CAPITULO 59
-Santísimo señor, me siento...
-¿De la fregada? ¿Cómo basura? -me interrumpe Mónica con mordacidad.
Haciendo un gesto de malestar tomo una tortilla y la hago pedazos en mi plato con caldo de pollo. -Sí, justo así.
-Merecido te lo tienes.
-Móni... -susurro su nombre antes de hacer un puchero triste.
Rodando los ojos señala mi plato. -No quiero que dejes nada.
Sonriendo asiento y comienzo a comer mientras ella va a atender su teléfono que comienza a sonar en mi cuarto. Pero no pasan ni dos minutos cuando regresa con un gesto de disgusto en su rostro.
-Es para ti.
Extrañada tomo el teléfono entre mis manos. - ¿Para mí?
-Sí, es tu... Mh, Kenndrew.
Vergüenza invade cada parte de mi cuerpo al recordar algunos pedazos de lo que le hice pasar anoche.
-¿Hola?
-¿Mejor? - dice sin dar vueltas.
-Yo... Sí, gracias por todo... - murmuro en voz baja antes de poner en alta voz la llamada y seguir comiendo.
Soltando aire con pesadez no dice nada por unos segundos y solo escucho el sonido de utensilios de cocina siendo movidos.
-No me agradezcas, pero en serio, ¿en qué cojones estabas pensando al decidir irte hasta el otro lado de la ciudad solo para emborracharte?
Sonrojada y sintiéndome regañada solo paseo mi cuchara por mi caldo. -No lo sé, simplemente quería alejarme de todo por un rato.
"Y olvidar lo que me dijo Diago" pienso con tristeza.
-¿Por lo que decidiste que sería una gran idea el embriagarte hasta el tope sin nadie que te acompañase? -cuestiona con seriedad.
-Kenndrew...
-¿Sabes lo irresponsable que fuiste?
-Sí, pero...
-Es que no Sharon, eso estuvo mal y lo sabes, te pudieron pasar muchas cosas y uno ni en cuenta.
Perdiendo el apetito me dejo caer en el respaldo de mi silla.
-Lo siento, no volverá a pasar.
-Por supuesto que no, de eso me encargo yo.
-Pero...
-¿Cómo te está cuidando la señorita mesera? -me vuelve a interrumpir, zanjando lo dicho y no dando lugar a más replicas, sin embargo su voz se suaviza.
Curiosa llevo mi atención a Mónica, la cual desde el otro lado de la mesa rueda los ojos.
-He... Bien, realmente se preocupó por mí.
-¿Segura?
-¡Si tienes algo que decirme ven y hazlo de frente, no indirectamente por llamada! - contesta Mónica con irritación.
¿Pero qué demonios? ¿De qué me perdí?
Bufando Kenndrew solo dice:
-De ahora en adelante no vuelvas a hacer lo de ayer, ¿quedó entendido, Sharon?
-Sí -digo con resignación pues sé que mi comportamiento de anoche fue muy imprudente e irresponsable.
-Excelente, por cierto, quería saber si al rato podemos vernos, creo que es hora de que conozcas muchas cosas que sé que te harán ver el mundo de diferente manera.
Poniéndome rígida me siento de manera recta. - ¿Qué cosas? ¿Acaso son sobre...
-Al rato lo sabrás.
-Lo que pasa es que...
-Al menos recompénsame por haberme vomitado mi carro -pide con cansancio.
Sorprendida amplío mis ojos y miro a mi amiga, la cual se encoge de hombros.
Apenada le digo:
-Lo siento tanto...
-Disculpas aceptadas, paso por ti a la hora de tu descanso.
Sin dejarme replicar cuelga el teléfono.
Soltando un suspiro dejo caer mi cabeza en la mesa.
MAL.DI.TA.SEA.
-¿Piensas aceptar su demanda? -me pregunta Mónica con preocupación.
Sin mirarla muevo mi cabeza de manera afirmativa. -No es como que lo pueda evitar.
-Si quisieras lo podrías mandar al demonio.
Es una buena idea pero...
Levantándome me sacudo el pijama para quitar las migajas que le cayeron de mi pan. -No, necesito saber qué es lo que me tiene que decir, incluyendo el cómo fue que dio conmigo anoche, ya que por lo visto nadie sabía nada.
Respetando mi decisión ella también se levanta. -Tienes razón, ahora ve a bañarte, yo aquí lavo los trastes y te espero para ir a trabajar.
Agradecida por tenerle conmigo me acerco a ella y le doy un abrazo, sorprendiéndola.
-Gracias.
Regresándome el abrazo me dice:
-No me agradezcas, es lo que se hace en una amistad.
Sonriendo me alejo y me voy hacia mi cuarto, pero me detengo a medio camino y me giro hacia Mónica, la cual ya está lavando los trastes.
-No es por nada pero, ¿qué pasó ayer entre Kenndrew y tú?
Deteniéndose de sopetón se queda quieta y se gira hacia mí. -Nada, ¿por?
Sin creérmelo del todo suelto una risa llena de incredulidad. -Puede que haya estado borracha hasta el culo... Pero eso no evitará que más adelante recuerde cosas.
-Hey, tú... -gruñe a la vez que me lanza el trapo de la cocina.
Riendo con más fuerza me meto a bañar.
"Creo que aquí se va a cocer un arroz..." pienso con picardía al recordar como anoche mi amiga y Kenndrew casi se besan, lástima que mi yo borracha interrumpió esa gran escena.
-Hola, holaaaa.
Levantando la mirada de la computadora, le sonrío a mi nuevo amigo. -Hola, Gabriel.
Regresándome la sonrisa se detiene frente a mi puesto y me mira con entusiasmo. - ¿Cómo estás?
-Si lo dices por lo de ayer, déjame te digo que para ser yo la verdad estoy muy bien.
-Y no lo pongo en duda, pero para la próxima que decidas tomar de esa manera mejor ven a la casa, así los tres nos hacemos compañía.
Sonrojada asiento. -Seguro, pero si lo hago será para tomar un café porque con todo el alcohol que tomé anoche lo menos que quiero es volver a probarlo en lo que me resta de vida.
Riendo coloca una botella sobre la barra. -Yo feliz de tenerte en casa -susurra en voz baja.
Anonada por su declaración solo le miro con asombro.
Dándose cuenta de que lo escuché, carraspea. -Nosotros, me refiero a los dos, mi hermana y yo -aclara, para después señalar la bebida que al parecer es energizante. -He... Como mi hermana me pidió que le trajera unos papeles me tomé la libertad de traerte esto, ya sabes, para que te hidrates.
-Ow, muchas gracias, no te hubieras molestado -le digo mientras una ligera sonrisa ilumina mi cara, pues en verdad estoy agradecida de que me haya traído esto. -Desde hace rato he querido salir por una pero ya sabes, ni tiempo da.
Nervioso posa su mano en la parte trasera de su cuello. - No hay problema, de hecho me gustaría invitarte a comer, vale, no solo yo sino también mi hermana, es que hoy tengo el día libre y por eso me tomé esa libertad de venir por ella.
Conmovida le digo:
-Qué lindo, Gabriel, en verdad me gustaría tomarte la palabra pero ya tengo un compromiso y pasarán por mí en un rato más.
Con desilusión su sonrisa pierde un poco de altura, sin embargo casi al instante la recupera. -Vaya, tu novio es muy afortunado de tenerte.
Sin entender lo miro con extrañeza. - ¿Novio?
Quitando mi mirada de la de él me centro en las mesas vacías del local; hoy casi no hay ventas.
-Sí, supongo que es con quien saldrás...
Fingiendo una risilla tomo la bebida de sabor a uva y comienzo a desenroscar la tapa. - ¿Pero cuál novio? Si con quien saldré es solo mi amigo.
"Y creo que le interesa a tu hermana" Pienso con complicidad hacia mi amiga.
Interesado en mi respuesta lleva su atención a la bebida cuando le doy un sorbo. -Entonces eso quiere decir que estás soltera.
¿Lo estoy?
-Em, sí, algo así... -dudo.
"Oportunidades Sharon, oportunidades" me recuerda una molesta vocecilla en mi cabeza "No lo dejes ir"
Sonriendo nuevamente le doy un repaso rápido a Gabriel, empezando por los detalles de su rostro, tal y como lo son sus pecas que invaden su nariz y pómulos, sus lindos ojos que tienen un brillo particular, sus labios rosados y llenos...
Notando mi inspección él también aprovecha para darme un repaso.
Estoy a nada de decirle que podemos cambiar la invitación para mañana pero de pronto una voz nos interrumpe.
-Sharon, ¿no has visto...
Sobresaltada doy un pequeño respingo y rápidamente desvío mi mirada hacia mis zapatos, tratando de esconder el poco sonrojo que inunda mis mejillas.
-¿Qué está pasando aquí? -pregunta Mónica con pillería.
-¿Eh?
-La estaba invitando a comer, con nosotros -aclara Gabriel.
Mirándonos a los dos ella asiente lentamente con su cabeza. -Entiendo...
-Pero tuve que declinar por ya sabes que -complemento rápidamente.
-Sí, eso, ¿nos vamos hermanita? -la apremia Gabriel, no sin antes darme una mirada de reojo.
Sonriéndome con complicidad mi amiga me da un beso en la mejilla.
-Claro que si hermanito -dice con alegría. -Por cierto, hermanita -resalta esta última palabra al dirigirse en mi dirección.
Sin creer que en verdad me haya dicho eso comienzo a toser, incomoda. - ¿Qué?
-Pero no te ahogues, solo quería decirte que te la pases bien -guiñándome un ojo se aleja y sale del local.
-He... bueno, nos vemos pronto -se despide Gabriel antes de darme un beso en la mejilla, tal y como lo hizo su hermana.
-Claro, y de nuevo gracias por este salva vidas -bromeo antes de señalar la botella.
Una vez que se van cuelgo mi mochila en mi hombro derecho y salgo del restaurante para esperar a Kenndrew, sin embargo en eso suena mi teléfono. Sin ver quien es, contesto.
-Diga.
-¿Señorita Middleton? -pregunta una voz femenina.
Confundida alejo mi teléfono para ver el número de mi llamante; este es desconocido.
- ¿Para qué la necesita?
-Lo que pasa es que ya llegó su pedido a nuestras instalaciones de paquetería y queríamos ver si puede recogerlo hoy mismo.
Alucinada por saber esa información rápidamente le digo:
-Claro, de hecho puedo ir ahorita mismo.
-¡Perfecto! Aquí la esperamos.
Colgando la llamada decido mandarle un mensaje a Kenndrew diciéndole que me espere unos quince minutos ya que me surgió algo importante y que no tardaré en encontrarme con él.
Guardando mi celular comienzo a caminar hacia la paquetería para recoger mi quit de estudio que pedí por internet, quit que por cierto me costó conseguir ya que al parecer solo eran piezas determinadas por pedido, por lo que cuando quise hacer mi encargo ya era demasiado tarde y se había agotado, causando que tuviera que esperar medio mes para volver a encargar uno.
Así que con la alegría renovada me apresuro para llegar rápido a la paquetería.
Sin embargo a unos minutos de llegar a mi destino un escalofrío me recorre el cuerpo entero y causa que se me pongan los pelos de punta, haciéndome sentir como si alguien me vigilase.
- ¿Pero qué rayos? -murmuro mientras me detengo un momento y miro la desolada calle de arriba hacia abajo, tratando de encontrar algo sospechoso en ella.
-Nada, no hay nada -me intento convencer a mí misma cuando no veo ni escucho nada raro, a excepción de un trueno que anuncia la llegada de una tormenta.
Ignorando mi mal presentimiento sigo mi camino, pero apenas doy unos cuantos pasos cuando de pronto comienza a llover.
-Ay, no... No, no, no -lloriqueo mientras corro hacia un local cerrado para atajarme de la lluvia y así sacar el paraguas de mi mochila, sin embargo no llego a mi destino ya que en eso veo como una camioneta negra llega a toda velocidad y se detiene frente a mí, tapándome el paso.
-Mierda, mierda, mierda... -repito de manera asustada antes de ver como dos tipos vestidos de negro y con pasamontañas salen de esta.
Asustada y con el corazón latiéndome a mil me doy la media vuelta y comienzo a correr, pero de nuevo no llego muy lejos porque un carro negro se intenta cruzar en mi camino.
"No por favor, que no sea lo que estoy pensando" suplico mentalmente mientras volteo para todos lados intentando encontrar una vía de escape, encontrándome solamente con un callejón.
Sin pensarlo dos veces y al ver como otro sujeto sale del carro, huyo y me meto en este.
-¡Muévanse, inútiles! -grita alguien por muy detrás de mí.
"Que tenga salida, se lo suplico a quien sea, pero que esto tenga salida" pienso con pánico mientras siento como mis lágrimas comienzan a resbalar por mi cara a la vez que se desvanecen junto a la lluvia que me está empapando el cuerpo entero.
Treinta segundos es el tiempo exacto en el que tardo en llegar al final del callejón, final que es solo una pared de ladrillos rojos.
-Dios santo, no, no, no, ¡NO! -grito con frustración.
Con un nuevo arranque de adrenalina giro sobre mi eje para buscar donde esconderme mientras que mi corazón taladra mis oídos.
Escombros, basura, cajas, botellas y jeringas es lo único que encuentro.
-No hay nada, absolutamente nada.
"No hay escapatoria, voy a morir" pienso a la vez que escucho el sonido de sus pisadas con más cercanía.
"Me niego"
Con una nueva seguridad me acerco al montón de basura que está de mi lado izquierdo e intento acomodarme en un hueco entre esta y las cajas que hay, colocando residuos pestilentes sobre mí para así tapar mi cuerpo, lográndolo justo a tiempo ya que no tardan mucho en llegar los tipejos, no sé si son los tres o solo dos ya que la lluvia y el pequeño hueco que dejé para ver no me ayudan mucho.
-Sal, pequeña perra, no tienes escapatoria -gruñe una voz ronca y gruesa.
-Si sales rápido te prometo que no te golpearemos... Muy fuerte, ¿verdad, Pedro?
-Sí, ahora sal y hazle caso a Elías, niña, o sino serás picadillo - dice con maldad una nueva voz.
Risas, todos se ríen, como si en verdad les causase gracia el querer golpearme.
Llorando trato de no hacer ningún sonido en cuanto escucho unas pisadas cercanas a donde estoy escondida.
-Lo mejor es que te entregues, nos estamos mojando y eso solo hace que nos enojemos... -advierte la voz gruesa.
Cerrando los ojos con fuerza solo me aferro a mis rodillas y junto mi pecho a estas, rogando en silencio porque alguien aparezca y me ayude.
-Yo creo que no está aquí, deberíamos de buscarla en los contenedores que pasamos hace un rato -sugiere el que parece ser Pedro.
-Debe de estar por aquí, no creo que... -insiste la voz gruesa, pero no alcanzo a escuchar lo último ya que en ese momento un trueno decide resonar por todo el lugar.
-Arráncate de una mierda Oscar, de todos modos si está aquí la perra tiene que salir por donde entró.
-La tenemos rodeada -apoya Elías.
Sintiendo como la lluvia aumenta de intensidad y va resbalando la basura que puse sobre mí, me altero, pero verdaderamente lo hago ya que el miedo comienza a subir por mi garganta.
"Váyanse, por favor váyanse" suplico.
Para mi buena suerte no tardo en escuchar como sus pisadas se alejan de donde estoy.
No me muevo y solo respiro agitadamente.
"¿Se habrán ido?" pienso después de un rato cuando ya no escucho nada, a excepción de la lluvia y uno que otro trueno.
Soltando el aire de mis pulmones me intento relajar, pero de pronto un estornudo se presenta y hago ruido.
Gran error.
-¡Aquí estás, perra! -grita el tipo de voz ronca desde arriba de donde estoy escondida, tirando con fuerza quita todo el desperdicio que está sobre mí.
En shock solo lo miro y no me muevo, pues me cuesta procesar lo que está pasando.
Con brusquedad me toma del brazo y me levanta de un sopetón. -Maldita chiquilla, debiste salir cuando se te dijo.
"¡Pelea, estúpida!" me exige mi mente pero no puedo, es tanto mi miedo que no puedo actuar, simplemente no...
De pronto veo con dificultad a través de la lluvia como los otros dos tipos se comienzan a acercar a nosotros.
"No pienso dejar que me lleven así de fácil" respingo.
Sin permitir que mi miedo me domine jaloneo mi brazo del agarre del tipo pero no me suelta, furiosa le doy un pisotón que resulta en un quejido de su parte, aprovechando su distracción jalo mi brazo de su agarre y corro hacia donde vienen los demás.
"Yo puedo pasarlos, sé que puedo hacerlo antes de que me tomen de nuevo" Sin pensarlo más aumento mi velocidad y me dejo resbalar por el agua que corre en el callejón, logrando para alivio mío, pasar por entre las piernas del primero que es el que viene más adelantado que el otro.
Sin embargo no todo es consuelo ya que al intentar levantar mi cuerpo tembloroso, aunado a la lluvia, me resbalo y termino cayendo boca abajo en el piso con un sonoro golpe.
-Estúpida -escupe el último que venía detrás del que pasé por entre sus piernas.
-No, por favor no, se lo pido... -suplico e intento levantarme de nuevo pero es él quien me levanta al tomarme del cabello y jalarme hacia arriba.
Llena de dolor intento tomar mi cabello de más abajo de su agarre pero me es imposible porque él golpea mis manos y toma mi cara entre su mano libre.
-Estás muerta -susurra sobre el ruido de un trueno y me da una bofetada, que junto al agarre de mi cabello me impide girar mi rostro, haciendo el dolor más latente.
-Por favor déjenme ir, les prometo que no diré nada -lloriqueo pero solo me reciben las risas de los otros dos que ya están a nuestro alcance.
-¿Cómo la ves Oscar? -pregunta mi captor.
-Con el pisotón que me metió la hija de puta, lo menos que quiero hacer es dejarla ir, más bien quisiera matarla.
-¿O tú Elías?
Soltando una carcajada el tipo que pase por debajo se coloca frente a mí y me mira con burla.
-A esta sí que me la juego.
Pasando saliva comienzo a jalonearme y lanzar golpes a diestra y siniestra, pero nunca le doy a nadie ya que el que parece ser Pedro es mucho más grande que yo y logra inmovilizarme.
-Salió brava la niña -se burla quien creo es Oscar, pues entre la lluvia y el dolor no puedo captar del todo bien las voces.
-Vámonos ya, está lloviendo -dice alguien en voz alta.
-PUDRANSE -les escupo mientras intentan arrastrarme por el callejón.
"Tengo que liberarme, tengo que hacerlo" pienso con apuro mientras veo como pasamos más basura y botes tirados a nuestro alrededor.
-SUELTAME -demando.
-Cállala, Elías -exige el que me lleva del cabello.
Estoy a nada de golpearle el pie cuando siento como alguien me jala y me inyecta algo en el cuello, causando que el pánico se apodere de mí.
"Tengo miedo, mucho miedo" Mis lágrimas salen sin control de mis ojos.
Intento removerme con todas mis fuerzas, sin embargo todo es inútil y a los segundos siento como me voy debilitando, siendo solo consiente de como mi cuerpo es arrastrado y aventado a un suelo frío en cuanto una puerta es abierta.
-¡Alto, deténganse! ¿A dónde se la llevan? -grita una voz femenina en algún punto de la calle.
Quiero gritar y decirle que me ayude pero lo único que sale de mi boca es un ligero quejido.
Rápidamente escucho como se cierran más puertas y comienzo a moverme por el repentino movimiento.
-Acelérale, no tardan en ponernos cola -demanda alguno de los tipejos.
No quiero caer rendida y no luchar, no quiero ser tan frágil ante ellos, no quiero ir con ellos, pero sea lo que sea que me inyectaron por fin completa su misión y comienzo a perder mi capacidad de conciencia, siendo solo cuestión de segundos para que termine siendo solo una muñeca tirada en algún punto de una camioneta fría y triste, sin que nadie nunca más sepa algo de mí.
Una lágrima es lo último que siento antes de caer completamente en la inconsciencia.
...
Holi, mis preciosuras andantes, espero les haya gustado este capítulo que tardó en salir😅 pero ya saben, a veces la escuela nos consume más de lo que nos gustaría :c
Así que nada, mejor díganme que tal les pareció y que creen que acaba de pasar en este cap, saben que amo sus comentarios🥰
Yo solo sé esto ya valió cacahuate jajaja
Cuídense mucho mis amores amorezcos.
A.T.T.E: yo😂
Por cierto, para que la espera del siguiente capítulo no sea tan mala déjenme les recomiendo que se pasen por el perfil de Leoxnd
Tiene una obra que UF😌 Está muy buena.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro