Somnolienta sonrío mientras cambio de postura en la cama de pronto un repentino dolor entre mis piernas hace que me detenga en el proceso. Asustada abro los ojos y me siento, parpadeo varias veces para que mis ojos se acostumbren a la luz.

Un tanto asustada observo a mi alrededor, buscando a Damián. – ¿Dónde está?

Al no verlo por la habitación niego con la cabeza mientras enredo una sábana alrededor de mi cuerpo para poder levantarme e ir al baño.

Una vez dentro me sorprendo de mi aspecto.

-Diablos Sharon, parece que te... – sin poder acabar la frase me sonrojo.

Damián y yo... Hemos compartido el mejor momento de mi vida.
Sonriendo y con la esperanza de encontrarlo por la casa salgo del baño para vestirme.

Flipando me empiezo a vestir, lo de anoche fue algo mágico, jamás creí que podría ser tan romántico todo. Damián supo ser todo un caballero sin importar nada. Estoy tan feliz que hoy nada en el mundo podría arruinarme este día.

Una vez vestida decido salir del cuarto, preparada para estar con Damián y darnos la oportunidad de ser felices al fin.

-Rayos, ni si quiera sé por dónde ir – digo un poco confusa al ver el corredor, sin en cambio rápidamente encuentro las escaleras.

Sorprendiéndome de ver que la casa de Damián es completamente de madera.

Con cuidado bajo las escaleras, ya que si bien ha disminuido el dolor entre mis piernas aún hay una ligera punzada.

-Dios – susurro una vez llego al final de las escaleras, sorprendida de lo que veo.

Al parecer estoy en la sala, pero claro, esta no podría ser una sala común y corriente, no, claro que no; además de ser gigante cuenta con una gran chimenea que se encuentra en la pared derecha a mí. Los sillones están dispersos frente a esta y una gran pantalla está puesta arriba de la chimenea.

-Vaya.

Conforme termino de recorrer la cocina y el comedor una idea se forma en mi mente y es que esto parece más una cabaña que una casa donde viviría Damián.

-¿A dónde me trajiste? – susurro mientras me acerco al comedor, ya que una nota con mi nombre está encima, junto a un plato con fruta y una pastilla.

Temerosa la tomo, esta está escrita a mano, de inmediato identifico la letra de Damián.

"Sharon, tuve que salir debido a unos problemas. Si te sientes adolorida te dejé una pastilla a lado del plato de fruta que está junto a esta nota.
Si decides irte tu auto está en la entrada y tu GPS ya está arreglado para llevarte a casa.

Con cariño, Damián."

Confundida decido tomar la pastilla y la fruta.

Estoy a punto de marcarle a Damián para ver si se encuentra bien cuando de pronto me llega un mensaje de un número desconocido.

"Para que no te quedes con
la duda de donde estuvo
tu novio el otro día"

Enseguida una serie de imágenes se descargan.

-¡Dios mío! – sin poder evitarlo las lágrimas llegan a mis ojos.

Tres imágenes, solo eso basta para hacerme romper en llanto. En ellas aparece Damián acostado en una cama, sin nada puesto, excepto por una sabana enredada en la cintura, sin en cambio lo que llama mi atención es quien está acostada a lado de él; Verónica. Esta está recostada sobre el pecho de Damián, tal y como yo estaba anoche...

Furiosa decido salir de la casa, con un solo objetivo en mente.

***

No tardo en llegar a mi destino ya que el trayecto me resultó muy sencillo ya que a dónde me llevó Damián era una cabaña privada fuera de la Ciudad, donde a solo unos pocos kilómetros mi padre tiene la suya propia.

Sin en cambio para salir tuve que pasar por varias personas que al parecer cuidaban el área, donde según entendí Damián es dueño de esa propiedad.

Sin en cambio nada de eso me hizo perder mi objetivo en mente.

Ir al encuentro de Verónica.

Aun ardiendo de furia aparco frente a la casa de ella. Sin aparente prisa toco el timbre varias veces.

-¿Quién? – una voz suave sale por la bocina del timbre.

-Sharon, vengo a ver a Verónica.

Silencio.

-Espere un momento – me dice la misma voz antes de romper la conexión.

Cuando empiezo a dudar de que hago aquí la puerta es abierta y una reluciente Verónica sale.

-¡Tú! – le digo a la vez que le doy una cachetada.

-¿¡Pero qué demonios te pasa!? – me dice mientras se toca el área afectada.

-Eres una maldita zo...! – pero no le término de decir nada ya que de pronto ahora es a mí a quien le duele la mejilla.

-A mi casa no me vengas a insultar, ni siquiera sé que mierda haces aquí – me escupe, furiosa.

-Tú te acostaste con Damián el otro día ¡Sabiendo que YO era su novia!

Al comprender mis palabras sonríe –. ¿Te refieres a ese día cuando te llamó para salir en la noche? – sin ocultar su culpa se empieza a reír. – No sabes cuánto agradezco que hayas decidido cancelar todo, él estuvo excelente toda la tarde.

Cegada por lo que a dicho le tiro del cabello.

-¡Eres una maldita zorra! – le digo mientras ella grita que la suelte.

Sin esperármelo termino tirada en el suelo con ella encima de mí, liberándose de mi agarre. Sin darle tiempo de reaccionar me intento levantar pero ahora es ella quien tira de mi cabello, rápidamente llevo mis manos a este, para así evitar que duela el agarre de Verónica.

-Y tú, eres una estúpida ingenua – en eso me toma del brazo, clavándome las uñas.

Adolorida y enojada suelto mi cabello y le doy un puñetazo en la boca lo suficientemente fuerte para que me suelte, permitiéndome parar.

-Qué lástima das al acostarte con alguien que sabes que ya tiene pareja ¿tan necesitada estás de atención? – le digo con voz áspera por el esfuerzo.

Riéndose se empieza a levantar. – ¿Intentado atacar para superar el dolor de saber que no le eres suficiente a tu novio?

Dolida por sus palabras la vuelvo a tirar, quedando encima de ella, pero antes de que pueda soltarle otro puntazo alguien me toma de la cintura y me aleja de ella.

Frenética empiezo a patalear. – ¡Maldita sea, suéltame! Tengo que darle su merecido a esa perra – grito mientras veo como Logan lleva a Verónica dentro de su casa.

-Joder, es malditamente caliente verte en este estado, pero por más que me encante verte pelear así la verdad es que no quiero que vayas a la cárcel.

Al escuchar esa voz dejo de moverme. Dolor agrio se instala en mí.
Por lo que al darme la vuelta y ver la cara sonriente de Damián no dudo un momento, y a pesar del dolor en mi mano, le suelto una cachetada, la cual resuena y le gira la cara.

-¿Pero qué diablos? – me dice sorprendido.

-Dime por qué Damián – digo con la garganta cerrada, sintiendo como mis ojos empiezan a arder por las lágrimas retenidas.

Al ver mi estado él intenta acercarse pero lo empujo. – ¡No te acerques! –le digo en un chillido.

-Sharon ¿Qué pasa, por qué estás así?

-¿¡Por qué, Damián!? ¿Porque demonios te tuviste que acostar con ella estando conmigo? – al salir mis palabras vuelve a intentar acercarse pero yo intento alejarlo, esto no lo detiene y sin poder contra él, me abraza.

-Yo... Yo te entregué algo muy valioso anoche, y, y tú te acostaste con ella ese día que iba a ser nuestra cita – digo mientras lágrimas ruedan por mis ojos.

-Lo siento – me dice.

Al escuchar eso de su parte causa que mi corazón se parta. Así que sin que se lo espere le doy un rodillazo en su parte íntima. De inmediato suelta el aire bruscamente y cae al suelo.

-Metete tu lo siento por donde mejor te quepa, acabas de herirme ¿y es lo único que dices? ¡Eso no arregla nada, así que no vuelvas a buscarme, maldito imbécil! – le digo antes de darme la vuelta y entrar a mi auto e irme.

Dolorosas lágrimas invaden mi rostro mientras conduzco, cada recuerdo de anoche me invade, cada caricia, cada beso... Todo lo creí tan único, pobre imbécil de mí.

Sin querer atormentarme más decido llamar a mi hermana.

-Aquí, el amor de tu vida – me dice en broma.

-Mel, tenías razón, fui una estúpida – le digo, sin ocultar el dolor en mi voz.

Al momento solo hay silencio, haciéndome pensar que no está ahí, pero luego un enorme suspiro me hace saber que si –.Tranquila, estoy sola en casa, aquí te espero.

Algo de alivio me invade el pecho al saber que sin importar que pase ella siempre estará para mí.

***
DAMIAN

-Mierda – susurro mientras me levanto, adolorido por el golpe de Sharon.

Joder, "en verdad la lastimé" pienso mientras me dirijo a mi auto "¿Qué no es lo que querías desde un principio?"

Frustrado y confundido enciendo mi auto. Sé que lo correcto es ir hasta ella "¿Y luego qué?" pienso, sí, es cierto que me acosté con Verónica y para eso no hay excusa alguna. Sin saber que hacer decido ir a casa, a pesar del extraño dolor instalado en mi pecho que cada vez que recuerdo a Sharon llorando por mi culpa llega con más fuerza, en especial si recuerdo lo que juntos vivimos anoche.

Ella se entregó a mí en cuerpo y alma, y yo, por no saber cómo manejar nuestra relación la terminé traicionando de la peor forma.

-¡Maldita sea! – furioso acelero el auto.

Ya pensaré en algo, pero la recuperaré a como dé lugar.

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Hola mis amores preciosos😊
¿Cómo han estado?😄
Espero que muuuy bien😎

Díganme ¿Qué les pareció el capítulo?🙈 Ojalá les haya gustado🙌jejeje.

Sí, sé que no he sido constante😭 en actualizar, y para ser sincera no sé cuando lo volveré a hacer😣 ya que ahorita ando muy atareada con cosas Universitarias, y la verdad para los próximos meses me será más la carga💔. Espero me comprendan y tengan paciencia❤.
Ojo,  NO abandonaré la historia😉 solo que tardaré en actualizar. 💌

Con amor espero estar pronto aquí de nuevo💜. 

Sharon y Mel🙊💖

Platiquenme sobre lo que sospechan que pasará.
Sus reclamos para Damián o por el contrario, su apoyo hacia él.
Que les va pareciendo la historia.
Saben que el leer sus comentarios es lo máximo para mí🙊💚

Mis amores amorescos✨ que tengan un gran Año Nuevo🙌tarde pero seguro😘.
Mil gracias por haber hecho realidad mi sueño de escribir para alguien 😭💖 son de lo mejor, en verdad, infinitas gracias por estar aún aquí, a mi lado junto a esta, mi primera novela✨💚.
Los amorito mucho💓

Atte: yo😂