CAPITULO 13 🎭
Desde mí casi beso con Damián no he dejado de pensar en que habría pasado si no hubiera llegado mi vecina. En como sería tener los labios de Damián exigiendo en los mios. En como sería tener su cuerpo pegado al mío...
Elimino esos pensamientos de mi cabeza y me dispongo a salir del auto.
-¡Sharon! – me llama Mel.
-Hola – le digo mientras nos dirigimos a la entrada del colegio.
-¿Lista para encontrarte con tú bombón?
-¿Mi bombón? – le pregunto confundida.
-Si, tu bombón llamado Damián, ya sabes, ese que esta para comerse – me dice sonriendo, y sin poder evitarlo me empiezo a reír.
-¿Qué es tan gracioso chicas?– nos dice Nat mientras se nos une.
-Oh, nada, ya sabes, lo de siempre, Sharon y Damián el bombón.
-¡Melanie! – la reprendo.
-¿Qué? Es la verdad, así que ni te esfuerzes en negarlo y mejor cuéntanos que hiciste el domingo.
-Bueno yo.... Antes que nada hay algo que no le he dicho a nadie – digo y me muerdo el labio nerviosamente –. Cuando llegué a mí casa él estaba dentro – les digo y las volteo a ver, todo signo de risa se a ido de sus caras.
-Pero bueno, ese chico esta lleno de sorpresas. Ahora vamos a la cafetería por algo que tomar y nos cuentas todo – nos dice Mel y empieza a caminar hacia la cafetería.
Una vez que estamos sentadas en una mesita de la cafetería les cuento a las chicas lo que pasó el sábado y como era de esperarse estaban muy sorprendidas.
-Joder, Sharon – eso vino de Mel.
-Eso lo dice todo – concuerda Nat.
-¿Por qué no me llamaste Sharon? – me pregunta Melanie, su voz esta llena de indignación, además de que su mirada es acusatoria.
-Bueno, pues esperaba contárselos hoy, en persona – le digo en tono de disculpa.
-Vale, pues chica, como ya te había dicho; Damián esta loco. Hecho un bombón pero loco.
-Damián no esta loco – le dice Nat a Mel con voz indignada.
-Lo que sea, pero él no tenía porque haberle dicho esas cosas en el restaurante a Sharon – le discute Mel.
-Chicas, me voy, tengo que terminar una tarea – les digo para asi evitar una discusión entre ellas.
-Nos vemos – me dice Melanie y me lanza una mirada donde deja claro que esta discusión aún no ah acabado.
-Claro Mel, hasta luego Nat.
-Adiós Sharon – me dice Nat.
Cuando llego a mi salón faltan aún 5 minutos para que inicie la clase, así que tomo asiento, enciendo mi celular, me pongo mis audífonos y cierro los ojos.
Me sobresalto cuando unas manos se posan en mis hombros. De inmediato me quito los audífonos y me volteó, Zed está detrás de mi.
-¡No vuelvas a hacer eso! Casi me matas de un susto – le digo y pongo una mano en mi pecho dónde mi corazón late desbocado.
-Lo siento preciosa, tal vez no lo vuelva a hacer – me dice y me regala una de sus sonrisas ladeadas. Trato de ponerle mala cara pero con esa sonrisa suya de "Hey, soy sexy, no te enojes" no puedo, incluso aparece una sonrisa en mi cara.
-Eres un idiota – le digo y meneo mi cabeza.
-Lo soy, pero así te gusto.
Ignoro su último comentario y le digo:
–¿Qué haces aquí? ¿No deberías de estar en clase?
-Así es, pero antes necesito hablar con Damián, y ya que estaba aquí vine a saludarte.
-Bueno, pues hola – le digo tontamete.
Antes de que él pueda decirme algo su teléfono suena y contesta sin ver el número.
-Entiendo, si, no te preocupes, todo bien, hasta pronto – cuelga.
-Bueno, hermosa, me marcho –me dice guiñandome un ojo.
Lo tomo del brazo antes de que se vaya y le digo –. ¿Qué no tenías que hablar con Damián?
-Si pero me acaba de llamar y dijo que no vendría.
-¿Por qué?
-No lo sé Sharon, él nunca da explicaciones de nada a nadie – me dice y ve mi mano en su brazo significativamente, le suelto.
-Pensé que eran de esos amigos que se contáis todo.
-Lo somos, pero aveces también guardamos algunos secretos para nosotros mismos.
.....
A la hora del descanso decido ir a la biblioteca, ya que Mel se ha quedaddo en su aula ha terminar un trabajo.
Mientras busco un libro entre los estantes alguien toma asiento en la mesita en dónde estoy. Me volteo lista para reclamar y me sorprendo al ver a Verónica sentada.
-Hola... ¿Sharon, verdad?
-Si.
-Dime ¿Qué haces en este lugar? – me pregunta mientras observa la biblioteca con una mueca de disgusto.
-Buscando un libro para mi tarea – le digo indiferente, como si su presencia no me afectara, aunque sea lo contrario.
-Vale, toma asiento que necesito dialogar contigo – me dice, y para dar énfasis a su petición señala la silla que esta enfrente de ella.
Indecisa tomo asiento. –¿De qué quieres que hablemos?
-Símplemente te quiero decir que te alejes de Damián – me dice con una sonrisa forzada.
-¿Qué? – le pregunto tontamente, pero es que su demanda me ha dejado sorprendida.
Verónica rueda los ojos. –Que te alejes de Damián.
Que me aleje de.... ¡Pero si yo ni siquiera estoy con él!
-¿Y por qué abría de alejarme de él? – le pregunto y alzo una ceja.
-Porque soy su novia y por lo tanto te exijo que lo dejes en paz.
¿Su novia? Nadie me lo mencionó, claro que tampoco es como que yo hubiera preguntado.
-Su novia ¿Tú y él son novios?
-Así es, querida, así que ¿Lo dejaras en paz? – me dice y me observa suspicaz.
-Pero si nisiquiera hemos estado juntos – "mentirosa" me llama esa voz en mi cabeza.
Verónica suelta una risotada –¿Me crees estúpida o qué?
-No, claro que no – le contesto apresuradamente.
-Entonces no me trates como una. Se lo de tú casa.
-¿Lo de mí casa? No entiendo – le pregunto. Sip, me estoy asiendo la tonta, pero la verdad es que no quiero problemas con ella, no si puedo evitarlo.
-No me salgas con esos jueguitos, no funcionarán conmigo. Tengo entendido que mi chico pasó la noche en tú casa y no se fue hasta tarde ¿Me equivoco? – me dice, pero no me deja hablar y continúa –. Pero tranquila, no hace falta que lo niegues, Damián ya me lo contó y por eso mismo te vengo a advertir que lo dejes en paz ¿Ok?
Yo estoy sin habla, no entiendo como sabiendo ella que su chico pasó la noche en casa de otra aún siga con él. Pero me guardo mis pensamientos para mí y sólo asiento.
-Genial, es bueno saber que nos entendemos. Me voy, cuidate.
Se va. Yo aún aturdida por lo pasado recojo mis cosas y me voy a la cafetería para terminar mi tarea.
.....
Estoy terminando mi trabajo cuando alguien toma la silla que esta a un lado de mi y se sienta.
-Estoy ocupada, así que si no piensas ayudar mejor vete – le suelto a quién sea que este a mí lado.
-Mmm realmente me gustaría ayudarte pero para serte sincero nunca se me ha dado la Historia.
Sobresaltada por la voz levanto la vista y Damián me regresa la mirada.
-Pensé que no vendrías – le digo sin poder contenerme.
-Y yo pensé que eras cumplida – me dice y mira significativamente mi tarea.
Sonrojada cierro mi cuaderno y lo meto en mi mochila.
-Oh, no. No te detengas por mí.
Ruedo los ojos y me levanto de mí asiento.
-Hey ¿Adónde vas? – me pregunta detras de mí.
-A un lugar lejos de ti.
-Pero ¿Por qué? ¿Ahora qué te hice?
-¿Es en serio? ¿Y aún lo preguntas? ¡Dios, eres increíble! – le digo irritada. Salgo de la cafetería y empiezo a caminar por el pasillo.
-¿Es por lo del Domingo, es eso?
Lo ignoro y sigo caminando. Para ser sincera no sé ni si quiera hacia dónde me dirijo.
-Vale, vale, ya me quedó claro que si es por eso. Pero oye, no es para tanto.
Ante su declaración me detengo y me giro hacia él –. ¿Qué no es para tanto? Dios, si antes me quedaban dudas de que eras un idiota ahora lo llevo claro – me vuelvo ha girar y sigo caminando.
-No seas tan mal hablada, y sí, no es para tanto, sólo era una pequeña broma, nada del otro mundo – se une a mi lado.
-¿Sólo una pequeña broma? ¿Hablas enserio?
-Bueno, tal vez si me pase un poco, pero al fin y al cabo no le hice daño a nadie.
-Si, si lo hisiste.
Extrañado me toma del brazo y detiene mi andansa hacia ningún lugar.
-No sabes ni a dónde ir ¿Verdad?
Algo avergonzada miro hacia cualquier lugar menos a él.
-Ok, ven, vamos a los jardines para hablar.
Cansada de huir asiento y lo sigo.
-Siéntate, y ahora sí, dime a quién dañe con mi broma.
-A mí – le digo sin verlo mientras juego con la yerba en mis manos.
-¿En serio? ¿Y cómo es qué te afecte? – me pregunta y su voz es burlona.
Levanto la mirada y lo observo con mala cara. –Me dejaste con una vecina disgustada, la cual estaba a punto de llamar a mis padres para decirles que su hija andaba en malos pasos trayendo a chicos desconocidos a su casa. Estuve media hora intentando convencerla de que no lo hiciera.
-Pero lo lograste ¿No es así? – me pregunta y alza una ceja.
-Si pero...
-Pero nada, no hubo daño, así que deja de quejarte – me dice hostilmente.
Malditos cambios de humor que tiene ojos bonitos.
-Me voy – le digo, pero no hago ningún intento de levantarme.
Damián frunce el ceño y me dice. –¿Por qué? ¿Ahora que hice?
Además de tus cambios de humor...
-No quiero tener problemas con tu novia.
-¿Mí qué? – me pregunta confuso.
-Tu novia, Verónica. Ya tengo suficientes problemas cómo para aumentar a una novia celosa.
Damián suelta una carcajada. Ok, esa reacción no me la esperaba.
-Yo no le veo la gracia.
-Lo siento – me dice mientras se calma –. Es solo que... ¿De dónde sacaste semejante cosa?
-Bueno pues en el receso Verónica me vino a decir que me alejara de ti ya que eran pareja – le digo extrañada.
-Ya veo... Pues Verónica te ha engañado, ella y yo solo somos amigos. Nada más – me dice, y recalca las últimas 2 palabras al ver que yo dudo.
-No entiendo ¿Entonces, por qué me dijo eso? – le pregunto confusa.
Damián mira hacia el cielo para después mirarme a mí. –Verónica y yo hemos sido amigos desde pequeños. Todo era genial hasta que llegamos a la adolescencia. Ahí es cuando todo se complicó entre nosotros – deja de mirarme y toma un diente de León en sus manos –. Ella empezó a querer más de mí, quería algo que yo no estaba dispuesto a darle.
-Una relación – le digo tentativamente.
Una pequeña sonrisa se forma en sus labios. –Así es, ella quería que fuésemos novios.
-Pero tú no – susurro para mí misma mientras mi cerebro empieza a procesar todo.
-No.
-¿Por qué? Digo, ella es bonita.
Damián niega con la cabeza. –No todo es la balleza exterior, Sharon – me dice y me observa.
Cohibida bajo la mirada hacia el pasto en mis manos. Damián prosigue: –A Verónica nunca la vi más que como a una amiga, algo que por supuesto a ella no le gustó. Pero de eso a no tenerme acepto ser solo mi amiga. Claro que eso solo la alimento para alejar a probables candidatas para ser mis parejas – me dice y suelta una risa seca.
Asombrada levanto la mirada y le digo:
-¿Y tú no la has alejado de ti?
-No.
-¿Por? – le pregunto y frunzo el ceño. Damián es raro.
-La verdad es que no me interesa tener pareja en estos momentos, y Verónica se asegura que siga siendo así, ya que cuando las cosas se empiezan a poner románticas por parte de mis conquistas Verónica se encarga de alejarlas, ahorrándome así el trabajo sucio de tener que rechazarlas y ser él malo de la historia.
Yo lo observo horrorizada y a la vez asqueada por su forma de hablar sobre sus "conquistas".
-No me mires así Sharon. Eso es lo que soy, un Don Juan. Soy alguien que procura no repetir con la misma chica. Siempre buscando nuevas experiencias, por lo que eso de tener una novia realmente no es lo mío – me dice tranquilamente. Esta tan tranquilo como si hablásemos de su deporte favorito, aunque viéndolo bien, tal vez esto es su deporte favorito, romper corazones.
Sin poder aguantar más el escucharlo me levanto del pasto. -Me voy. Ya no tarda en comenzar mi clase – le digo, y no es mentira, en 10 minutos empieza.
-Déjame llevarte a tu salón.
Estoy a punto de rechazarlo cuando su celular empieza a sonar. Damián lo saca y al ver la pantalla una mueca de disgusto aparece en su cara.
-Lo siento, pero no te podre llevar – me dice y guarda su celular.
-No importa, ya será para la próxima – le digo más por educación que por otra cosa. La verdad es que lo que quiero ahorita es evitarlo lo mejor posible.
-No lo dudes – se va.
Estupefacta por sus declaraciones me encamino a mi salón.
Dios, lo tengo que evitar a como de lugar, no puedo estar con alguien que trata a las chicas como pañuelos desechables.
No, definitivamente no puedo estar con él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro