Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Trece: Rara Vs. Normal



Capítulo Trece: Rara Vs. Normal

Azhar.


— ¿Quién era el chico que se iba cuando llegué? —pregunta África dando una calada al porro antes de pasármelo.

Los ojos enrojecidos de Rebecca se encuentran con los míos cómo si esperara que la delatara o repentinamente me convirtiera en una chismosa gritando que anda arrastrándose por los lados sucios saliendo con un traficante de mala muerte que ni siquiera vende droga buena. Pero al ver que no hablo, ella finalmente responde:

—Es Levy —Sorbe su nariz de la manera en la que lo hace cada vez que mete polvo blanco en ella—. Es un ligue pasajero.

¿Pasajero? Se ha enrollado con él por poco más de un mes y medio, incluso antes de aquella fiesta en Mosman. Sin embargo, no opino mientras doy una calada larga al porro y retengo lo más que puedo el humo en mi garganta en busca de un mayor efecto. Siento la familiar piquiña y ardor cuando lo dejo salir por la nariz y los ojos se me humedecen. Mi cuerpo se siente relajado.

No soy una adicta a los porros y sé que eso es lo que un adicto diría, pero estoy siendo honesta. Fumo ocasionalmente en las fiestas o en ocasiones cómo estas en la que me apetece compartir porros con mis amigos.

Pasándoselo a Albert noto que África parece interrogar a Rebecca sobre su "ligue". Ésta última omite que su Levy es un proveedor, que tenía droga mala que la puso en una mala posición en aquella fiesta, tampoco dice que llevan más que una semana enrollándose y que le está vendiendo tanta droga que ella lo está consumiendo más de lo habitual cómo si no pudiera soportar la vida lo suficiente sin un poco de polvo en su nariz. Todo lo que hago es verla, quisiera que mis ojos le gritaran "habla", pero en este pequeño grupo pese a que la amistad es real y no nos juzgamos entre nosotros, todavía nos guardamos secretos.

— ¿Qué hay de ti, África? ¿Estás masticando a algún corazón? —Le pregunta queriendo dejar ir el tema de Levy.

—Nada serio, pero estoy quedando con un sueco. Solo sexo.

—Siempre es solo sexo —Se burla Albert devolviéndole el porro—. ¿Cuánto tiempo?

—Dos semanas, hace una Azhar lo conoció —Ella sonríe hacia mí con picardía—. Se sentó en su cara.

Albert de inmediato está riendo y yo le arrojo un beso antes de encogerme de hombros hacia Rebecca, ella me da una larga mirada como si fuese un secreto que aquí todos más de una vez se han prestado a los fetiches de África sobre ser vista y mimada.

— ¿Estás celosa de que no fuiste tú? —Molesto a Rebecca y ella me muestra la lengua antes de reír—. Él era bueno, sabía que te estaba gustando más que lo acostumbrado, África.

—Por ahora está bien —Se encoge de hombros—. Es el sobrino del Cónsul de Suecia, tiene un lado dominante en la cama que no suele gustarme, pero con él me excita por el momento. Acker, ese es el nombre del habilidoso pelirrojo.

—Te comes una polla política, tienes clase —Se ríe Rebecca—. Te gustan los de élite, a mí por el contrario me desarman los tipos del mundo bajo. Esos que te follan con desesperación, cómo si en tu cuerpo se encontrara la felicidad  y estabilidad que tanto desean conseguir —Se lame los labios obteniendo un efecto que me resulta exageradamente dramático—. Mi placer culposo.

—Por favor, no te excites en este momento —pide Albert acostándose sobre el césped—. Yo solo tengo una petición para follar: que hayan pollas. Mientras tenga una, estoy a bordo. No discrimino, me va todo.

No digo lo que me va porque parece que no tengo un gusto en particular. Una vez conocí a un chico gordo con unos ojos bellísimos y una voz de locutor que me puso muchísimo, cuando me invitó a almorzar, acepté y cuando lo invité a follar, aceptó. ¿Y sabes qué? Fue un polvo maravilloso, él tenía tanta confianza y conocimiento sobre el sexo que por poco me desarma. Fue cosa de una vez, pero me encantó. Esto deja en claro que siempre he sido más del momento, no tengo un placer culposo o al menos no lo tenía antes.

Mi placer culposo actual es: Leonid Walsh. El hombre con el que tuve una genial cena hace una semana. El hombre con una vida en la que no quiere un caos cómo yo y aprendió, tal vez, a huir de mí. Tengo que admitir que él es fuerte, se le materializó una tentación y supo contenerse, lo respeto por eso y no pienso molestarlo. Estoy bien con él si le interesa enrollarse conmigo, incluso si tiene novia, pero no estoy bien con el concepto de ser una molesta mosca obligándolo a caer en algo que no quiere ¿Por qué tendría que obligar a una persona a hacer algo que no quiere? Eso sería bárbaro y desagradable.

Si se quiere a lanzar al vacío, que sea por su voluntad. Sí, coordiné aquel almuerzo una vez para que nos conociéramos más, para darle un vistazo de mí, llamémoslo una carta de presentación, pero eso fue todo. No persigo hombres y esta no será la primera vez; bien dicen que peces en el mar sobran y yo soy buena pescándolos con una buena carnada.

Pero estar consciente de toda la cosa de "no voy a obligarlo" no me impide que pensar en él, tampoco impide que no me haya sorprendido un par de veces tocándome con su imagen en mi mente. Es la clase de persona que te hace cuestionarse "¿Cómo hubiese sido?", pero viviré con ello, no soy conocida por estancarme.

El porro llega de nuevo a mí mientras Albert bromea sobre la vida silvestre ilegal descansando en esta mansión de la familia Berry, la casa de Rebecca. Tal cómo pasa muchas veces, luego de algunas botellas de vino o algún licor más fumar, las conversaciones se balancean de un lado a otro entre tontas y muy profundas. Debates sin sentidos y otros que le interesarían a un filósofo.

Comienzo a sentir en un principio mi cuerpo adormecido, pero no me alarmo, me ha pasado antes. Hundiendo los dedos  de las manos en el césped siento un escalofrío recorrerme, es raro incluso un poco perturbador. Una vez más me siento...Observada.

Con lentitud y una tranquilidad no del todo real comienzo a ver a mí alrededor, el adormecimiento inducido por unas fumadas desaparece porque el corazón comienza a latirme con rapidez y hay un pitido en mis oídos.

No hay nadie además de nosotros en el jardín oscurecido o al menos eso estoy creyendo, incluso nos encontramos en la tercera área, donde no están los animales, y alejados de las piscinas. Cerrando los ojos cuento hasta diez para recuperar la calma inducida, pero cuando los abro, dejo ir una respiración por la boca ante lo que veo a una distancia. No puede ser.

Estirando una mano espero algo, tal vez que desaparezca, quizá que acuda a mí o que sea real tanto cómo espero que sea una mentira.

— ¿Mamá? —pregunto con la voz afectada.

Está ahí, pero ¿Cómo? Ella está muerta... ¿Cómo podría estar aquí? Pero la estoy viendo y ella...Me ve, sus ojos están clavados en mí.

Tambaleándome y con una coordinación vergonzosa me pongo de pie sin dejar de verla ¿Es ella? definitivamente ella. La llamo, pero no hay respuesta y un repentino dolor aparece en mi cráneo haciéndome cerrar los ojos. El dolor me comienza en las sienes, es latente y persistente; al abrir los ojos descubro que ella se ha ido, ya no está.

— ¿Azhar? —Creo escuchar a Albert llamarme.

Veo a la negrura ¿Estaba ahí? ¿Fue real? Me abrazo a mí misma sintiendo nudos en mi estómago y muchas nauseas, una incertidumbre me embarga.

«Azhar, mira, así funciona»

« ¿Te dije que miraras? Si ves, mueres»

«Es débil, no es tan fuerte»

Las voces suenan lejanas en mi cabeza, pero hacen que comience a dolerme con más fuerza. Destellos de dedos ensangrentados estirados hacia mí aparecen en mi cabeza, risas, burlas, amenazas. Me llevo las manos temblorosas a la cabeza queriendo calmar todo. Los destellos de imágenes son demasiado rápidos y las voces vienen al mismo tiempo en diferentes volúmenes.

Para, para, para, para. Por favor, para.

— ¡Azhar!

Vuelvo en mí con un jadeo en busca de aire. Veo borroso, pero sé que frente a mí, tomándome por los hombros mientras me da firmes sacudidas, se encuentra África.

— ¿Qué demonios fue eso? —Exige saber—. Te sangra la nariz.

Alzando los dedos tanteo la humedad saliendo de uno de los orificios de mi nariz y veo de manera borrosa el carmesí en mis dedos. Decido tomar profundas respiraciones y es algo bueno porque poco a poco mi vista se aclara, el dolor de cabeza va cesando porque no hay más imágenes, no hay más voces, solo hay silencio y la incertidumbre de descubrir que avance hacia donde se supone imaginé haber visto a mi madre. Me alejé de mis amigos sin siquiera darme cuenta.

—De acuerdo, estás siendo espeluznante ¿Azhar?

Vuelvo a ver a África, la sangre por mi nariz se desliza hacia mis labios haciéndome saborearla. De inmediato con una mano intento controlarlo bajo la atenta y desconcertada mirada de amiga, detrás de ella Rebecca y Albert vienen tambaleándose, ajenos a lo que sucede. Vuelvo mi vista a África, parece...Preocupada. Le importo, de alguna manera lo hago.

— ¿Qué está sucediendo? —Sisea quitándose la bandana del cabello y presionándola contra mi nariz para detener el fluido de sangre—. ¡¿Azhar?!

—Solo... —miro alrededor, se ha ido, no está—. Solo fue un mal viaje.

***

No lo recuerdo.

Mis amigos dicen que despertaron y no estaba en la casa de Rebecca con ellos, no recuerdo cuando me fui. No sé cómo llegué al apartamento y no puedo recordar la pesadilla que parecía estar teniendo, todo lo que retuve conmigo fue un lejano susurro de: Olvida que lo viste o mueres.

— ¿Es el momento de sentir miedo? —pregunto a mi reflejo en el espejo del baño.

Hay gotas de sangre en mi camisa color rosa, sangrado que creo salió de mi nariz, porque  eso pasó anoche ¿Verdad? Me saco la ropa hasta quedar desnuda y luego entro a la ducha, sintiendo que la frialdad del agua me ayuda a despejar un poco la mente y pensar con algo más de claridad..

Un estremecimiento me invade, cómo pequeños espasmos acompañados de un ardor en los ojos. Tengo una extraña sensación de ser ajena a lo que sucede. No es miedo, temor o dolor, es angustia, zozobra y una emoción que no identifico, pero al mismo tiempo me es ajeno sentirme así, cómo si no correspondiera con mi mente, mi cuerpo, mi vida.

— ¿Qué es lo que me sucede? —susurro a la nada.

Incluso de anoche y la madrugada solo recuerdo hasta la conversación de Acker, el sueco con el que África tiene sexo...Lo demás aunque no son recuerdos fugaces, no son tan nítidos. Recuerdo oscuridad frente a mí, sangre en mis dedos debido a mi nariz y a Albert abrazándome antes de quedarse dormido ¿Luego me dormí? Me esfuerzo en recordar más y respiro con alivio cuando las imágenes llegan: fui con los cocodrilos simplemente a observarlos hasta que amaneció, caminé fuera de la casa con una sensación de mal viaje por la droga, en algún punto tomé un taxi, llegué al apartamento, escuché a Shaina llamarme, pero no me detuve... Creo que colapsé en la cama.

—Entonces fue eso —susurro.

Hay unos golpes no tan fuertes en la puerta y trato de ignorarlos.

—Necesito tomar una ducha rápida, tengo prisa —grita la que ahora se me hace más fácil reconocer cómo la voz de Priscila.

Decido que me siento demasiado cansada para jugar a ser una perra malvada con ella, así que salgo de la ducha y tomo una toalla con la que me envuelvo cuerpo, para después encontrarme abriendo a la puerta y toparme frente a frente con Priscila.

Cabello castaño oscuro, sin embargo hay pequeños reflejos en el, a la altura de sus pechos, ojos ovalados, labios amplios y piel más clara que la mía. Hoy no tengo tiempo para detallar mejor todo lo que la hace bonita o detallarla con mayor esmero. Me habla quejándose sobre que estoy dejando un rio a mi paso, pero la ignoro o al menos lo hago antes de que me encuentre tambaleándome y su agarre de inmediato se afiance a mi brazo cómo modo de apoyo.

— ¿Vas a caerte? —pregunta.

Saliendo de su agarre avanzo sin verla y murmurando un "no" en respuesta. Cuando me encuentro en mi habitación cierro la puerta con seguro y dejando caer la toalla me acuesto desnuda sobre la cama. No me importa humedecer las sabanas, no me cubro, solo siento la necesidad de hacerme un ovillo mientras nada pasa por mi cabeza.

Algo se quebró en mí.

No sé cuándo.

No sé cómo.

No sé por qué.

Pero me doy cuenta de que tal vez, de verdad, más que una broma, algo pudo haberme sucedido y mi mente está decidida a bloquearlo.

El tiempo pasa y no me levanto, solo permanezco acostada y desnuda, evocando recuerdos en dónde creo que todo comenzó: Mosman. Pero no lo logro, mi mente está vacía. Mi cabello se seca, mi teléfono vibra y no lo veo. Me quedo dormida en algún momento y sueño con un vestido azul de una muchacha rubia cuyo cabello luego se vuelve carmesí.

***

He estado hablando un poco más con Shaina, sigue siendo tímida y no hablamos todo el tiempo, son mensajes en ciertos días y mayormente soy quien trata de guiar la conversación. Sin embargo, ella me ha estado respondiendo mucho mejor y me siento algo culpable de que básicamente esperé a que su mamá me obligara a hablarle para tener contacto con ella. Tal vez debería intentarlo con Priscila, después de todo, ayer cuando casi caí en el pasillo, presa de una debilidad que no entendía, ella estuvo ahí impidiéndolo. Quizá si hacemos un borrón y cuenta nueva (mi especialidad) podamos lidiar la una con la otra de una mejor forma.

He tenido un estado de ánimo extraño desde ayer, me siento tan rara, no me identifico con las emociones que se encuentran embargándome.

Desbloqueo mi teléfono de nuevo confirmando que mis amigos todavía no me responden y que tengo un mensaje de Caleb, el folla algo con el que voy a terminar todo, pero lo ignoro, tengo mensajes de otros tipos, pero no quiero encontrarme con nadie...No me siento tan bien.

Tengo este momento en donde recuerdo una vez más que de cierta manera estoy sola. Si un día muero aquí, la única razón por la que seré encontrada se deberá a que no vivo sola, de resto soy una persona sin ataduras del pasado, sin familia...Sin nada, ni siquiera puedo pensar en un futuro, es como ser nadie. El pensamiento por un momento me hace sentir un enorme vacío en el pecho y me llevo una mano al lugar.

No me importa. No me importa estar sola. No me importa no tener familia. No me importa no ser amada. No me importa nada. Me repito el mantra una y otra vez, me recuerdo que siempre he estado mejor sola...Incluso cuando mis padres vivían.

No soy de enfrascarme en pensamientos de lástima o compadecerme de mi soledad, así que paso de ello y abro el chat que tengo con Shaina. Leyéndolo rápidamente, me doy cuenta de que soy quien habla, ella es solo ésta persona dándome respuesta porque es demasiado educada para no responderme o demasiado tímida para iniciar una conversación por su cuenta.

Azhar: Tus pensamientos alguna vez te atormentan?

Pienso que pasará de mi pregunta invasiva, pero para mi sorpresa, responde muy rápido.

Princess Shai: Sí, difícilmente no lo hacen.

Bueno, con una mamá cómo la suya, puedo imaginarla. Okay, nunca he sido caracterizada por juzgar, pero es que la señora Hawk de verdad parece tener un pequeño problema con llevar el control de la vida de su hija. Aun no olvido aquel día en el que el teléfono de Shaina estaba en su mano, pero Shaina y yo no tenemos confianza y dudo que quiera decirme si su madre la enloquece o hablarme de sus más profundos miedos, y eso está bien, después de todo, ni siquiera mis amigos conocen sobre mi vida, no soy una persona que vaya dejando caer información sobre sí misma.

Azhar: Qué haces para callar tus pensamientos?

Princess Shai: Leo.

Pese a que escribo, no suelo leer mucho, ni siquiera novelas eróticas. Trato de pensar cómo leer puede ayudarme, pero termino por encogerme de hombros ¿Por qué no intentarlo? Pero primero necesito ir por un libro, podría comprar alguno digital, pero me conozco y sé que me distraería con todo.

Azhar: iré a la librería de tu familia

Azhar: estás?

Princess Shai: No. Estoy en asuntos familiares.

¿Es una respuesta real? ¿Tiene problemas con su mamá? ¿Está encerrada en una torre de marfil esperando ser rescatada? O tal vez, simplemente, no desea verme o lidiar conmigo en este momento.

Sé que hace semanas nos encontramos, pero no es algo tan claro teniendo en cuenta que era un absoluto desastre y que no recuerdo exactamente que pude haberle dicho, tal vez la asusté. De igual forma, siento que Shaina es escurridiza, no se deja ver, como si temiera decepcionarme o alguna cosa extraña como esa.

Azhar: una lástima que no estés

Princess Shai: lo siento, tal vez otro día.

¿Por qué se disculpa? Simplemente no puede y ya, pero así parece que funciona todo con ella. Me encojo de hombros y  no le respondo, en lugar de ello me cambio el pijama por un pantalón de yoga, un suéter de África que confisqué, zapatos deportivos y me recojo el cabello en una cola alta. Tomando las llaves, teléfono y dinero junto a la tarjeta salgo poco después de la habitación y me encargo de cerrar con seguro, sin embargo, no avanzo porque me paralizo al escuchar un golpe en la habitación de Priscila. Me acerco y presiono la oreja de la puerta queriendo saber qué sucede.

Todo es silencio, así que me inclino todavía más, sobresaltándome y cubriéndome rápidamente la boca con la mano cuando hay un golpe de algo pesado cayendo que me toma por sorpresa. Parece estar hablando, pero solo se escucha su voz ¿Una llamada telefónica? ¿Locura?

— ¿Qué si estoy siendo buena? — ¿Es eso una risita? —. Estoy siendo muy buena... —silencio—. No es tan fácil cómo lo crees...Sí, sí, entiendo ¿Es que tú haces mucho? ¡Pufs! ¿No estás disfrutándolo demasiado?

»Preston dijo que pasaría por ahí...Escuche que Rho volvió a Inglaterra —silencio— ¡Mierda! ¿Qué? ¿En el campus? ¿Jagger? ¿Y quién es ese? —Silencio—. La verdad, no entiendo esto. Solo sé que cometerá un error terrible que su papito limpiará. Me compadezco del chico que esté lidiando con su estupidez, de ese tal Jagger ¿Qué piensa hacerle? —Hay silencio—. Eso es perturbador ¿Qué quieres decir con que es el principio?... Es demasiado odio ¿Por qué Rho está en eso? Siempre actúa como un imbécil y lo arruina todo —silencio—.Parece que también lo desprecias...

» ¿Lo dejarán hacerle eso? Quiere herirlo... ¿Cómo que en plural? Espera —Pausa— ¿Tiene un equipo? Te diré cuál debería ser la solución: que alguien meta a Rho en un puto manicomio, él si es un desquiciado acabando y arruinado todo a su paso ¡Debe permanecer lejos de nosotros! ¡De Australia! ¿Sabes qué? Debería estar lejos de la humanidad, pero su papito no lo permitirá ¡Vaya mierda!

»No, no estoy defendiendo a un desconocido, a ese tal Jagger, pero escuché lo que le sucedió a aquella chica...No fue bonito y me solidarizo con mi género... ¿Me estás llamando hipócrita? Discúlpame, pero esto es muy diferente... ¿Sabes qué? Cambiemos de tema, necesito mi medicamento, no me he estado sintiendo tan bien.

Su voz comienza a hacerse cercana y decido que debo alejarme porque podría abrir la puerta e igual manera ni sé de qué habla y ¡Espera! ¿Está enferma? Es la  primera vez que la escucho decir tantas palabras y en un tono que no sea hostil, aunque parecía burlista, tal vez tampoco se lleva con la persona con la que habla. Sabiendo que ningún chisme salió de mi pobre espionaje, salgo del apartamento rumbo a la librería.

Decido ir caminando, no tengo prisa, pero lo que sí tengo es un dolor de cabeza leve y aun siento el extraño vacío dentro de mí. Pienso demasiado durante todo el trayecto: sobre mis pesadillas borrosas, los vacíos en mi mente, las sensaciones extrañas y en algún momento me paralizo en medio de la acera recordando algo de cuando tuve ese "mal viaje" con mis amigos:

Mi mamá.

Creí haber visto a mi mamá, el recuerdo viene claro justo en este momento. Estaba vestida de blanco, en el pasado solo vestiría tres colores: negro, blanco y rojo. Su cabello negro fluía en hondas y su piel se veía más pálida de lo que era, pero la vi. Ella extendió la mano hacia mí y yo...Fui, porque siempre fui obediente.

Pero mi mamá está muerta. Ella y mi padre están muertos desde que tenía casi diecisiete años. No tiene sentido haberla visto.

— ¿Realmente la vi?

Siento los vellos de mi cuerpo erizarse y un escalofrío  me recorre, alguien tropieza conmigo y me disculpo siendo consciente de estar atravesada en la acera por lo que retomo la caminata con la imagen de mi madre en el jardín de Rebecca cómo una luz que titila: Está, no está, la veo, no la veo.

Al llegar a la librería la chica que siempre me da miradas nada amistosas se encarga de condenarme con sus ojos, cómo si me importara lo que piense. No hay rastro del señor Shane y Shaina tal cómo me hizo saber, no se encuentra por ninguna parte. Camino por las estanterías sin saber muy bien qué sería bueno leer en este momento: ¿Comedia? ¿Romance cursi o sucio? ¿Ciencia ficción? ¿Fantasía? ¿Terror? Suspiro y decido que lo sabré cuando lo vea.

Tarareando ojeo los títulos disponibles y sus sinopsis, todo me parece aburrido en la sección de romance o tal vez solo no quiero leer sobre amor, en la sección de paranormal algunos me tientan, pero me pregunto si dado al suceso de "ver a mi mamá" no será demasiado para mi mente y libros de asesinatos no me apetece leer. Me doy cuenta de que tal vez solo estoy buscando excusas para irme con las manos vacías y no leer por lo que decido intentarlo con más gana, pero antes de que pueda iniciar de nuevo, me llama la atención una sección totalmente alejada de las novelas.

Creo que es el área de salud mental y medicina. Curiosa ojeo los títulos, sorprendiéndome porque llaman más mi atención que toda la ficción que dejé atrás. Termino deteniéndome frente a los libros de psiquiatría y tomo un libro que promete abordar los misterios de la mente humana ¿No es algo cómo esto lo que estuve buscando en google cuando quería saber qué le sucede a mi mente? Sí, decido que este libro se irá conmigo, quién quita que además me permita entender a mis compañeras de piso con sus rarezas.

Sí, esto es lo que leeré. Ya decidida y con el libro en mi mano salgo del pasillo avanzando, pero me detengo ahora en otra sección llamando mi atención: espiritismo y ciencias ocultas. Curiosa sobre qué puedo encontrar en este pasillo alejado y oscuro – no sé si adrede con el tema – me desplazo por los títulos. Se encuentra solitario, silencioso y las luces tal vez son demasiado bajas, me pregunto si es la clase de ambiente que quieren proyectar debido a la temática. En lugar de sentir miedo, creo que tengo un poco de morbo ante la posibilidad de lo que podría encontrar.

Tomo un libro que se titula "el arte de entender y atraer los espíritus"  junto a otro que titula "¿Espíritu o demonio?". Leo la parte de atrás para saber qué me ofrecen estos libros, pero me enderezo sintiendo los vellos de mi cuello erizarse, una sensación de frialdad que no quiero que se vuelva familiar, me recorre. ¿Qué carajos?

Has sido mala, Sunny —dice una voz femenina enronquecida detrás de mí.

Es tan repentina que dejo caer los tres libros en mis manos y jadeo girándome con rapidez, pero no hay nadie. El corazón me late de prisa y hay un pitido en mis oídos. Me dedico a ver alrededor en busca de la mujer que escuché hablarme al oído y cuando creo que no la veré...Ahí, al final, en el rincón más oscuro, una mujer vestida con una camisa desgastada, pantalón bota ancha, descalza y con cabello oscuro cubriendo su rostro se encuentra de pie. Se ve muy delgada y hay marcas en sus brazos.

Si habló en mi oído ¿Cómo llegó ahí? Los escalofríos en mi cuerpo no se detienen. Con lentitud alza su mano hacia mí y flexiona sus dedos pidiendo que me acerque. Sí, bueno, me parece que no tengo intenciones de ir.

Ella comienza a caminar hacia mí y escucho su voz en mi cabeza:

«Sunny es mala si no hace caso»

«No va a doler, ven conmigo»

«Será rápido, bebé, lo prometo»

Mi cabeza duele mientras la veo arrastrar los pies, cada vez estando más cerca de mí. Retrocedo sintiendo el estante de libros contra la espalda, no veo su rostro, el cabello lo oculta.

Tal vez esto no es real. Tal vez estoy durmiendo. Quizá es una pesadilla que olvidaré al despertar... Cerrando los ojos y me llevo las manos a la cabeza, me duele, viene una punzada tras otra: «Eres mala» grita su voz una y otra vez en mi mente.

—No es real, no es real, no es real —Me digo una y otra vez hasta creérmelo.

Me lo digo hasta que no hay gritos en mi cabeza y solo entonces abro de nuevo los ojos con lentitud y la mujer ya no está, veo alrededor para verificar que no está detrás de mí o algo loco cómo eso. ¿Qué demonios ha sido eso? Siento humedad en mi nariz y no me doy cuenta de que mi mano tiembla hasta que la llevo ahí, tanteando líquido. Cuando me veo los dedos, estos se encuentran manchados de color carmesí claro, haciéndome saber que tengo un sangrado leve. Presiono la manga del suéter contra mi nariz para detenerlo y llevo la cabeza hacia atrás, espero unos pocos segundos antes de agacharme y tomar el libro de psiquiatría y los dos del arte oscuro, al  levantarme veo de nuevo alrededor y no hay rastro de la mujer.

¿Y es que estoy esperando que vuelva y me arrastré o qué? Saliendo de mi estado estático camino a paso rápido fuera de la sección. Experimento una sensación de alivio cuando estoy de vuelta entre el romance y comedia.

Veo detrás de mí verificando que no estoy en una versión especial del Aro con la mujer viniendo detrás de mí, así que por supuesto no hay sorpresa en que choque con alguien de frente y los libros caigan. Qué bueno que pagaré por ellos porque los pobres han llevado golpes desde que se encuentran en mis manos.

Agachándome para tomarlos al igual que la persona con la que tropecé, alzo la vista fijándome primero en una cabellera naranja rojiza y un rostro bonito. La veo porque me luce familiar y por la mirada de reconocimiento que me da sé que estoy en lo cierto al pensar que nos hemos visto. Así que navego entre los recuerdos inciertos esperando dar con su rostro y milagrosamente lo logro.

No recuerdo su nombre, pero en una fiesta Rebecca la llamó gorda y ella no se defendió. Cómo no digo nada, parece que alguna clase de miedo la consume ¿Espera que comience a gritarle o algo? Tomo los libros y me pongo de pie, ella también lo hace con la mirada clavada en el suelo.

—Lo siento, no vi por dónde caminaba —Hablo al ver que ella no lo hará—. Eres la chica del baño ¿Verdad? El baño de esa fiesta lujosa.

—Sí, me llamo Amelie...Yo te lo dije esa noche —Me recuerda su nombre viéndome con timidez a través de largas pestañas—. ¿Estás bien? Te ves pálida y tienes...En la nariz.

—Sí, todo bien —Hago una pausa y me paso una mano por la nariz en donde debe quedar algunas manchas rojizas—. De casualidad ¿No viste a una mujer pasar por aquí? Ella tenía una camisa desgastada, cabello oscuro, pantalón de esos de los noventas y estaba descalza...

Me ve con desconcierto, me pregunto si sueno muy loca y analizando mis palabras me doy cuenta de que si alguien me preguntara por una persona así, tal vez lo creería drogado.

—Olvídalo —desestimo con mi mano—, solo creí haber visto a alguien —Me rio de manera incomoda, porque no lo creí, yo la vi.

Veo hacia atrás para confirmar que la mujer no está ahí, volviéndome de nuevo hacia Amelie veo los cuatro libros en una cesta con ruedas, alcanzo a leer unos cuantos títulos de romance.

— ¿Me tienes miedo? —pregunto viendo cómo parece esperar que le grite o salte sobre ella.

—No, no, solo...Eh no sé qué decir.

—Lo que quieras, no voy a cabrearme o actuar cómo una perra —aseguro—. Parece que llevas mucho romance ahí.

De inmediato sus mejillas se sonrojan y luego mira mis propias elecciones, las extiendo para que las vea mejor, parece desconcertada por los libros que escogí y rio.

—Soy una caja de sorpresas. No suelo leer, pero creo que empezaré con esto —Vuelvo a ver sus elecciones—, pero escribo romance erótico. Tal vez deberías leerte uno de mis libros, podrían gustarte.

¡Ufs! Esa ha sido una genial y espontanea publicidad, me felicito mentalmente por ello.

— ¿Eres escritora? —pregunta con curiosidad.

—De libros eróticos con mucho romance.

— ¿No es romance con contenido erótico? —parece divertida.

—No, es un libro erótico con toques romántico, no romance con sexo —aclaro y parece intrigada—. No sabrás si no es lo tuyo si no lo intentas. Búscame en Amazon cómo Azhar Beckett con dos te... Y el Azhar es con zeta y una hache intercalada.

» ¿Sabes qué? Dame tu número y te envío el link, no temas a decirme si no te gusta y sí te gusta pues ya luego me cuentas —hago malabares para sacar mi teléfono y anotar su número.

—Gracias por ser tan amable conmigo —dice tomándome por sorpresa.

— ¿No es la amabilidad algo normal? —pregunto—.No te dejes tratar cómo coleto, tu mamá no parió a una alfombra a la que le pasan por encima. Quien no sea amable contigo que se joda, hazlo tu mantra.

—Lo...Haré.

—En fin, Amelie, te enviaré el link por whatsapp y ahí hablamos. Disfruta de tus libros.

Paso de ella escuchando su baja despedida y camino hacia la trabajadora no muy feliz de verme. Siempre parece fastidiada y cómo le he cortado su rollo de mal trato las pocas veces que he venido, no soy de su agrado.

—Me llevo esto.

— ¿Efectivo o tarjeta?

—Tarjeta.

Lee los títulos y hace una mueca burlona. Ay, mira que estúpida, juzgando mis elecciones. Leo su placa "Annie".

— ¿Qué es lo gracioso de estos libros? —pregunto relajada, no me responde—. ¿Te ríes de las elecciones de todos los clientes?

—Solo de los raros —responde devolviéndome la tarjeta.

— ¿Sabes, Annie? Hay una cualidad extraordinaria sobre ser diferente. En lo raro hay expectativa y curiosidad. En lo normal —La miro de arriba abajo en una clara indirecta— no hay nada que indagar, es repetitivo y corriente incluso aburrido y no nací para ser aburrido o confundirme con mi entorno cómo otros.

»Entonces ¿Qué elegirías ser, Annie? Yo me quedo con la rareza, tal vez debas quedarte con lo común. Ten buen día.

Le guiñándole un ojo tomo mi bolsa de tela porque la librería anda en la onda reciclable y camino hacia la salida, en última instancia volteo con la incertidumbre sobre la mujer que vi antes, pero nadie me sigue, ella no está. Todo se sintió tan real ¿Qué carajos fue eso? Supongo que tengo mucho que leer para intentar entender.








Holaaaaa, bueno, las cosas cómo que se nos pusieron un poquito tenebrosas ¿No? Y por ahí leímos de nuestro amorcito Jagger aunque no algo que nos deje muy tranquilos que digamos.

Pronto vendré con más, ahora sí es que se vienen cositas bien intensas y alguna que otra cosita...

Para  más noticias de la historia:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro