Me enamoré de Jimin.

Él era la luz de mis ojos.

Pero nuestra historia tal vez no era un amor recíproco.

Recibí su llamada la madrugada del dos de octubre del año 2024. Él estaba llorando desesperado, le dije que se tranquilizara para encontrarnos en algún lugar y que me explicara mejor la causa de su llanto.

Luego de charlar quedamos de vernos en una cafetería nocturna. Compramos café, pero no lo bebimos.

—¡Me van a meter a prisión, Jungkook! —lloró—. Ya no puedo ocultártelo, ya no puedo mentir.

—¿Por qué te meterían a prisión? ¿Qué hiciste?

—Yo... —Se sorbió los mocos—. Asesiné a un estudiante.

—¿E-estás seguro de eso?

—Sí, estoy seguro de eso...

—¿Por qué lo hiciste?

—Un arranque de furia...

—Jimin, nadie mata a nadie en un arranque de furia. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cuando pasó? Se claro conmigo.

—La empresa de mi familia y nuestro nombre se irá a la mierda... Soy el único heredero, no puedo seguir con esto. Yo creo que voy a suicidarme. —Se puso de pie, yo no podía verlo sufrir, me dolía bastante.

—¿Te preocupa más la empresa que tu propia vida? Siéntate, deja de ser inamduro.

—Terminemos, Jungkook. —Se talló la nariz—. No puedes estar con un criminal como yo, y no puedo estar con un chico de buen corazón como tú.

—No digas tonterías. —Rodé los ojos—. Me pediste amor y lealtad. Bueno, aquí está mi lealtad. ¿Dónde está el cuerpo? Te ayu-Te ayudaré a ocultarlo.

—El cuerpo ya estaba oculto, pero lo encontraron. —Suspiró—. No tardan en comenzar las investigaciones, van a dar conmigo.

—¿A quién mataste, Jimin?

—A mi amante... —Me miró con ojos llorosos—. ¡No te engañé con él! —gritó—. Fue antes de ti, fue... Fue la causa de mi ruptura con Yoongi.

—Espérame. ¿Yoongi sabe acerca de esto? —pregunté mirándolo a los ojos.

—Mierda, no debí meterte en esto... —Se mordió los labios—. Lo siento, Jungkook. Vete y haz como que nunca te enteraste de todo esto.

—No quiero. —Me crucé de brazos—. ¿Qué pasó con ese sujeto?

—Fue la noche que te conocí, me acosté con él... Mi ADN está en su cuerpo seguramente. —Suspiró—. La sangre en mi brazo era suya, él le llamó a Yoongi por teléfono para decirle que era mi amante. Yo corté la llamada y comencé a golpearlo muy fuerte... —Jimin comenzó a llorar desesperado—. Yoongi nunca me fue infiel, jamás lo hizo, yo... Sospechaba de Jieun, pero eso nunca se confirmó.

»Yo fui el infiel, Jungkook. Yo engañé a Yoongi con el chico al que asesiné.

Sabía que decía la verdad, lo podía ver en sus ojitos, pero no podía evitar sentir lástima por él. Quería protegerlo.

—¿Cuando encontraron el cuerpo de ese chico?

—Hace unas horas, me lo dijo un contacto que papá tiene en ministerio público. —Suspiró—. Tú no sabes lo que está en juego, Jungkook. Tengo que hacerme responsable de mis actos, ir a prisión, cumplir la condena y ser desheredado.

—¿Yoongi sabe esto? —Negó con la cabeza.

—Él cree que el chico con el que lo engañé eres tú. —Sollozó—. Por eso te llevé conmigo a Golden Students. Tú eres mi coartada, yo quería pedirte que digas que esa noche estuve contigo...

—Tu ADN está en aquel chico, van a descubrir que miento.

—Es que ya no sé qué hacer. —Colocó la frente en la mesa, llorando desconsolado.

Me puse de pie para pararme atrás de él y acariciar su espalda. Le pedí que se pusiera de pie, y estando de pie tomé ambas mejillas entre mis manos apretándolas con cariño.

—No tengas miedo, me tienes a mí. —Besé la punta de su nariz.

—Tú no tienes influencias en la fiscalía, Jungkookie...

—¿Crees que necesito influencias? Dame el nombre de ese chico y... Dime todo lo que recuerdes de esa noche, cada detalle, quiero que me digas cómo lo mataste.

—Le di duro con la lámpara del hotel, luego de llevarte esa noche a tu casa en la motocicleta regresé a la habitación para limpiar, quemé todo en un depósito de basura.

—¿Y el cuerpo, dónde lo ocultaste?

—En un lugar de automóviles abandonados.

—¿Limpiaste tus huellas? —Asintió.

—¿De dónde lo conoces?

—Era ballet parking de la empresa de papá, él era dos años mayor que nosotros.

—Jimin...

—¿Sí?

—¿Me amas? ¿O siempre fue actuado?

—Jungkook... Yo te amo, te mentí, pero te amo muchísimo.

Lo abracé con fuerza, después besé su frente.

—¿Recuerdas la razón por la que dijiste que me pediste ser tu novio falso?

—¿Porque me gustabas...? —preguntó dudoso.

—No, tú dijiste que era porque no tenía vergüenza. —Sonreí—. Y tienes razón, no tengo vergüenza, ya nada me importa cuando se trata de ti.

Besé sus labios de manera casta y pura.

—¿Qué vas a hacer?

—Voy a entregarme, entraré a prisión para saldar tu crimen.

—No puedes hacer eso.

—Sí, puedo.

Al decir eso, di media vuelta dispuesto a entregarme. Jimin no me siguió aquella noche, él se quedó en la cafetería y yo...

Yo me marché con el corazón acelerado.

Estaba cometiendo una imprudencia, la más grande imprudencia, pero solo de esa manera podía salvarlo. Además, si me entregaba la condena sería menor.

Mis padres me dieron la espalda cuando les informaron los hechos. Me miraron con desilusión y vergüenza, como si no pudieran creer que su hijo hubiera cometido un crimen tan horrible. No les importó entender las circunstancias que me llevaron a tomar la decisión de entregarme. Simplemente me abandonaron, me dejaron solo en mi momento de mayor necesidad.

La gente me juzgó, me condenó sin saber la verdad. Los periódicos publicaron titulares sensacionalistas, los noticieros transmitieron imágenes de mi rostro sombrío y los comentarios en las redes sociales fueron crueles y despiadados. Nadie se tomó el tiempo de entender mi historia, nadie se preocupó por conocer la verdad detrás de los hechos. Y la verdad no me interesaba porque de esa manera mi Jimin se mantendría a salvo.

Finalmente, el juez me condenó. Tuve un abogado asignado por el distrito, alguien que no conocía mi caso, alguien que no se preocupó por defenderme con pasión. Me condenaron a veinte años de prisión, veinte años de mi vida que se esfumarían detrás de barrotes y rejas.

Acepté la condena, acepté la culpa, acepté que mi familia me diera la espalda. Todo por amor.

Hice bien. ¿Verdad?

Me preguntaba eso cada noche, en la oscuridad de mi celda, mientras escuchaba los sonidos de la prisión.

¿Valió la pena sacrificar mi libertad, mi familia, mi futuro por alguien que dijo amarme?

Pensé en Jimin, en su sonrisa, en su mirada. Recordé la forma en que me hizo sentir, la forma en que me hizo creer que todo iba a estar bien. Y supe que sí, que valió la pena. Porque en ese momento, en ese instante, creí que nuestro amor era más fuerte que cualquier obstáculo.

Pero ahora, en la quietud de mi celda, me pregunto si realmente fue amor lo que me llevó a tomar esa decisión.

¿O fue solo una ilusión, una fantasía que me creé para justificar mis acciones?

Solo yo sabía la verdad, solo yo podía vivir con las consecuencias de mis decisiones, Y al final de cuentas de una cosa estoy completamente seguro: Lo hice por amor.

¿C O N T I N U A R Á?

Hasta aquí el ff.

El final parece abierto, pero como les dije. Si les gusta haré que sea más largo.🙈