Parte 11
—¿Salir? Es viernes jungkookie y mañana tengo que hacer mis pasantías en la agencia de modelaje lo sabes.—
—Lo sé Tae, pero vamos unos tragos bailamos un poco y Ya! Coges un poco de tu ropa y duermes en mi departamento, sabes que está más cerca de la agencia y puedo llevarte en auto.— Tae lo miro vacilón, pero luego de ver la sonrisa del alfa y como le insistía con pequeños besos en la mejilla y murmurando ~si~si~si acepto.
—Le avisaré a Jimin, buscaré ropa y vuelvo .— Dejando un ultimo beso en los labios de jungkokie, se giró y entro en el departamento.
Mientras tanto un alfa muy pálido salía de su escondite y caminaba hacia su amigo a pasos rápidos.
—¿Que te dijo?— Pregunto desesperado.
—Que buscaría ropa y le avisaría a Jimin que saldría.—
«Jimin, jimin , Omega , Omega »
Su lobo rugía desesperado dentro de su pecho al escuchar el nombre de su pareja, había pasado casi 10 días sin verse y eso estaba dejando completamente loco, tanto al lobo como al humano.
—Idiota, escondete que ya viene taehyung, shu ,shu, shu.—
Min algo atontado corrió hasta otro pasillo y observó cómo la pareja se iba hacia el ascensor, espero hasta que estuvieran dentro de la caja metálica y avanzo hacia el departamento de los Omegas.
No toco la puerta, se aprendió la contraseña de memoria. Cuando entró lo primero que vio fue la sala, comedor y cocina desolados, las luces apagada, caminando un poco por el departamento llegó al pasillo y de ahí observó una luz que pasaba por la rendija de la puerta del cuarto de su Omega.
Se asomó apenas, y en efectivo, ahí estaba Jimin.
Entre mantas y con sus lentes puestos, miraba entretenido algo en la computadora y comía de un paquete de patatas fritas.
Su lobo se sintió enojado al saber que su Omega le había mentido diciendo que estaría hasta tarde trabando en su estudio, pero el se sintió feliz de poder verlo después de días.
De un momento a otro Jimin levantó la cabeza y empezó a divagar por la habitación hasta que sus ojos se desviaron a la puerta y se encontraron con los serios y fríos, de su Alfa.
Ambos se congelaron y observaron con intensidad.
Uno con confusión y enojo.
El otro, con miedo y tristeza.
— Y-yongi hyung...—su voz salió bajita y en un bajo murmullo.
—Tenemos que hablar Min Jimin.
Salvo la respiración agitada y el ruido de la puerta cerrase, fue lo único que se escuchó cuando el Alfa entró en la habitación de su Omega.
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