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Capítulo Seis

—¿No me vas a preguntar cómo ha ido mi primer día? —. Seokjin probaba su café, mientras Jungkook se limitaba a mirar el vaso de jugo que tenía enfrente.

—No veo porqué tendría que hacerlo, pero ya que me arrastraste hasta aquí. Preguntaré, ¿Cómo ha estado tu primer día hyung? —Y luego puso una sonrisa cínica en su rostro.

—Sé que detrás de esa sonrisa burlona, igual sientes curiosidad. Pues te contaré. Ha sido muy bueno. Tengo dos pacientes muy obedientes y que tienen embarazos perfectamente normales. Sin embargo, tengo un omega que tiene cinco meses de embarazo y ya ha subido ocho kilos.

—¿Diabetes gestacional? —Preguntó ahora un interesado doctor Jeon.

—Podría ser, pero creo más bien que es ansiedad. Está preocupado por un aborto espontáneo. Su pareja es un beta...

—Entonces...

—El doctor Jung hizo una fertilización in vitro. Son dos cachorros. Él había tratado de mantenerlo a raya con el peso, pero ha sido una lucha perdida.

—¿Por qué no lo derivas con Yoongi-hyung?, tal vez necesite un apoyo psicológico para disipar sus temores. En embarazos como esos, lo más difícil es conseguirlo...es difícil que haya un aborto.

—Tienes razón. Hablaré con Yoongi. Entonces, ¿qué piensas de eso...?

—A que te refieres exactamente...

—Al embarazo. A la unión de un beta y un omega.

Jungkook enrojeció. Sabía que había una segunda intención en las palabras del beta. Segundas intenciones que no quería pensar ni saber. En realidad, a él no le importaba el segundo género. Ni siquiera se oponía a la idea que dos omegas o dos alfas quisieran estar juntos, aun cuando todavía no había conocido a parejas de ese tipo. Sólo había escuchado por ahí. Siempre había pensado que lo que importaba era el tipo de persona. Por lo demás, no era como los otros omegas que aspiraban a llevar una marca en el cuello o que suspiraban por un nudo..., en realidad él nunca había experimentado uno. Durante sus celos, siempre los alfas con los que había estado habían usado condones y no habían llegado tan lejos.

—Cada quien puede escoger a la pareja que quiera. No tengo una opinión al respecto más que eso. Supongo que cuando aparece el adecuado, simplemente lo sabes. Sea alfa, beta, omega da igual.

—Me alegra saber que tienes una mente amplia. Y tú, ¿aún espera a ese alguien adecuado?

—Yo no espero ni busco nada o a nadie. No soy un soñador como la mayoría de omegas que piensan que el alfa perfecto y destinado va a llegar a sus vidas caído del cielo. Eso no existe. O al menos no para todos. Algunos sin merecer pueden tenerlo todo ¿no?

Seokjin imaginó que hablaba de su amigo y de Seon-Woo a quien había conocido la noche anterior. Era un omega muy seguro de sí mismo y se notaba el gran amor que sentía por su amigo. Por lo que le había contado, tampoco había tenido una vida tan fácil. Se preguntaba cuanto en común tenía con Jungkook. Tal vez hasta podrían haber sido amigos, si no hubiese existido Sung-Hoon en el medio.

—Yo tampoco creo que uno deba esperar que alguien caiga del cielo, para encontrar a la persona adecuada. A veces, basta sólo con mirar un poco a tu alrededor y podrías descubrir al amor de tu vida. Sólo debes abrir tu corazón.

—Puedes hacer eso y salir lastimado. No es gracioso ser rechazo o ser tomado sólo como un mero consolador humano.

Sí definitivamente hablaba de Sung-Hoon. Al parecer, Jungkook sí se había enamorado. Y la caída había sido dura. Sabía que su amigo había sido sincero con el omega, pero a veces, aun cuando dejes establecidas las reglas de la relación, no puedes evitar los sentimientos.

—Lamento que tu relación con Sung-Hoon no haya funcionado Jungkook. Tal vez tus sentimientos fueron más allá de lo que habían acordado al principio y no es tu culpa. Yo creo que hay un mundo para descubrir en ti y me gustaría que me dieras la oportunidad de conocerlo. Sé que es absurdo, pero quiero cortejarte.

—Eso es absolutamente ridículo. El cortejo no existe. Y, además, no me conoces. Te vas a decepcionar cuando lo hagas. No soy lo que esperas Seokjin-Hyung. Creo que eres una buena persona y no quiero que pierdas tu tiempo conmigo. Aquí hay muchos interesados en ti y estoy seguro que podrías encontrar a "tu persona" Pero no soy yo. Como dije antes, sólo somos colegas y ahí es donde se queda todo. No me molesta venir a tomar un café contigo, hablar de medicina o lo que sea. Pero no habrá nada más. Para mí, esto, el buscar o tener una pareja ya terminó. No estoy hecho para eso. Y si me disculpas tengo que volver a la consulta—. Dicho esto, el omega se paró y dejó una vez más al beta solo. Aun con el dulce aroma revoloteando en su nariz.

Seokjin se quedó sentado y mirando al omega que se retiraba. A pesar de su rechazo, de su rostro inquebrantable, podía ver dolor en su mirada. Soledad, tanta soledad que le angustiaba. Era un omega tan bonito, y en esa pequeña conversación pudo vislumbrar atisbos de ternura. Al llamarlo "Seokjin-Hyung". Le hablaba calmadamente. Ya no estaba a la defensiva, pero aun sí, continuaba detrás de ese muro del que se negaba a salir. Dejó que subiera solo. Unos minutos después, él también volvía a su consulta, justo en el momento que Jungkook salía a recibir a uno de sus pacientes. Serio, sólo con una inclinación de su cuerpo. Ninguna sonrisa o facción que denotara algún sentimiento. Pero Seokjin sabía que estaban ahí, agazapados en algún lugar de un corazón herido.

El resto de la tarde se la pasó con sus pacientes y luego se fue a clases con Sung-Hoon. No vio más a Jungkook, quien había abandonado el edificio hacía un rato, de acuerdo con lo que la secretaria le había informado.

—Hoy estás incluso más callado de costumbre Jungkook—Jaehyun miraba al omega que ya iba en su tercer trago de la noche—además, nunca acostumbras a beber tanto. Ni siquiera cuando ese imbécil te dejó.

—¿Y desde cuándo te preocupa tanto la cantidad que bebo, Jeahyun? Soy bastante mayor como para ser controlado.

—¡Que carácter! ¿Se puede saber qué o quién te tiene con ese humor?

Jungkook miró con enojo a su amigo y soltó sus feromonas en señal del disgusto por la forma cómo le hablaba. Odiaba cuando sus "amigos" intentaban sacarle información demasiado personal. Él nunca hablaba demasiado sobre sí mismo y si sabían de Sung-Hoon, era porque habían salido un par de veces juntos. Pero ahora, el omega no iba a hablar de cierto beta que tenía su cabeza y vida vuelta al revés. Lo que no esperaba era que alguien más hablara sobre Seokjin.

—Déjalo en paz! —. Eun-Woo estaba sentado más lejos de Jungkook y tuvo que gritar sobre el ruido para hablar—. Oye Jungkook, debes haber conocido al doctor Kim Seokjin. Escuché el rumor que se fue a la clínica donde trabajas. Era una beta muy atractivo que estaba en el área de obstetricia.

Ante el nombre del beta en boca de Eun-Woo, Jungkook se sobresaltó.

¿lo conocía? ¿Qué sabía del guapo doctor? El día en que "conoció" a Jin en el bar, Eun-Woo no estaba con ellos. Tal vez lo hubiera reconocido.

—Es cierto, está en Hope. Jung Hoseok lo presentó formalmente. Pero no he hablado mucho con él, —mintió—¿lo conoces?

—No realmente. Lo vi un par de veces en el casino. Pero sabía que causaba estragos entre los omegas y betas de la clínica. Incluso algunos alfas estaban interesados en él. Pero según Chani, el tipo no se involucraba con colegas. Ni siquiera después que lo dejó el omega con el que salía.

¿Cómo era que Eun-Woo sabía tanto? Al parecer en su clínica también los rumores circulaban rápidamente, igual que en la suya. No quería demostrar demasiado interés. No quería que los demás supieran que en realidad sí había hablado mucho más allá de la simple presentación. Sin embargo, no tuvo que preguntar nada, pues el omega parecía ahogado con toda la información que tenía atragantada en su garganta.

—Pues, mi amigo Kai, es enfermero en obstetricia y escuchó cuando el doctor Kim le contaba a un amigo, que su omega lo había dejado por un alfa. Parece que el chico le dijo abiertamente que un beta no tenía comparación con un alfa. Ahora si me preguntas, le doy la razón. Ya sabes, no hay como sentir en tu compañero un aroma firme y poderoso. Saber que te dará una marca y que te anudará en forma exquisita...sin mencionar que un beta no puede darte hijos.

Bien, ese era un buen resumen de lo que JungKook sabía, aspiraban la mayoría de los omegas. Un alfa. Uno que le asegura descendencia y una marca.

—Todo eso es ridículo. En nuestra clínica el doctor Jung ha logrado exitosos embarazos beta-omega. Y lo demás, por favor...la marca, el nudo, incluso el aroma, ¿no crees que están sobrevalorados?

Todos los ojos se volcaron al doctor omega, que simplemente empinó su vaso de whisky, sin decir nada más.

—Jungkook..., no sabía que tenías ese pensamiento. Siempre has salido con alfas..., entonces, ¿no te importaría salir con ese beta.? Es realmente guapo.

—No voy a volver a cometer el error de involucrarme con alguien de la clínica. Y, además, estoy seguro que él tampoco se fijaría en mí. ¿No dijiste que no le gustaba salir con colegas? Además, no estoy interesado en ninguna relación. Estoy bien solo. Quero crecer en mi profesión y ese es todo mi enfoque. Ni siquiera sé si es tan guapo como dices. Y por lo demás, no es bonito que la gente anda hablando así de algo que no es de su incumbencia. No sabes si lo que estás repitiendo porque el amigo del amigo te lo contó, es verdad. Por lo que te sugiero que no lo divulgues. El doctor Kim se ve una persona decente.

Ninguno de sus amigos se atrevió a decirle algo.

Jungkook tomó un último trago y cuando se sintió lo suficientemente borracho, pidió un taxi y se fue a su casa.

Al día siguiente la resaca lo estaba matando. Sus amigos tenían razón. No acostumbraba a beber tanto. Aun así, se dio el ánimo para comenzar a atender sus pacientes. Al llegar se había cruzado con Sung-Hoon y se habían saludado normalmente. Se dio cuenta que ya no sentía la misma emoción de hace meses atrás por el alfa. Era satisfactorio notar que sus sentimientos si no habían desaparecido, al menos estaban en vías de hacerlo. Era lo mejor. El alfa tenía a su pareja y todos sabían que estaban enamorados. Más aun, con esa teoría romántica que Sung-Hoon y Hoseok se habían ocupado de expandir, acerca de ser una manada, formada alrededor de la nueva pareja. Demasiado perfecto. Demasiado ajeno a su propia realidad.

La mañana iba tranquila, el dolor de cabeza iba en retroceso. Había llegado a sus quince minutos de break. Pensó en cerrar sus ojos un momento, por lo que reclinó la silla lo que más pudo para relajarse, cuando la puerta se abrió. Seokjin...Rápidamente se incorporó en su asiento.

—¡No puedo creer que no tengas modales! ¡No te han enseñado que debes tocar a la puerta antes de entrar!

—Lo siento tienes razón—.Entonces Seokjin volvió a salir y tocó la puerta—El omega no pudo dejar de sonreír. Pero ante de decir "pase" puso otra vez su rostro serio.

—Eres un idiota.

—Buenos días para ti también Kookie..., me alegro verte. Vine a buscarte para ir por tu jugo y mi café.

—Deja de llamarme con diminutivos...

—Kookie es lindo...como tú.

—Oh, eres increíble. Y terriblemente cursi..., ya deja de decir esas cosas. Somos colegas. Es inapropiado...

—No puedo evitarlo. Pero está bien, ya no te diré más que eres lindo. ¿Vamos por ese jugo? Yo invito.

Jungkook sintió como su omega movía la cola entusiasmado. "Lobo estúpido" pensó. Odiaba cómo se emocionaba cada vez que veía al lobo de Seokjin. Debería enfadarse y enviar a la mierda al doctor Kim..., pero simplemente no podía y no quería.

—Está bien, vamos por ese jugo.

Cuando llegaron al casino, se sorprendió que a nadie pareció importarle. Era extraño, pues siempre obtenía murmullos a su alrededor. Él no sabía que Hoseok había reunido al personal y los había encarado, para que no siguieran esparciendo rumores acerca de Jungkook o Sung-hoon, ni de nadie, so riesgo de perder sus empleos.

Se sentaron uno frente al otro. Seokjin le sonreía, pero estaba en silencio. Quería que por esta vez Jungkook tomara la iniciativa. Y vaya que lo hizo.

—¿Es verdad que tu omega te dejo por un alfa?

Seokjin se quedó helado. No se esperaba esa pregunta de parte de Jungkook. No entendía de dónde había obtenido esa información. No creía que Sung-Hoon se lo hubiera dicho, pues sabía que apenas cruzaban palabras.

—¿De dónde sacaste esa información? —El beta se había puesto serio. No era agradable que su vida privada estuviera circulando por ahí.

—Entonces, es verdad.

—Te hice una pregunta doctor Jeon—. La forma seria como le habló sorprendió a Jungkook. Estaba molesto y comenzaba a arrepentirse de haber preguntado una estupidez así.

—Lo siento. Un conocido trabaja en la clínica de la que vienes. Al parecer un enfermero escuchó una conversión tuya con alguien y se lo contó. Anoche salí con algunos amigos y me preguntaron si te había conocido.

—Entiendo—. Seokjin pensó en quienes podrían haber escuchado. JungKook tampoco había dado nombres. Tal vez era mejor así. Era bueno haber salido de aquel lugar. Al fin y al cabo, ya no importaba lo que había pasado con ese omega.

—Es verdad. El me dejó porque conoció a un alfa y al parecer sintió que era mucho más seguro estar con él. Sus palabras exactas fueron "no hay punto de comparación". Y en el fondo lo entiendo. Soy un simple beta. Los alfas nos ven como seres inferiores y para los omegas no somos suficiente...

—Lamento que haya sido así. Pero supongo y lo digo sin saber mucho de relaciones, que tal vez ese omega realmente no te quería...es decir, yo... como dije antes...la persona que es correcta es la correcta. No importa el género o el segundo género.

—No todos piensan como tú Ggukie.

—Eso también lo sé...en todo caso, les dije a esos idiotas que no hablaran sin saber si era verdad o no..., te prometo que no dije nada acerca de ti.

—Gracias por defenderme Ggukie. Tienes un bonito corazón...

—Es raro que digas eso...la gente cree que ni siquiera tengo uno...—su sonrisa cayó.

—Eso es porque te cuesta mostrar tus emociones o porque deliberadamente las quieres esconder..., pero, yo puedo ver a través de ese hielo Jungkookie. Y puedo ver un corazón muy puro—. El omega sintió un calor recorriendo su cuerpo cuando se dio cuenta que mientras hablaba, el beta había tomado sus manos entre las de él. Lo miró a sus ojos y su corazón golpeteaba fuertemente. Eran palabras muy conmovedoras, pero él no sabía cómo responder a ellas. Rápidamente se soltó del agarre.

—No digas tonterías...ya es hora de volver. Tenemos pacientes.

Seokjin miró al omega y sonrió. Era tan lindo y quería llegar a él, pero no sabía cómo, sin embargo, antes de subir lo tomó del brazo y Jungkook lo miró sorprendido.

—Una cena—el omega seguía sin comprender—Vamos a cenar a un lugar bonito. Como esos restaurante que estoy seguro te gustan. Elegantes y sofisticados.

—No Seokjin-hyung. Te dije que no saldría contigo. Lo siento.

El ascensor llegó y JungKook entró en él. Seokjin se quedó mirándolo, intentando descifrar cómo llegar al doctor por el cual cada día se sentía más atraído.

Desde esa vez, cada día pasaba por Jungkook para compartir el café y jugo y para almorzar, cuando sus horarios se lo permitían. Hablaban de medicina, del doctorado de Seokjin y de los casos que estaban manejando. Seokjin había insistido un par de veces en invitarlo a cenar, pero el omega una y otra vez declinaba la invitación.

Las semanas transcurrían y Jungkook seguía manteniendo una distancia prudente del beta. Incluso le había pedido consejo a Sung-Hoon, pero este le seguía insistiendo con los restaurantes caros y con ser un poco "más dominante". No, él no era así y no usaría esa estrategia con Jungkook. Todo lo contrario, el omega debía y merecía ser tratado con dulzura y delicadeza. Ahora entendía que su amigo, apenas si había conocido al omega. No lo juzgaba..., pero él en las pocas semanas que llevaba apenas compartiendo un café..., se había dado cuenta que el omega era muy especial.

Eso de llevarlo a un restaurant caro y bares VIP...no. Él tenía que hacer una estrategia diferente y era hora de empezar a aplicarla.

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