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💦Capítulo 4-Te quiero💦

Los meses pasaron rápido, como si el tiempo mismo estuviera empujando nuestra relación hacia adelante. Y cada día, cada hora, cada minuto que pasaba con Jimin era una confirmación de que había tomado la decisión correcta. Mi relación con él mejoraba más cada día, éramos cómplices y amigos. Además los lujos que obtenía gracias a él eran bastantes, ropa, teléfono, zapatos, visitas a lugares exclusivos, incluso me obsequió un automóvil.

Me gustaba la relación que tenía con él, porque aunque yo no estaba interesado en el dinero, Jimin me daba todas esas cosas como agradecimiento. Además, debo admitir que me encariñé bastante de él.

Nuestra relación, aunque falsa, no era para nada forzada porque cuando lo besaba era porque lo deseaba, me gustaba. No era solo una obligación o una parte de nuestro acuerdo, sino que había un verdadero deseo detrás de mis acciones. Me gustaba la forma en que sus labios se curvaban cuando sonreía, la forma en que sus ojos brillaban cuando reía, la forma en que su cuerpo se movía cuando bailaba.

Park Jimin me gustaba. No sabía con certeza si me había enamorado, pero era hermoso y sexy, y eso era suficiente para mantenerme interesado. Y, aunque sabía que su personalidad podía ser complicada, yo veía más allá de eso. Veía al hombre que era en realidad, detrás de la fachada de confianza y seguridad.

Y, aunque todo era falso, era de todos modos; mío. Esa era la verdad. Jimin era mío.

Me sentí un poco sorprendido al darme cuenta de que había desarrollado sentimientos por él. No era algo que hubiera planeado, pero era algo que no podía negar. Jimin había penetrado en mi corazón, y no había forma de sacarlo de allí. Y, honestamente, no quería hacerlo.

Estaba por colocar mi huella en el ascensor para subir a tomar clases cuando una asquerosa mano me tomó del brazo, era Marcus.

—Oye Jungkook, no sabía que eras parte de la élite. ¿Por qué no me habías dicho?

—Suéltame Marcus, o voy a volver a partirte la cara.

—Solo hice una pregunta. Además borraste todos los videos que subí a internet de nuestros encuentros. ¿Cómo pudiste hacerlo?

—No lo hizo él. —Era Jimin—. Lo hice yo.

—¿Tú quién mierda eres? —preguntó soltándome el brazo para encarar a Jimin.

—Es mi novio —contesté y Marcus se carcajeó.

—¿Te acostaste con un ricachón para tener clases particulares?

—Que fastidio —dijo Jimin.

Mi rubio, aunque era más bajito que Marcus empuñó la mano soltándole un puñetazo que le costó el equilibrio. Pronto todos en el instituto se acercaron al elevador para ver la pelea que estaba a punto de comenzar. Marcus se acercó dispuesto a regresarle el golpe, pero me interpuse porque sabía que comparado con el tamaño y fuerza de Jimin era más fuerte.

—No se te ocurra tocarlo, cabron —dije tocándole el pecho con el dedo índice.

—¡Señor! —Entraron distintos guardaespaldas de Jimin al instituto.

—Estoy bien, lleven a ese. —Señaló a Marcus—. Con el director y ordenen su expulsión.

—¿Qué dijiste? —preguntó Marcus.

—Vámonos, Jungkook.

—Sí —dije tomando la mano de Jimin al mismo tiempo que colocaba mi huella en el ascensor. Las puertas se abrieron y ambos entramos.

—¡Me las vas a pagar Jeon Jungkook! ¡Volverás arrepentido luego de lo que voy a hacer para perjudicarte! ¡Tengo más videos, hijo de puta!

—Amo que te gusta asumir que gastaría un solo segundo en ti —dije sonriendo. Luego apreté el botón para que las puertas del ascensor se cerraran más rápido.

—No te preocupes —me dijo Jimin cuando nos quedamos solos en el elevador—. Haré que borre esos videos.

—Jimin, ya haces bastante por mí. No es necesario.

—Es necesario, yo hago eso por ti, y tú sigues siendo mi novio falso.

—¿Tan importante es ser novios falsos? —pregunté riendo.

—Sí. Me encanta ver a Yoongi muerto de celos.

—¿Lo sigues haciendo por él? ¿Todavía tienes sentimientos hacia Min? —Sonrió soltándome la mano.

—Lo mío con Yoongi es... Extraño y eterno. Jungkookie.

—Todavía te gusta. —Aseguré, en ese momento se abrieron las puertas del elevador.

—Si así fuera. ¿Hay algún problema con eso?

—¿Quieres que lo mencione frente a ellos? —cuestioné señalando a Taehyung y Namjoon. Pues estaban al otro lado del ascensor.

—¡Jungkook! —gritó Taehyung tomándome de los hombros—. Ven amigo, tenemos que arreglar el poema que nos encargó la maestra de literatura.

—Eso ya está hecho, Taehyung —murmuré con fastidio al ser alejado de Jimin.

Me arrastró por el pasillo, hasta que estuvimos solos en una de las aulas vacías. Una vez ahí le puso seguro a la puerta, y sonrió como si fuera un león y yo la presa.

Estaba molesto porque Jimin nunca me dejaba solo con ningún compañero y ese día me dejó ir fácilmente.

Tal vez le molestaron mis celos.

—¿No estamos aquí para hablar acerca de la tarea en equipos, verdad? —pregunté.

—Yoongi va a regresar con Jimin —dijo sentándose en un escritorio—. Está en el aula principal alardeando de ello.

—¿Ah, sí? ¿Eso en qué me afecta?

—Pues tendrás que dejar el programa porque cuando eso pase, Jimin ya no va a patrocinarte.

—Eso lo tendría que hablar con Jimin, no contigo.

Avancé hacia la puerta para salir del aula.

—Los mire besándose, a Yoongi y Jimin —dijo antes de que saliera del aula—. Jimin te engaña. ¿No vas a hacer nada al respecto?

—¿Los miraste? ¿Dónde? —pregunté sin voltear atrás y apretando con fuerza el picaporte.

No debería molestarme, mi relación con Jimin era falsa, pero me sentía tal colérico. Yo quería partirle el rostro a Yoongi.

—En las duchas, luego de la clase de natación —dijo.

Abrí la puerta finalmente, sin decir una sola palabra al respecto. Luego me dirigí al aula principal. Al entrar me encontré con una sorpresa... Desagradable.

Jimin tenía entre sus manos unos tulipanes blancos, tan blancos y radiantes como la sonrisa que se le dibujaba en el rostro. ¿Quién le había llevado esas flores?

—Los tulipanes blancos son la flor favorita de Jimin —dijo Yoongi desde su asiento—. Se los di porque ayer nos reconciliamos.

Sonreí sin mostrar los dientes, después me acerqué a Jimin. Le arranqué los tulipanes de sus manos y los tiré al bote de basura, después los patee incontables ocaciones hasta hacer que las plantas fueran una especie de puré.

—Jimin no necesita flores —dije furioso—. Oh, y la próxima vez haré puré tu rostro, Min Yoongi.

—Jungkook... —musitó Jimin sorprendido.

—¿Qué? ¿Querías las flores? —pregunté mirándolo directo a los ojos, pero sin acercarme a él.

—Eran lindas —contestó, sus ojos brillantes.

—Comprendo. —En ese momento me quité la placa dorada con mi nombre y la dejé en el pupitre que era mi lugar. Después salí del aula azotando la puerta y dejando a todos en silencio.

Iba a marcharme para siempre de ese programa para ricos, no pertenecía a ese lugar.

Estaba ahí por capricho de Jimin y si había regresado con Min Yoongi, entonces ese capricho había terminado. Yo no toleraría estar en un aula de jóvenes multimillonarios para ser su burla, no toleraría estar cerca de Jimin queriendo comérmelo a besos sin poder hacerlo y no toleraría verlo enamorado de Yoongi.

Entré al elevador con rapidez, y se cerraron las puertas. Pero en lugar de ir a la planta de abajo las puertas de volvieron a abrir. Al otro lado se encontraba Jimin, él entro abalanzándose directo a mis brazos y besando mis labios de una manera tan desbordante que me robó el aliento. ¿Por qué hacia eso? ¿Por qué me besaba de esa manera si era claro que seguía enamorado de Min Yoongi?

—¿Estás celoso de Min? —preguntó sosteniéndome del saco del uniforme y con sus labios muy cerca de los míos.

—Jimin, suéltame. Yo renuncio.

Se apartó de mi lado, creí que saldría del elevador, pero en su lugar apretó el botón para cerrar las puertas y sonrió con diversión.

—¿Te irás del programa o renuncias a mí?

—Ambas cosas.

—¿Por qué?

No dije nada, de verdad estaba molesto y avergonzado por haberme enamorado de mi novio falso.

—Te hice una pregunta, contéstame —dijo un poco molesto.

Me quedé callado, yo pienso que las acciones hablan más que las palabras y lo que quería decirle no se expresaba con palabras. Lo que quería decirle se expresaba con acciones, por eso presioné el botón de "stop" en el elevador haciendo que se detuviera. Después me acerqué a Jimin colocando ambos brazos a los costados de su cabeza y besándolo con lujuria, furia y... Amor.

Lo mordí y succioné.

Él me devolvió el beso desbordando pasión. Tomé su cintura diminuta con ambas manos, pegándolo a mi cuerpo, disfrutando de sus toques, disfrutando de su aroma y de su piel. Él enroscó sus piernas al rededor de mis caderas y ahí en el elevador, acalorados estuvimos a punto de hacer lo prohibido. Sin embargo nos apartó la voz de uno de los profesores que nos decía que alguien iría a ayudarnos a salir del elevador.

—Las cámaras nos están viendo, Jungkookie...

—No me importa —susurré contra sus labios.

—¿De verdad quieres irte? —preguntó con dulzura y cerré los ojos en medio de un suspiro.

—No quiero alejarme de ti, Park Jimin.

—¿Por qué?

—¿No es evidente que me gustas? ¿No te ha quedado claro luego de ese beso?

Él sonrió, después se relamió los labios. Gesto que me enloquecía.

—Entonces te quieres alejar de mí porque...

—Porque me enamoré, Jimin. —Se quedó en silencio y completamente quieto—. Estoy perdidamente enamorado de ti. No quiero fingir ser tu novio, quiero serlo de verdad y me duele porque no estoy a la altura de alguien como tú. Yo... Yo no puedo hacerte regalos caros, no puedo hacer lo que alguien de tu nivel podría y eso me frustra.

»Detesto tener que competir contra tu ex, porque te conoce mucho mejor que yo. Porque tiene mucho más dinero que yo y...

—No tienes que competir contra nadie. —Deslizó su mano para tomar la mía, luego sonrió ruborizado—. Tampoco necesitas dinero, tengo de sobra.

—No puedo ofrecerte nada, Jimin.

—¿Ah no? —Alzó las cejas—. ¿Qué hay de tu amor y lealtad? Eso no se compra con dinero, quiero eso.

»Dame tu amor y lealtad. Eso es lo único que quiero de ti.

—¿Se-seguro? —Asintió.

—Mil por ciento.

Cuando salimos del elevador, Jimin me arrastró a su automóvil con una sonrisa pícara en su rostro. No dijo una palabra, pero su mirada hablaba por sí sola. Me sentí emocionado y un poco nervioso al mismo tiempo, sabiendo que estábamos a punto de cruzar un umbral importante en nuestra relación.

Nos dirigimos a su mansión, un lugar que había visto antes, pero que ahora parecía diferente. Era como si estuviera viendo todo con nuevos ojos, con la sensación de que estaba a punto de descubrir un secreto que solo Jimin y yo conocíamos.

Al llegar a la mansión, Jimin me llevó directamente a su habitación. No hubo palabras, no hubo explicaciones. Solo una mirada intensa y una sonrisa que me hizo sentir que estaba exactamente donde debía estar.

Y entonces, sucedió. Nos hicimos novios verdaderos, sin acuerdos ni condiciones. Solo nosotros dos, entregados el uno al otro. Jimin se entregó a mí por primera vez, y yo pude sentir la vulnerabilidad y la confianza que había en sus ojos.

Nunca dijo que me amaba, pero yo suponía que lo hacía. Podía verlo en la forma en que me miraba, en la forma en que me tocaba. Y yo... Bueno, yo comenzaba a sentir algo más que cariño y deseo por él. Era como si mi corazón estuviera creciendo, expandiéndose para acomodar a Jimin en él.

Me sentí un poco asustado al darme cuenta de que estaba cayendo en amor con él. No era algo que hubiera planeado, pero era algo que no podía negar. Jimin había penetrado en mi corazón, y ahora era una parte de mí.

Mientras yacíamos en su cama, rodeados de la oscuridad y el silencio, supe que nuestra relación había cambiado. Ya no era solo un acuerdo o un juego. Era real, y era nuestra.

—Te quiero —dije, sin pensar.

Jimin se giró hacia mí, su mirada intensa y curiosa.

—¿Qué? —preguntó, su voz baja y suave.

—Nada —dije, sonriendo—. Solo que estoy feliz.

Jimin sonrió también, y me atrajo hacia él. Nuestros labios se encontraron en un beso suave y apasionado, y supe que todo iba a estar bien.

Que tonto y estúpido fui.


NI SABEN LA QUE SE VIENE.
¿O YA LO VES VENIR?
SI YA LO VES VENIR, VEN QUE BESO TU CEREBRO Y SI NO QUE BUENO, PORQUE HASTA YO ME SORPRENDÍ CUANDO SUCEDIÓ LO QUE ESTÁ POR SUCEDER😆😟🤐

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