CAPITULO 17👵
Mientras camino hacia mi salón de clases me pongo a pensar en lo que me dijo Mel después de llegar a mi casa de mi no cita.
Después de mi desplante con Damián me fui a casa, y para mi sorpresa Mel aún estaba acostada en la cama de mi habitación.
-Wou, aún estas aquí – le digo sorprendida, la verdad es que no me esperaba esto.
-Ajam, ahora sí, platícale a la Tía Mel que ha pasado.
Agotada me recuesto a lado de Mel, viendo hacia el techo.
-No hay nada que contar, no fue.
Mel sacude la cabeza negativamente. –Es un hijo de...
-Lo es – la interrumpo.
-¿Te llamó siquiera?
-No, nada. Estuve como una estúpida esperándolo casi una hora y nada.
-Ya me lo esperaba – susurra Melanie.
Volteo a verla con el ceño fruncido. – ¿Ya lo sabías?
-No, lo sospechaba. Era demasiado raro que te invitara a salir. Pensé que haría alguna de sus tretas.
-Ya, y no me dijiste nada – frunzo el ceño.
Se encoge de hombros.
-Lo bueno es que ahora ya sabemos que le eres indiferente, y que ahora se ha ganado el odio de la Tía Mel.
Sonrió. –Gracias.
Enfurruñada borro esos pensamientos y sigo caminando hacia mi salón se clases.
Más le vale a ojos bonitos no dirigirme la palabra, porque enserio, haré que se arrepienta de haberlo hecho.
-¡Hey! Sharon, tenemos que hablar.
Oh si, se ha ganado su boleto al infierno. Por lo que en cuanto siento su mano tocar mi hombro impulso mi codo hacia donde creo que es su estómago.
Damián suelta una bocanada de aire bruscamente.
¡Genial, le di!
Lo encaro. –Vuelve a tocarme, imbécil, y te juro que el próximo golpe será en tus hijos aún no nacidos – le digo como amenaza.
Damián se recupera del golpe casi de inmediato, pero en vez de estar arrepentido sonríe.
-Vamos Sharon, no te enojes, déjame explicarte porque no fui a la cita – me dice, y ahora si tiene cara de borrego a punto de ser degollado.
-No, ni una palabra más ¿Sabes cómo de estúpida me vi el sábado? ¿Sabes acaso cuánto tiempo te estuve esperando? – lo observo con desdén –. No, por supuesto que no lo sabes, así que por tu bien espero y me dejes en paz – me giro para irme, pero Damián se coloca frente a mí.
-Nena, déjame explicarte... – lo tomo por el cuello de su camisa y lo acerco a mi cara.
-Vuelve a llamarme así y te juro que te arrepentirás – lo sé, estoy que escupo espuma por la boca.
-Okey, okey, ya, tranquila. Déjame explicarme y ya después si quieres mutilarme te dejo hacerlo.
Exasperada lo suelto. –Habla.
-No fui a la cita porque... – se detiene y mira por sobre mi hombro, me giro y veo a Verónica viniendo hacia nosotros.
-¡Dami! ¡Mi amor! – al escuchar sus apodos cariñosos pongo los ojos en blanco.
Ilusa.
Damián se pone tenso pero no le dice nada.
-Dami, cariño ¿Cómo amaneciste después de lo del sábado? – le pregunta mientras lo abraza.
Damián se suelta de los tentáculos de Verónica y le sonríe.
Ok, creo que yo sobro aquí, además, ya creo saber porque me dejó plantada. He aquí la razón.
-Adiós – les digo a los tortolos. No entiendo como Damián dice que no son nada cuando parece todo lo contrario.
-No, espera, Sharon, Verónica ya se va – me dice Damián.
Veo como la susodicha se tensa y me sonríe falsamente.
-Si Sharon, no te vayas. Hasta luego Dami – le dice a Damián y le da un beso en la mejilla.
Una vez solos me cruzo se brazos.
-Yo...
-No, ya no digas nada, creo ya saber porque no fuiste a la cita.
-¿Qué? ¿Cómo... Cómo supiste que se murió mi abuela? – me pregunta sorprendido.
-Tú y Vero... – me detengo – ¿Tú abuela?
Damián sonríe tristemente. –Sí, falte a la cita porque mi abuela murió ese mismo día.
-Oh – lo observo consternada. Damián tiene los ojos húmedos y me mira con cara triste.
-Pero entonces Verónica...
-Ella asistió conmigo al funeral.
-Oh, bueno, yo... – no sé qué decirle ¿Lo siento? No, eso suena incorrecto.
Compadecida por su dolor y mi impulso, lo abrazo, supongo que Damián no se lo esperaba porque tarda en corresponderme.
Lo suelto.
-¿Y eso? – me observa extrañado.
-Yo sé el dolor por el que estás pasando. Sé que se siente perder a una abuela – sonrío tristemente, solo de acordarme de mi abuela me siento mal –. Es horrible. Así que no te preocupes, quedas perdonado.
-¿En serio? – me pregunta, atónito.
Asiento con la cabeza. –Sí, sé que esas cosas no se prevén.
Damián me sonríe ampliamente. –Gracias – entusiasmado toma mis manos –. Ahora que ya no me golpearas... – pausa. – ¿Ya no lo harás, verdad? – me pregunta angustiado, yo niego con la cabeza y una pequeña sonrisa se forma en mis labio –. Bien, entonces déjame recompensarte.
-¿Cómo?
-Tengamos otra cita.
-Oh, bueno yo...
-¿Por favor? – me dice suplicante.
-Bien – suspiro.
-Genial, entonces ya te mando mensaje para ponernos de acuerdo. Ahora entremos a la clase – me dice, alegre. Realmente su felicidad me asusta un poco, porque digo, su abuela falleció apenas... Al menos que él no haya sido muy allegado a ella...
-Vamos.
...
-Mmm
-¿Mmm, eso es todo lo que dirás?
Mel se encoge de hombros. –Aun así no es de mi agrado ese chico.
-Ya, pues del mío tampoco. Pero comprende, acaba de morir su abuela. Recuerda el dolor que yo pase cuando la mía se murió.
-Ah, ya entiendo, lo estás haciendo por lástima.
-Yo... No lo sé – le digo apenada.
-Dime ¿Se veía triste? Me refiero a que ¿Durante las clases que comparten él se veía mal?
Me pongo a pensar un momento su pregunta, repasando las clases.
En la primera él si se veía alicaído, pero ya en la siguiente estaba normal, como si nada hubiera pasado.
-¿Algo? – muerdo mi labio nerviosamente.
-Entonces no esta tan dolido como aparenta – sentencia.
-Puede.
-¿Pero aun así lo harás verdad?
-¿Si?
Melanie voltea los ojos, exasperada.
-Eres imposible ¿Y para cuando harás esa tontería?
-Para este domingo – me paro de la cama y voy por mi mochila a la cocina.
-¿No el sábado? – me pregunta detrás de mí.
-No, el sábado en la mañana tengo que trabajar – le digo algo cansada.
-¿Qué, trabajar? ¿Tú? – me pregunta estupefacta, esta que no se la cree.
Me rio ante su cara. –Sí, así es. De ahora en adelante trabajaré en una tienda de ropa – le digo y mi voz transmite mi orgullo por haber conseguido empleo.
-Oh, vaya, eso es... Genial, y emmm ¿Ya lo saben tus padres? – me pregunta mientras se cuelga su mochila en el hombro.
-Aún no, pero planeo decirles mañana – saco mis libros para mi tarea y los pongo en la mesa, la tarea es la tarea.
-Buuuuueno chiquilla, pues suerte en tu trabajo nuevo, yo me paso a retirar, tengo cosas que hacer – me dice mientras se dirige a la salida, la sigo.
-No es por nada Sharon, pero como que últimamente ese auto negro pasa mucho tiempo por aquí ¿Acaso es de un vecino?
Me asomo por la puerta he identifico el auto, efectivamente, desde hace una semana se la ha pasado en mi calle, unas veces está más adelante de mi casa y otras más atrás.
-No, nadie, llega en la tarde y se va en la noche.
-Ya veo... ¿Has visto bajar al conductor o a alguien? – niego con la cabeza.
-Ok. Me voy.
Extrañada por la preocupación en su cara entro a mi casa.
...
Me estoy preparando para ir a mi primer día de trabajo en la tienda de ropa –porque si, hoy es sábado– cuando mi celular suena. Es un SMS de Damián.
"Nos vemos a las 6 de
la tarde enfrente del
Palacio municipal, de
ahí nos vamos al lugar
que he planeado para la
cita"
"¿A dónde iremos?
¿Tengo que ir vestida
con algo en específico?
"En absoluto, será
una cita normal"
"Ok"
Le mando. Pero no pasan ni un minuto cuando mi celular vuelve a sonar, extrañada veo que es una llamada de Ryan. Contesto.
-¿Está todo bien?
-Oh, hola Sharin yo también te extrañe – me dice sarcástico.
-Ya, pues hola, yo también me extraño – le digo en forma de broma.
Ryan se ríe. –No lo dudo.
-Ahora sí, dime el porqué de tu llamada – lo pongo en alta voz mientras me arreglo, no quiero que se me haga tarde.
Al notar que no me contesta voy hacia el celular para checar que no haya colgado, sigue en curso.
-¿Ryan?
-Sigo aquí, es solo que... Me preguntaba si podríamos vernos hoy.
-¿Hoy? – le pregunto algo alterada.
-Claro, si no tienes inconveniente.
-Eh... Bueno, lo que pasa es que hoy trabajo y no creo que nos podamos ver.
Silencio.
-Pero podemos dejarlo para mañana si quieres – me apresuro a decirle.
-Oh, sí, claro. ¿A qué hora te viene bien?
Hago mis cálculos, si quede con Damián de vernos a las 6:00 pm no hay problema si veo a los 2. Ryan antes que a Damián. Y calculando el tiempo para terminar la tarea que me falta...
-¿Te parece a las 2 de la tarde?
-Perfecto, entonces paso por ti a tú casa a esa hora.
-Sí, ya te mando mi dirección.
-Genial, ya nos vemos Sharon.
-Hasta luego – cuelgo.
Espero tener tiempo para todo.
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Ese Damián salió todo un mentiroso, mira que mentir de esa manera ¡Uf! Que lo perdone su abuela porque yo no lo voy a hacer.
O ¿Ustedes que dicen?👀
¡Teorías!
💕¿Ustedes que creen qué pasará en la cita de Ryan?
¿Y en la de Damián?💕
Échenme sus teorías, los estaré leyendo💖
Los amoritos.
Atte: La que ama a sus amores amorrrezcos😂Yo.
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