CAPITULO 49💀
DAMIÁN
Después de infinitos minutos llego al Hospital.
Para estos momentos todos ya están aquí; Zed, Logan, Kenndrew, Natalia y por supuesto Melanie, esta última corre hacia mí, llorando.
-¡Desgraciado! –dice con voz tensa antes de soltarme una cachetada la cual me gira la cara, ni siquiera intento tocar el área afectada. –ERES UN ESTÚPIDO, DAMIÁN, ¿CÓMO PERMITISTE QUE LE PASARA ESTO?
Yo no respondo pues no tengo justificación, Sharon estaba conmigo y mi deber era protegerla, cosa que no hice. Por ello cuando Melanie me comienza a golpear el pecho con sus puños no hago nada por detenerla, ni siquiera dejo que mis amigos intervengan.
Me merezco esto y más.
-¿PARA ESTO LA QUERÍAS? ¿PARA DAÑARLA?
-Por supuesto que no...
-NO DIGAS QUE NO CUANDO ESTAMOS EN ESTE MALDITO LUGAR POR TU CULPA – me grita.
Evito su mirada. –Melanie...
-No, no digas nada ya, solo ten en cuenta que si le pasa algo más allá dentro te juro que te voy a matar – dice con furia, sin esperar una respuesta de mi parte se aleja de mí, llorando.
Dándome una mirada de disculpa Natalia la sigue.
-Hermano estás empapado, ¿dónde diablos te metiste? – me pregunta Logan acercándose junto a los demás.
Ante sus palabras siento como el frio cala en mi cuerpo pero lo ignoro y solo pregunto: – ¿Noticias?
-Sus padres vienen en camino, para estos momentos de seguro ya están a nada de llegar – me contesta Zed, la preocupación clara en su rostro mientras me sigue analizando.
Asiento. –Bien.
-¿Bien? Sabes lo que va a pasar, ¿y solo dices bien? – me reprocha Kenndrew.
- ¿Y qué mierda quieres que te diga, he? – le digo enojado, apretando mis puños a mis costados –. Créeme que en estos momentos eso es lo que menos me importa – puntualizo en voz baja. –Joder Kenndrew, en estos momentos la mujer que quiero está luchando por su vida ¡¿Y tú quieres que me preocupe por eso?!
Al escucharme suaviza su rostro.
-Tienes razón, discúlpame por ser tan cretino, es solo que.... – niega con la cabeza. –Estoy preocupado y tengo miedo de que le pase algo malo...
Frunzo el ceño, imitando a Logan y Zed.
Al ver nuestras caras él suspira. -Yo... No es lo que piensan, es solo que... No lo sé, es algo que simplemente siento, no entiendo de donde sale, solo está ahí el miedo, la angustia... Todo.
Frunzo más el ceño. –Pero...
-No se preocupen, ella se pondrá bien – nos dice Logan, cortándome.
Suspirando tomo asiento en una banca. –Si algo más le llega a pasar... - susurro con pesar, mi vista perdida en el suelo blanco del hospital, mi corazón oprimiéndose al recordar el estado de Sharon en el carro.
Zed y Logan recargan su mano en mi espalda en forma de apoyo, pero es Kenndrew quien me sorprende pues se coloca frente a mí y me levanta de un tirón, abrazándome, pronto los demás chicos se nos unen.
Antes de que finalice el abrazo Natalia aparece y corre hacia nosotros, uniéndosenos.
Al tenerlos ahí conmigo, agradezco por tenerlos a mi lado.
Joder, soy tan afortunado.
*
En menos de quince minutos Sandra y Rogelio atraviesan las puertas del hospital.
Suspirando me preparo para la confrontación, dejando de lado el café que me consiguió Natalia al ver que no me iba a ir del hospital para cambiarme de ropa.
-Tú... - se acerca Sandra seguida por su esposo.
-Damián – me dice Rogelio con crudo enojo, lo siento por como pronuncia cada letra de mi nombre, como si fuera tan desagradable decirlo.
"Ya somos dos"
-Ella está en quirófano, está siendo atendida por los mejores médicos y enfermeras de la familia – digo con voz neutral, mirando primero a la mujer esbelta y de cabello negro ante mí para después mirar a Rogelio, el cual se ve tan diferente en estos momentos con el traje arrugado y su cabello despeinado.
-¿Por qué no la protegiste? Ella estaba contigo, ¿qué te costaba cuidarla? – me recrimina Sandra mientras su rostro se distorsiona con dolor y rabia. –Ella confió en ti y tú... Ni siquiera te puedo mirar – negando con la cabeza se aleja de mí.
Pero ni siquiera ver a Sandra sumergida en lágrimas hace que me duela su estado.
En eso Melanie se levanta de una de las sillas de la sala de espera y se acerca a Sandra para abrazarla con fuerza.
Quito la mirada de ellas y solo me centro en Rogelio, el cual me mira un momento antes de hacerme un gesto para después dirigirse a un área desolada del hospital, entendiendo su mensaje dejo a mis amigos en la sala y sigo a Rogelio. Esto es solo un asunto entre él y yo.
-¿Cómo pasó esto? – pregunta mientras se recarga en la pared, lo imito sin querer verle la cara tampoco.
-No lo sé, ella y yo estábamos por irnos del teatro cuando se nos persiguió, al darme cuenta de lo que estaba pasando decidí llevarla por unos túneles que tiene el teatro y ahí es donde se nos rodeó y le dispararon.
– ¿Y por qué cojones tú estás ileso? – dice con recelo, la implicación siendo clara en su voz.
Sin tener escapatoria de lo que estoy a punto de decir decido encararlo, con amargura le digo: –No lo sé, ellos la estaban buscando a ella.
Con enfado me toma del cuello de mi camisa. – ¿Sabes qué esto es tu maldita culpa, no? – lanza con desprecio. –Si tú nunca te hubieras involucrado en su vida esto jamás habría pasado – aprieta más su puño en mi ropa. –Ella estaría bien si no fuera por ti, ¿lo sabes?
Asiento, sé que todo es mi culpa.
"Pero si tú eras el que la quería muerta" me recuerda mi conciencia, "Pero ya no" le regreso.
-Tú sabias que ella jamás debía de involucrarse en este mundo – continúa en voz baja, acercándose a mi rostro. –También sabías que al estar con mi hija ella se convertiría en un maldito trofeo invaluable, considerando que tú eres alguien muy importante, y aun así te quedaste a su lado – mirándome con desprecio me suelta abruptamente, causando que retroceda un paso ante el cambio.
No digo nada, solo me quedo ahí parado mirando como mi peor enemigo se desarma en mi cara, sin embargo no causa nada en mí, simplemente estoy... Vacío.
Como si de pronto una idea se iluminase en su mente se comienza a reír sin humor. –Ah, pero que estúpido, ¿Cómo es que no me di cuenta antes?
Yo solo frunzo el ceño.
Mirándome con rencor me suelta un puñetazo, sin contemplación caigo al suelo.
-Eres un imbécil, Montero, mira que seducirla para convertirla en una presa y que así ella descubriera todo... Vaya plan tan brillante.
Comenzando a enojarme me levanto. –Tú más que nadie sabía que era solo cuestión de tiempo para que ella se convirtiera en una presa y que se tuviera que enfrentar a este mundo – le recrimino. –El que yo haya llegado no causa ninguna diferencia porque si mal no estoy muchos ya andaban tras su cuello – le digo mientras lo señalo con acusación. –Hasta para ti decirme eso es tan mísero, tú más que nadie le ha mentido, ¿Acaso no te das cuenta de tus errores?
-SI, si me doy cuenta, Montero, pero si tan solo tú no te hubieras acercado a ella...Tal vez yo habría podido evitar una situación como esta – intenta acercarse de nuevo a mí pero yo me alejo, ni siquiera soporto tenerlo cerca.
-Cállate ya Rogelio – exijo –. ¿A caso tú tuviste alguna contemplación con mis padres? – digo con asco al recordar el día en que se nos notificó la muerte de mis padres.
" Mientras termino de comer escucho como el timbre de la casa suena incesantemente.
Extrañado al no ver a Jazmín cerca, decido abrir yo.
Sorprendido de ver a un oficial en la puerta me hago para atrás.
-Hola – me saluda.
-¿Sí?
-¿Estará algún familiar mayor de edad contigo? – me pregunta mientras intenta ver dentro de mi casa.
Confundido asiento pero no tengo que moverme ya que Jazmín, mi nana, los recibe.
-Vamos Damián, regresa a comer ya yo me encargo – me dice con apuro.
Yo hago como que me voy pero me escondo tras la pared de la sala para así escuchar la conversación.
-Considero que no hay forma de decir esto así que seré claro – dice el oficial.
Silencio.
-Por favor hable ya, me está poniendo de los nervios.
-La señora del Castillo y el señor Montero han muerto, todo indica que fue a causa de un accidente automovilístico, sin embargo se están haciendo las investigaciones correspondientes.
Dejo de escuchar y solo me centro en el piso, el shock invadiéndome
¿Qué? "
Mirándome con confusión niega con la cabeza. – ¿Pero de qué estás hablando?
Estoy a punto de soltar todo lo que llevo encima cuando Sandra nos interrumpe.
-Rogelio, una enfermera pronto nos estará notificando el estado de nuestra hija, ven por favor – dice mientras mira a su esposo, ignorándome por completo.
Con una última mirada llena de confusión Rogelio se aleja con su esposa.
"Tenemos mucho de qué hablar Middleton, y lo haremos" lanzo en promesa mientras voy tras de ellos.
-Bueno, ya que estamos todos les explicaré lo que está pasando – indica la enfermera con total seriedad en cuanto nos colocamos a su lado.
Mentiría si dijera que los nervios no están al filo tanto para mis amigos como para Melanie y los padres de Sharon.
-Por favor hable ya – suplica Sandra mientras su esposo la abraza de lado.
-Díganos que tan grave fue el daño – le secunda Rogelio.
Dirigiéndonos una mirada de comprensión asiente la enfermera. –Antes que nada les quiero decir que la señorita ya está siendo atendida con las medidas necesarias para preservar su salud...
-¿Qué medidas se están tomando? – la interrumpe Sandra.
-La señorita Middleton Martínez recibió dos impactos de bala, uno en la región posterior del muslo, ahí el daño fue el más grave ya que la bala quedó dentro del muslo y causó una hemorragia. El siguiente impacto fue un roce en el área abdominal, más específicamente en el flanco derecho, afortunadamente como dije anteriormente, solo fue un roce sin embargo eso no evitó un sangrado. Debido a esto se le intervino quirúrgicamente. – haciendo una pausa analiza nuestras caras, deteniéndose en la de Abda, la cual está en la parte trasera de todos nosotros junto a su padre.
-Estos sangrados hubieran llevado a la muerte a la señorita si no hubiera sido por el excelente trabajo que realizó la señorita Abda, gracias a sus ajustes y correcta presión evitó que esto avanzara a más.
Atónitos, los padres de Sharon voltean a ver a Abda, esta ante tanta atención se sonroja. No me sorprende realmente este cumplido hacia ella ya que sé perfectamente que tiene excelente entrenamiento para este tipo de situaciones, no por nada ella es muy importante para la familia.
-Pero antes que nada también quiero recalcar un punto importante – nos dice la enfermera, llamando nuestra atención de nuevo, la seriedad dominando por completo sus rasgos, de inmediato me pongo tenso. –Los impactos fueron demasiado fuertes para su sistema por lo que podríamos estar ante un traumatismo cerebral como reacción ante estos, ya se le hicieron los análisis correspondientes y solo estamos esperando los resultados
Ante esas palabras dejo de respirar. – ¿Eso... Eso qué significa? –pregunto con la voz temblorosa.
Mirándome con compresión, suspira. –Significa que podría caer en coma.
Mierda.
-Esto es solo una posibilidad, no sabemos a ciencia cierta cómo va a reaccionar su cuerpo...
Sin querer escuchar más me alejo de todos mientras los padres de Sharon piden más detalles.
"Todo esto es mi culpa" pienso mientras me dirijo afuera del hospital, abrumado por la situación. Sin querer ver a nadie me siento en una de las jardineras que hay afuera.
Después de unos minutos escucho como alguien se acerca, ni siquiera levanto la vista.
-Ya sé lo que estás pensando y para tu información esto no es tu culpa – me dice Natalia antes de sentarse a mi lado.
No contesto.
-Damián, no te puedes culpar de este modo cuando...
-¿Cuándo qué Natalia? Es obvio que tengo la culpa – la interrumpo con brusquedad mientras me levando, pasando una de mis manos por mi cabello, alborotándolo. –Debí de saber que al afrontar a George del modo en que lo hice solo traería consecuencias – cierro los ojos. –Es solo que pensé que al ser su sobrino, casi un hijo para él, no nos haría nada.
-Damián, tú no sabías que tu tío iba a reaccionar de este modo tan violento. En este caso tanto Sharon como tú son las victimas de él...
-¿Cómo puedes decir eso cuando es ella la que está allá dentro luchando por su vida y yo estoy aquí, ileso? – le digo con resentimiento mientras señalo con un dedo el hospital, mi respiración agitándose. - ¿Cómo puedes decir eso cuando Sharon es la que está en riesgo de caer en coma?
Con tristeza ella se levanta y me abraza. –Damián, entiende por favor que no eres responsable de nada, ni de esto ni de la muerte de tus padres – dice con calma, sus palabras calando en mi alborotada cabeza, causando que mi corazón se apriete. –Por favor no te tortures así.
Le devuelvo el abrazo, aun si así no comparto sus ideas.
-Gracias – le digo con sinceridad.
-Lamento interrumpir su dulce momento pero necesito hablar con el joven – nos interrumpe una femenina voz.
Alejándonos Natalia me da una mirada interrogante, yo asiento.
-Cualquier cosa llámanos – me dice antes de irse, siendo víctima de la recelosa mirada de Sandra.
Sin soportar como ve a mi amiga me pongo frente a ella. – ¿Qué quieres? – le pregunto con cansancio, importándome un comino el hablarle informalmente.
La imponente mujer en traje me mira con indiferencia. –Creo que con esto estamos claros que no te quiero cerca de mi hija, por lo que te prohíbo rotundamente que la vuelvas a ver – dice en amenaza. –Aléjate o...
Sonriendo con desgana miro hacia arriba, observando el cielo grisáceo. –Puedes quedarte tranquila, no planeo acercármele de nuevo.
–Vaya, creí que sería más difícil convencerte, hasta ya tenía planeadas unas ofertas para ti en caso de que te negaras.
Ante sus palabras regreso mi atención a ella. -No se ilusione señora, si estoy accediendo a esto no es porque tú me lo esté pidiendo, si lo hago es por... - me detengo al recordar la amenaza de George. –Es por decisión propia, créeme que en cuanto ella reaccione positivamente me iré para siempre de su vida.
-No, no pienso dejar que te quedes ni un día más a su lado, ni siquiera en el hospital – reclama mientras su semblante se torna ofendido.
Mirándola con hastío llevo mis manos a los bolsillos de mi pantalón. –Mira, si tú y tu esposito me dejan quedarme hasta que ella reaccione les prometo que me largaré de México.
Al escuchar mis palabras su cara se ilumina un momento antes de pasar a la desconfianza. – ¿Y cómo puedo saber que lo que dices es verdad?
-Simplemente tendrás que confiar en mí, con lo que acaba de pasar sé que el estar a su lado solo le traerá más problemas a ella.
-Estas en lo cierto, tú solo eres un problema en su vida – afirma con descaro.
Sonrió con burla ante sus palabras. –En especial para ustedes, ¿no?, los mayores mentirosos en su vida.
En cuanto mis palabras salen de mi boca ella se tensa en su lugar. –Eres un...
-Solo será cuestión de días para que me largue de aquí una vez que ella esté despierta. – la interrumpo sin querer oír sus estúpidas justificaciones.
Meditando mis palabras mira un momento el suelo para después mirarme de regreso, la satisfacción clara en su rostro. –Me parece bien.
Sin querer verla satisfecha le digo: -No te sientas tan bien por esta decisión, ya que como te dije anteriormente, si hago esto es por mi decisión, créeme que lo que tú y tu esposo quieran me importa diez kilos de mierda.
Sin querer seguir hablando con ella me doy la vuelta y entro al hospital antes de arrepentirme de lo que acabo de decir, sintiéndome tan mal por eso.
*
Si en algo soy bueno es en saber ocultar mis emociones, y esta vez no fue la excepción cuando después de dos horas el doctor salió.
De nuevo todos nos reunimos a su alrededor, excepto Abda y Javier que tuvieron que regresar a la mansión por órdenes de George.
-La señorita salió bien del procedimiento para sacar la bala y suturar el área abdominal.
Sacando el aire que estaba reteniendo cierro los ojos.
-Sin embrago... - se detiene, dándonos una mirada llena de empatía.
"No, por favor no..."
-Sin embargo su cuerpo no resistió y cayó en estado coma, no sabemos por cuento tiempo estará así, todo va a depender de su sistema... – dice antes de dar unos últimos detalles y retirarse.
No miro a nadie, ni siquiera parpadeo.
"No"
-¡Esto es tu maldita culpa! – me grita Sandra pero yo la ignoro y salgo del hospital.
-¡Damián! – me llaman mis amigos.
-¡Déjenme en paz! – les grito de vuelta antes de tomar un taxi he irme.
" –Maldita sea, este cuarto es un reverendo asco – reclama mi tío antes de abrir las cortinas de mi cuarto.
Gruño sonoramente mientras el Sol lastima mis ojos, por lo que alzo mi colcha hasta que ésta los tapa pero no me dura mucho ya que es arrancada de mis manos.
-Levántate pero ya, tenemos asuntos que tratar y el que estés aquí echado y crudo no me sirve de nada.
Sabiendo que es caso perdido discutir con este hombre me siento en la cama. -¿Qué quieres? – le pregunto con recelo antes de llevar mi mano a mi cabeza.
"No debí tomar así"
-Damián, ya pasaron dos años desde que murieron tus padres y...
-¿A qué viene esto? – le interrumpo molesto, sin tener ánimos de querer entrar en ese tema.
-Desde que murieron te has negado a recibir ayuda para pasar mejor esa etapa tan cruel en tu vida – dice con calma, tratando de no alterarme, yo solo evito mirarlo a los ojos. –Por eso imagínate cual fue mi sorpresa cuando Kenndrew me contó que por fin estás dispuesto a recibir esa ayuda profesional.
-Vaya chismoso que resultó ser – le digo de mala gana antes de pararme y dirigirme a la ducha con la esperanza de cortar la plática, fallando como siempre.
-Damián, no puedes seguir con esa actitud, ya tienes diecisiete años y tú...
Furioso por sus palabras me giro en su dirección, interrumpiéndolo. –George, tengo una cruda de los mil demonios y te aseguro que ahorita estoy que me lleva el infierno, así que si fueras tan amable de largarte de mi cuarto te lo agradecería bastante.
Lo menos que quiero en estos momentos es hablar de mis padres, en especial porqué sé que esa herida aún sigue bastante fresca. Si no fuera por el apoyo que he recibido de Kenndrew desde que llegó a mi vida hace solo dos años, no sé qué hubiera sido de mí. De hecho si acepté ir con un psicólogo es porque él me ayudó a ver cómo estaba desperdiciando mi vida.
-Tú siempre estás enojado y ese es el problema – me dice con cansancio mientras se levanta de mi cama. –En fin, yo solo quería venir a felicitarte por la decisión que has tomado, espero y la puedas cumplir.
Mirándolo con burla me quedo en la puerta del baño, repasando sus facciones las cuales no muestran nada, típico de él. –Si lo hago es por mí y no por ti – recalco.
-Lo sé y no espero que sea por mí, solo... - se silencia antes de dirigirse a puerta de la habitación. –En cuanto te rehabilites te recompensaré.
Sorprendido alzo mis cejas. – ¿Ah, sí?
-En cuanto vea que has mejorado te daré todas las armas necesarias para que destruyas a los asesinos de tus padres.
Al escuchar eso desvío mi mirada de la suya y solo me centro en la pared frente a mí. –Ya te he dicho que necesito todas las pruebas de su asesinato.
-Pruebas y más pruebas, ¿qué más necesitas que mi palabra para confiar en que los Middleton son los asesinos? – lo vuelvo a mirar. –Pero si insistes entonces en cuanto te recuperes te las daré.
-Ya, ¿me las darás solo así? – le digo con confusión.
Sonriendo se acerca a mí y aprieta ligeramente mi brazo. –Claro, creo que es justo que descargues tu furia en los verdaderos culpables en vez de ti, que eres solo una víctima más de esa familia.
Sin más se va, dejándome hecho un desastre "
Desde ese momento luché más de dos años por recuperarme, teniendo recaídas como era de esperarse, pero al final lo logré y recuperé la cordura que me faltaba desde que murieron.
Mentiría si dijera que no fue un momento muy duro en mi vida.
Sin querer pensar de más le indico al taxista que me lleve a mi refugio; la cabaña que alguna vez compartí con ella y solo con ella.
*_*_*_*
Holi, aquí un nuevo capítulo
Jajaja sí, soy yo actualizando tan rápido😘 porque los milagros literarios ocurren, mis amores ❤
Pregunta seria, ¿algunas vez han escuchado las canciones que les dejo arriba? Si es así, ¿se han dado cuenta que en ellas pueden encontrar ciertas pistas?
MMM, información que cura🤭
Ahora solo diré :
¿Será que ya se acerca el final de esta maravillosa historia? ¿Será qué no?
¿Qué nos deparará el siguiente capítulo?
No sé, no sé, pero lo que sí sé es que será algo jugoso
Muajajaja, ok no.
CUIDENSE Y NO SALGAN DE CASA 😘
ATTE: yo😂
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