Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 36🔞

Arrugo mi nariz al percibir el olor del humo ceroso que me alcanza, el cual provoca que me despierte.

Parpadeando un par de veces, trato de averiguar dónde me encuentro.
Sorprendiendome al notar que estoy recostada en un cama, cubierta con un par de mantas de color púrpura. Los cojines amontonadose debajo de mi cabeza y de mis pies.

Delante de la cama hay una mesa de madera que contiene una serie de velas encendidas que rodean un tazón de cerámica.

"Con que de ahí venía el humo..." pienso con molestia.

La poca luz que proviene de las velas y de una lámpara que está en una cajonera al costado de la cama, llena de sombras el suelo pulido de madera.

Mientras me siento en la cama hago una mueca pues un dolor en mi espalda hace acto de presencia.

Pero nada de eso me importa ya que de pronto la realidad cae sobre mí.

Había estado a un escaso segundo de morir.

Giro la cabeza y escudriño el cuarto. No hay ningún signo de alguien más en el cuarto. ¿Había salido todo mal y me llevó Jon? Asustada me levanto de un brinco, con el corazón latiéndome con ferocidad. Ignorando el ligero dolor en mis músculos comienzo a caminar hacia la puerta, pero de pronto un ligero mareo me invade, haciendo que me detenga. Diablos, no volveré a tomar por un largo tiempo, pienso.

De pronto la puerta es abierta bruscamente, exaltándome y causando que suelte un gritito. Mi mente grita que me mueva pero mi cuerpo no obedece, alivio y a la vez miedo luchan dentro de mí al ver a Damián en la puerta, oculto por las sombras del cuarto causadas por la poca iluminación.

-¿Cómo sigues? - me pregunta. El cuarto al estar en silencio es inundado por su fuerte voz.

Nerviosa me alejo de él hasta llegar a lo que parece ser una ventana, la cual da vista a la oscuridad ya que al no haber Luna me es imposible ver algo fuera de la ventana, así que giro hacia Damián.

Sin poder evitarlo suelto mis preguntas. - ¿Dónde estoy? ¿Por qué no estoy en mi casa? ¿Qué haces tú aquí? ¿Y Melanie? ¿Jon?

-Wow, una por una, Sharon. ¿Puedo pasar? - me pregunta con voz suave y con tacto.

Insegura asiento. Sin perder tiempo Damián entra y toma asiento en la cama.

No me muevo de dónde estoy, solo lo observo.

Al ver que no habla empiezo a moverme inquieta. - ¿Y bien? - le apremio.

Suspirando Damián asiente. -Ven y siéntate a mi lado, Sharon - me indica.

Al ver que no me muevo de dónde estoy palmea la cama a su lado.

-Estoy bien aquí - le digo con voz segura. Sorprendiéndome de hacerlo estando en esta situación.

-Bien... - suspira -. Supongo que estás confundida y con muchas preguntas rondando por tu cabeza... - alzando una mano lo detengo.

Carraspeo. -Eh... Antes de que empecemos todo ¿Dónde está el baño? -oh, sí, siento como el color rojo invade mis mejillas.

Damián intenta no reírse pero noto como las comisuras de sus labios se elevan. Gira y señala al otro lado de la habitación, justo a una puerta de madera.

-Esa puerta te lleva al baño.

-Gracias - murmuro al pasar por donde él. -He de suponer que esta es tu casa ¿verdad? - le digo a la par que me detengo frente a la puerta.

-Adelante, estas en territorio seguro.

Una vez dentro del baño hago mis necesidades y me lavo las manos, para al final echarme agua a la cara y ver mi reflejo, mis mejillas son coloridas. Diablos, necesitaba salir de ese cuarto. El verlo solo hizo que mis piernas y mis ideas flaquearan.

-Tranquila Sharon, solo sacas toda la información que puedas y sales de inmediato. - me digo mientras veo mi reflejo en el espejo.

Con determinación salgo del baño.

Sin querer que me vea intimidada decido tomar asiento a su lado en la cama, claro, manteniendo una considerable distancia entre él y yo.

-Habla - le digo, mirándolo a los ojos.

-¿Por dónde quieres que comience? - me pregunta.

Indecisa muerdo mi labio mientras pienso que preguntar.

-¿Dónde estoy? ¿Qué paso con Melanie? -le pregunto con voz un tanto chillona al recordar a mi amiga.

-Tranquila, ella está bien, de hecho ahora mismo está con Zed.

Intranquila me remuevo en mi lugar, Damián al darse cuenta frunce el ceño, pero se levanta y saca algo del bolsillo trasero de su pantalón.

-Toma - extiende su mano hacia mí, con mi celular en ella.

Lo tomo y rápidamente checo mis mensajes, encontrando unos de Mel diciéndome que se fue con Zed, todo antes de que pasara...

-Bien - digo mientras guardo el celular en mi pantalón. -¿Quién es Jon? Y ¿De dónde se conocen nuestras familias? Nunca escuché tu apellido sonar por mi familia, ni tampoco recuerdo haberte visto en alguna reunión.

-Bien. Primero, nuestras familias antes fueron grandes socios pero debido a ciertos problemas... - deja de mirarme y ahora es él el que se levanta y va hacia la ventana.

Solo observo su silueta. Está de espaldas a mí.

>>Tuvieron problemas respecto a negociación y debido a ello terminaron en malos términos. Y como tú sabes tu padre es una persona muy conocida en el área de los negocios, debido a sus diversas empresas.

Asiento mientras analizo sus palabras. Si bien mi padre con el paso del tiempo ha sabido darse su lugar con las grandes empresas tanto de vino como de armas. Por ello es que éramos invitados a muchos eventos de alta alcurnia, los cuales yo trataba de evitar a menos que fuera muy necesaria mi presencia.

Continúa. -Por ello Jon conocía a tu familia, él es un empresario si bien no muy reconocido pero que tiene sus logros en diversas áreas empresariales. Trató de negociar con tus padres, fallando - silencio -. Tú al ser como un arcoíris en los eventos de tu padre, ya que rara vez se te veía en ellos, por ello es que nunca sonaba alguno de mis apellidos o nunca me viste. Y no me lo negarás, en nuestra primera cita en el restaurante me hablaste de odiar esos eventos y por ello muy pocas veces ibas a las empresas de tu padre.

Asiento recordando ese día, una emoción extraña me invade. Diablos, si me hubieran dicho ese día que hoy estaría aquí hablando con él realmente me hubiera enojado.

Frunzo el ceño al darme cuenta de algo. -Espera, ese día me preguntaste sobre mis padres y sus empleos. No entiendo, si ya sabías de ellos y de mí ¿a qué iba esa pregunta? Porque bueno, ahora resulta que hasta nuestros padres eran socios...

En cuanto esa pregunta sale de mi boca noto como Damián tensa sus hombros y se pone rígido. Deja de ver por la ventana y me observa, las sombras de la poca iluminación que hay en la habitación juegan en su rostro, haciéndolo ver como un ser malvado, el cuál sabe de su poder.

Carraspeo.

-Lo sé, Sharon pero ¿qué hubieras pensado si yo te decía que ya sabía ciertas cosas sobre ti? De por si nuestra relación era frágil, ¿cómo te hubieras sentido?

Tiene razón. -Bien ¿Entonces tú ya sabias de mí desde hace mucho? -le pregunto nerviosa.

Sonriendo se acerca de nuevo a la cama y se sienta a mi lado. -Como te dije, eras un arcoíris el cual jamás había conocido hasta cierto día ¿recuerdas una gala entre la gente más importante productora de vinos?

Intento recordar ese día pero parece que tenerle cerca me afecta demasiado. Al ver que estoy en ceros sonríe más.

-Ese día llevabas un enorme vestido rosa chillón - se detiene y sonríe de lado, recordando. -O lo fue hasta que te cayó una copa de vino encima. Aunque pensándolo bien... ¿Tu padre es productor de vinos y no sabes nada sobre ellos?

Avergonzada niego con la cabeza. Ahora que me ha dicho ese vergonzoso suceso recuerdo ese día.

Aquella noche mis padres habían insistido en que fuera a esa fiesta por presentación, claro que yo a mis 15 años estaba obsesionada con los colores llamativos, incluyendo el rosa chillón.

Ese día había caído vino en mi vestido ya que estaba jugando con Aranza, quien en ese entonces era mi amiga, a ver quién conseguía más números de chicos lindos. Yo en mi afán de presentarle mis papelitos no me fijé en el mesero repartiendo vino, entonces terminé con vino en el vestido que dejó de ser rosa chillón para pasar a rojizo.

Carraspeando miro hacia cualquier lado que no sea Damián. -Entonces me conoces desde que tenía 15 años - susurro.

-Sí, así es, y desde ese día quedé hipnotizado por ti, Sharon.

Ante esas palabras llevo mi mirada hacia él. Sorprendiéndome de la cercanía que hay entre nosotros. Ni siquiera me di cuenta cuando se acercó demasiado a mí "¿qué más da?" me dice una voz interna.

-Eres tan brillante, Sharon, tan energizante - me dice sin quitar su mirada de la mía -. Ese día en vez de enojarte y hacer un berrinche... Te reíste de lo que había pasado, y eso me encantó - me dice mientras se acerca lentamente a mí, con la vista fija en mi boca.

Un calor extraño invade mi pecho, amor le dicen.

Sin poder evitarlo felicidad absoluta invade mi cuerpo, sus palabras han hecho que las mariposas en mi estómago se alboroten.

Damián se detiene a milímetros de mi boca antes de sonreír y tocar con su mano mi mejilla derecha.

-Eres hermosa, jamás lo pongas en duda, jamás - esta última palabra es ahogada por la unión de nuestros labios.

Me besa con delicadeza y ternura, cada movimiento es cuidadoso pero a la vez seguro, no hay prisa ni ferocidad como en antiguos besos, sino todo lo contrario, hay dulzura.

Su mano deja mi mejilla y baja lentamente por mi cuerpo hasta llegar a mi cadera, deteniéndose en el bordillo de mi blusa.

No hay pensamiento alguno en este momento, solo las mil y un sensaciones que causa el tenerle tan cerca y tocándome con delicadeza.

Insegura llevo mis manos a sus hombros para lentamente subirlas hasta sus mejillas. Sonriendo Damián se aleja de mí y pega su frente a la mía.

-Dios, eres... - no dejo que termine ya que una vez más uno mis labios a los suyos.

Pero esta vez Damián se aleja demasiado pronto para mi gusto y sin poder evitarlo suelto un quejido.

Riendo Damián se levanta, llevándome con él.

-¿Estás segura de esto? - susurra en mi oído. Escalofríos recorren mi cuerpo entero. ¿Es esto lo que quiero, ahora?
Sin dudarlo asiento y entre pequeños besos le digo que sí.

-Debiste decir que no - me dice antes de volver a besarme. Esta vez sus manos recorren mi abdomen debajo de la blusa.

Embriagada siento que me elevo del suelo, que cada beso y caricia que compartimos deja un delicioso rastro de fuego por mi piel. Con ello estoy segura de que quiero que sea él quien me haga sentir lo que es hacer el amor sin reservas, sin dudas.

-Sharon... Eres perfecta - me dice mientras baja lentamente sus labios por mi cuello hasta mi hombro para regresar y llegar al lóbulo de mi oreja, pasando su lengua por él, provocándome estremecimientos de placer.

-Damián - suspiro mientras enredo mis manos en su cabello.

-Sh... Solo disfruta - me susurra.

Asiento.

No sé quién soy en estos momentos, pero tampoco me importa, solo somos él y yo, dos personas que se aman con locura. En estos momentos no importa quién sea él o su pasado, solo importa este pequeño momento.

De pronto Damián saca sus manos de debajo de mi blusa y empieza a desabrochar los botones, uno por uno, sin perder el contacto con mis labios.

Nerviosa empiezo a temblar al sentir sus manos rozando mis brazos desnudos mientras me quita la blusa.

Se aleja de mí y me sonríe de forma tranquilizadora. -Relájate, Sharon. Te prometo que haré que esto sea especial.

Se aleja y toma un mando a distancia, de pronto una melodía que me sé perfectamente empieza a sonar.

Sorprendida observo como Damián deja el mando y se acerca lentamente a mí. Como un león a punto de cazar a su presa. Supongo que eso es lo que pasará.

-Sharon...

-Damián - le digo.

Nerviosa y a la vez excitada tomo el dobladillo de su camiseta y la empiezo a levantar, intentando desnudar parte de su piel.

Torpemente esta se enreda en sus brazos. Avergonzada intento reparar el daño pero no lo logro.

-Vamos, ya lo hago yo - me dice Damián con voz suave.

Una vez fuera la camiseta siento como mis mejillas florecen de color, tanto por haber arruinado el momento como por tenerlo medio desnudo ante mí, Dios, es bellísimo.

-Tranquila - me repite. -Es tu primera vez, no hay porque preocuparse. Yo me encargo de todo, tú solo disfruta del momento, hermosa.

Alucinada por sus palabras intento contener las lágrimas, no hay duda, es con él con quien quiero estar en mi primera vez.

Sin prisa vuelve a besarme, mientras me susurra palabras dulces a la vez que mi demás ropa va desapareciendo entre cada cumplido, hasta dejarme desnuda.

Tímida intento cubrirme con las manos cuando él se aleja y me observa con deseo.

-No lo hagas, eres perfecta. Jamás te escondas ni te avergüences de ti - me dice mientras toma mis manos y las lleva a sus hombros.

-Pero... - intento hablar pero me calla con un beso. Esta vez es más feroz, demostrando el deseo que hay entre los dos.

Aún un poco nerviosa le regreso el beso. Con decisión me lleva lentamente hasta que mis pies se topan con el borde de la cama, me dejo recostar. Con atención me recargo en mis brazos detrás de mí y observo como Damián lleva sus manos al borde de su pantalón y comienza a desabrocharlo.

No me pierdo ningún detalle, hipnotizada por su sensualidad. Cuando sale el pantalón y va por su ropa interior dejo de mirar, tímida por lo que estamos a punto de compartir.

-Mírame, Sharon - su voz inunda la habitación. Esta es ronca y denota deseo.

Vuelvo a observarlo, ya no hay más ropa, solo él tal y como Dios lo trajo al mundo. Paso saliva al ver su miembro, el cual ya está erecto.

-Dios... - susurro.

-Diosa - me dice.

Sin perder tiempo toma un condón de un cajón y se lo coloca, para después bajar hasta donde estoy.

Suelto un gemido al sentir su miembro rozarse con mi humedad.

-Sharon, quiero que esto sea perfecto, así que si en cualquier momento...

-Si en cualquier momento quiero que pares te lo diré, sí, ya entendí - le digo con voz ronca. Dioses, siento que moriré si no se empieza a mover de donde está.

-Buena chica - dice a la par que lleva su mano a mi intimidad, sorprendiéndome.

-¿Qué... Que haces? - digo con voz entre cortada al sentir su mano en mi feminidad. "Dioses, esto se siente genial" pienso mientras siento como sus dedos juguetean con mi clítoris.

-¡Dios mío! - gimo ante las maravillosas sensaciones que explotan en mi cuerpo.

-Comprobando si estás lista - sin más retira su mano.

-Da... Damián - susurro, perdida en el placer que siento.

Sin más baja hasta mis labios y comienza a besarme de forma dulce. Extasiada siento como su miembro comienza a entrar en mí, despacio y sin prisa. De pronto un dolor agudo me invade, haciéndome llevar mis manos al cabello de Damián, quien parece notar que algo pasa ya que deja de besarme y une su mirada con la mía.

-¿Estas bien? si no soportas el dolor solo dímelo y...

Lo callo con mis labios al ver la preocupación en su rostro. -Todo está bien - le digo en un susurro, y es verdad, duele pero es soportable.

Al ver la duda en él vuelvo a repetir mis palabras. Más tranquilo vuelve a moverse dentro de mí, esta vez más despacio.

Sin en cambio con cada estocada el dolor me va abandonando y el placer crece, haciendo que eleve mis caderas, deseando sentir más.

-Joder, eres maravillosa - murmura mientras entra y sale de mí, al unisón de la música.

En ningún momento nuestras miradas se pierden, sino por el contrario, estas hablan por nosotros. Justo en este momento comprendo que es hacer el amor; solo dos personas que disfrutan del momento, compartiendo miradas significativas, besos y caricias delicadas, dos personas que no tienen prisa por acabar, sino por el contrario, prefieren disfrutar el momento. No importa en mañana, solo el ahora.

De pronto noto como mi parte intima se empieza a tensar y con cada entrada y salida de su miembro siento como algo empieza a crecer en mí, no sé qué es pero se siente magnifico.

-Déjate llevar - me dice Damián antes de darme un beso en la frente.

Asiento a la par que clavo mis uñas en el los hombros de Damián. Dios, jamás creí que me podría sentir de esta forma, como si perdiera la razón y solo el placer habla por mí.

-Eres magnifica, princesa - me susurra Damián antes de besarme y hacerme llegar al clímax.

-¡Damián, Dios Mío! - grito cuando llego a el clímax total.

-¡Sharon, joder! - grita él a la par mía.

Agotados nos recostamos en la cama, conmigo recostada en su pecho. Sin más el sueño me empieza a invadir pero no me dejo llevar y trato de estar despierta.

-¿Cómo te sientes? - me pregunta Damián mientras acaricia mi espalda desnuda.

-Muy bien - le contesto con una sonrisa, sin poder evitarlo un bostezo surge de mí.

-Me alegro, ahora duerme, princesa - me dice una voz que quiero tanto en estos momentos mientras besa mi cabeza.

-Gracias, Damián, haz sido muy dulce hoy - bostezo. -Te... Te amo - digo mientras cierro mis ojos, perdiéndome de la respuesta de Damián, la cual se desvanece en la obscuridad de la noche.

*-*-*-**-*-*-*
Hola mis amores amorezcos que amo mucho, ¿qué me cuentan?💎✨🙊¿Cómo están?
Espero bien✨💌

Sí, ya sé que tardé en actualizar pero pasé por un bloqueo y por más que quería escribir nada bueno salía💔y como ven, ocupaba realmente estar al 100 para hacer este capítulo😏 que espero hayan disfrutado🙌🔞

Lo bueno es que al parecer ya desapareció ese bloqueo✨ asi que espero tenerles listo otro capítulo❤ muy pronto.

Pero díganme, ¿qué tal les pareció el capítulo? ¿qué creen que le haya dicho Damián al final a Sharon? 🙈. Comenten sus teorías o respuestas, saben que me encanta leerles y contestarles❤

Sharon y Damián🙈Uy❤👇✨

Con mucha alegría de estar aquí escribiendo para mis amoritos me despido❤. Son los máximo mis amores amorezcos✨😊.
Por su comprensión gracias💖

Atte: Yo😂

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro