Visita nocturna
Jungkook escuchó a su padre llamar su nombre, pero a pesar de intentarlo hablar no podía responderle. Angustiado sintió que las fuerzas se le fueron de su cuerpo, también intentó ponerse de pie pero le fue imposible. Escuchó a lo lejos la voz de Jimin, luego sintió los fuertes brazos de Namjoon levantarlo en el aire, subirlo a la Suburban y escuchó que su hermano condujo a toda velocidad hacia el hospital. ¿Qué era lo que le estaba pasando? Se preguntaba tratando de mantenerse despierto, pero una sombra pesada lo arrastraba hacia un abismo oscuro interminable que estaba ¿dentro de su cabeza, o quizás iba a morir? ¿Así se sentía morir? No quería morir. Jungkook anhelaba vivir muchos años y seguir quejándose de la vida. Deseaba ver a su padre envejecer y a su hermano formar una familia.
Pero sus ojos que estaban todavía abiertos se cerraban de poco en poco, eso significaba que estaba perdiendo la lucha contra ¿la muerte? ¿O su subconsciente?
—¡Jungkook, no cierres los ojos, escúchame hijo! —gritó Namjoon.
Sin embargo el muchacho cerró los ojos dejándose llevar por la sombra pesada que lo arrastró hasta lo más profundo de su conciencia. El alma resplandeciente de Jungkook estaba en su momento más vulnerable, estaba a punto de ser poseído, pero ¿eran esas realmente las intenciones de Taehyung? Porque él había dicho que le gustaba, ¿le gustaba tanto como para robarle el alma? ¿O le gustaba tanto como para protegerlo?
Jungkook dejó de escuchar a su padre, a su hermano e incluso al médico. No sintió las agujas atravesar su piel cuando le hicieron transfusión de sangre, tampoco cuando le administraron suero. Él notó las agujas en su piel hasta que despertó a las dos de la madrugada.
Al abrir los ojos lo cegó la luz led blanca de la clínica. Olía a cloro y lejía, las sábanas eran tan delgadas que le ocasionaban un frío terrible. Estuvo a punto de llamar a una enfermera o a cualquier personal del lugar para pedirle una manta más gruesa y preguntar qué era lo que le estaba pasando, pero en ese momento miró a Kim Taehyung parado en una esquina de la habitación.
Llevaba puesto un traje totalmente negro, sus ojos estaban rojos, parecía que había llorado, pero también lucía enojado y le daba un poco de miedo porque lo último que recordaba de él era terrorífico.
—Me alegra que hayas despertado —dijo Taehyung con alivio en la voz.
—Pensé que querías que me convirtiera en fantasma al igual que tú... Digo, enfermé luego de... —Jungkook tragó saliva—, mierda ni siquiera sé si eres real, quizás enloquecí y por eso estoy aquí internado.
—¡Soy real, lo juro! —Se acercó al pie de la cama.
—Pero eres un fantasma...
—Lo soy. —Suspiró—. En estos momentos no quiero tocarte tanto porque tu alma está vulnerable.
—¿Y anoche no estaba vulnerable? ¡Me cogiste sabiendo que eres un puto fantasma!
—Lo... —Los ojos de Taehyung se invadieron de lágrimas— Siento.
—No. Yo siento haberme enamorado de ti. No te quiero tener cerca, ¡vete!
—Es que no puedo hacerlo... Lo que hicimos anoche te hizo vulnerable y si me aparto de ti esta noche otro ente va a intentar adueñarse de tu cuerpo y poner a dormir tu alma...
—¡No entiendo nada de las estupideces que dices, lo único que quiero es que te largues!
—¡Escúchame Jungkook! Te dije antes que siempre arruino todo y te juro que no miento, pero necesito que sepas toda la verdad.
—¿Ahora hablas con la verdad? ¿Después de mentirme? Me haces sentir tan tonto...
—Déjame mostrarte los hechos de aquel fatídico día.
—¿Qué día?
—El día del incendio en el tren. ¿Recuerdas nuestra primera cita?
—Como olvidarlo, de no haber asistido tú y yo...
—Ya se, no estaríamos juntos, pero aquí estamos. Aunque la culpa es toda mía y la asumo.
—Lo es, no debiste entrar en mi habitación.
—Es que tenía permiso de entrar porque esa era mi casa cuando vivía... ¿Recuerdas cuando me tocaste por primera vez? Porque yo sí. Se supone que los humanos no pueden tocar a los fantasmas, pero tú... Jungkook me tocaste y fui el hombre más feliz del mundo en ese instante, por eso quise estar cerca de ti, porque me haces sentir vivo.
—Si prometes que me dirás la verdad accederé a escucharte, ¡pero ninguna mentira! —gritó.
—Lo prometo... déjame mostrarte.
Taehyung se acercó a Jungkook tomando su mano, en ese momento le mostró lo que sucedió cuando vivía...
Era una mañana como cualquier otra, la madre de Taehyung vistió a su hermanito menor e hicieron las maletas para viajar a Seúl. Los tres irían a distraerse porque la muerte de su padre de hace una semana los llenaba de tristeza, por eso irían a visitar la ciudad. Taehyung llevaba puesto un gorro color naranja tejido a mano, su hermano Kim Jihu de tan solo diez años de edad llevaba el mismo sombrero pero un poco más pequeño en la cabeza que madre lo había tejido con esmero.
—¡Ya casi son las diez mamá! —Apuró Taehyung.
—Ya estoy lista, iremos a comer el mejor Ramen de Seúl. Les apuesto que les encantará, ahí iba con tu padre cuando era estudiante.
—Ya nos haz contado esa historia cientos de veces —dijo Jihu.
—Por favor niños no vayan a comentar nada acerca del agua mágica de nuestro pueblo porque no queremos turistas chismosos por aquí. Además recuerden no tomar agua hasta que lleguemos a Seúl y compremos más, me dediqué a purificarnos del agua del manantial durante los últimos tres días, no vaya a ser que ocurra una tragedia en Seúl y nuestras almas queden vagando por allá.
—Mamá, no te preocupes —Taehyung colocó su brazo alrededor de los hombros de su madre—, no vamos a morir.
—Solo estoy tomando precauciones, para muchos parece exagerado, pero he visto a distintas familias sufrir porque las almas de los suyos vagan por la tierra.
—Mamá no digas esas cosas y ya vámonos. —murmuró Taehyung.
—¡Yupi! Aunque papi no está con nosotros él hubiera querido que fuéramos felices. ¿Cierto mami?
—Cierto Jihu... Además el presidente de Villa escondida nos obsequió boletos para viajar y despejarnos un poco de todo lo sucedido, cuando regresemos vamos a darle las gracias.
Sin decir más la familia Kim se dirigió a la estación de tren y abordaron juntos. Cómo iban en el segundo vagón Taehyung asomaba la cabeza para ver a los pasajeros subir. En eso un fuerte viento arrebató el gorro naranja de su cabeza arrastrándolo lejos suyo.
—¡Perdí mi gorrito! —se quejó.
Kim Heun, su madre se asomó por la ventana viéndo como era arrastrado por el viento.
—Todavía falta gente de abordar, si quieres puedes ir a recuperarlo.
—¡Yo voy contigo! —se ofreció Jihu.
—No, iré solo.
—Invita a tu hermano que no te cuesta nada.
—¿Cómo no? Va a hacer que vaya más lento.
—Ay... —Jihu cruzó ambos brazos molesto.
—Ya vuelvo.
Taehyung bajó del vagón del tren en búsqueda de su gorro naranja. No quería perderlo porque llevarlo puesto hacía que su madre se sintiera mejor y deseaba apaciguar la tristeza que dejó la ausencia de su padre con detalles como ese. El viento arrastró el gorro lejos de los vagones del tren, Taehyung se molestaba cada vez más, pero estaba cada vez más cerca de alcanzarlo. Por suerte quedó enredado en una tela de metal que dividía la estación de tren del bosque, fue de esa manera que el gorro dejó de volar. Al tomarlo lo sacudió y se lo colocó en la cabeza, sin embargo cuando giró su cuerpo para regresar al vagón del tren sus ojos vieron fuego, sangre y el peor escenario que pudiera imaginarse. Escuchó gritos, llantos, observó a gente desesperada correr de un lugar a otro y desorientado corrió al segundo vagón, Justo en donde estaba su madre y su hermanito. El sitio estaba en llamas, se escuchaban los gritos desgarradores de las personas en el interior, podría jurar que escuchaba a su madre y a Jihu que gritaban por ayuda, pero no podía entrar, el fuego estaba demasiado avivado.
—¡Mamá, Kim Jihu! —gritaba en medio de lágrimas.
Pronto llegaron policías, miembros de los bomberos, al igual que médicos e incluso se sumaron los habitantes del pueblo porque al ser péquelo no había muchos servidores públicos trabajando y no estaban preparados para una tragedia de tal magnitud.
Los vagones del tren explotaron una vez más lanzando láminas y vidrios por todas partes, distintos vidrios cayeron en el rostro de Taehyung pero hizo caso omiso al dolor de estos. Aturdido por la última escuchaba las voces de todos muy lejos y luego de varios minutos, cuando su audición se estabilizó escuchó un silencio aterrador proveniente de los vagones.
Cayendo de rodillas sintió que sus motivos para vivir acababan de morir. Primero su padre, luego su madre y hermano. Estaba solo en la tierra, no había razón alguna para continuar.
—¡¿Por qué?! —gritaba en medio de lágrimas— ¿¡POR QUÉ?! —gritó más fuerte.
Que se hubiera salvado no parecía suerte, que se hubiera salvado parecía una burla a su existencia. Hubiera preferido morir junto con sus seres queridos, pero él hubiera no existe y Kim Taehyung estaba experimentando esa terrible realidad.
Fotito que género la IA de Taehyung en la estación de tren:
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro