Capítulo 2: El encuentro de la esfera.
El gatito se sentía demasiado agotado, así que decidió acostarse intentando olvidar todo sobre lo que había pasado hace nada, pero fue inútil, el chico se tambaleaba teniendo un sueño.
☁️☁️☁️
–Buhitaaaa –gritaba el gatito desesperado.
–Ayúdame –lloraba asustada, Gekko la toma del cuello y la mata.
–Noooooooo –humedece sus ojos Gatuno – eres cruel, no sé qué te pasa, pero estas muy raro.
–Raro estas tú, te odio con todo mi corazón, muérete pedazo de gato mimado.
–Escúchame, lo siento por lo que estás pasando, a ver, no sé lo que te pasa, pero sé que estas diferente y necesitas mi ayuda, eres mi mejor amigo y noto tus cambios de estados – intenta tranquilizarlo el gato.
–¿ Te crees con derecho a decirme cuando cambio de carácter y cuando no soy el mismo de antes ? apretó su puño con furia.
–Pues siiiii, soy yo Gekko y te extraño... – prosiguió – por favor cuéntame lo sucedido, te lo suplico.
–Tienes razón, pero no puedo volver a ser el de antes, se me hace difícil – dejó caer lágrimas.
–Déjame ayudarte – lo tomó de la mano y este se la agarra fuerte.
–Creo que ya es la hora – bajó Gekko la cabeza –súper músculos de Gekkooooo - cogió un edificio – lo siento, ni yo me entiendo.
–No lo hagas – dejó caer lágrimas, pero Gekko le ignoró y se tiró el edificio.
–Nooooooo, súper velocidad gatuna – corrió para intentar atraparlo, pero era demasiado tarde, él ya había muerto y a Gatuno le cayó el edificio en la pierna.
–¡ MAMAAAAA, AYUDA !
☁️☁️☁️
–Connor, relájate – lo despertó la madre.
–Mami – la abrazó temblando –menos mal que solo fue un sueño – lloraba y la madre le limpia las lágrimas.
–Nada fue real, tranquilo –intentaba relajarlo.
–Debo avisar a Amaya, sino lo pasaremos realmente mal – se asustó Connor y se fue en busca de su mejor amiga para contarle lo sucedido.
–Abreeeeeeee – dio golpes bruscamente, la chica lo miró con cara asustada y le abrió la puerta.
–¿ Qué pasó ? – preguntó aterrorizada esperando respuestas.
–Tuve un sueño muy... muy malo.
–Ay mi amor –lo abrazó Amaya – ¿ qué pasó y por qué te asustas tanto ?
–No puedo parar de pensar en Gekko, ufff.
–¿ Te has vuelto gay ? – preguntó extrañada.
–No es eso... es que se ha vuelto loco.
–¿ Loco en qué sentido ? – interrogó esperando respuestas.
–Ven conmigo y lo verás – tomó la mano de la chica, esta se sonroja, Connor pegó a la puerta de la casa de Greg y su madre abrió.
–Hola chicos, ¿ qué tal estáis ? – preguntó la mujer.
–Bien señora y gracias por preguntar – dijo ella sonriendo.
–Perdona – prosiguió Connor – ¿ Greg está en casa ?
–Pensé que ustedes sabían...
–Amm sí – afirmó el muchacho – acabó de recordar de que estábamos jugando al escondite, nos vemos.
Ambos se alejaron de la casa y fueron caminando sin saber adónde ir.
–Aún no entiendo lo que me quieres enseñar – se extrañó Amaya.
–Él no está en la casa, se le está yendo la cabeza, así que tenemos que ayudarlo.
–No entiendo porque lo tomas como un loco, Greg tal vez salió antes, nada más.
–Pero si no regresó a casa.
–¿ Cómo estás seguro de esa teoría ? – interrogó ella – su madre no nombró el hecho de que no haya regresado...
–Claro que no, ya que su enfermedad mental empezó esta noche.
–Ayyy, que está bien, solo tuvo un mal día –le tranquiló Amaya – nada más.
–Espero que sea así.
Fueron en busca de su amigo y lo encontraron andando.
–Ah, hola amigos, los estaba buscando – se alegró Greg.
–Mmm, hola – dijo fríamente Connor – ¿¡ TE OCURRE ALGO !?
–Mmm no, creo que estas un poco estresado.
–¡ ADMÍTELO GREG, ESTAS LOCO ! – gritó Connor.
–¿ A qué viene eso ? – preguntó asustado.
–No te preocupes – lo tranquilizó Amaya –tuvo un sueño raro contigo.
–¡ Ese sueño está inspirado a lo que pasó en la realidad ! – dijo Connor furioso.
–Relájate amigo.
–¡ NOOOOO ! ¡ DIME QUE OPINAS DE OCTOBELLA ! –chilló enfadado.
–Mmmm, no sé para que quieres saberlo...
–Dímelo – ordenó Connor.
–Yo no contesto a un chico que se comporte tan grosero – se cruzó de brazos.
–Por favor – se atrevió a decir Connor – me asustaste como reaccionaste la pasada noche.
–Cállate, ¡¡ lo que pasó fue chuminadas, me preguntas lo de Octobella porque nos quiere separar, no te lo voy a permitir cabeza bombo, la amo, igual que tú amas a tu asquerosa lechuza !!
–Greg, amorcito te estaba buscando – lo abrazó Octobella.
–Estaba hablando con este par de tortolos.
–Uy, me gustas cada vez más – empezaron a besarse.
–¿ Me crees ahora ? –le preguntó a Amaya.
–Si, está extraño, ¿ Greg qué ocurre ? – dijo Amaya.
–Octobella te amo – abrazó a la pulpita con mucho amor, sus amigos lo miraban con una mirada cristalina, no sabían cómo acabaría esta situación y además de eso, si tendría un buen fin.
Después ellos dejaron de pensar y Connor se atrevió a decir :
–Si quieres irte con ella, adelante – prosiguió – pero si cambias de opinión que sepas que tus amigos te estarán esperando, todo el tiempo que cueste, para que puedas darte cuenta de la realidad.
El chico se le quedó mirando a los ojos, tomó la mano de Octobella y se fue.
El muchacho de tez oscura se le quedó mirando algo triste, sabía que algún día volvería a cruzarse y poder verlo con su comportamiento de antes.
Mientras tanto debía de esperar con su amada, esperando y tener confianza en Greg.
De momento el muchacho y la pulpita estarían demasiado enamorados, ambos se tomaron de la mano y se fueron a la guarida de Octobella.
Allí se cruzaron de nuevo con la esfera, estaba en una zona menos profunda...
–Amor mira – señaló Greg – esa piedra es muy rara.
–La verdad es que sí, ¿ de dónde habrá salido ? – se preguntaba, ambos no se acordaban de que antes se toparon con la esfera maligna, no recuerdan nada, por la maldición que se les concedió.
Unos segundos más tarde la esfera empezó a temblar haciendo un huracán, por lo cual chupó a Octobella y Greg dentro de la esfera, ¡¡ un mundo demasiado peligroso !!
Al impacto de meterse, la esfera pudo desactivar la maldición de enamoramiento de ambos, pero lamentablemente estaban desmayados.
¿ Cómo saldrán ? ¿ y cómo actuarán al no amarse ?
Antes de que el huracán se desactivará, de la bola sale un charco de agua goteando por el suelo... Percival miró con una cara perpleja, pero lo ignoró por completo, sin saber que su mejor amiga y su enemigo están dentro sin ninguna ayuda.
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