Final
Dos años después
En la primera plana de los periódicos de la ciudad aparecía el rostro de Hyun- Ki, el presidente de Villa Escondida. Gracias a la carta que Jungkook entregó a las autoridades de Seúl se abrió una investigación al pequeño pueblito encontrando distintos túneles en los que traficaban drogas, Hyun- Ki lavaba dinero y era dueño de bares de mala muerte en los que había trata de blancas. Jungkook vestía un abrigo negro y largo, jeans y camisa de vestir del mismo color, sonreía sentado en una banca mientras bebía café caliente, era invierno, hacía mucho frío aquel día cuando finalmente se cumplió la promesa que le hizo a Taehyung cuando se despidió de él. Sin lugar a dudas nunca lo olvidaría porque había sido su primer amor de verdad, su amor mágico, fugaz e intenso.
—Lo logramos mi Taehyung... —dijo al aire, el vapor de su boca era muy visible porque hacía frío.
—Uy qué frío... —dijo un chico con un suéter delgado de colores sentándose a su lado— Pero tengo que esperar a mi hermano que está comprando en aquella tienda. —El extraño señaló una tienda de ropa.
—Oh, ya veo...
—Soy Jung Hoseok. Tú eres Jungkook, ¿cierto?
—Ah sí, soy Kim Jungkook... —se presentó algo incómodo porque en Seúl no era muy normal hablar con extraños de la nada y mucho menos informalmente.
—Mencionabas a un Taehyung... Mi hermano se llama igual, Jung Taehyung. Es adicto a las compras —susurró eso último.
Jungkook bebió de golpe lo que le quedaba de café, ya no quería estar más con ese chico extraño. Después se puso de pie enrollando el periódico, pero cuando estaba a punto de despedirse se quedó estático mirando a Jung Taehyung con los ojos bien abiertos. Él vestía un abrigo color color blanco al igual que su pantalón.
—Encontré lo que buscaba —dijo mostrando una bufanda café con brillos incrustados.
Incluso su voz era igual a la de Kim Taehyung, ¿era su doble? ¿Familiar lejano? ¿Era Kim Taehyung reencarnado? Pero la reencarnación era imposible ya que tenía apenas dos años de muerto y el tal Jung Taehyung parecía de veintitantos.
—¿Qué le pasa a tu amigo? Pareciera que ha visto un fantasma —dijo mirando a Jungkook.
—Oh bueno... —murmuró Hoseok— Es hermano de un ex compañero de la universidad.
—Un gusto y... me retiro —dijo Jungkook sonriendo avergonzado.
Es que era imposible que él fuera su amor muerto porque lo vio marcharse, porque era humano... Así que luego de hacer reverencia a modo de despido se marchó. Hoseok y Taehyung lo miraron marcharse, pero en el aire algo mágico estaba sucediendo.
Jungkook llegó casi corriendo al restaurante que inauguraron Yoongi y Jimin, entró a la cocina devorando un par de palillos de pescado. Necesitaba comer porque seguramente la dieta estricta que estaba llevando lo había hecho alucinar.
—Si comes pagas —dijo Yoongi recargado en la barrita de la cocina.
—La casa invita —dijo Jimin—, ya te dije que a nuestros familiares no se les cobra...
—Así que chiste, yo no tengo familia.
—¡Mi amor, yo soy tu familia! —Jimin hizo puchero y Yoongi le apretó la nariz cariñosamente.
—Si siguen haciendo eso voy a vomitar —se quejó Jungkook.
—¿No querías bajar de peso? —preguntó Yoongi.
—Es que no me van a creer lo que pasó...
—¿Papá encontró novia? Porque si es eso tenemos que festejar —dijo Jimin riendo.
—¿Recuerdan a Kim Taehyung? —preguntó con comida en la boca.
—Como olvidarlo, sus terribles ojos rojos escanearon mi alma el día que lo invocamos —contestó Yoongi.
—No eran horribles, ya les dije que estaba asustado y molesto consigo mismo. Taehyung era bueno...
—Ya Yoongi, recuerda que era el novio fantasma de mi hermano. Yo me molestaría si alguien habla mal de ti.
—Nadie puede hablar mal de mí, soy perfecto. —Encorvó los hombros y Jimin rodó los ojos.
—A lo que voy es que conocí a un chico idéntico a él cuando bebía mi café...
—Quizás lo imaginaste. —Jimin apretó el hombro de su hermano.
Jungkook bebió un vaso de agua completo, luego se limpió los labios con la manga de su abrigo mientras negaba con la cabeza.
—Ya pasaron dos años, no...
El timbre de la tienda que sonaba cada vez que alguien entraba se escuchó interrumpiendo la charla del trío. Pronto Jimin y Yoongi se dirigieron a atender a los clientes dejando a Jungkook solo en la cocina. El muchacho se estaba limpiando las manos con una servilleta cuando Jimin regresó antes de lo esperado muy eufórico.
—¡Tienes que venir, te están buscando!
—¿Quién me busca?
—Es mejor que lo veas con tus propios ojos.
Cuando Jungkook salió de la cocina se encontró con Jung Taehyung parado frente a una mesa junto a su hermano Jung Hoseok. Ambos se miraron a los ojos tragando saliva con nerviosismo. Con lentitud se acercaron hasta quedar cara a cara, Yoongi no podía creer lo que estaba viendo porque era idéntico al fantasma de Villa Escondida, pero no era un fantasma, era un humano de carne y hueso.
—Kim Jungkook... —murmuró relamiéndose los labios— Te he buscado por cielo mar y tierra.
—¿Buscarme? ¿Por qué? —preguntó nervioso.
—¿No me recuerdas? —Sonrió de oreja a oreja provocando que el estómago de Jungkook se estremeciera.
—Eres el hermano de Jung Hoseok. Te vi hace un rato cuando terminaba de leer el periódico. —Taehyung negó con la cabeza.
—Al igual que en la estación de tren, creíste que me había ido. ¿Cierto? —Los ojos de Jungkook se llenaron de lágrimas. ¿Cómo sabía él acerca de la estación de tren?— Creí que en nuestro reencuentro caería arriba de ti o algo por el estilo, ya sabes para no perder la costumbre...
Jungkook se abalanzó sobre Taehyung rodeándolo con sus brazos fuertemente. Jimin y Yoongi no podían creer lo que estaba sucediendo, Hoseok sonreía contento por su hermano y estaba un poco avergonzado con Jimin y Yoongi por haberlos molestado en la escuela años atrás.
—¿De verdad creíste que iba a permitir que salieras con alguien más? —susurró en su oído— ¿No te dejé bien en claro aquella noche que eres mío?
—Esta vez me aseguraré de salir contigo a la luz del día —dijo riendo.
—¿Eres el fantasma del pueblo o es una broma de este imbécil? —preguntó Yoongi señalando a Hoseok.
—Oye yo no tengo idea de lo que estás hablando y tampoco sabía que mi hermano tenía esas inclinaciones... De haberlo sabido jamás te hubiera molestado Jimin, lo siento.
—No hay problema, pero... ¿Eres humano?
—De carne y hueso. —Sonrió apartándose de Jungkook.
—¿Cómo es que estás con vida? —cuestionó Yoongi cruzando los brazos.
—Según el anciano que cuida la puerta me dijo que cumplí con mi misión... En lugar de tomar venganza utilizando mi poder de espectro decidí proteger a Jungkook, decidí proteger su alma y no poseerlo. Creo que fue una especie de premio, una excepción —Encorvó los hombros— Realmente no sé mucho de eso, pero cuando recordé quién era tenía diez años, crecí con Hoseok, él lleva el alma de Jihu, pero no tiene recuerdos de su vida pasada y bueno básicamente he estado buscando a mi grande amor desde que mi corazón volvió a latir.
—Pero el reloj cronológico no cuadra porque moriste hace un año y ahora tienes, ¿cuántos? ¿Veintitrés? —preguntó Jimin.
—Veinticinco, y el reloj cronológico en el mundo celestial no importa. Son todopoderosos y lo agradezco.
—Sea lo que sea no importa, porque estás aquí conmigo... —Jungkook tomó el meñique de Taehyung con delicadeza.
—Es de noche, ¿cómo saber que no es una visita fantasmal? —volvió a preguntar Yoongi.
—Fácil, nos vemos mañana temprano y a la luz del sol, ¿qué dices? —le preguntó a Jungkook.
—Hecho.
—Bueno, solo vine a decirte eso... —Sonrió de nuevo— Me alegra haberte encontrado, —colocó una tarjeta de presentación con su número en la mano de Jungkook— llámame para ponernos de acuerdo y vernos.
Al decir eso le hizo una señal con la cabeza a Hoseok y ambos salieron del restaurante.
—¡¿Pero qué mierda acaba de pasar?! —preguntó Jimin dando saltitos— ¡¿Era el fantasma de Villa Escondida?! ¡Dios mío, lo veo y no lo creo! Es una historia de amor tan linda que rebasa las leyes de la vida y la muerte, del pasado y del futuro!. ¡Que envidia me das hermano!
—¿Envidia? —preguntó Yoongi— ¿Lo nuestro no te parece lindo?
—¿Creen que el cielo escuchó mis oraciones? —preguntó Jungkook— Es que él dijo cosas que solo Kim Taehyung sabía, no es casualidad.
—No pierdes nada con contactarlo, aprendí que al amor no se le huye —dijo Yoongi recordando que la familia de Hoseok era millonaria— Además es CEO de la empresa de la familia Jung, monetariamente te conviene.
—¡Eso es lo de menos! ¿Tú quieres conocerlo? ¿Tu corazón se acelera cuando lo miras? ¿Sientes que sin él estás incompleto? —preguntó Jimin.
—Sí.
—Entonces llámalo y véanse.
Jungkook y Taehyung quedaron de verse en el palacio de Changdeoggung, un punto de referencia histórica de Seúl a plena luz del día. Eran las dos de la tarde con veinte minutos cuando Jungkook esperaba desesperadamente por su amado. Es que tenía miedo de que no apareciera o de que le dijera que todo se trataba de una broma de algún familiar lejano para burlarse de lo que sucedió en Villa Escondida. Sin embargo sus dudas se esfumaban cuando recordaba las palabras de Taehyung "¿De verdad creíste que iba a permitir que salieras con alguien más?" "¿No te dejé bien en claro aquella noche que eres mío?" Aún así Jungkook no quería hacerse ilusiones, pero es que todo apuntaba a que se trataba de su Kim Taehyung.
El joven se encontraba mirando el reloj cuando un automóvil negro y lujoso aparcó frente a él, de la puerta trasera salió Jung Taehyung vistiendo un traje gris muy al estilo cincuenta sombras de grey. Con paso seguro y firme se acercó a Jungkook sonriendo cada vez más a medida que se le acercaba.
—Hola —saludó al llegar.
—Hola...
—¿Te olvidaste de mí en mi ausencia?
—Ningún segundo, ningún día, ninguna noche. Siempre pensé en ti. —Taehyung sonrió.
—Despedirme de ti fue una de las cosas más difíciles que he hecho en toda mi existencia —suspiró— ¿Quieres ir a mi departamento? —Jungkook amplió los ojos ante la pregunta tan repentina.
—¿A tu departamento..?
—Sí, no somos extraños. ¿O te parezco un extraño? —Le acarició el brazo.
—Ah...
—El chofer nos está esperando, si dices que no le diré que se marche.
—No, no.. ¡Digo sí, vamos! —Taehyung sonrió pasando la lengua en medio de sus labios.
El departamento de Taehyung estaba en una de las zonas más exclusivas de Seúl. Pero no era meramente un apartamento más, era el penthouse del edificio. Cuando llegaron una empleada abrió las puertas de par en par, Taehyung le indicó que los dejara solos y ella se marchó. Al llegar a la sala de estar Jungkook quedó perplejo pues un enorme cuadro de un manantial rodeado por luciérnagas, con Taehyung sin camisa y Jungkook con la ropa mojada estaba colgado de la manera más elegante y gloriosa que alguien pudiera imaginar.
—Ya no me queda ninguna duda, eres tú... —susurró mirando el cuadro.
—¿Lo dices por la pintura? La dibujé hace un año, calculando la fecha exacta en la que nos metimos a nadar... ¿Te gusta?
—Me encanta...
—Que alegría, siéntate, ponte cómodo. Voy a servirte algo.
Jungkook se sentó en el sofá luego de quitarse el abrigo mientras que Taehyung servía un poco de wisky a las rocas. Al regresar se quedaron viendo una vez más directo a los ojos. Es que pareciera que se comían con la mirada, se deseaban más de lo que deseaban respirar.
—Jungkook, te amo. —soltó las palabras más sinceras que pudo decir en ese momento, lo amaba tanto y no se apartaría de su lado nunca.
—Taehyung... —Jungkook tomó el vaso de Wisky colocándolo en la mesita de centro— Creí que nunca diría esas palabras hasta el día de mi muerte cuando nos reencontráramos, yo también te amo.
Se unieron en un abrazo mágico lleno de amor, ternura y deseo. Se amaban de una manera tan intensa e inexplicable y quien haya sido el encargado en ayudarlos a vivir una vida plena en la tierra se merecía su gratitud eterna.
—Y ahora, para no perder la costumbre...
Taehyung dejó su vaso de Wisky a un lado de él de Jungkook, acto seguido lo empujó al sofá subiéndose encima de él.
—Es la tercera vez que caes arriba de mí... —dijo el pelinegro entre risas.
—Ya sabes, la tercera es la vencida y esta vez no me apartaré jamás de tu lado... Solo si me lo permites.
—Te quiero única y exclusivamente para mí, Kim Taehyung.
—Por supue... —Taehyung no terminó la oración porque se distrajo viendo el collar que colgaba del cuello de Jungkook. Era el collar con sus iniciales "KT"
—Oh... ¿El collar? Es tuyo, si lo quieres vas a tener que quitármelo.
—Uy, uy. Pero para quitártelo primero voy a tener que desvestirte... —ronroneo con mirada gatuna.
—No pondré resistencia.
—Atente a las consecuencias...
Luego de decir eso consumaron su amor en el sofá del penthouse. Los gemidos de ambos chicos invadieron el lugar, cada gota de sudor valía la pena porque estaba cada cual con el amor de su vida y nunca, nunca se apartarían. Su historia de amor sería guardada en sus corazones y en las memorias de las aguas mágicas de Villa Escondida.
Fin.
Espero que te haya gustado esta corta, pero bonita historia. No olvides dejar tus comentarios porque eso me motiva a seguir escribiendo. ¡Que tengas un bonito día y que encuentres al amor de tu vida si todavía no llega a tu puerta y si ya llegó que dure para siempre!
Gracias por leer, querido lector.
Atentamente: Mely Lim.
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