veinte
No podía dejar de mirarte.
Y es que tú parecías un ángel. Tan puro, tan dulce, tan inexperto.
Ahí sentado, mirando a la ventana o las páginas de tu libro.
Sumido en tu mundo, encerrado en tu exclusiva burbuja.
Ojalá destruirla... y entrar.
Me sentía algo avergonzado por lo que vi el día anterior.
Eso no impidió que te saludara, ya tenía suficiente confianza acumulada para hacerlo.
Sin embargo, pensándolo con detenimiento...
No sabía mucho de ti aún.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro