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CAPITULO 52💋

Mientras camino distraídamente hacia mi última clase del día viernes medito el cómo acércame a las personitas de la cafetería, pero nada de lo que planeo se oye bien, porque seamos sinceros, llegar y decirles:

"-Hey, hola, soy Sharon y me gustaría saber quiénes son ustedes, es que perdí parte de mis recuerdos y sospecho que ustedes están relacionados a esa pequeña parte que me falta"

Suena pésimo.

"Ya se ocurrirá algo, total, tal y como dijo Mel ellos estudian aquí. Eso lo confirmé el día de la cafetería pero aun así lo dudé, porque bueno, podían estar visitando la escuela para cambiarse hacia acá..."

Ok, patético pensamiento pero a mi favor recordemos que no recuerdo cosas y a estas alturas ya no sé qué creer, además de que mis nervios no ayudan. Más que nada porque estamos a nada de salir de vacaciones de verano y sé que si me tardo mucho en acercármeles podría nunca interrogarlos.

Suspirando tallo mis ojos para espantar el sueño que está a punto de vencerme, y es que a veces por la madrugada me despierto con el corazón latiéndome como loco después de alguna pesadilla que al final termino por no recordar, lo que causa que después ya no pueda pegar el ojo en toda la noche.

Cansada sigo mi camino por el pasillo pero de pronto siento un bajón entre mis piernas que hace que me detenga abruptamente.

Reverenda MI-ER-DA

Apresurada me desvío hacia el baño de chicas.

"Genial, por andar ideando planes olvidaste que hoy era el día" me reprocha mi voz interior.

Inquieta entro al baño pero para mí mala suerte todos los cubículos están ocupados.

"Apúrenle... Esto es una emergencia" pienso mientras evito moverme para no causar otro bajón.

Como si Dios quisiera arruinarme más el día escucho como alguien entra al baño.

"Genial, si termino desangrándome aquí alguien más será testigo"

-¿Están todos ocupados? - me pregunta una voz dulce detrás de mí.

Inhalando profundamente evito mirar a mi nueva compañera.

"Gracias a Dios el baño huele a aromatizante de manzana con canela sino ya te habrías vomitado con tremenda aspiración" me reclama mi voz interna.

-Sí, eso parece ser.

-Ya veo...

"¿Qué tanto hacen en el baño, acaso son elefantes?"

-¿Cómo has estado? - vuelve a hablar la chica.

Confundida me giro a verla, pero oh sorpresa... Es la chica de la cafetería.

-Bien, creo que bien... - le digo lentamente.

"Es mi oportunidad"

Sonriéndome se pasa un mechón de su cabello detrás de su oreja. -Me alegra saberlo.

Al carajo con el baño. -Oye... ¿Cuál es tu nombre?

Una sombra de tristeza aflige su mirada antes de contestar. -Natalia.

-Okey Natalia, en verdad me alegra tenerte en estos momentos aquí - le digo de forma directa. -Lo que pasa es que tengo mucha curiosidad respecto a tu visita en el hospital, más que nada porque cuando entraste me saludaste como si nos conociéramos de toda la vida. - le digo mirándola con perspicacia, tratando de no perder ningún detalle de su reacción.

Comenzando a inquietarse evita mirarme a los ojos.

-Bueno, yo... yo no... yo... - tartamudea.

- A demás de que siento que te conozco a ti y a los chicos que estaban contigo pero no logro captarlo del todo.

Soltando una risa nerviosa se gira hacia el lavabo y comienza a peinar su cabello con sus dedos. -Sientes conocernos pero no sabes ni nuestros nombres.

Me cruzo de brazos. -Sí bueno, eso de perder recuerdos es una mierda ¿sabes?

-Lo siento - susurra con culpabilidad después de unos segundos, dejando de lado su labor con su cabello. -No debí decir eso, fue indebido de mi parte - dice antes de comenzar a caminar hacia la salida.

Oh, no tan rápido señorita.

Con firmeza la alcanzo y tomo su brazo entre mis manos. -Hey, espera, no tienes por qué disculparte cuando aquí la brusca fui yo - le digo con voz apenada. -No quise sonar de esa forma.

Sin girarse asiente. -No te preocupes, te entiendo.

Soltando un quejido lleno de frustración miro directamente la parte trasera de su cabeza. -Por favor solo dime lo que sabes, en verdad lo necesito ya que hasta ahora solo me han tratado como si fuera una niña pequeña.

-¿Quién te trata así?

-Mis padres y mi mejor amiga. O sea, sí, pasé y estoy pasando por un mal momento pero tampoco es para que me traten como si fuera de cristal y en cualquier momento me fuera a romper - digo abatida. -Yo solo quiero saber quién soy en realidad y recordar esa parte de mi vida que perdí - susurro mientras siento como mis ojos comienzan a arder. -Y la verdad hay algo dentro de mí que me dice a gritos que eso que me falta es importante y que tanto tú como tus amigos me pueden ayudar a saber qué es.

Dejando caer sus hombros Natalia quita mis manos de su brazo y se gira hacia mí.

-Sí, nos conocemos, de hecho éramos amigas antes de tu... - lo duda.

-De mi incidente - la complemento para que siga.

Asiente y centra sus luminosos ojos en los míos, dejándome ver la tristeza y la nostalgia en ellos. -Sí, antes de tu incidente eras mi amiga, y no solo de mí sino también de los chicos que viste conmigo en el hospital.

Frunzo el ceño "¿Por qué Melanie nunca me dijo nada y solo me mintió respecto a ellos?"

-¿Y qué pasó, por qué ustedes y yo ya no somos amigos? - le pregunto extrañada al notar que habló en pasado.

Da un paso hacia atrás. -A veces las cosas no salen como uno espera y ocurren cosas...

-¿Cómo que cosas?

Alza un hombro y hace un gesto con la mano como si estuviera espantando una mosca fuera de su camino. -Solo no se dieron las cosas entre todos nosotros - se silencia y muerde ligeramente su labio inferior para después negar con la cabeza. -Sin embargo ese día en el hospital quisimos ir a visitarte ya que en verdad nos alegraba tenerte de vuelta.

-Pero...

-Mira, si estoy contestando tus preguntas es porque pronto todos nosotros nos iremos de esta escuela y no quiero quedarme con el pendiente.

¿Irse?

-¿Te refieres a las vacaciones de verano? - pregunto, una nota de miedo filtrándose entre mis palabras.

Mirando sus zapatos me dice: -No, me refiero a que una vez que se concluya este semestre nos iremos a otra escuela - mirándome de regreso asiente como si intentara convencerse de algo. -Simplemente no nos volveremos a ver Sharon.

Atónita solo parpadeo mientras siento como mi estómago se retuerce ante sus palabras. Cuando veo que está dispuesta a irse la vuelvo a detener, ella se tensa.

-Espera, solo una última pregunta.

-Dila - no me mira.

-Después de que ustedes se fueron de mi habitación llegó otro chico, ¿A él también lo conozco de antes?

Expectante ante su respuesta dejo de respirar.

-Sí - se zafa de mi agarre. -Más de lo que te imaginas - duda un momento antes de soltar: -Y por el bien de los dos espero que lo recuerdes - concluye antes de salir del baño, dejándome sin palabras.

-Oye, ¿vas a entrar al baño?

Confundida me giro hacia la voz, una chica bajita me mira con diversión.

-Sí, ¿por?

-Es que de los cinco cubículos solo estaba ocupado uno; el mío - sonríe. -En realidad los demás estaban libres solo que las puertas estaban entrecerradas.

Simplemente genial.

.

Cansada me dejo caer de espaldas en mi cama.

"Vaya día"

Sin querer pensar y carcomerme la mente con lo que me dijo Natalia hace tan solo unas horas atrás cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño.

"-¿Por... Por qué me están buscando si yo no sé ni quiénes son? - vuelvo a hablar, la angustia saliendo a brotes de mi voz. Damián no me contesta sino que solo nos hace girar de nuevo hacia la derecha, esperanza surgiendo en mí cuando veo que hay luz saliendo de la puerta, solo unos metros más...

Solo...

Dolor, infinito dolor se extiende por mi cuerpo, intento hablar pero nada sale de mi boca y solo caigo al suelo.

-¡Sharon! - me llaman, y es entonces que veo entre mis lágrimas la cara borrosa de Damián mientras lleva sus manos a mi cabeza.

-Damián... - susurro entre sollozos mientras mis ojos se van haciendo cada vez más pesados, los sonidos siendo cada vez más difusos."

-¡NO! - grito mientras me despierto de golpe, asustada comienzo a tocar todo mi cuerpo en busca de sangre. -No, no, no... - repito una y otra vez hasta que mis padres abren la puerta de mi cuarto y entran.

-Hija, ¿qué pasa? ¿Estás bien? - me pregunta mi madre pero no le contesto y solo sollozo, al ver mi estado ambos se acercan y se sientan a cada lado de mí.

-Tranquila hija, solo fue una pesadilla, no es real - me dice mi papá antes de abrazarme junto a mi mamá, no digo nada y solo vuelvo a llorar en sus brazos.

Después de media hora mis padres abandonan mi cuarto una vez que les aseguro que me encuentro mejor.

A decir verdad no recuerdo la mayoría de mi sueño pero sí lo suficiente para saber que yo no terminé en el hospital por un asalto, yo terminé en el hospital por otra razón y ahora más que nunca voy a luchar por saber la verdad.

#

De nuevo es lunes pero a diferencia de los otros días no veo a Natalia ni a los demás chicos, eso sin duda me angustia pero no me dejo llevar por el miedo y espero al martes pero tampoco los veo, miércoles y nada, para estos momentos ahora sí el miedo hace mella en mí.

"¿Ya se habrán ido? No, imposible, aun no se concluye el trabajo escolar y mucho menos se han sacado calificaciones, además ella dijo que se iban para no regresar una vez finalizado el semestre.

¿Entonces dónde están?"

Desesperada solo veo como Melanie termina de hacer su ensayo final. Estamos en la biblioteca y no podría estar más agradecida por el silencio y el delicioso olor a libros que me envuelve.

-Sharon, tus padres me comentaron sobre tu pesadilla del viernes pasado - susurra sin dejar de escribir.

Me pongo seria de inmediato. -¿Y? - para este punto ya no confío del todo en mi mejor amiga pero trato de no dárselo a conocer, quiero saber que más me oculta.

-¿Cómo qué y? - pregunta confundida antes de dejar de escribir un momento para lanzarme una mirada confusa.

Me encojo de hombros y me levanto para ir por un libro de anatomía, al regresar me doy cuenta de que Mel no me ha dejado de ver.

-Sharon, sabes que cualquier cosa que te pase debes de decirle a tus padres o a mí, ¿verdad?

Suspiro. -Lo sé pero no ha pasado nada interesante, los dolores de cabeza no se han repetido desde el lunes pasado y ya no recuerdo nada sobre lo que soñé - miento.

Asintiendo me da una sonrisa de labios cerrados. -Está bien, pero cualquier cosa...

-Sí, sí, ya mejor apúrate o sino doña cara de estreñida te va a matar -digo burlona.

Soltando una ligera risa asiente. -Tienes razón, esa mujer es capaz de mandarme a servicio escolar a lavar los baños por no entregarle este escrito - dice con fastidio, girando los ojos.

Sonrío. -En especial porque ya estamos a nada de salir.

-¡Exacto! - dice un poco más alto causando que el bibliotecario nos silencie, ambas sonreímos.


"Necesito buscar al chico del hospital" pienso distraídamente mientras camino hacia mi siguiente clase, por lo que no me doy cuenta de que hay alguien interpuesto en mi camino, al menos no hasta que el golpe me avisa. Sin esperar el abrupto cambio pierdo el equilibrio y termino tirada de culo en el suelo.

Auch, eso dolió.

- ¿Por qué no te fijas por dónde vas? - me dice una voz masculina desde arriba.

¿Ah? Confundida alzo la vista y...

Madre de Dios y todos los santos reunidos.

Es él, el chico del hospital.

Apresuradamente me levanto. -Tú... - le digo mientras analizo su rostro, el cual por un momento se ilumina. -Tú eres el chico del hospital - su rostro se ensombrece.

-No sé de qué hablas - me regresa con voz desinteresada pero no le doy importancia ya que me pierdo en su atrayente mirada, la cual logra que ni siquiera el tránsito de estudiantes que pasan a nuestro alrededor me importe.

"Dios Mío, es tan hermoso" pienso con asombro mientras gravo cada detalle de su rostro en mi mente.

-Oye, deja de mirarme así, das miedo - me reclama a la par que frunce el ceño.

Me relamo los labios y no se me pasa desapercibida su fugaz mirada a estos.

-Como sea, lo importante es que estás aquí frente a mí después de pasar días buscándote - le informo.

De inmediato su rostro se llena de asombro. -Vaya, ¿y a qué debo el honor?

Frunzo los labios, vaya chico más raro. -Necesito cierta información y solo tú puedes dármela - digo con voz seria.

Fingiendo desconcierto se rasca la barbilla. -¿Yo? Pero que va, si solo soy un vago.

Cansada de su comportamiento lo miro mal. -Mira, necesito hablar contigo en privado, así que ven y sígueme - le digo antes de girarme y comenzar a caminar sin permitirle una réplica. Pero al no escuchar sus pasos me doy la vuelta, sorprendiéndome de verlo parado en el mismo lugar.

-Hey, muévete - le exijo, al verlo dudar me regreso y lo intento tomar de la mano pero él me esquiva y comienza a caminar por sí solo.

Lo sigo y él rápidamente nos adentra en un salón vacío.

-Ahora sí, ¿qué quieres? - lanza sin rodeos.

Lista para sacar mis miles de pregunta me recargo en la pared, los nervios comiéndome viva, Dios, incluso mi corazón está latiendo como loco.

-Tú y yo nos conocemos de antes - digo de manera segura.

Ante esto él se tensa y una capa de... ¿esperanza? aparece en su cara, desconcertándome por un momento.

-Sharon...

Sonrío ligeramente. -Lo que quiero saber es ¿qué fuimos tú y yo? Es que hace una semana un recuerdo surgió de las cavernosas profundidades de mi mente y en él yo estaba con un chico, realmente no recuerdo su cara pero su voz era parecida a la tuya - narro mientras no le quito la mirada de encima. -En ese recuerdo el chico y yo estábamos viendo las estrellas, al parecer estábamos en una cita, ¿te suena? - le pregunto con interés, de nuevo la esperanza y el miedo aparecen en su rostro.

Me cruzo de brazos, esperando su respuesta.

-¿Qué más recuerdas? - pregunta con inseguridad, mirándome como si esperase algo importante.

Hago una mueca, dudando de si contarle sobre mi pesadilla pero al final niego con la cabeza, esa información me la guardaré solo para mí.

-No has contestado a mi pregunta - le recuerdo.

Al escucharme decir eso él quita su mirada de la mía y solo observa la salida. -No tiene caso seguir hablando de esto - anuncia antes de caminar hacia la puerta.

Rápidamente me coloco frente a esta, ocasionando que él se detenga a un paso de mí.

De nuevo mi corazón se desboca ante nuestra proximidad, sin embargo aprovecho su cercanía para observar con más detalle sus hermosos ojos que me han tenido cautivada desde hace días.

-Sharon... - gruñe en un bajo tono ronco que de inmediato eriza mi piel.

-¿Quién eres en realidad? - digo sin pensarlo mientras lo miro con verdadera curiosidad, sin embargo él solo se aleja tres pasos hacia atrás.

-Nadie, no soy nadie en tu vida - dice con voz forzada.

Enojada me alejo de la puerta y me acerco a él de forma amenazante. - ¡No mientas! Natalia me dijo que nos conocemos de antes y no dudo ni un poco de que tú y yo hayamos sido algo alguna vez, ¡Solo dilo! - grito esto último, la frustración saliendo en mi voz.

Con la respiración agitada él se vuelve a alejar de mí. -No sé qué te habrá dicho ella pero te mintió.

Frustrada ahora soy yo quien pone distancia entre nosotros. -No, yo confío en ella y sé que no me mintió.

-Pues tal vez no deberías de confiar tanto en su palabra, además, ¿qué más da quién soy? Total, yo me marcho mañana del país - dice amargamente.

Sorprendida solo le lanzo mis preguntas. - ¿Qué? Pe-Pero ¿Por qué?

-Lo que oíste, mañana me marcho de la escuela, de la ciudad y de este país, las razones me las guardaré si no te importa - dice de forma abrupta, dando a entender que no dirá nada más.

Rápidamente niego con la cabeza. -No, no puedes irte.

Acercándose a mí me acorrala contra la pared. - ¿Ah, sí? ¿Y por qué no?

En un principio no digo nada y solo disfruto el cómo su aliento choca contra mis labios.

-Contesta - me pide en un dulce susurro antes de llevar su dedo pulgar a acariciar mi labio inferior, no me muevo.

-Yo... - paso saliva, ni siquiera sé porque le estoy permitiendo tenerme de esta forma pero es que simplemente se siente... Bien.

Sin dejar de ver mis labios se relame los suyos.

"Calor, hace mucho calor" pienso mientras intento enlazar mis ideas.

-Por favor no te quedes callada y dime algo - me vuelve a pedir antes de volver a mirarme, la súplica siendo clara en sus ojos.

-Bueno, yo... Solo no quiero que lo hagas - le digo de manera torpe, esperando que esa sea la respuesta correcta, pero al ver como cierra los ojos y su rostro se reviste de dolor sé que no lo fue.

Alejándose de mí asiente. -Claro, eso... - sonríe de forma agria. -Lo siento - dice antes de salir del salón.

Yo lo dejo ir, aturdida por lo sucedido.

^_^_
Holaaaa mis amores, esperando que se encuentren bien de salud les traigo un nuevo capítulo.
Ojalá les haya gustado.🌹

Ahora bien, se viene un capítulo un tanto interesante...

Así que les voy a pedir que se agarren de donde puedan y se preparen para algo muy intenso, jejeje.🙊

¿Adelanto?

Mmmh, simplemente diré un nombre:

Verónica

Me despido, ya nos veremos la siguiente semana mis amores preciosos.

Y cualquier dudita déjenla en los comentarios que yo encantada de responder

ATTE: yo

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