Estábamos en los baños elegantes del lugar, rodeados de mármol y espejos que reflejaban nuestra imagen. Jimin se movió con rapidez para poner seguro a la puerta, asegurándose de que nadie entrara y nos interrumpiera. Luego, se sentó encima del lavabo, mirándome a los ojos con diversión y un toque de misterio.

—Ya descubriste que estás aquí porque quise traerte —dijo, su voz baja y seductora—, pero te has preguntado, ¿por qué?

Me encogí de hombros, no tenía la menor idea.

—No tengo idea, Jimin... —admití.

Jimin suspiró, su expresión cambiando a una de decepción.

—Qué triste que no me recuerdes —dijo, con su voz llena de emoción—. El día que terminé con Yoongi me ayudaste, estabas bastante ebrio.

Fruncí el ceño, tratando de recordar.

—¿Qué? —pregunté, confundido.

—Y a juzgar por las imágenes que miré en el video que subió tu ex a internet —continuó Jimin—, supongo que fue ese mismo día...

Me sentí incómodo, sin saber qué decir.

—No sé de qué hablas...

Jimin suspiró, fastidiado y un poco indignado.

—¿Olvidaste que me llevaste a casa en un taxi? —preguntó, su voz llena de incredulidad—. ¿Olvidaste que nos besamos?

Me sentí como si hubiera sido golpeado en el estómago. ¿Qué había pasado esa noche?

—Diablos, lo olvidaste —dijo Jimin, su voz llena de desilusión—, y yo que me sentía en deuda contigo...

Traté de explicarme, pero las palabras se atascaron en mi garganta.

—Oye, el día que me acosté con... —comencé a decir—. El día del incidente con Marcus, él me llevó a casa en su motocicleta y...

Jimin se carcajeó, su risa llenando el baño.

—¿Bromeas, Jungkook? —preguntó, su voz llena de diversión—. ¡Yo te llevé a casa!

Me sentí confundido y un poco avergonzado.

—Lo siento, no recuerdo... —admití.

Jimin se acercó a mí, su mirada era intensa y seductora.

—Tal vez si te doy un beso logres recordar —dijo, con voz baja y provocativa.

Saltó del lavabo, acercándose a mí con decisión. Su boca se posó en la mía, y su beso fue exquisito, lleno de pasión y emoción. Me sentí como si estuviera flotando, sin poder pensar en nada más que en ese momento.

Y entonces, algo cambió. Algo en mi memoria comenzó a despertar, y recordé. Recordé la noche, el taxi, el beso... Todo.

Estaba ebrio, mi padre había llamado varias veces a mi móvil para decirme que regresara a casa temprano porque al día siguiente tenía clases. Marcus estaba completamente dormido, así que tambaleante, tomé mis cosas y salí de su casa.

Al salir me encontré con un joven sentado en la parada de autobuses, él estaba llorando desconsolado y sangraba del brazo. Parecía un cachorro abandonado.

—Oye amigo... ¿Qué te pasó?

Alzó la vista, tenía unos bonitos ojos color avellana y estaba llorando como magdalena.

—Mi novio ha terminado conmigo y rompí mi celular en un arranque de ira. Ahora no sé cómo regresar a casa porque no traigo dinero, no... —Lloró más—. No traigo efectivo.

—Oh... ¿Dónde vives?

—En la zona dorada. Es lejos de aquí.

—Diablos, el taxi para ir allá es caro —dije tambaleante—. Pero es de madrugada y es peligroso que estés aquí solo... Además eres hermoso y podría pasarte algo.

—¿Hermoso? —cuestionó limpiándose las lágrimas—. ¿Soy hermoso?

—Ajá.

Dije mientras llamaba un taxi con la aplicación de mi teléfono, la tarifa era alta, pero tenía un cupón de descuento. Además ese joven se veía muy mal. Yo estaba ebrio, pero bien.

—El taxi no tarda en llegar, el viaje está pagado. Yo iré en el próximo autobús.

—¡No, por favor! —suplicó tomándome del brazo—. Acompáñame, prometo devolverte el favor algún día. ¿Cuál es tu nombre?

—Me llamo Jungkook.

—Te ayudaré Jungkook, lo prometo. Yo tengo mucho dinero.

—No me interesa tu dinero. —Sonreí.

—¿Y mi lealtad? Tendrás mi lealtad.

En ese momento llegó el taxi, entonces decidí acompañarlo. No puse la dirección exacta, solamente puse que íbamos a la zona dorada. Además, ningún taxi entraba a ese lugar porque tenía guardias.

El taxi nos dejó en la entrada, caminamos y cuando el guardia reconoció a Jimin, nos subió a un vehículo para llevarnos a la mansión.

Era enorme y lujosa. Tan espectacular que no podía creer que un lugar así existiera.

—Me daré un baño y vuelvo para llevarte a tu casa —dijo sonriendo.

Yo, me quedé sentado en la sala. Mirando el candelabro en el techo. Momentos después regresó con ropa más casual y avanzamos al garaje. Ahí habían bastantes vehículos y motocicletas. Jimin tomó una grande, luego me puso un casco negro y depositó un dulce beso en mis labios tomándome por sorpresa.

—Gracias por traerme a casa, muñeco. ¿Dónde vives?

—Yo vivo... En...

Él sonrió al verme sonrojado.

—Dame la app de taxis, seguramente ahí tienes registrada tu dirección.

Revisó mi teléfono un par de minutos, después sonrió radiante y se montó en la motocicleta.

—¿Ya no te duele el brazo? Estabas sangrando.

—No era mi sangre —dijo riendo—. Era de alguien más.

—Oh...

—Sube.

Subí a la motocicleta y nos fuimos directo a mi casa.

—¿Terminaste ese día con Yoongi? —pregunté luego del beso.

—Sí. —Suspiró—. Le pedí a mi mayordomo que te investigara y cuando me enteré de que asistías a este instituto me alegré. Por eso fui temprano a tu aula, quise agradecerte personalmente e invitarte al programa Golden Students.

—¿Por qué? Digo, no soy de tu estatus social.

—Eso no me importa.

—¿Ah no?

—Nop. Además no tienes vergüenza, digo ya todos allá se burlan de ti. Supongo que no te importa el qué dirán.

—Claro que me importa, Jimin. Yo soy una persona discreta.

—¿De verdad? Entonces mi plan no va a funcionar.

—¿Cuál es tu plan?

—Hacerte mi novio.

Me quedé helado.

—¿Me trajiste aquí para que sea tu novio? —Crucé los brazos.

—Quiero que Yoongi se muera de celos, no tocaría los labios de ninguno de los chicos de aquí ni de broma porque crecimos prácticamente juntos. Por eso pensé en traerte.

—¿Quieres que haga circo, maroma y teatro?

—Ajá, a cambio te graduarás con los beneficios del programa.

—¿Y si digo que no?

—Buscaré a alguien más, pero tú eres perfecto porque me gustas.

Me volví a quedar helado.

—¿Te... gusto?

—Eres tierno. —Sonrió.

—A mi padre no le gusta que sea homosexual y si se entera va a matarme.

—¿No sabe ya qué lo eres? Supe que miró los videos en la oficina del director.

—Lo sabe, pero quiere que esté con una mujer...

—Soy el heredero más rico de Corea del Sur. Créeme, si se entera que estás saliendo conmigo va a celebrarlo. —Encorvó los hombros.

—¿Cuanto tiempo quieres que finjamos?

—Lo que resta del año, en once meses nos graduamos.

—Bien, lo haré.

—Estupendo, ahora toma mi cintura y camina junto a mí el resto del día.

Suspiré aturdido, luego tomé la cintura de Jimin con suavidad, pero pegándolo a mi cuerpo.

—Te vas a enamorar de mi, Park.

—¿De un plebeyo? No creo.

Avanzamos juntos a la puerta del baño, quitamos el seguro y salimos caminando como un par de enamorados. Cuando llegamos a la cafetería todos se nos quedaron viendo y Yoongi salió del lugar echando chispas.

—¿Entonces es verdad? —preguntó Taehyung sorprendido—. Terminaste con Min...

—Descubrí los dulces labios de Jungkook, amigos —Nos sentamos en la mesa.

—Pero Jungkook tenía novio, era el chico que subió el video a internet —dijo Namjoon.

—El amor de amantes es... Emocionante —dijo Jimin—. Yoongi me engañaba con Jieun y yo lo engañaba con Jungkook.

Todos se quedaron en silencio.

—¿Y lo trajiste aquí para darme celos? —preguntó Yoongi, había regresado y estaba atrás de nosotros.

—Si tu amante está en nuestra misma aula, supongo que el mío también debería estarlo.

—Pero Jimin... —dije acariciando su mejilla con suavidad y me miró a los ojos. Pude sentir la mirada de todos sobre nosotros—. Tú y yo ya no somos amantes, cariño. Ahora somos más que eso.

Jimin sonrió mostrándome sus dientes perfectos, era encantador.

—Tienes razón, ahora podemos decir libremente que somos novios.

—A tu padre no le agradará escuchar que estás saliendo con un pobretón como él —dijo Yoongi.

—Que ofensa —Jimin parecía molesto—. Mi madre también era de la clase trabajadora, así que eso no importa. Además, si lo mío con Jungkook funciona y nos casamos, en unos años será mucho más rico que todos ustedes.

—Sabes que no estoy contigo por el dinero, Jimin...

—Lo se bombón. —Me tomó del muslo—. Comamos. —Asentí con la cabeza—. Y en cuanto a ese video, no te preocupes ya ordené que lo bajaran de internet.

No supe el poder que tenía Jimin, hasta que llegué a casa. Era el joven más rico y poderoso de Corea del Sur. Tenía su futuro asegurado, además todo rastro de mi imagen había sido borrado de internet.

Yo había tenido bastante suerte de encontrarlo.

Era afortunado.

Yo creo que cualquiera aceptaría la propuesta de Jimin: CUALQUIERA.

YO QUIERO: Fila aquí para ser novias falsas de Jimin😩🔥😭