CAPITULO 57💣
Una vez que termino de arreglar los papeles que me solicitó Rogelio, me encamino a mi coche y salgo en dirección a la casa de Sharon. Pero mientras llego veo con desconfianza como un coche negro se detiene a una casa atrás de la de ella. Claro que podría dar por hecho que es un vecino que está llegando después de una larga jornada de trabajo, sin embargo por mi experiencia en el campo sé que no lo es, en especial por la falta de placas y la ligera inclinación que le da una vista perfecta hacia la casa.
Tomando nota mental de todo, me estaciono una casa detrás de donde está el auto y me dedico a observar sus movimientos.
Después de dos minutos sin ver nada, estoy a punto de ir a su encuentro cuando este arranca el coche y acelera.
"Veamos a dónde vas" pienso con recelo.
Primero lo sigo por la Interestatal diez y después por la carretera Morelos, llegando al final a una colonia que conozco a la perfección pues es reconocida por sus habitantes de alto calibre y sus grandes áreas verdes que poseen, llegando incluso a tener su propio lago privado para su diversión.
Lujo es lo que grita este lugar.
Por lo que el ver al coche negro internarse en las profundidades de las casonas causa que me ponga en alerta.
"¿Quién coño eres?" me pregunto con verdadera inquietud, confirmando aún más mi sospecha de que no es solo un vecino de Sharon.
Curioso me estaciono a lado de la caseta del vigilante y bajo mi ventanilla.
-Buenas, larga noche, ¿verdad? - digo de manera alegre una vez que el señor de no más de cuarenta años de edad se acerca a mí.
-Y eso que apenas empieza - comparte con dureza.
Sabiendo que no tengo tiempo para esto, decido ir al grano.
-¿Usted ya tiene tiempo trabajando aquí? - pregunto al tanteo.
Él asiente. -He trabajado aquí desde hace dos años, pero dígame ¿qué se le ofrece?
-Si usted ha trabajado aquí por dos años, he de suponer que sabe todo acerca de - señalo la colonia. -Este lugar.
Achicando sus ojos negros se cruza de brazos. - ¿Quiere rentar alguna casa o comprarla?
-Ninguna de las dos, lo que en realidad quiero es información.
Chasqueando la lengua da un paso atrás. -Imposible, yo no soy de los que se vende y poner en riesgo su trabajo.
Saliendo del auto me acerco al señor.
-Por favor, todos tienen un precio en esta vida... - digo de manera obvia y sin quitarle la mirada de encima.
-Pero yo no - asegura sin mucha convicción.
-¿Qué tal te caerían unos mil pesos en este momento? - ofrezco mientras saco el billete de mi camisa.
Mientras él ve el dinero con avaricia, sé que lo tengo en mis manos por lo que saco otro de mil. - ¿Qué tal dos mil?
-¿Tanto quiere esa información? - pregunta de forma presuntuosa.
Poniendo en blanco mi semblante saco otro billete. -Tres mil y es mi última oferta.
Sabiendo que estoy perdiendo mi paciencia él toma rápidamente el dinero. -Usted dígame rana y yo salto.
Mirando las imponentes casas blancas le digo de manera seria. -Hace un momento ingresó un carro negro y usted saludó al conductor, ¿quién era?
Regresando mi atención a sus facciones, no digo nada más.
Con pereza se recarga en un árbol que hay detrás de él. -Ah, eso, pues verás que no es alguien importante, es solo un joven de veinticuatro años que llegó a vivir aquí hace aproximadamente un mes.
"Un mes... ¿Qué coño?"
-¿Y sabes si vive solo o con otras personas? - pregunto con interés, pues esto es muy raro.
-Ahora que lo dice... - frunciendo el ceño mira hacia el piso. -No, nunca lo he visto con alguien más, él siempre está solo.
Sintiendo como el frío comienza a correr con más fuerza, checo la hora en mi reloj.
"Maldita sea, voy quince minutos tarde a la cita"
-Como sea, ¿siempre llega a esta hora?
-No siempre, de hecho las primeras dos semanas después de su llegada salió como dos veces y siempre entraba con su carro lleno de bolsas del mercado a eso de las cinco de la tarde.
-¿Y estás últimas dos semanas?
-A salido cada tercer día y siempre regresa a esta hora - afirma con nueva desconfianza, dándose cuenta por fin de lo raro que es su habitante de colonia.
"¿Cómo se me fue a pasar algo así? Joder, es un maldito espía y quién sabe para quién trabaja"
-Por último, necesito que me digas su nombre completo - solicito mientras enrollo las mangas de mi camisa hasta los codos.
Mirándome con aburrimiento me dice:
-No tengo esa información.
Sacando mil más, se los paso y lo miro con fiereza. -Su nombre completo.
