Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 55 🤝

Con apuro me observo por última vez en el espejo para comprobar que me veo bien con mis jeans y mi blusa de cruce delantero.

La verdad es que estoy más nerviosa que hace dos días y es que si bien no me emociona mucho el tener que pasar las próximas horas en una fiesta, la verdad es que sí me interesa conocer al chico que ha sido el ejemplo a seguir de mi amiga, aquel que luchó contra corriente para sacar adelante a su familia y darle estudios a su pequeña hermana.

Dándome el visto bueno agarro el regalo de la cama y tomo un taxi. Veinte minutos después, siendo las ocho de la noche, llego a la hermosa casa de Mónica.

-¡Llegaste!

Sonriendo me acerco y le doy un abrazo.

-Te ves hermosa – le digo con verdadero aprecio al verla vestida con un lindo short y un top de color rojo.

-Tú también – dice con chulería mientras nos adentramos en su hogar.

Pero en cuanto entramos a la casa me paro en seco al ver los sillones un tanto peculiares, ya que están revestidos de... Peluche.

-No puedo creer que en verdad sean así – digo con diversión.

Encogiéndose de hombros sonríe. –Este tipo de compras suceden cuando tienes a un hermano un tanto loco por un programa de televisión.

Girándome hacia ella me río. – ¿Hablas en serio?

-Por supuesto que sí, digamos que a veces Gabriel llega a ser medio rarito.

Riendo con más fuerza nos adentramos en la cocina, la cual cuenta con una estufa, un refrigerador y el lavabo, pero lo que en verdad llama mi atención es la mesa.

-Los acabados son maravilloso – murmuro. –Pareciese que alguien en verdad gravó unas rosas dentro de la madera, moldeándola a su antojo para hacerla lucir tan fina.

-Esa mesa fue lo único que nos dejó nuestra madre, bueno, lo único que servía y que no vendió para comprar sus malditas drogas – me dice con verdadera amargura.

Sin querer llevarla a esos recuerdos me acerco a ella y le doy un abrazo. –Es una buena mesa.

Regresándome el abrazo se ríe por lo bajo. –Lo es. Ahora toma tu cerveza y vámonos que nos están esperando.

Soltándola tomo una botella y la sigo hacia el patio trasero.

–Aquí están las habitaciones, en total son dos; la de mi hermano y la mía – me explica mientras pasamos por dos puertas de madera colocadas en el lado izquierdo, contrarias a la cocina.

-Perrrfecto – digo con alegría una vez que estamos en su jardín. –Que lindo está todo.

-¿En serio lo crees?

-Por supuesto que sí, con solo mirar esas flores y los árboles frutales sé que este es el paraíso – digo con verdadera admiración, dejándome envolver por el delicioso olor a naturaleza y tierra mojada.

-Solo por eso prometo darte unos duraznos y unas manzanas antes de que te vayas mañana.

-Muchas gracias, las aceptaré gustosa.

Sonriendo de oreja a oreja observo como varios globos y varias serpentinas cuelgan de la lona colocada para el festejo. Al notar la dirección de mi mirada me pregunta:

-¿Cómo se ve?

Le guiño un ojo. –Todo está muy bonito.

-No sabes cuánto me alegra saberlo, no quería arruinar esto, más que nada porque ya sabes, no siempre se cumplen 26 años – me dice con nerviosismo.

Riendo le doy la razón, pero no digo nada más ya que llegamos a la mesa donde solo hay cuatro personas charlando animosamente.

Curiosa intento buscar algo que me diga quién es el festejado para así darle su regalo, pero no encuentro nada que me pueda orientar.

-Hey, hola – saluda Mónica mientras se acerca a dos chicos.

-¿Sharon?

Pegando un brinco me giro rápidamente hacia el sonido de la masculina voz. Sorprendida y la vez confundida solo observo al chico de piel acaramelada y cabello negro que me mira con diversión.

-Oh, veo que ya se conocieron – nos dice mi amiga con reproche mientras se coloca a mi lado.

-¿Gabriel? – pregunto con voz titubeante al apuesto chico parado frente a mí, cayendo por fin en cuenta quien es él.

Sonriendo el susodicho asiente. –Ese mismo.

-Como sea, cállense y déjenme hacer las presentaciones, que no esperé tanto tiempo esta ocasión para que al final me arruinen el momento.

Ambos sonreímos con complicidad.

Carraspeando, Mónica comienza: -Sharon, permíteme presentarte a mi odioso hermano, Gabriel – me dice mientras pone sus manos frente a mí y las lleva a él, como si llevara algo en ellas. –Hermanito, te presento a...

-La mujer maravilla – complementa él.

-¿Qué? – pregunto confundida.

-Sí, eso, ¿qué? – me secunda mi amiga, mirándolo con rareza.

Riendo entre dientes Gabriel coloca un brazo sobre los hombros de su hermana.

-Sí, la mujer maravilla – dice con alarde mientras me mira fijamente. –No encuentro nada mejor para nombrar a la chica que ha podido aguantar a semejante monstruo que es mi hermanita.

Con fingido enojo, Mónica se quita de encima a su hermano. –Eres un imbécil – le dice, pero para mi sorpresa ambos comienza a reírse.

Sin poder evitarlo yo también lo hago.

-Oigan, ustedes tres, si se van a reír así mínimo cuéntenos el chiste a todos – reclama una chica rubia desde la mesa.

Dejando de reír, Gabriel se acerca a mí y me lleva hacia los demás mientras Mónica se apresura a ponerse de nuestro lado.

-Amistades del alma, déjenme presentarles a Sharon, amiga de mi hermana y por ende, ahora también nuestra – me presenta con voz fuerte y seria, como si fuera un presentador de obras de teatro. Sin poder evítalo le lanzo una mirada de reojo a Mónica, la cual me sonríe abiertamente y saca un mudo "Bienvenida"

Sonriendo tímidamente les digo un rápido: -Hola.

-Sharon, que lindo nombre – dice la misma chica rubia.

-Gracias.

-Pero oye, ven y siéntate a nuestro lado, que esto a penas se va a descontrolar... - dice con picardía un chico de características asiáticas mientras señala un lugar libre en la mesa. –Por cierto, soy Antón.

Y así es como dos horas después terminé destornillándome de risa mientras Ana -la chica rubia de inicio- y Leti -la pelirroja y angelical chica de la fiesta- intentan bailar la pelusa después de haber perdido en el juego del chupi-reto.

-¿Cómo te la estás pasando? – me pregunta Mónica mientras vemos caer al suelo a Rigo -mejor amigo de Gabriel- el cual no puede pararse bien por su ebriedad.

Sonriendo llevo mi atención a mi botella de cerveza. –Siéndote sincera me siento muy bien, creo que ya extrañaba divertirme y sentirme así de contenta – guardo silencio por un momento mientras veo como Antón -novio de Leti y conductor designado de esta noche- corre a levantar a Rigo que yace en el suelo riendo.

–Muchas gracias, en verdad te agradezco el que me hayas invitado – le digo con verdadera gratitud.

-No hay de qué nena, y déjame te advierto que a partir de hoy ya no voy a permitir que te recluyas en tu cueva mientras te torturas pensando en todos tus problemas.

Conmovida le doy un abrazo de medio lado para no soltarme a llorar en su hombro.

-¿Pero qué hacen aquí sentadas? – nos interrumpe una masculina voz.

-Descansando, idiota – contesta con irritación mi amiga mientras yo la suelto y me acomodo en mi silla.

Sonriendo con maldad Gabriel extiende su mano derecha hacia mí.

-Ignorando a mi hermanita preciosa, ¿me otorgarías el honor de bailar contigo? – me pide caballerosamente.

Nerviosa miro un segundo su mano para después llevar mi atención a Mónica, la cual, cómplice de su hermano, me ignora y se va con las chicas.

Doblemente nerviosa tomo su mano y me dejo llevar a la pista, donde ya un poco más tranquila, me dejo llevar por el ritmo de Gabriel y la música.

-Muy lindo tu regalo, Sharon – dice antes de darme una vuelta.

-Oh, ¿ya lo viste?

"¿Soy la única a la que le da un poco de pena que vean su regalo antes de irse de la fiesta?"

-Claro, y permíteme confesarte que tienes muy buenos gustos para los perfumes.

"¿Cómo no tenerlos si lo aprendí de Damián?" pienso con nostalgia, "Basta, deja de pensar en él" me reprime mi voz interna.

Notando mi cambio de humor, Gabriel hace más lentos nuestros movimientos.

-¿Pasa algo?

Sacudiendo mi cabeza suelto una risa floja. –No, todo está bien.

Sabiendo que no es cierto pero no queriendo hacerme sentir incomoda no insiste y nos vuelve a llevar al ritmo de Los Ángeles Azules.

-Bien.

Después de ello bailamos dos canciones más mientras nos contamos un poco sobre nosotros.

-¿Te la pasaste bien? – me pregunta Mónica una vez que regreso a mi silla.

Riendo asiento. –Baila muy bien.

-Me alegra saber eso – dice mientras intenta ocultar su dicha.

Sabiendo hacia donde van sus pensamientos decido darle un ligero codazo en su costado derecho.

-¡Hey!

-Sé lo que estás pensando pero déjame te digo que aún no estoy lista –murmuro con aflicción. –Todavía no es tiempo.

Regresándome el codazo coloca su cabeza en mi hombro. –Entiendo, pero eso no quiere decir que no puedas ir conociendo a otras personas de a poco en poquito. Esto puedes tómatelo como un "tal vez"

Suspirando recargo mi cabeza en la suya. –Un tal vez...

-Gabriel es un buen chico y no te lo digo solo por ser su hermana. Créeme, él es todo un caballero y jamás te haría algo parecido.

"Él se ha ido, te dejó, te abandonó cuando más lo necesitabas, jamás le importaste Sharon Middleton, y ya va siendo hora de que lo aceptes y pongas punto final al asunto" me exige mi voz interna mientras siento como si se me clavaran miles de dardos en mi corazón.

-Tienes razón, un tal vez no suena tan mal.

-¿Verdad que no? – dice con cierta esperanza.

-No.

-Pero ven, vamos con los demás y dejemos atrás esta tristeza – me anima mientras se levanta y envuelve sus manos en las mías, arrastrándome a la nueva reunión de chistes.

Para las tres de la mañana todos se han ido y solo quedamos los dueños de la casa y yo.

-Bueno, supongo que ha llegado el final de mi fiesta – me dice Gabriel mientras me ayuda a meter las botellas de cerveza en un costal.

Asiento. –Yo creo que sí, hasta Mónica ha caído – le digo con diversión mientras señalo con mi barbilla a la susodicha que está tumbada en el sillón de peluche, perdida en el mundo de Morfeo.

-Y vaya que sí ha caído.

Riendo dejamos el costal en la cocina.

-¿No tomas, cierto? – le pregunto después de unos segundos en silencio.

Dándome una tímida sonrisa va por un trapo y se pone a limpiar la mesa. –Lo notaste.

-Considerando que estás aquí hablándome en tus cinco sentidos, sí – le digo mientras me siento en una silla de la mesa.

–No, no tomo, ese vicio se lo dejo a mi querida hermana.

Bostezando miro a mi amiga que sigue dormida. –Sí, ya vi que en verdad le tocó cargar con esa responsabilidad – le digo con diversión, pero al no notar una respuesta de su parte llevo mi atención a él, sorprendiéndome una vez más de la intensidad de su mirada.

Dejando de limpiar toma asiento frente a mí y me dice: –En verdad me alegra que te tenga.

Sorprendida por sus palabras solo parpadeo un par de veces. – ¿En serio?

-Por supuesto que sí – afirma mientras la nostalgia domina cada uno de los rasgos de su cara. –Desde chicos siempre hemos pasado por muchas penurias, penurias que supongo que mi hermana ya te contó, sino no estarías aquí.

Sabiendo que este es un momento completamente serio asiento levemente mientras me dejo atrapar por sus ojos, los cuales me analizan con detenimiento. –Sí, ella lo hizo.

–Ha pasado la mayoría del tiempo sola – dice con cierto pesar en su voz –. Y te preguntarás "¿Acaso no tiene más amigos?" Y la respuesta es no. Como ya sabes nuestra labor por sobrevivir era nuestra prioridad y pues todo el tiempo nos manteníamos ocupados trabajando. Así que el hacer amistades pasó a ser la última de nuestras preocupaciones.

-Entiendo...

Girando el rostro observa a Mónica. –Por lo que con el tiempo ella jamás se detuvo a sacar su lado social. De hecho llega a ser un poco arisca cuando la conoces por primera vez.

Comprendiendo a que se refiere suelto una ligera sonrisa y me centro en lo que me muestra su rostro mientras me deja entrever el cariño que le tiene a su hermana.

–Con el tiempo yo logré darme un espacio para conocer a más personas de mi entorno, donde, al final de cuentas solo cuatro resultaron ser las más sinceras – murmura antes de girarse hacia mí.

–Leti, Lucia, Rigo y Antón.

Sonriendo asiente. –Ella jamás supo sobrellevar ese aspecto de hacer amigos, en especial por el Bullying que llegó a sufrir por su forma de vestir, ya sabes, la sociedad. Sin embargo con el tiempo mis amistades pasaron a ser las de ella, cosa que me alegró mucho pero... Siendo sinceros, no era lo mismo que ella tuviera las suyas propias, a las cuales les tuviera la suficiente confianza como para contarles sus intimidades sin tener que sentirse rara – declara con seriedad antes de estirar su mano y colocarla sobre la mía. –Y por lo que veo tú te has sabido ganar esa confianza, cosa que te agradezco. Tal vez no lo veas ahorita, pero créeme cuando te digo que has venido a salvar a mi pequeña hermanita.

–Yo les agradezco a ustedes, Gabriel – sintiéndome tan dichosa por sus palabras coloco mi otra mano sobre la suya, dejando en claro el pacto que hemos hecho sin pronunciar.

-Pero tú tampoco eres de tomar mucho, ¿o sí? – cambia de tema mientras termina el contacto físico entre nosotros.

Relajándome en la silla hago una mueca. –Sí tomo pero muy de vez en cuando, tampoco es mi fuerte el hacerlo.

-Carnita asada, chilaquiles, mmmh sí, delicioso Gu Jun-Pyo.

Extrañados ambos llevamos nuestra atención a Mónica, la cual comienza a pasar su lengua por sus labios.

Sin poder evitarlo ambos soltamos una fuerte carcajada mientras la observamos murmurar más cosas relacionadas con el actor y la comida.

-Creo que eso es una señal para irnos a dormir – dice Gabriel mientras alza sus cejas en un gesto de burla hacia su hermana.

Intentando no volver a reírme me levanto de mi asiento. –Yo creo que sí.

Riendo aún más nos encaminamos hacia Mónica, donde la carga hasta su habitación mientras yo los sigo.

Una vez en esta él se despide.

-Que descanses, espero que pases una linda madrugada.

Sonrojada me siento en la orilla de la cama. –Buenas noches.

-Hasta mañana – al darse de lo que dijo él también se sonroja. –Digo, hasta al rato.

-Hasta al rato – sonrío mientras sale y le despido con mi mano.

-Ugh, por fin se fue, en serio que ya no me aguantaba la risa con ustedes.

Asustada me levanto de un brinco y miro hacia la cama donde Mónica yace sentada y tallándose los ojos.

-¿Te estabas haciendo la dormida? – pregunto estupefacta.

-Así es, nena.

-Eres... Eres bárbara, Mónica – le digo, aún sin creer que ya esté despierta después de la borrachera que se puso.

-Si vieras tu cara en estos momentos te juro que te estarías cagando de risa – dice con burla antes de que un enorme bostezo la haga callar.

Rodando los ojos me coloco a su lado. – ¿Qué tanto escuchaste? –le pregunto, temerosa de que...

Soltando un bufido se masajea las cienes. –Tranquila, si lo que quieres preguntar es si los espié, déjame te digo que no. Solo vi y escuché a partir de que tenían sus manos unidas. Rayos, no creí que te tomarías tan en serio mi comentario de otro oportunidad, pero me alegra que lo hayas hecho.

Sonrojándome carraspeo ligeramente. –No es lo que parece.

Sin créeme me guiña un ojo, como si fuera un "No diré nada, tú tranquila" por lo que frunzo el ceño.

-Como sea, ¿qué tal te cayó mi broma de la comida y mi novio?

Recordando ese momento niego con la cabeza antes de llevar mis manos a mi boca para no soltar una risotada. –Tú, pequeña diabla.

-Gracias – dice con chulería mientras acicala su desordenado cabello.

-Por cierto, ¿cómo es posible que ya estés bien después de tomar como lo hiciste?

Encogiéndose de hombros se ríe. –No tomé tanto.

Haciendo una mueca pienso en que tanto será su "tomé mucho" ¿Acaso lo sabrá Gabriel?

-Por cierto, ¿te gustaría ver mi cuarto? – pregunta con entusiasmo, interrumpiendo mis preocupaciones.

-Claro.

Levantándose se dirige a donde supongo que está el interruptor.

-Guao – digo con asombro una vez que la tenue luz ilumina el cuarto.

-¿Sorprendida? – me pregunta mientras se cruza de brazos y me mira con atención.

-¿La verdad? Sí.

Soltando un bufido se deja caer de nuevo en su cama, la cual está cubierta por un edredón color durazno ¡Durazno!

-No me lo tomes a mal pero es que realmente no me esperaba que tu cuarto fuera así... - intento buscar las palabras correctas dentro de mí cabeza pero nada me sale y solo vuelvo a decir: –Así.

Soltando una risa nerviosa asiente. –Te entiendo, supongo que todo el mundo piensa que duermo en cuarto todo oscuro, con paredes negras y llenas de pentagramas.

Haciendo una mueca me dejo caer a su lado.–No tanto así, pero al menos no se esperan un cuarto pintado de color rosa palo lleno de cuadros de gatitos, perritos y patitos, además de tener un tocador lleno de perfumes y maquillaje.

-Lo sé, típicos estereotipos – suspirando no pierde la sonrisa mientras mira nuestro alrededor, inspeccionando su habitación. –Cuando llegué por primera vez al restaurante, Alonso me preguntó que si era parte de una secta o que porqué me vestía de color negro – soltando un bufido pone cara de fastidio. –En serio que ese día estuve a punto de darle un buen golpe.

–Sé perfectamente a que te refieres – le digo sombría. –Yo misma he tenido que vivir en carne propia ese tipo de cosas, en especial cuando se realizaban fiestas entre "colegas" de mi papá – hago una mueca mientras recuerdo esos días. –Todos ahí se fijaban en que marca de ropa, zapatos, joyería e incluso perfume llevabas encima, y solo para terminar criticándote de mala manera. Un asco total.

Girando su cabeza me mira con atención. – ¿Fue por eso que dejaste de ir a esos eventos?

-Sí – le digo mientras aprecio como el tono de sus ojos combina perfectamente con el de su cabello. –De hecho aún recuerdo cuando un grupito de esposas de unos importantes empresarios no dejaban de reírse y hacer de lado a una señora, y solo por no llevar un vestido de temporada a la reunión. Claro que al notar tal ambiente mi madre y yo decidimos hacerle compañía, donde para el final de la noche terminamos siendo amigas

-Entonces tu mamá es súper lin... – se interrumpe, a la vez que pasa saliva nerviosamente. –Lo siento, olvidé por un momento...

Intentando no perder mi sonrisa alejo los recuerdos que amenazan con atorméntame. – Entonces tú elegiste el color – le digo para cambiar de tema.

Sabiendo de mi plan solo asiente. –Sí, cuando Gabriel y yo pudimos adquirir esta pequeña casita él pintó mi espacio con este color, por lo que ahora le tengo un cariño especial.

-Me alegra que se tengan el uno para el otro – murmuro con cariño antes de levantarme a ver un cuadro de un gatito con estambre en sus patitas, ya que al parecer los recuerdos ganaron la batalla en mi cabeza.

"Mientras mi papá se despide de Mel, mi mamá se acerca a mí.

-Mi niña ¿En verdad te ha ido bien en la escuela, casa, amistades, pareja...? – angustia invade su tono.

Con dificultad sonrío ante la última palabra. –Claro que sí mamá ¿Por qué lo preguntas?

-No sé, te ves un poco alicaída ¿Hay algo que quieras contarme? – me dice con voz suave mientras acomoda mi cabello tras mis hombros

❛Hay tanto que quiero decirte y preguntarte mamá, sobre mi secuestro, Damián, Ryan, nuestra relación con la familia de Damián... ❜ pienso, pero solo niego con la cabeza, no es el momento. –Todo está bien mamá, no hay nada de que preocuparse.

Sin estar segura del todo veo la lucha en sus ojos, si insistir o dejarlo por la paz por ahora, al final solo asiente. –Está bien, entonces cuídate mi niña de ojos risueños. Cualquier cosa que necesites llámanos. – me dice mientras mi papá se acerca y me abraza. Con cariño mi madre se gira hacia Mel.

-Te queremos mucho pequeña Mel, por favor mantente en contacto más seguido, cuídate mucho y ya no salgas tanto de fiesta – le dice mi madre mientras le da un abrazo.

Riendo asiente. –Claro, lo haré. Por favor váyanse con cuidado"

Cerrando los ojos permito que mi pecho se oprima por el dolor, "¿Por qué me mintieron? ¿Qué pasó mientras estaba en coma para que mi vida se viniera abajo en un santiamén? He, Damián, mamá, papá... ¿Cómo?

-Sharon... - susurra Mónica detrás de mí, sacándome de mis pensamientos.

-¿Sí?

"Tranquila, solo respira y no te abrumes por lo que pasó"

-Te quiero pedir una disculpa – responde mientras toma mi hombro y me gira hacia ella, sorprendiéndome de notar su mirada llena de arrepentimiento.

- ¿Qué?

-Sí, siento mucho haberte juzgado el primer día que llegaste a trabajar, jamás debí de hacerlo, me equivoqué y te pido disculpas por ello. Fui una total hipócrita – confiesa mientras toma uno de mis mechones de cabello entre sus dedos. –Odio que se me juzgue sin razón y sin embargo lo hice contigo, lo siento – finaliza con una pequeña sonrisa antes de abrazarme.

Aún sin salir de mi estupor le regreso el abrazo. –Yo... No hay problema, lo importante es que te diste cuenta de tu error.

-Gracias por ser tan buena.

-No me agradezcas nada Moni, nada.

DAMIÁN

-Señor, encontramos las cuentas que nos solicitó.

-¿Bahamas?

-Esas mismas.

-Perfecto, mándalas al anclaje que tienes.

-Enseguida.

Concentrado en los números que se me muestran en la computadora sonrío, el éxito llenando mis venas.

-Damián, ven de inmediato – me pide Verónica con apremio.

Extrañado por su actitud me acerco a ella y me inclino sobre su silla para ver lo que me señala en la pantalla.

-Estaba inspeccionando lo que me pediste cuando me encontré con este nombre rondando por el servidor.

-Proyecto halcón – leo con detenimiento. – ¿Qué sabemos sobre esto?

-No mucho, solo que al parecer fue algo que se intentó eliminar ya que la base de datos está casi vacía de información sobre este proyecto.

Interesado en ese nuevo descubrimiento sonrío más. –Deja en segundo plano lo que te solicité y ahora enfócate en buscar más detalles sobre esto.

-De inmediato.

"Proyecto halcón, ¿qué será?" pienso con verdadera intriga mientras vuelvo a analizar las cuentas de las Bahamas.

***
Holi😁

Aquí les traigo un nuevo capítulo después de un largo tiempo.

Aquí es el primer acercamiento con Gabriel y para serles sincera no va a ser el último 🤭

Espero que les haya gustado, y siento no haberlo subido ayer como anuncié por Instagram 🌹

Con mucho amor me paso a despedir❤ Cuidense mucho mis amores.

Atte: yo😂

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro