Capítulo 20
Su cabeza en mi hombro mientras toma mi mano, el olor de su cabello, Duncan nos observa atento pero Lan no parece percatarse y yo en el fondo disfruto estar así, me siento como que por fin estamos siendo realmente nosotros, no los hermanos, sino los enamorados.
-¿Todo bien Lany? -pregunta Duncan, Lan se despabila y le sonríe.
-Si, ¿Por?
-Te veías muy pensativa -ella me observa y levanto los hombros.
-No, todo bien. -Vuelve a acomodarse en mi hombro mientras yo comienzo a jugar con los nudillos de sus manos.
Hoy es la fiesta de cumpleaños de Abby, así que estamos en la casa de los Dunne, pero para este tipo de reuniones todo es demasiado formal, todos en traje, vestido largo, aunque Lan hoy decidió por llevar un vestido que por la parte de adelante es como una minifalda, pero en la parte de atrás es largo y lo combinó con unos converse.
El evento está siendo demasiado aburrido por lo menos para nosotros, observo a Cassandra llegar y besar a Duncan, hace mucho que no los veía juntos, ellos están en lo suyo cuando Lan gira su rostro para dirigir sus labios a mis oídos.
-¿Te parece si me acompañas allá afuera? -asiento, Leilany se levanta y Duncan nos observa.
-¿A dónde van?
-Vamos a la camioneta, olvidé unas cosas que debo de bajar.
-Está bien -Lan no me suelta y caminamos de la misma manera hasta la camioneta, vemos llegar a algunos invitados entre ellos a los padres de Lara, pero agradezco mentalmente que ella no se ve por ningún lado.
-¿A dónde vamos exactamente? -pregunto
-Moría de aburrimiento allá adentro, ¿Y si nos escapamos?
-¿A dónde quieres ir?
-No sé, solo no estar aquí, quiero estar con Chad -se acerca a mi oído y susurra el que me gusta, no mi hermano.
Leilany no me lo pide dos veces, tomo las llaves de la camioneta y ambos nos subimos, después de saber que quiere irse a Chicago las cosas no han sido sencillas, sigue empeñada con querer irse y finjo estar bien con su decisión pero la verdad es que no, mis papás la han apoyado, y le he pedido que quiero irme con ella, pero solo niega, me pide que por primera ocasión la deje ir sola. Así que aunque nuestra relación sigue su curso no es todo miel sobre hojuelas últimamente cualquier cosa hace que ambos estallemos, pero al final del día uno o el otro se termina buscando y pidiéndonos que podemos con esto una vez más.
Nos dirigimos a Picadilly Circus, las personas que conocemos no suelen venir a este tipo de lugares, y sabiendo que prácticamente todos están en una fiesta no debería de haber problema, aunque también la ropa que tenemos puesta no ayuda mucho para pasar desapercibido pero no me importa al igual que ella, quiero que solo estemos los dos.
Bajamos del automóvil y ella toma mi mano, camina unos cuantos pasos y gira de pronto para tomar mi rostro y besarme, no me quito, sonrío sobre sus labios y llevo mis manos hacia su rostro para tomarla con más fuerzas y disfrutar de ella, de sus besos, de besarla en plena calle en Londres, muerde mi labio y hace que me aleje mientras escucho su risa.
-Vamos -Dice jalándome hacia el lugar.
Encuentra una pequeña heladería y ambos entramos para pedir uno, compramos su favorito de fresa mientras que yo elijo uno de vainilla. Nos sentamos en las escaleras de la fuente y hay un artista callejero haciendo su show mientras mucha gente se une a nosotros para observarlo.
Disfrutamos del show, caminamos tomados de la mano, besándonos, abrazándonos, comemos más dulces que encontramos en el trayecto, cómo su fuera una cita normal, con mi novia, con la chica que quiero, odio esconderme.
-Esto es lo que quiero Lan.
-¿Qué?
-Ser solo tú y yo, sin escondernos, Leilany y Chad, sin ningún apellido que nos haga sentir que le debemos algo a alguien. -sus ojos parecen brillar.
-Yo también lo quiero.
-¿Y entonces?
-Chad -suspira, lleva su dedo índice a mis labios mientras prácticamente me pide que me calle con un beso.
Se aleja de mí, guiña un ojo, me abraza y yo llevo mi rostro hacia su cuello.
-¿Cuánto tiempo más necesitas? -digo fastidiado.
-¡No lo sé! Amo esto, te amo a ti, pero por lo mismo, tengo miedo que nos alejen, que nos vean como bichos raros, que la gente nos juzgue.
-Ya estoy aburrido de esos pretextos Lan, odio esto, tener que esconderme para estar contigo, para poder abrazarte, besarte... Quiero hacerte mía -susurro, ella me observa, se da la media vuelta y yo la sigo, esta mujer me va a terminar volviendo loco.
Parece que está haciendo todo lo posible porque no llegue a la plática que quiero entablar como si estuviera huyendo de algo.
-Lan debemos de hablarlo, ¿Lo sabes no?
-Chad... -suspira y levanta su mirada hacia mi. -sé qué debemos de hablarlo... Estoy haciendo lo posible para no hacerlo porque no quiero cambiar de opinión porque sé lo mucho que me puedes...
Sigue su camino y es obvio que quiere irse porque busca la camioneta para que nos vayamos, abro su puerta y ella sube sin decir nada, me subo en mi lugar.
-¿Regresamos a la casa de los Dunne?
-No...
-¿Quieres ir a casa?
-Tampoco. -La veo levantarse de su asiento e ir a los asientos traseros, se sienta y me pide con su mano que la siga. -hablemos.
-Vaya... -digo
-¿Qué tan osado es que te diga que me convenzas de que no me vaya?
-¿Y como quieres que te convenza? -voy comenzando a entender su juego, no me preocupo, la camioneta tiene vidrios polarizados y dejé la camioneta en un lugar bastante desierto.
-Tú deberías de saber... -Dice con una sonrisa pícara.
Leilany en muchas ocasiones me sorprende con sus actitudes, muerdo mis labios y comienzo a sentir que mi pantalón comienza a retener algo, llevo mis manos hacia su nuca y la atraigo hacia mi para besarla, ella no piensa dos veces en corresponderme el beso y se sube a mis piernas sentándose en el lugar correcto para que ambos comencemos a subir la temperatura; Mis labios van de su boca a su cuello, a su quijada, su mentón, sus clavículas.
-¿Te estoy convenciendo?
-puede que si.
-Deja de tener miedo Lan, yo te amo, yo estaré contigo siempre, si ellos no lo aceptan no pasa nada... Nos vamos lejos de aquí.
Sus manos van hacia mi camisa y la comienza a desabrochar me acaricia el cuello y los hombros, no quita la camisa pero parece disfrutar de acariciar mi piel.
-Chad, quiero ser tuya... No solo tú lo quieres... Llévame a casa y hazme el amor, prometo que después de eso yo no tendré dudas, seré tuya completamente hasta el último día de mi vida.
Quiero tomarle la palabra y llevarla a casa o a algún otro lugar para hacerle el amor, pero solo está pensándolo de esa manera porque en estos momentos tenemos la libido por los cielos.
-hoy no -susurro, ella se aleja de mis labios. Y yo siento que se lleva mi alma junto a sus labios.
-¿Por?
-Será la primera vez de ambos -recargo mi frente a la suya. -quiero que sea especial para los dos. -Puedo conseguir un lugar para este fin de semana, ¿Te parece?
Ella parece meditar lo que le estoy pidiendo, le está costando mucho trabajo tanto a ella como a mi, es difícil querer alejarme de ella en estos momentos donde siento que voy a explotar, ella toma mi mano y la lleva debajo de su vestido, justo donde esta mi tortura, siento que está por demás húmeda y dispuesta, y siento que voy a perder la razón y voy a mandar al demonio todo.
-o quizá podamos... -ya no sé lo que estoy diciendo, cuando siento el calor de su entrepierna mientras mis dedos quieren indagar dentro de su ropa interior
-¿Qué decías? -susurra.
-Lan, esto es trampa.
Disfruto del calor de su cuerpo, siento que voy a desintegrarme en miles de pedazos si no le pongo fin a esta tortura, justo cuando decido que el lugar no importa y que me comienza a valer donde nos encontramos, mi celular comienza a sonar. Veo el número de mi papá en la pantalla; ella se baja inmediatamente de mis piernas.
-¿Dónde están?
-Salimos por unas cosas que necesitaba Lan.
-Su madre los está buscando como loca. ¡Ya vengan!
-¡Ya vamos papi! -Dice Leilany quitándome el celular de las manos mientras ambos nos vamos hacia nuestros lugares para irnos.
Cuelga el celular, se ríe se levanta para dejarme un beso en los labios.
-Entonces el fin de semana tenemos una cita.
Solo de pensar que la tendré para mí, que seré suyo, haré que nuestra primera vez sea inolvidable.
Llegamos a la casa de los Dunne, en cuanto entramos siento unos brazos rodear mi cuello, ¡Lara!, Leilany se da cuenta e inmediatamente me deja solo con nuestra pesadilla.
-¿Chad donde estabas?
-Fui a llevar a Lan a comer unos helados, estábamos aburridos y se nos antojó uno.
Veo a Leilany sentarse en el sillón, mientras que Duncan aparece para acompañarla.
-Pobre Duncan, volvió a pelear con Cassandra.
-¿Cómo sabes?
-Los escuché discutir Duncan le dijo directamente a Cassandra que no sentía nada por ella, que él estaba enamorado de otra.
-¿Dijo quién?
-No, pero es obvio... Solo un ciego no notaría que se derrite por tu hermana. -Lara mueve la cabeza como señalando hacia ellos.
Duncan la observa atento y no parece estarla pasando mal después de pelear con su novia, de hecho ambos se ríen y veo que lleva sus dedos a su nariz pellizcándola, mientras que ella solo se abalanza hacia él, incluso todos los observan porque no están siendo nada discretos... escucho los murmullos entre que los Dunne y los Berry parece que van a emparentar en algún momento, mi sangre comienza a hervir.
Esto es lo que somos... Un globo con agua a punto de explotar, queriendo retener lo que sentimos por un secreto que ni siquiera es nuestro.
¡Este fin de semana será un o todo o nada! Ya no puedo ocultarlo más...
O me quiere y luchamos por esto y nos entregamos a todo lo que conlleve no solo en cuerpo y deseo o terminamos con ello, no quiero ocultar más todo lo que siento por ella... Ya no más.
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