Mirando el dinero, se lo guarda en el bolsillo trasero. -No sé apellidos, pero a todo el mundo les pide que le llamen Lua.
-¿Lua? - pregunto con incredulidad.
"Vaya nombrecito"
Encogiéndose de hombros se aleja del árbol y entra a su cabina. -No le gusta que se le hagan preguntas personales.
-¿En qué número de casa se está quedando?
-502.
Maldiciendo por lo bajo le doy las gracias y me meto e mi coche.
"No sé quién seas, pero ten por seguro que lo averiguaré" prometo.
Para cuando vuelvo a llegar a la casa de Sharon ya ha pasado media hora de lo acordado.
Bajándome con rapidez toco el timbre.
-Hola - la saludo en cuanto abre la puerta, la sorpresa siendo clara en su cara.
-Hola... Pensé que ya no vendrías - dice de manera cautelosa.
-Lo siento, es solo que se me atravesó algo y me atrasé, pero aquí estoy, listo para llevarte a cenar - sonriendo hago una reverencia ante ella.
-Ya, espérame aquí, deja voy por mi abrigo - dice mientras una sonrisa se desliza por sus labios.
Aprovechando la oportunidad me permito analizar el perímetro de su casa.
Nada, no hay nada.
-Listo, vámonos.
Tomándola de la mano la encamino a mi auto y abro su puerta.
-Ay, gracias.
-De nada, mi lady.
Tratando de relajarme entro al auto y comienzo a conducir.
-Te ves hermosa - le digo de forma cariñosa, notando como su hermoso vestido azul marino le da un tierno toque a su cara.
-Gracias, tú también de ves muy bien - me dice mientras me repasa con la mirada, empezando por mi camisa blanca y avanzando hacia abajo a mi pantalón café de pana.
"Sí, esa mirada no es muy inocente que digamos" pienso con satisfacción.
Dándose cuenta de mi sonrisa ella rápidamente quita la mirada y se centra en la carretera frente a nosotros.
-¿Y qué tal tu día? - le pregunto de manera jovial.
-Bien, en mi área escolar hoy se finalizó todo así que... - se encoje de hombros. -Total libertad.
-¡Quién como tú! Yo aún tengo que ir mañana para ver lo de una materia... - refunfuño.
Divertida, niega con la cabeza. -Ya, pues alégrate porque pronto habremos de salir y ser libres.
-¿Cómo unas aves?
-No tanto pero sí, al menos durante unos días.
-Rayos, bueno, algo a nada - digo mientras finjo una voz llena de sufrimiento.
Después de eso el silencio nos envuelve por unos minutos.
-¿Puedo poner música? - pregunta con inquietud.
Extrañado por su cambio de ánimo, asiento. -Todo tuyo, ha espera dejo... - pero no termino de hablar ya que nuestras manos chocan frente al reproductor.
Sintiendo como una espesa capa de calor se instala en el auto dejo que sea ella quien se mueva primero, pero no lo hace.
Mirándola de reojo le digo:
-Sharon, yo...
Reaccionando quita su mano y la lleva a su regazo. -Lo siento - murmura sin mirarme.
Suspirando no digo nada más y continuamos el camino en silencio pues ya nadie se atreve a poner música.
Para cuando llegamos al restaurante la tensión ha bajado y ya estamos más tranquilos, al menos yo lo estoy.
-Aquí estamos - anuncio mientras salimos del auto.
-Que bonito lugar - admira. -No puedo creer que sea solo de cristal y madera.
Sonriendo le indico el camino de gravilla para entrar. -Y espera a que veas los detalles internos, es asombroso como diseñaron todo.
Y dicho y hecho, Sharon terminó maravillada.
-Creo que este lugar ahora se convertirá en uno de mis favoritos - me dice mientras tomamos asiento.
-No sabes cuánto me alaga el oírte decir eso, a mí también me gusta mucho, de hecho suelo venir aquí cuando quiero pensar.
-Mh, pues así hasta yo vendría - dice mientras una sonrisa brillante ilumina su cara.
-Cuando quieras podríamos volver a venir - le ofrezco amablemente, de inmediato sonríe más.
-Gracias.
-De nada - no digo nada más ya que en eso nos atienden y pedimos nuestra comida.
-Por cierto, ¿ayer estabas bien? - le pregunto después de un rato.
-¿Sí, por?
-Es que te noté tensa en la llamada, en especial porque en todo momento susurrabas - digo de manera perspicaz, sin quitarle la mirada de encima.
Yo no suelo ser así de directo, al menos no con ella, sin embargo muchas cosas han cambiado y con ello mi actitud.
-No sé de qué hablas Diago, si yo ayer estaba normal.
-Mh... - murmuro de forma floja antes de que llegue el mesero y nos entregue nuestros platillos.
Una vez que se va continúo: -Pero tranquila que no te estoy juzgando, simplemente... Me dio curiosidad y me inquietó un poco el que murmuraras, casi como si no quisieras que alguien nos escuchara, de hecho me preocupé y llegué a pensar que estabas mal - le digo antes de tomar mi tenedor y clavarlo en el pollo.
Rindiéndose nerviosamente agarra su café y le da un sorbo. -Para nada, es solo que... - duda de su respuesta unos segundos antes de suspirar y dejar caer sus hombros. -Bien, te lo diré pero si lo hago es porque confío en ti y necesito sacar esto de mí - expresa con verdad aflicción.
Interesado en su respuesta me recargo en mi silla. -Te escucho.
-Lo que pasa es que... - lamiéndose los labios vuelve a tomar de su bebida antes de mirarme de forma rara. -Lo que pasa es que ya arreglé las cosas con Zed, Logan y Nat.
Definitivamente eso no me lo esperaba.
Aturdido suelto un: - ¿Qué tú qué?
Tomando valor se centra en mí, siendo la determinación la que domine cada parte de su cara. -Hace unos días me di cuenta del grave error que estaba cometiendo a la hora de seguir así... Con mi actitud tan hiriente cuando ellos no han hecho realmente nada malo para dañarme, así que sí, ya limé todas las asperezas que tenía con ellos.
"Sí supieras todo jamás los habrías perdonado" pienso con un ligero disgusto, pues a pesar de que yo no he tenido problemas directamente con ellos la realidad es que también forman parte del teatrito Montero. Sin embargo no puedo negar que con este nuevo suceso todo lo que le tengo que decir es más fácil.
Sin mostrar mi malestar le sonrío ligeramente. -Vaya, eso sí que fue inesperado, pero me alegro de que lo hayas hecho.
Sorprendida por mi respuesta parpadea un poco más rápido. - ¿En serio? Creí que te enojarías o algo así...
Recargo mis codos en la mesa, me inclino hacia adelante para mirar con más claridad sus ojos. - ¿Y cuándo se dio?
-Justamente ayer vinieron a buscarme al restaurante, bueno, en realidad primero hablé con Zed y ya luego con los demás, y respecto a lo de susurrar fue porque todos estábamos viendo una película y no quise interrumpir, lo siento si te asusté - finaliza mientras la culpa se refleja en lo último.
"Astutos, hasta que por fin lograron envolverla" pienso con gracia.
Pasando mi mano frente a mí, como si le restara importancia al asunto, solo me dedico a tomar una servilleta. -No te preocupes, a cualquiera nos puede pasar, de hecho me alivia que hayas iniciado la conversación con esto porque me gustaría hablar contigo de algo importante.
Sin dejar de mirarme ella se relaja en su asiento.
-¿Y eso?
Sonriendo le señalo su plato para que coma, lo hace. -Preferiría que primero comamos y ya luego hablemos de este tema tan delicado, pero que sin embargo considero que ya es hora de abordar - le digo con voz un poco preocupada, pues a pesar de que todo lo tengo medido, la cosa es que no sé cómo ella va a reaccionar, ¡Que va! Si hasta tengo un poco de miedo sobre eso.
Riendo, asiente. -Mh, por cierto, ¿cómo ha estado tu familia?
Pasando mi bocado me encojo de hombros. -Bien, cada vez las cosas van mejor.
-Me alegra saberlo, ojalá algún día pueda conocerles - dice con emoción.
No contesto y solo nos sumergimos en una agradable charla donde sacamos varios temas triviales y relajantes.
Después de una hora ambos estamos tomando el postre, por lo que decido abordar lo que nos trajo aquí.
-De lo que quería hablarte es sobre Melanie y tus padres - suelto con rapidez.
Alejando toda expresión de su cara aprieta la servilleta que tiene en su mano.
-Solo te pido que me escuches esta vez, ¿bien? - me apresuro a explicar en cuanto veo que quiere pararse y salir huyendo del lugar. -Permíteme tener esta platica contigo y ya luego si decides mantener tu postura, yo te entenderé y no volveré a tocar el tema.
Mirándome con reproche se debate internamente mientras ve de la puerta a mí y viceversa.
Después de lo que parece una tortuosa eternidad, asiente. -No quiero hablar de ellos pero solo porque eres mi amigo y porque en verdad quiero saber que tienes que decir sobre eso, me quedaré.
Poniéndome serio comienzo:
-Durante este mes he visto como cada día te vas decayendo más, y sí, puede que no se lo des a conocer a los demás pero yo, que soy tu amigo lo he notado - le digo con ligera preocupación. - ¿O acaso creíste que no me daba cuenta de la tristeza emanando de tus ojos mientras veías a la que alguna vez fue tu mejor amiga?
Sabiendo a que me refiero deja de verme y se centra en la ventana a su derecha.
-Sharon, tú y yo sabemos cómo toda esta situación te está afectando, y creo que estás siendo injusta en cuanto a tus actos.
Girando rápidamente su cabeza hacia mi dirección me lanza una muy cruel mirada que transmite todo su dolor, no por mí sino por sus recuerdos.
-¿Injusta yo?
-Sí, solo piénsalo, ya has perdonado a los amigos de él, sin embargo no lo has hecho con tu ex mejor amiga, aquella que te ha acompañado desde tu infancia y solo a buscado tu bien le veas por donde le veas, además de tus padres que...
Dejando salir una risa sin humor, rueda los ojos. - ¿Pero de qué hablas? - se inclina hacia adelante y señala con un dedo hacia afuera del restaurante. -Ella y mis padres abusaron de que yo no recordaba a Damián para así intervenir y manipularme a su maldito antojo, ¿es que no te das cuenta?
-Sí me doy cuenta y sé que eso estuvo muy mal pues ellos jamás debieron de hacer algo tan...Ruin, pero - "ahí voy" pienso con poca valentía. - ¿No te has detenido a pensar que fue lo mejor?
Mirándome como si me hubieran salido tres cabezas, suelta un bufido. -No sé de qué hablas.
-No, sí sabes de que hablo pero no lo quieres aceptar - la confronto, notando como cada rasgo de su cara pasa del enojo a la tristeza.
"Maldita sea, Rogelio"
-No, no sé - dice secamente.
-Ellos solo querían alejarte de alguien que sabían que solo quería dañarte.
-¿Y ellos como lo iban a saber? - me interrumpe. -Claro, eso solo lo pudieron determinar mediante alguien cercano a mí que les contó todo, ¿no? Y los dos sabemos quién fue - gruñe mientras deja salir cada palabra llena de resentimiento.
Incomodo por lo que dijo solo le intento dar una mirada comprensiva. -Pero ahora yo te planteo esto, si tan equivocados estaban respecto a él, dime, y se sincera por piedad de todos, si tanto te amaba Damián, ¿por qué fue con otra a vivir a otro país? ¿Por qué te dijo todas esas cosa horribles si él es el bueno de esta historia? - le pregunto con voz tortuosa. -He, dime por favor porque yo no comprendo cómo alguien que dice amarte te daña de esa forma.
Mirándome horrorizada deja caer todas sus defensas y veo como su semblante se oscurece y las lágrimas comienzan a llegar a sus ojos, pero renuente a ellas las aleja mientras mira al techo. -Yo... No lo sé.
-Él se fue porque quiso - y he ahí otra maldita mentira, que si fuera una rosa, esta sería sin duda alguna de color negro. -Por ello no sé porque sigues siendo tan dura con Melanie y tus padres, aunque lo intuyo, y es porque al final de cuentas sabes que ellos tenían razón y que Damián solo te estaba utilizando, ¿o es que ya no recuerdas todas las bajezas que te hizo a lo largo de todo este tiempo?
Golpe bajo, lo sé, pero es justo y necesario.
Sin aguantar más, entierra su cabeza entre sus manos. -Para, por favor para.
-Ellos no lo hicieron con maldad, ellos solo querían alejar a su hija del infeliz que la estaba destruyendo. No arruines a tu familia por alguien que nunca te quiso ni te valoró.
-Dije que pares, joder - dice con voz ronca pero autoritaria.
Sabiendo que logré hacer que mis palabras calaran en su corazón, le digo:
-Está bien, solo te pido que pienses en lo que te he dicho - acercándome a ella quito lentamente sus manos de su cara y limpio sus lágrimas con una servilleta. -Sé qué harás lo correcto, así que ya no llores, ni por él ni por ningún otro hombre.
Cerrando los ojos se aleja. -Por favor, vámonos.
Entendiendo que es el final de esta conversación me levanto y la sigo hacia la salida.
"Ya no puedo, otra cosa más y seguro explotaré" pienso con cansancio mientras la dejo en su casa y ella se despide con un escueto "Gracias por la cena, nos vemos luego" antes de desaparecer dentro de su casa, pero yo no me voy y solo me estaciono dos casas detrás de la suya, listo para detectar cualquier anomalía.
...
Holi, boli😁
Nuevo capítulooooo y yo tan feliz muajajaja
En fin, ¿cómo están? Espero que muuuy bien mis amores❤
Con que un nuevo misterio he, ¿quién será ese conejo Blas? ¿Es en verdad un espía o no? Y si es así... ¿Para quién trabajará?
Jeje.💣
Yo me imaginé más o menos así el lugar, se me hizo muy bonito 😊
Les amo mis amores
Atte: yo😂
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro