puedes quedar sola esta tarde? -me pregunta mi mamá con preocupación después de haber terminado sus tacos.
-Amor, déjala, ella ya es una jovencita capaz de quedarse sola, ¿verdad, princesa?
Sonriendo ligeramente asiento. -Mamá, no te preocupes demasiado, estaré bien, recuerda que aunque solamente tengo 14 años yo puedo portarme bien mientras ustedes van a su junta de negocios, además, recuerda que Claritta estará conmigo.
Sonriendo con orgullo ella me regala un beso en la frente. -No sé qué haríamos sin nuestra ama de llaves.
-Segurito que seríamos un caos -dice mi papá con cariño, y no es para menos ya que Claritta ha estado con él desde que era un adolescente.
Dándoles la razón termino de desayunar.
Sin embargo ese día mis papás no regresaron en la noche como prometieron, sino hasta el día siguiente donde me anunciaron que sus socios habían fallecido y que al otro día asistirían a su funeral. Yo no fui pues no me lo permitieron, es más, ni siquiera me enteré del apellido familiar, por lo que solamente desde la distancia me permití lamentar la perdida de Elda y su esposo Rómulo.
Sorbiendo mi nariz me quedo quieta en el suelo mientras observo el techo de madera, inmersa en mis recuerdos, aquellos que en ese entonces parecían no tener importancia y que simplemente eran banales respecto a mi vida.
Hasta ahora.
-Joder, ¿quién lo diría? -digo al aire con ironía.
Ya ni siquiera me quedan ganas de luchar, discutir o incluso buscar una salida ahora que no estoy encerrada, tampoco he llorado pues ya estoy cansada de derramar lágrimas, sin embargo ahora solo estoy llena de confusión y rencor, rencor que extrañamente no es dirigido hacia "él" sino a todos los integrantes de mi falsa vida
-Damián... -susurro su nombre, tratando de borrar la información que se me ha sido dada, y claro que mientras veía las escenas me surgieron miles de preguntas y dudas, pero era tanto mi shock que no pude ni hablar, me sentía muerta en vida.
"¿En serio me odiabas tanto? ¿En serio me querías matar?" me pregunto una y otra vez, repasando cada momento vivido a su lado, recordando como desde que nos conocimos él me miraba y me trataba con tanto desprecio, como si yo fuese algo tan... insoportable, y sin embargo de un día para otro su actitud fue cambiando conmigo, al punto de hacerme su novia de una manera tan romántica...
"-¿Tanto te amaba que te dejó tirada como basura cuando más le necesitabas? Porque digo, si esa es tu definición de amor entonces no sé qué tan mal estés por dentro para creer eso... Es más, tendrías que estar tan jodida para creer que humillar, mentir y traicionar a una persona es sinónimo de amor." Mi mente me recuerda aquellas palabras que se sintieron como acido para mi corazón.
Con un nudo en la garganta cierro mis ojos para alejar el ardor en ellos, pero no es suficiente. Llena de rabia y tristeza comienzo a gritar mientras me hinco en el suelo y comienzo a tirar paja por todos lados, tratando de sacar todo el dolor que llevo dentro.
"La familia siempre es primero cariño, no lo olvides" me dijo mi mamá en algún momento de mi niñez...
-¡MALDITOS, MALDITOS, UNA Y MIL VECES MALDITOS! LOS ODIO, LOS ODIO... -maldigo a gritos a toda mi familia y a Damián. - ¡Los odio tanto!
Con la garganta ardiendo me detengo y me permito quedarme quieta como una estatua mientras mi respiración se va calmando y mi mente se aclara.
-¿Tan hipócrita fuiste Sandra? -pregunto con asco, pero claro, nadie me responde.
Con determinación me levanto del suelo y salgo de mi celda mientras un plan toma fuerza en mi cabeza.
Sin pensarlo dos veces me dirijo hacia el gran salón del infierno, sin embargo a la mitad del camino alguien me llama.
-Middleton.
Deteniéndome bruscamente giro sobre mis talones, encantada de encontrar a quien buscaba.
Con falsedad le sonrío mientras me acerco a él. Para este punto ya me he tranquilizado y me he convertido en un cascarón roto y vacío.
-Te has cambiado -le digo con interés mientras le doy un repaso y noto como trae un nuevo antifaz sobre su rostro para ocultar su identidad. Su cabello, mojado y despeinado por la ducha, se adhiere un poco a su cabeza y gotea sobre sus hombros desnudos ya que no trae camiseta, lo cual deja su torso a la vista y me permite poder apreciar una parte de un tatuaje que parece ser un ave ya que parte del pico y la cabeza sobresalen de entre su último bícep y el comienzo de la cinturilla de su pantalón de pijama.
Sonriendo de lado él se acerca a mí, su colonia alcanzando mis fosas nasales. - ¿Acaso te gusta lo que ves?
Sin alejarme alzo mi rostro para poder verlo cara cara ya que es más alto que yo, ignorando su pregunta le digo con burla: -Vaya, hasta para bañarte usas antifaz, ¿no es algo exagerado y ridículo?
-Yo diría que no, fíjate que tenía el presentimiento de que nos volveríamos a ver esta noche, y mira que no me equivoqué -sonriendo con chulería se cruza de brazos y centra su mira en mis ojos, dejándome helada por la frialdad que estos transmiten.
Sin soportar más su cercanía y con el corazón latiéndome como loco, doy un paso atrás.
Riendo él también se aleja. -Me sorprendes Middleton, creí que en estos momentos estarías llorando en tu celda -dice de manera burlesca.
Hijo de perra.
Agrandando mi sonrisa falsa le hago un gesto lleno de indiferencia. -Nha, paso.
Sin creerse mi actitud me repasa con la mirada y analiza con detenimiento mi rostro. Insegura miro al suelo, mi valentía tambaleándose.
-Claro -dice finalmente. -¿Qué quieres?
-Ya sabes, información -le pido con fingido desinterés mientras trato de analizar su semblante pese a que la mayoría de su rostro es cubierto por el antifaz azul marino. -Dime todo lo que sepas.
Soltando un bufido niega con la cabeza. -Vete a dormir Middleton, en estos momentos no estás estable para recibir más información.
Haciendo un puchero me intento acercar pero él se da a vuelta y comienza a caminar.
-Buenas noches -dice antes de desparecer de mi vista al dar vuelta en una esquina.
Tengo dos opciones, o lo sigo o me voy a mi celda.
Sin pensarlo mucho lo sigo y corro para ponerme a su altura.
Mirándome de reojo sonríe con suficiencia. -No te diré nada.
Irritándome le digo con voz tensa: -Deja de fingir que te importo una mierda cuando los dos sabemos perfectamente que no es así.
Sin decirme nada abre una puerta de madera y se adentra a un cuarto. Insegura me quedo en el marco mientras analizo el interior. En el centro del pequeño cuarto hay una cama matrimonial que tiene una colcha café, a los costados están colocados unos pequeños buros cafés y el suelo está totalmente revestido con una alfombra... Oh, sí, café, las paredes son de ladrillo y el techo de madera sólida. .
"Vaya, que gran originalidad" pienso con aburrimiento.
-O entras o sales, pero cierra esa maldita puerta ya -dice con brusquedad desde la cama donde está sentado y me observa con desconfianza.
Indecisa no me muevo.
"Si entro quedaría encerrada con él, a su disposición... Pero si me voy puede que no vuelva a tener la oportunidad de sacarle información y así lograr salir de este lugar..."
Pasando saliva doy un paso adelante y cierro la puerta. Con sorpresa él alza una ceja.
-¿En serio, Middleton?
Levantando la cabeza con altanería me cruzo de brazos pero al instante los descruzo ya que mis pechos quedan más al descubierto gracias al vestido.
-No te irás, ¿cierto? -me pregunta en voz baja antes de pasarse los dedos entre su cabello, alborotándolo más.
-Dime todo lo que sepas -demando.
Sonriendo de lado él se levanta de la cama y se cruza de brazos. -No.
"¿Y ahora cuál es el plan?" me pregunta mi voz interior.
Nerviosa cambio mi peso de pie. -Vamos, no te hagas el idiota, si ya armaste todo este show para contarme todo, no sé porque ahora te haces el misterioso -con rencor doy un paso más al frente. -De todos modos ya destruiste todo lo que alguna vez quise.
Sin responder por unos segundos solo se soba la barbilla con su mano derecha, analizándome. -En primera, yo no destruí nada, te recuerdo que fue tu familia quien lo hizo desde el principio al no decirte la verdad.
Touché.
-En segunda, dime algo Middleton, ¿qué estás dispuesta a hacer con tal de obtener lo que tanto deseas?
Sin dudar le digo: -Todo, haría cualquier cosa.
"Solo quiero acabar con mi dolor y largarme de aquí" pienso con tristeza.
Dando un paso hacia mí me pregunta en voz baja: -¿Segura que todo?
Entendiendo sus insinuaciones no contesto pero intento dar un paso hacia atrás, logrando que solo choque mi espalda con la puerta.
-Ay, Middleton, deberías de ser más... Cuidadosa a la hora de hablar -resalta antes de caminar hasta mí y dejar solo un paso de distancia entre nosotros.
Sin saber que hacer solo me quedo estática en mi lugar. -Yo...
"Déjate de inseguridades Sharon" me reprendo.
Carraspeando susurro un escueto pero determinante: -Sí.
Confundo inclina ligeramente el rostro hacia el lado derecho. - ¿Sí qué?
-Cualquier cosa -digo antes de cerrar los ojos y sentir como él elimina la distancia entre nosotros.
Colocando sus manos a cada lado de mi cabeza susurra con voz ronca. -Abre los ojos, Middleton.
Sin hacerle caso solo los aprieto más.
-¡Mírame! -exige con dureza a la vez que siento su rostro más cerca del mío y soy consciente de cómo su calor corporal traspasa la tela de mi vestido.
Con miedo abro mis ojos y tiemblo cuando me enfrento a los suyos.
-Escúchame atentamente Middleton -dice con determinación, asiento. -Nunca, pero NUNCA te rebajes a tanto con tal de obtener algo, digo, si has de morir... Mínimo que sea manteniendo tu dignidad intacta y en alto, recuerda que nada vale más que tu integridad -sin decir nada más se queda callado durante unos segundos mientras me observa con seriedad y enreda en los dedos de su mano derecha un mechón de mi cabello. -Yo jamás tocaría a una mujer sin su consentimiento, y menos sí sé cuánto asco y odio tiene hacía mí.
Sin más se aleja y me quita de la puerta, sorprendida solo parpadeo mientras intento alejar las lágrimas.
-Si quieres puedes dormir en la cama, de todos modos mañana es tu último día.
Aterrada me giro para verlo, sin embargo solo me topo con su espalda.
-¿Me vas, me vas a, a matar? -tartamudeo.
Sin responderme se va, dejándome sola en la habitación.
Con las piernas temblorosas me siento en la cama y doy gracias de que no haya pasado nada más.
...
Holis🤫
Solo diré que... Rayos jajaja.
Ustedes no se imaginan lo que se viene en el libro 2...
Bueno, espero que les haya gustado este capítulo 🥰
Nos vemos pronto, no olviden tomar agüita ❤
A.T.T.E: yo😂
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