Capítulo Tres
Hoseok era un alfa peculiar. Era hijo de uno de los mayores empresarios de Corea. Aun así, era un hombre simple y amable. Sus padres le habían apoyado en todo, incluso en no seguir una carrera relacionada a la administración y todavía más, cuando dejó embarazado en plena época de estudiante universitario a su pareja destinada, Min Yoongi. Todos sabían lo épico que había sido aquello. Nada más reconocerse, entrar en celo y listo...los cachorros en camino.
Era por tanto un hombre paciente, de sonrisa fácil y a pesar de ser exigente en el trabajo y con su personal, siempre lo hacía de manera amable.
Cuando recorrió las mejores universidades de Corea, buscando algún talento, se había encontrado con Jeon Jungkook. Brillante, excelentes notas y con una Tesis fascinante. Comenzó a "acecharlo", esa fue la palabra que su compañero usó, para convencerlo de ir a trabajar a Hope. No fue tan difícil y hacía un año, lo tenía como el segundo obstetra estable de su ajustado staff. En ese momento era suficiente, pues habían médicos que trabajaban por horas y los pacientes no eran tantos. Sin embargo, en el último año, la clínica se había vuelto mucho más famosa y los procedimientos de fertilización asistida habían aumentado. Por lo que se hacía urgente contratar un tercer médico, y para eso tenía a alguien en mente.
Estaba leyendo el Resumen del doctor Kim Seokjin, cuando un huracán entró en su oficina. Al ver al doctor Jeon fuera de sí, se asustó. Tanto que se paró de su asiento y soltó feromonas, para tratar de apaciguar al lobo. Podía ver en los ojos del omega, al animal asomándose. Algo inaudito en Jungkook, que no parecía nunca mostrar su lado más primitivo.
—¡Jungkook, dime que sucedió! —Hoseok tomó con fuerza los brazos del omega que parecía fuera del mundo.
—¡Usted permitió que Sung-Hoon esté con ese omega! ¡Yo lo admiraba y ahora...su falta de ética...!
El doctor Jung podía tener toda la paciencia que su carácter de alfa le permitía, pero no iba a permitir que un mocoso le faltara el respeto.
—Deténgase Doctor Jeon, no le permito que me hable así. Tiene que calmarse y podremos hablar.
Jungkook de pronto tomó control de sus fuertes emociones. En toda su vida, jamás su omega había salido de esa forma a la superficie. Se consideraba más humano que lobo, pero ahora su rabia y decepción lo habían sobrepasado.
—Acabo de enterarme que Sung-Hoon está en una relación con un paciente. Yo conozco a ese omega y no es una buena persona...usted nunca debió permitir que él se convirtiera en paciente de esta clínica...y menos todavía que engañara al doctor Park.
Hoseok todavía seguía sin entender mucho lo que Jungkook le estaba diciendo. ¿Acaso conocía a Seon-Woo? Era extraño, pues nadie lo había mencionado antes. También comprendió que toda esa rabieta era producto de los celos que sentía por el omega, que ahora estaba con Sung-Hoon.
—Doctor Jeon...Jungkook...no sé de dónde conoces a Seon-Woo pero te aseguro que es un buen chico. Pensé que el doctor Park y tú eran buenos amigos, luego del término de su relación. Puedo tratar de entender tu enojo o que te sientas lastimado por esto..., pero eso no te da derecho para irrumpir así en mi consulta y hablarme de ese modo...
Hoseok estaba tratando de calmar al omega. Había pensado en llamar a Yoongi, pero eso tal vez iba a alterar aún más al doctor Jeon. Por lo que se propuso él mismo tratar de apaciguarlo.
—¡Él los está engañando! Siempre ha sido igual, hipócrita y mentiroso....y usted...creí que era un hombre más inteligente.
Bien, pensó Hoseok, al parecer y definitivamente el omega no lo estaba escuchando y continuaba siendo irrespetuoso y llenando su consulta de feromonas acidas.
El alfa había intentado usar un lenguaje más coloquial y cercano, pero al notar que el omega estaba faltándole el respeto, intentó volver a la formalidad.
—Escuche doctor Jeon, he tratado de entender sus argumentos, pero lo que veo es nada más el hecho que usted no ha aceptado que su relación con el doctor Park terminó hace varios meses. Y sé que él fue claro con usted. Ahora, le recomiendo que vaya a su casa e intente calmarse. Debe meditar muy bien sus palabras y lo que ha ocurrido hoy. Tómese unos días si es necesario. Porque si persiste en esta actitud violenta y sin sentido...tendré que pedirle su renuncia.
Fuerte y claro. Así fue Hoseok. Él no iba a permitir que un escándalo desprestigiara su clínica y mucho menos uno tan infantil.
Jungkook en ese momento levantó la vista. ¿Qué estaba haciendo?,
¿Cómo se atrevía a hablarle de ese modo a Jung Hoseok? No podía ser que ese omega estuviera metiéndose en su cabeza otra vez para arruinar lo único que realmente apreciaba: su trabajo. Intentó calmar todas sus emociones. Hizo retroceder al lobo, que todavía estaba alterado. Quería llorar y gritar de rabia, pero el doctor Jung tenía razón. Debía ir a casa, a su soledad para soltar todo eso.
—Yo..., no debí hablarle así..., lo lamento. Es sólo que...en verdad ese omega es...—. No debía seguir. El director no le iba a creer. No valía la pena seguir exponiéndose de ese modo.—Necesito unos días..., sé que estamos cortos de personal..., pero no me siento capaz de estar aquí.
Hoseok en ese momento vio a Jungkook como un pequeño cachorro. Yoongi muchas veces le había advertido que sentía que el joven doctor experimentaba una cierta soledad en su corazón. Su compañero tenía ese instinto de protección que todos los omegas parecían activar ante alguien desvalido. El alfa lo miró. Se veía mucho más joven que sus veintiocho años. Su rostro todavía conservaba algunos rasgos de su infancia y adolescencia. Y en ese momento sus ojos estaban tan tristes, que le hizo pensar en sus hijos cuando están enfermos y quieren consuelo. Sintió el impulso de acercarse y abrazarlo, hacerlo sentir seguro y protegido. Pero, mantuvo la distancia, no sabía cómo podría reaccionar ahora que había recuperado algo de calma.
—Ve a casa Jungkook. Medita en esto y si necesitas unos días está bien. Te cubriré yo mismo. Pero necesitas controlar tus impulsos. Sung- Hoon no es el único alfa en este mundo. Eres un omega inteligente, joven y atractivo. Y si en el pasado tuviste algún problema con ese chico, tal vez, también sea el momento de resolverlo.
Jungkook sólo asintió a lo que el doctor Jung le dijo. Lo respetaba y admiraba. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y no quería sentirse humillado delante de su jefe. Salió en silencio y sin mirar a nadie, fue directo al estacionamiento.
Hoseok envió de inmediato un mensaje a Sung- Hoon y otro a Yoongi. Estaba preocupado por la estabilidad emocional de su joven doctor.
Seguía sintiendo en el aire esa pesada carga que era la soledad...
Seokjin por su parte, tampoco estaba pasando por su mejor momento. Había discutido con su madre, otra vez. Ahora había sido porque ella quería presentarle una beta pariente de alguna amiga. O algo así. No le entendió bien y no quiso entenderla, porque no sabía cómo explicarle por millonésima vez, que no estaba interesado en las mujeres. No importaba su segundo género. A él le gustaban los hombres. Entendía que la mujer quería nietos y verlo formando una familia más "tradicional", pero ya estaba cansado de la forma en que intentaba imponerse en su vida. A veces, simplemente deseaba poder desaparecer o tal vez irse a otra ciudad, lejos del acoso de sus padres y del trabajo que cada día odiaba más.
Estaba a punto de ir a la cama, cuando su teléfono sonó. Era Sung- Hoon. Seguramente su amigo lo llamaba, para saber el porqué no había ido a clases. Obviamente después de la discusión con su madre, se había quedado sin energía para ir a la universidad.
—Sung-Hoon...si me vas a regañar por faltar a clases...
—Hola a ti también...¿tampoco fuiste a clases?
—¿Cómo tampoco? Pensé que habías ido...en fin. Ya sabes la historia de mi vida...mi madre llamó para otra cita. Esta vez la hija beta de no sé quién..., le dije que no estaba interesado y todo Seúl se incendió...ya sabes cómo es ella..., ni siquiera te voy a mencionar los detalles. Pero, y tú por que no fuiste...¿Seon-Woo está bien?
Sung-hoo tuvo que reírse un poco. Su pobre amigo era víctima de unos padres que querían arreglarle la vida, sin tomar en cuenta su parecer.
Siempre estaba agradecido porque sus madres nunca lo presionaron de esa forma.
—Oh, sí. Está bien. Ya sabes, con las típicas molestias de un embarazo a mitad de camino, pero nada de qué preocuparse. No..., hoy discutí con Jungkook, armó un gran escándalo en la clínica, incluso le gritó a Hobi..., no le entendí mucho. Al parecer supo de Seon Woo y creo que lo conocía de antes...habló cosas horribles de él..., no fue agradable.
—Lo lamento tanto..., era probable que eso pudiera pasar..., pero
¿cómo es eso que se conocían de antes? ¿le preguntaste a Seon Woo?
—Ni siquiera se lo mencioné. No quiero preocuparlo más de la cuenta. No vale la pena. Hoseok me dijo que Jungkook se tomó unos días. Por lo mismo te llamaba. Está muy preocupado por la falta de personal. Vio tu resumen y quería saber si puedes ir mañana a una entrevista.
La cara del beta se iluminó por completo. ¡Al fin una buena noticia!
—Claro que voy. Dime la hora y el lugar.
—Te enviaré un texto..., no sé si pueda verte mañana, estoy al tope con pacientes, pero, ¿Por qué no vienes a cenar con nosotros? Es tiempo que conozcas a mi hermoso omega. Y él tiene muchas ganas de conocerte también.
—Me encantará. Ahí estaré.
—Buena suerte Seokjin. Sólo sé tú mismo. Sé que Hobi va a adorarte. Ya estaba muy entusiasmado con tu resumen laboral.
—Gracias Sung-Hoo, eres un gran amigo. Prometo no decepcionarte.
Se despidieron y Seokjin dejó su teléfono en la mesita de noche. Estaba tan feliz, que olvidó por completo la pelea con su madre. Incluso podía sentir a su lobo emocionado. Algo le decía que esa entrevista cambiaría su vida para siempre. Aunque luego se rio de su propio pensamiento. No era un jovencito que se lanzaba a la vida por primera vez. Obviamente irse a trabajar a ese lugar haría una gran diferencia, pero incluso algo más lo hacía sentir un poco de ansiedad. Tendría que esperar para saber que era esa extraña sensación.
Al día siguiente, cuando se presentó ante el doctor Jung, estaba realmente nervioso. La clínica era mucho más grande de lo que imaginaba y el personal que lo recibió fue extremadamente amable.
—Es un verdadero placer conocerlo doctor Kim. Sung-Hoo me ha hablado tanto de usted que creo que lo conozco de hace mucho tiempo.—El doctor Jung le había extendido la mano y lo recibía con una gran sonrisa.
—Para mí también es un placer conocerlo. Y créame que Sung- Hoo me ha contado de todas sus aventuras y desventuras como estudiantes universitarios.
—Oh debería sentirme avergonzado entonces... supongo que sabe cómo conocí a Yoongi mi compañero y lo que pasó.
—Si me lo contó, pero creo que es una encantadora historia. Muy romántica.
La charla fue relajada. Era como si realmente se conocieran desde siempre y pronto las formalidades fueron dejadas de lado. Hoseok estaba bastante impresionado con la corta, pero excelente historia laboral de SeokJin, pues había trabajado en un hospital público que le permitió ganar una vasta experiencia. Unido a eso, tenía un carácter amable y carismático, similar al del doctor Park y al suyo.
—Como te expliqué la cantidad de personas interesadas en la fertilización asistida ha aumentado considerablemente. Esto debido al abuso de supresores que ha traído una alta tasa de infertilidad especialmente en omegas varones. Y muchos se están liberando del tabú de que esto no es natural... Por eso ahora, es imposible atender esa demanda sólo con el doctor Park y el doctor Jeon.—De hecho Hoseok ni siquiera sabía si Jungkook iba a volver—.Si estás interesado en la oferta que te entregué, el cargo de médico titular es tuyo.
Seokjin leyó una vez más el documento. La oferta en términos económicos era muy buena y además le ofrecían la chance en dos años de poder ser socio si se interesaba. Unido a que la ética del doctor Jung era impecable... no había mucho que pensar. Sacó su lápiz y firmó la oferta.
Hoseok sonrió satisfecho y aliviado.
—Bienvenido entonces a Clinica Hope, doctor Kim.
SeokJin sintió en ese momento que su destino tomaba un nuevo rumbo.
Jungkook despertó con resaca. Había bebido casi todo lo que estaba a su alcance en su bar. Llevaba cuatro días haciendo lo mismo. Miró su celular y tenía llamadas perdidas del director Jung y de Min Yoongi.
Incluso, de éste último tenía un mensaje de texto.
Min Yoongi
Jungkook, espero estés mejor. Hoseok y yo estamos preocupados por ti. No contestas nuestras llamadas... Sólo queremos asegurarnos que estás bien. ¿Podrías al menos contestar este mensaje?
Lo leyó varias veces. Era una sensación extraña y curiosa. Por primera vez en su vida, alguien se preocupaba por él. Llevaba cuatro días sin comunicarse con nadie. Sin ir a almorzar con sus amigos o hablar con sus madres. Pero ninguno de ellos lo había llamado para asegurarse si estaba bien.
Jungkook siempre pensaba que si él moría o desaparecía de la faz de la tierra, nadie lo notaría o le importaría. No a sus madres, no a sus amigos o a al doctor Park, menos ahora que estaba con ese omega. Por eso le sorprendía que dos personas ajenas a su vida, con quien los unía sólo una relación laboral, parecían genuinamente preocupados por él. No sabía que contestar. Lo que si sabía es que no podía seguir así. Su vida no podía seguir ligada a los hechos de su pasado y las personas que le habían hecho daño. Ahora, ya no era ese débil omega de secundaria.
Había logrado alcanzar gran parte de sus sueños. Y tenía una nueva vida y debía seguir adelante.
También, estaba claro que debía olvidarse del doctor Park, pero eso no significaba que no buscaría la forma de enfrentarse a Seon-Woo. Quería decirle todo lo que había guardado por tanto tempo y buscaría la manera de hacerlo. Ese omega hipócrita le había quitado la oportunidad de ser amado por el único hombre por el cual realmente se había interesado.
Así es que decidió, como lo había hecho a lo largo de su vida, que la autocompasion no lo llevaría a ninguna parte.
Una vez más se puso la careta que por años lo había protegido de las emociones y sentimientos absurdos. Él era un omega con una fortaleza de hielo construida a su alrededor y así debía seguir siendo. Exponer el corazón nunca había sido bueno y no lo era ahora tampoco. Debía mirar hacia adelante y seguir con su vida.
Contestó con un escudo protegiendo su frágil corazón "Estoy bien. Regresaré mañana a trabajar" No necesitaba más tiempo o de la compasión de ellos. Él era fuerte y podía afrontar todo esta avalancha de recuerdos, dolores y pérdida. Tenía que serlo. Sólo se tenía a sí mismo.
Lo que Jungkook no sabía es que pronto, aparecería alguien que iba a estar dispuesto a sostenerlo y a ser parte de su vida. Y que todavía el destino tenía preparado para él revelaciones inesperadas.
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