Capítulo Diecisiete
A Jungkook lo intimidaba un poco Park Namjoon. Era un alfa imponente y seguro de sí mismo, pero ahora mismo lo estaba mirando con una cálidez que pocas veces había visto. Podía sentir el cariño en las palabras que le había dedicado al recibirlo a él y Seokjin en su casa.
También su omega transmitía un sentimiento acogedor y tranquilizador.
Habían vuelto hacía una semana de Daejeon. Jungkook había contratado a un detective privado para encontrar a Yerin, su tía. La provincia de Gyeongsang del Norte era amplia, pero ya había logado aislar tres pueblos que producían arroz. Tal vez tomaría tiempo, pero se había comprometido con el omega a hacer todo lo posible por encontrar a la beta.
Su celo había pasado y a pesar de que la marca de Seokjin se había borrado, se sentía más que nunca unido a su pareja. Su compañero.
Luego de hablar con Taehyung y explicarle lo que había ocurrido en el hotel de Daejeon durante su celo, el omega insistió que debía hablar con su jefe y líder de la manda. JungKook al principio se había sentido incomodo, pero Seokjin lo había animado a ir juntos y resolver un montón de preguntas que ambos tenían todavía en sus cabezas. Era una forma sutil para el beta también, de empujar al omega a decidirse a ser parte de esta familia que estaba dispuesto a recibirlo con los brazos abiertos.
—Me alegra que hayan decidido al fin venir a vernos. Chi-Yeol y yo estamos tan contentos de recibirlos aquí. Son parte de nuestra manada y queremos que se sientan acogidos. Ambos son muy importantes para todos nosotros.
Seokjin se sonrojó. Él sólo era un beta. Siempre pensó que su rol en la sociedad estaba marcado por su condición de médico y no por su segundo género. Los betas eran considerados muchas veces insípidos, personas comunes, ignorando incluso que ellos también llevaban un lobo interior que los definía como hombres lobos. Y ahora, este alfa imponente, pero carismático, le decía que era importante. Simplemente porque era el "el beta" de la manada. El equilibrio. Eso le había explicado hasta ahora el psiquiatra. Un mediador entre la fuerza a veces desmesurada de los alfas y la tendencia a la sumisión de los omega.
Jungkook, por su parte, no estaba aún convencido de ser parte de todo esto. Todo parecía muy lindo en palabras, pero no se imaginaba en una misma mesa cenando con Sung-Hoon y menos todavía con Seon-Woo. Además, el que estuviera tratando de mejorar en sus habilidades sociales, no lo convertía todavía en un gran conversador. Si bien se esforzaba por ser más empático, aun mantenía un trato algo frío y áspero tanto con sus pacientes como con sus colegas y compañeros de trabajo. Excepto Jin por supuesto. Con el beta era completamente diferente.
Simplemente se entregaba, bromeaba, y se ponía extremadamente cariñoso con él. Seokjin lo atribuía también al reciente vínculo que habían desarrollado. No necesitan hablar para saber lo que estaban pensando el uno del otro y cuando alguno de ellos necesitaba espacio.
—Nosotros estamos muy confundidos aún. Todo ha sido tan vertiginoso, que no hemos alcanzado a asimilar todo esto. Antes de involucrarme con ustedes...yo necesito entender—. Jungkook no quería aparecer delante del alfa rechazando la invitación, pero necesitaba estar seguro que también entendían su posición.
—Jungkook, lo sé. Créeme que llevo años estudiando los círculos y haberme encontrado formando parte de uno fue...alucinante. Cuando descubrimos que Sung-Hoon y Seo-Woo era la pareja del nuevo destino sobre la cual se formaría la manada que los protegería fue impresionante por decir menos. Pero te aseguro que también ha sido maravilloso para cada uno de nosotros descubrir que todos tenemos un papel que cumplir y que podemos apoyarnos los unos a los otros. Nuestros cachorros están creciendo en un ambiente lleno de armonía y consideración hacia cada uno. Sin importar si es alfa, omega, beta.
—¿Podrías partir por explicar exactamente que es un sanador? —. Seokjin sentía mucha curiosidad. Después de todo, Jungkook era médico y su función principal era sanar personas y ayudar a traer al mundo a nuevos cachorros.
—Es una función espiritual. Y siempre es un omega. El sanador no cura enfermedades físicas como un médico. Aun cuando en este caso, coincidentemente Jungkook lo es. Puede ser que alguien como Tae esté con un padecimiento físico, pero tu función Kook, es restaurar el alma rota del lobo. A veces una enfermedad, un duelo, produce tanto dolor que el espíritu del lobo se quebranta. Cuando existe un sanador en la manada lo puede restaurar. A veces son dolencias físicas o espirituales, pero que dañan el equilibrio del hombre con su animal. Incluso un niño puede estar desequilibrado por una molestia que no sabe cómo explicarla a sus padres.
Jungkook y Seokjin escuchaban atentamente a Namjoon. Era un hombre sereno, pero firme en sus convicciones. El beta mantenía las manos del omega entre las suyas, dándole suaves toques, para calmarlo, pues sabía que toda esta información era un mundo nuevo ante sus ojos.
—¿Por qué yo? ¿Por qué no alguien como Yoongi-hyung?, ustedes llevan años juntos, desde la universidad. A mí no me conocen...cuando salía con Sung-Hoon, ni siquiera te conocí.
—Tae y yo aún estamos investigando mucho sobre los círculos y cómo se forman. Si lo piensas Seon-Woo llegó de la manera más inesperada..., lo mismo pasa contigo. De alguna manera estabas cerca de nosotros, al igual que Seokjin, que conoció a Sung-Hoon en el doctorado. Pero Jungkook..., Seokjin...lo más importante de todo esto, es que ustedes forman parte de nuestra manada. Queremos conocerlos y que ustedes nos conozcan.
El omega se estremeció un poco. No estaba listo aún. No todavía con el tema de su identidad dando vueltas. No aún con el rechazo que seguía sintiendo por Seon-Woo. La terapia de Yoongi lo había ayudado y estar con Jin... ¡Claro que lo había cambiado!, pero aun así todavía no se sentía parte de eso.
—No los vamos a presionar. Entiendo que ahora su prioridad como compañeros, es encontrar la familia biológica de Jungkook. Y si podemos ayudar en algo, favor díganoslo. Estaremos esperando por ustedes. Cuando estén listos.
Esas últimas palabras fueron reconfortantes para ambos. Necesitaban tomar las cosas con calma, además, Seokjin quería definir su futuro con Jungkook. Tenía una idea en mente, pero todavía no había querido decírsela al omega.
En la sociedad actual, el matrimonio legal prácticamente no existía. Las leyes reconocían todos los derechos económicos, patrimoniales y familiares con tan solo la marca. El vínculo que se formaba entre alfas y omegas. Sólo las parejas donde existía un beta, se casaban. Y eso era lo que quería Seokjin. Sabía que espiritualmente tenían el vínculo. Sus pensamientos estaban entremezclados y todavía tenían ese hilo dorado, pero él quería proteger a Jungkook y darle todos los derechos que como su pareja merecía. Necesitaba llegar por tanto a ese punto y pedirle, además, que vivieran juntos. Pero aún quedaban algunos obstáculos. Como el estado de ánimo del omega y el tener que hablar con sus entrometidos padres.
Todos sus pensamientos fueron silenciados por Chi-Yeol, el omega de Namjoon que anunció que la cena estaba lista.
Esa noche, luego de despedirse de sus encantadores anfitriones, Jungkook se sentía más tranquilo. Sabía que la manada podría necesitarlo, y él no se negaría, pero no estaba listo todavía para aceptarlos como parte total de su vida.
—Estás callado Seokjin—. Jungkook había notado al beta muy sumido en sus pensamientos. Le preocupaba el que, por su culpa, sintiera que tendría que mantenerse alejado de ese grupo de personas. Pero él entendía que Sung-Hoon era su amigo, un gran amigo en realidad y que para él podía ser más fácil ser parte de la manada—. No tienes que mantenerte alejado de ellos. No por mí.
Seokjin lo miró un poco confundido. No se le había atravesado ningún pensamiento de ese tipo. Él también los estaba conociendo hace poco tiempo. Sólo era cercano con Sung-Hoon y Seon-Woo. Hoseok era su jefe y no habían tenido oportunidad de hacer lazos más fuertes. Tal vez había estado demasiado callado y había preocupado de más a su omega.
—No hay nada de eso Jungkook. Entiendo tu punto de vista y sé que tú también entiendes el mío. En realidad, estaba pensando en otra cosa. Ahora que hemos llegado a tu departamento—. Seokjin había estacionado en el lugar de visitas y miraba con nerviosismo al omega.
Jungkook arrugó su ceño, sin entender hacia donde iba la línea de pensamiento de Seokjin.
—Quiero que vivamos juntos—. El beta soltó la frase sin pensar mucho. Todavía había mucho que resolver, pero se estaba haciendo difícil estar sin la compañía del omega durante sus horas libres y en las noches. El lazo era real y ellos no podían estar separados.
—¿No crees que algo tan importante, no deberías soltarlo aquí a mitad del estacionamiento? —JungKook y su formalidad. Jin sonrió. Lo había dicho porque tenía miedo de que quedara atrapado en sus cuestionamiento acerca si era demasiado pronto.
Subieron en silencio. El omega lo miraba con una pequeña sonrisa. "No tienes que estar nervioso". "Estoy seguro de que conoces mi respuesta a lo que pediste allá abajo". Así es que el doctor Jeon había decidido hablar a través de su vínculo. Seokjin no supo porqué eso le pareció tan sexy.
"Dirás que sí, ¿entonces?". Ante la perspectiva que su idea no fuera una loca escapada de su lobo ansioso por tener al omega a su lado, se sintió satisfecho.
Sin embrago, Jungkook rompió el contacto e ingresó la clave, para entrar al espacioso departamento. Rodeó con sus brazos el cuello del beta y lo besó. Seokjin amaba que hiciera eso. Cada vez que el omega tomba la iniciativa y le metía la lengua con avidez, se encendía todavía más esos peligros sentimientos posesivos que comenzaban a crecer en él.
—Y bien...—cuando al fin la lengua de Jungkook dejó de acariciar cada parte de su boca y se tomó tiempo para respirar, Seokjin aprovechó de presionar—Qué piensas...¿es muy pronto? ...Podemos vivir donde tú quieras, aquí, en mi casa o buscar otro lugar...y no digo que sea mañana...no lo sé... tú lo decides...
—¿Y si digo que me mudaría contigo mañana mismo..., sería un problema?
La sonrisa en el rostro de Jin no podía ser más grande. ¿Eso era un sí?
—¿Es eso un sí?
—Sabes que dos lobos enlazados no pueden estar separados. Y tú y yo por una extraña locura de manadas e hilos dorados, lo estamos...así es que no imagino pasar más noches, ni días sin ti, sin tu olor, sin tu presencia. Entonces la respuesta es sí. Quiero ir a vivir contigo. Este lugar es demasiado frio...es como fui antes...no como soy ahora.
—¡Te amo! —Jin lo abrazó y lo levantó del suelo para dar una vuelta con el omega en sus brazos.
—¡Estás loco! Debo advertirte que soy un maniaco del orden. Me gusta que todo esté en su lugar y....
—Lo sé, lo sé...me esforzaré, lo prometo. Además, podemos redecorar todo. Esa casa apenas si está armada. Muebles nuevos, lo que quieras...
—Oye, tranquilo. Me gusta tu casa. Hay que hacer unos cambios..., pero será nuestro hogar. Me gusta la idea.
—¡Ggukie! Te amo, déjame besarte.
Jungkook ni siquiera alcanzó a contestar y Seokjin ya se estaba comiendo su boca y comenzaba a desnudarlo de forma muy sutil....
1 mes después
Jungkook estaba aprovechando unos minutos sin pacientes, para comprar la alfombra que quedaría perfecta en la sala de estar del hogar que compartía con Seokjin, cuando sintió gran alboroto en la recepción. Risas, voces fuertes, incluso distinguió la de su beta. Y el llanto de un bebé. Abrió su puerta, para ver que estaba pasando y se encontró con Seon-Woo entrando en la consulta de Sung-hoon con uno de los cachorros. Se tensó de inmediato. No había visto al omega desde aquel enfrentamiento que tuvieron y tampoco conocía a los bebés.
—Lamento si te incomodamos Jungkook. Nuestro cachorro se ensució y...—Sung-Hoon se apresuró a dar una explicación, mientras miraba a Seokjin casi suplicando ayuda.
—No necesitas darme explicaciones. Puedo comprenderlo. No estaba con ningún paciente tampoco.
Eso sorprendió un poco al alfa y pudo ver una sonrisa de satisfacción en la cara de su amigo beta. Al parecer, si había logrado un cambio en el doctor Jeon.
Jungkook no se fijó en ellos, sino más bien en el coche doble, donde la pequeña cachorra descansaba. Tenía ese suave olor a miel y leche de los bebes. A él le gustaban los cachorritos. Ya había traído muchos al mundo y era hermoso sacarlos al mundo sanos y salvos. Tenía ganas de acercarse, pero temía que su padre omega apareciera y no le pareciera bien. Justo en ese momento, efectivamente apareció Seon-Woo con el cachorro en sus brazos.
Iba a volver a su oficina y pedirle a Seokjin que viniera a ver la alfombra. Hoseok había entrado a su oficina y Seon-woo hablaba con la secretaria de Sung-hoon. No estaba poniendo atención al dialogo, hasta que escuchó a su beta hablar.
—Jungkook y yo los cuidaremos. No te preocupes—. El omega abrió sus ojos hacia el beta. ¿Qué diablos había pasado y por qué de pronto tenía que cuidar a esos cachorros?
—Nosotros podemos hacerlo ¿verdad Ggukie? Sung-Hoon necesita revisar a Sunoo y es mejor que haya más ojos vigilándolos.
Jungkook miró al omega, que todavía tenía al niño en sus brazos y miraba con incredulidad a su alfa. Sabía que estaba debatiendo mentalmente si era o no una buena idea. Finalmente le agradeció a Seokjin, prometiendo que no demorarían y dejó a ambos cachorros en el coche.
Seokjin tomó el coche con seguridad y lo llevó a su oficina. "Vamos cachorro, tú también". Que su beta estuviese usando en ese momento el lazo no le hizo ninguna gracia al omega, pero aun así lo siguió.
—¿Por qué lo hiciste Seokjin? Ese omega estaba furioso de dejarme a sus hijos.
—No lo creo Ggukie. Los omegas son siempre aprensivos con sus cachorros, pero él sabe que no podrían estar en mejores manos. Somos médicos y...somos parte de su manada.
Jungkook no dijo nada, demasiado embobado por el rostro dulce de Yu- Jin la pequeña cachorra. No pudo evitarlo y la tomó en brazos.
—Es hermosa, ¿no lo crees Jinnie? —. La pequeñita estaba despierta y levemente inquieta. Aun así, tenía unos bonitos ojos, que hicieron inevitablemente sonreír a Kook—¿Por qué estás tan inquieta? ¿hay algo que está mal?
Seokjin miraba a su omega y al escuchar la forma dulce cómo éste le hablaba a la pequeña cachorra, sintió algo en su corazón. La necesidad de tener sus propios cachorros. Con Jungkook por supuesto. Sabía que no podrían concebirlos naturalmente, pero una fertilización in vitro podría darles los cachorros que estaba seguro Jungkook también anhelaba.
Absorto en sus pensamientos, no se había dado cuenta que Jungkook se había sentado con la pequeña y sostenía su mano, con los ojos cerrados. Era la misma expresión que tenía el día que sanó a Taehyung. No dijo ni hizo nada. Miró al cachorro y este dormía en el coche. Se mantuvo expectante. Sabía que algo estaba pasando y estaba listo para sostener a Jungkook y a la pequeñita si algo sucedía.
Cuando Jungkook tomó a la pequeña Yu-Jin, estaba inquieta. Miró su pañal y estaba seco. Tampoco parecía tener hambre. Aun así, no estaba tranquila. Primero pensó que extrañaba a su papá. Su olor, después de todo estaba con unos desconocidos. Pero cuando finalmente tocó su mano, lo sintió. Aquella extraña conexión, aquella sensación de abandono de su cuerpo. Esta vez no estaba en un lugar frío como cuando rescató a Tae, pero pudo ver a la pequeña lobezna blanca acurrucada en un rincón. Su omega partió de inmediato a verla. La olisqueó y comprendió. De alguna manera la parte humana de Jungkook también lo entendió. Entonces, su lobo pasó la lengua por su vientre y se acostó a su lado. La pequeña lobezna suspiró y se relajó.
Jungkook abrió sus ojos y miró a Seokjin que se había parado a su lado.
—¿Estás bien?, te pusiste como aquella vez en el quirófano. Yu-Jin, ¿está bien?
—Sí...no es nada grave. Ella estaba inquieta y mi lobo fue por ella. Ya sabes...a sanarla o algo así. Tiene reflujo. O al menos lo está desarrollando. Logré calmar su dolor y recuperar el equilibro entre ella y su pequeña lobezna. Pero ellos deben preguntar a su pediatra.
Probablemente todavía es muy leve y no se han dado cuenta. Pero parece que yo tengo una sensibilidad mayor.
—Oh. Jungkook tienes un hermoso don...realmente la calmaste. Eres maravilloso—. Seokjin le dio un pequeño beso. Estaba tan orgulloso de su omega. Tomó entonces al pequeño cachorro que había despertado.
—Mírala, cambió por completo. Esta mucho más activa ahora—Jungkook estaba fascinado con la pequeña—. Eres una cachorrita muy valiente Yu- Jin. Eres tan bonita...
En ese momento la puerta se abrió y Jungkook percibió el aroma de los padres de los cachorros, por lo que sutilmente dejó la pequeña en el coche.
—Gracias hyung por cuidarlos y también a ti Jungkook. —Claramente Sunoo no había usado un honorifico para hablarle a Kook, aun cuando éste era mayor. El ambiente se tensó un momento, oportunidad que el omega aprovechó para dejar la oficina de su compañero.
—No lo juzgues tan duro. Jungkook se está esforzando por cambiar. Nada ha sido fácil para él estos últimos meses—. Seokjin no quería que su hermoso omega fuera menospreciado, más todavía después de lo que había hecho hoy.
—Pensé que luego de lo de Tae y el que sean amigos, cambiarían las cosas. Pero todavía siento que me odia. Y no puedo permitir que transmita eso a mis cachorros.
—Estás equivocado Sunoo. Jungkook no te odia y menos aún a los cachorros. ¿No viste como estaba con ellos? Especialmente con Yu-Jin, quien, por cierto, tiene reflujo.
La pareja de padres se miró. Acababan de venir del pediatra y éste no había dicho nada. Tampoco es que Sunoo lo hubiese notado.
—¿Cómo sabes eso? —pregunto ahora Sung-Hoon, bastante intrigado.
—Jungkook..., él hizo eso del Sanador. Yu-Jin estaba inquieta, tomó su manito y entonces sucedió. Esa cosa extraña que tiene mi omega...Ella tenía dolor y su lobezna estaba inquieta. Kook la encontró y la calmó. Pero deben decirle a su médico para que le de medicamentos. Creo que está recién comenzando, tal vez por eso no lo detectó. Supongo que Jungkook es más...sensible.
Sunoo tomó a la pequeña y se dio cuenta que en realidad algo había cambiado en su pequeña. Tenía el rostro más tranquilo. Su omega conectó con su pequeña lobezna y ésta descansaba pacíficamente. Había notado una cierta inquietud, pero el médico le había dicho que no era nada.
—Gracias hyung por eso. Y por favor dale las gracias a Jungkook también—Sunoo estaba conmovido. Jungkook podría haber sido indiferente con la pequeña. Pero había ejercido su rol de sanador a pesar de todas sus diferencias y del pasado que los había separado.
—Realmente me sorprende todo lo que ha cambiado Jungkook. Creo que tu amor es muy grande Seokjin. Es digno de admiración como es que en tan poco tiempo logaste abrir su corazón y lograr todo esto.
—Él es un hombre y un omega maravilloso. Te lo dije una vez, tenías que conocerlo mejor. Pero supongo que debo sentirme feliz que no haya sido así. El destino era otro para ti, para mí, para Sunoo y para Kook. Ahora, debemos intentar caminar juntos y olvidar el pasado.
La pareja salió con sus cachorros todavía un poco anonadados. Sung- Hoon hizo algunas órdenes para exámenes para sus hijos, para confirmar lo que Jungkook había dicho.
Seokjin aprovechó entonces de ir a la oficina de su omega. Estaba ansioso por estar con él. Sabía que Jungkook podía no estar sintiéndose bien o confortable con la situación que había pasado. No lo había querido incomodar, pero tal vez lo había empujado a una situación en la que el omega no quería estar.
—¿Estas bien? Lamento haberte empujado a esto. Sé que dije que no iba a forzar nada.
—Estoy bien Seokjin. Le dije a Namjoon-Hyung que si me necesitaban estaría para ellos. Además, estar hoy con esos cachorros, me hizo darme cuenta que yo también quisiera tenerlos—. Su beta lo miró entusiasmado—. Pero no aún. No pongas esa cara. Ya te dije, quiero hacer el doctorado. Y al menos el primer año no lo pasaré embarazado. Además, no sabemos si la fertilización in vitro va a resultar.
—De eso estoy seguro. Estarás en las mejores manos, las mías. El próximo año terminaré el doctorado y podré hacer el procedimiento. Naturalmente que guiado por el doctor Jung, que es el experto.
—Espero que no confunda la muestra esta vez...
—Oh bebé no digas eso delante del doctor Jung o morirá de vergüenza. No te preocupes. Yo vigilaré todo el proceso.
—Está bien. Me gusta la idea de tener algunos cachorros a nuestro alrededor. Pero aún podemos divertimos mucho los dos solos, ¿no crees? —Rodeó con sus brazos a su beta, atrapándolo entre sus brazos musculosos. Seokjin olvidaba a veces, que a Jungkook le encantaba el gimnasio y últimamente el boxeo. Por lo que su omega era fuerte y ahora lo tenía completamente atrapado y fuera de combate.
—¿Por qué hoy no me esperas con esa bonita lencería que te compraste hace unos días y jugamos a hacer bebés? ¿Qué le parece la idea doctor Jeon?
Jungkook rio con ganas. De broma había comprado una lencería sexy toda llena de encajes y que había vuelto loco a su beta. El podía usarla de nuevo. No tenía ningún problema.
—Creo que puedo hacer eso por usted doctor Kim. No se demore en clases. Lo estaré esperando.
Jungkook soltó sus feromonas y Seokjin pensó en desnudarlo ahí mismo en su consulta. Sin embargo, se conformó con besarlo, meter su lengua, lamerlo, besar su cuello, incluso morderlo. Quería llevarse su aroma, para las próximas horas, las que serían una agonía sin su bello omega.
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