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💦Capítulo 17-Te amo💦

Desperté gracias a los ladridos de Bam, ladraba insistentemente a la puerta porque alguien tocaba el timbre. Con pasos perezosos me asomé y abrí la puerta, esperando encontrar al repartidor de la mobiliaria que había pedido el día anterior. Y efectivamente, eran los hombres que traían los muebles que había elegido para mi nueva casa.

Mientras ellos metían e instalaban todo, llevé a Bam jardín para que no se asustara con aquellos hombres después me serví un vaso de agua fresca y me lavé la cara para despertar completamente. Todo iba bien, hasta que uno de los hombres se acercó a mi cocina, y mi corazón se detuvo al reconocerlo.

—¿Jeon Jungkook? —preguntó con una sonrisa sarcástica—. Supe que estuviste en prisión...

Cuando lo miré parado frente a mí, no podía creerlo. ¿Era posible que Marcus estuviera ahora en mi cocina, sonriéndome como si nada hubiera pasado?

—Marcus —dije con voz neutra, intentando mantener la calma.

—¿Esta es tu casa? —preguntó, mirando alrededor con curiosidad.

—Ajá —respondí, cruzando los brazos sobre mi pecho.

—Vaya que te fue bien —dijo con una risa—. ¿Cuándo saliste de prisión?

—¿Te importa? —repliqué, sintiendo que mi cuerpo hervía de furia al recordar las filtraciones de nuestros videos íntimos.

Marcus se acercó más a mí, su sonrisa se convirtió en una mueca.

—Tranquilo, Jungkook, ambos cometimos errores en el pasado. Yo filtré tu video y tú asesinaste a un chico con tus propias manos, eso nos convierte en un par de monstruos.

Mi corazón se enfureció al escuchar esas palabras. ¿Cómo se atrevía a recordarme eso?

—Sal de mi casa —dije con firmeza, apretando los puños.

—Seguramente te sientes solo, escuché que tus padres murieron —Todo lo que él hablaba me parecía una burla—. Yo podría quedarme para hacerte compañía, ya sabes, como en los viejos tiempos.

Me reí, incrédulo.

—¿Viejos tiempos? —Alcé las cejas, y Marcus se acercó más a mí, su aliento estaba cerca de mi cara.

—Veo que te hirieron en prisión. Tan bonitas que son tus facciones. —Acarició audazmente mi rostro—. Sé que te encanta mi polla. ¿Quieres volver a probar?

—Apártate de mí. —Lo tomé de la muñeca con fuerza, yo ya no era el mismo chico ingenuo de hace diez años—. Nunca me fijaría en alguien que ni en toda una vida podría ganar lo que gano en un par de horas —dije con desdén—. Lárgate de aquí o llamaré a la compañía para reportarte.

Justo en ese momento, escuché una voz familiar.

—¡Ya lo oíste! —dijo Jimin, apareciendo en la puerta de la cocina.

¿Hoy era el día para que mis exs se juntaran a molestarme? Me pregunté, sintiéndome irritado, pero también nervioso ante la presencia de Jimin. ¿Cómo me había encontrado? ¿A qué iba?.

—Jimin —dije con una sonrisa forzada—. ¿Qué haces aquí?

Jimin miró a Marcus con desconfianza.

—¿Quién es este? —preguntó con voz llena de autoridad.

—Nadie —dije con rapidez—. Solo un repartidor que se pasó de la raya.

Marcus sonrió, pero sabía que había sido desenmascarado.

—Me parece bastante familiar... —murmuró Jimin acercándose a nosotros y su mirada se quedó fija en mi mano que sostenía la muñeca de Marcus con fuerza—. Suéltalo —me dijo—. No tienes permitido tocar a nadie que no se yo.

¿Estaba celoso? Sonreí, después solté la mano de Marcus.

—Ya veo que sigues de parejita con Jimin. ¿Todo esto fue comprado con su dinero? —cuestionó Marcus y en ese momento miré en los ojos brillantes de Jimin que lo había recordado.

—¡Oh! ¿Eres el tipo que filtró los videos? Que viejo y acabado te miras, la vida ha sido dura contigo ¿Eh?. Lárgate y no vuelvas a aparecer frente a mi prometido —dijo Jimin chasqueando los dedos, en ese momento Taemin ingresó a la casa, al parecer estaba al otro lado de la puerta—. Acompaña a este pusilánime a la salida.

—Sí, señor —dijo Taemin.

Con eso, ambos se dieron la vuelta y se marcharon, Marcus no puso resistencia porque Taemin portaba un arma y no se preocupaba por ocultarla.

Me quedé solo con Jimin, los otros repartidores de la mobiliaria parecían ajenos a nuestra conversación pues estaban en la planta alta.

Jimin parecía que me veía con preocupación.

—¿Estás bien? —preguntó.

—Sí —dije con una sonrisa—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?

—Tienes guardias, eres el jefe de la mafia y esos guardias trabajan para mí.

—Quiero que te vayas.

—Voy a quedarme un rato —dijo subiéndose a la barra de la cocina y buscando conectar con mis ojos, pero desvié la mirada—. Para asegurarme de que estés bien.

Me sentí agradecido por su preocupación, pero también sabía que no podía dejar que Jimin se quedara demasiado tiempo. Seguía molesto con él, no iba a perdonarlo, no quería hacerlo.

—No eres bienvenido aquí —dije cruzando los brazos.

—Pero compraste esta casa con mi dinero. —Sonrió—.Prácticamente es mía también.

—Yoongi estuvo diez años libre porque estuve en prisión en su lugar. ¿No crees que merezco esto y más? —cuestioné apretando los labios.

—Por supuesto, mereces el mundo entero, pero Jungkook. —Se bajó de la barra, acercándose a mí, colocando sus manos delicadas en mi pecho—. Créeme, te amo a ti y a nadie más.

—No te creo, Jimin. —Con su mano traviesa acarició mi trasero, se sentía tan bien.

—¿Qué tengo que hacer para que me creas? Haré lo que me pidas, tú manda, yo obedezco.

—Para empezar, quita tus manos de mi trasero. Terminé contigo, no me toques. —Me aparté, pude ver en su rostro que mis acciones le hirieron.

—¿Qué te da el derecho a terminar conmigo? No estoy de acuerdo, no quiero. —Frunció el ceño—. Comprendo que estés enojado, pero...

—Tú no estuviste en prisión diez años, estuviste libre. ¿Y sabes qué más? Te fuiste a Alemania con Yoongi, mientras yo me pudría en prisión, tú estabas con él en el extranjero. —Pasé mi mano por el rostro desesperado y herido—. ¿Cogiendo cada noche? ¿Disfrutando de la libertad y de su amor? ¡No me jodas con que ahora me quieres!

Los ojos de Jimin estaban enrojecidos, parecía sin aliento, pero no lloró, sin embargo sonrió.

—¿Quién te dijo que fui a Alemania con Yoongi?

—Eso no importa.

—¡Claro que importa y mucho porque ahora crees cosas que no son ciertas! —gritó enfurecido, nunca lo había visto tan molesto—. ¡Desde que te sacrificaste por mí me dediqué a poner todo de mi parte para darte la mejor vida! Te llené de lujos en prisión, te cuidé con todas mis posibilidades y cuando obtuve el poder totalitario en la mafia, cuando mis influencias y dinero lograron sobornar a los jueces y cuando logré tener al mejor abogado de Corea no dudé en sacarte, lo hice porque...

—Todo eso sería lindo. —Lo interrumpí—. Sería tan hermoso Jimin, si tan solo mi sacrificio hubiera sido por ti. Pero ambos sabemos que tú sabías que lo hice por el pecado de Min.

—Perdóname. —Se quedó en silencio, un silencio bastante incómodo—. ¡Salgan todos de la casa, ahora! —gritó luego de unos segundos, eso me tomó por sorpresa—. ¡Taemin, saca a los de la mobiliaria, ahora! —volvió a gritar.

—No vengas a mi casa a dar órdenes —dije con firmeza, intentando mantener la distancia entre nosotros.

—Yo hago lo que me plazca, Jungkook —respondió con una sonrisa confiada—. Siempre he sido de esa manera.

Me sentí un poco irritado por su tono, pero no podía negar que su autoridad era impresionante. Los hombres de Jimin ya estaban ingresando para sacar a los de la mobiliaría, que se retiraban con rapidez después de la escena tensa.

Bam veía todo confundido desde el jardín, los ventanales de cristal nos separaban. Pienso que si hubiera estado adentro habría ladrado, tal vez.

Cuando me quedé solo con Jimin me puse nervioso. Yo sabía que aunque me resistiera a él, si nos quedábamos solos dejaría que hiciera conmigo lo que quisiera porque lo seguía amando con cada poro de mi piel. Ese pensamiento me hacía sentir débil y bastante vulnerable.

Jimin se acercó a mí, pude sentir su calor, su energía, y mi cuerpo reaccionó de manera automática. Mi corazón latía más rápido, mi piel se erizó, y mi respiración se volvió superficial.

—¿Qué pasa, Jungkook? —preguntó Jimin, su voz era oscura, pero también bastante seductora—. ¿Te sientes incómodo?

—No —mentí, intentando mantener la calma.

Jimin sonrió, sabiendo que estaba mintiendo.

—Sí que te sientes incómodo —dijo, acercándose más a mí—. Pero no tienes que sentirlo. ¿Sabes por qué saqué a todos?

Su voz era como un bálsamo para mi alma, y me sentí atrapado en su red de seducción. No podía resistirme a él, no podía negar lo que sentía.

—Jimin... —dije con un susurro ignorando su pregunta. Él lograba hacerme sentir un mariposeo constante en mi estómago.

—¿Sí? —respondió, su aliento ya estaba bastante cerca de mi oreja.

Me sentí perdido, consumido por mis sentimientos. No sabía qué hacer, no sabía cómo escapar de la atracción que sentía hacia él.

—Nada —dije finalmente, intentando recuperar la compostura.

Jimin sonrió, sabiendo que había ganado. Sabiendo que todavía tenía poder sobre mí y yo no podía hacer nada para detenerlo.

—Volveré a preguntar. ¿Sabes por qué hice que todos salieran? —Negué con la cabeza—. Porque lo que haré a continuación podría parecer humillante y no quiero humillarme ante nadie más que no seas tú.

—¿De qué hablas? —pregunté intentando entender qué estaba sucediendo.

Tragué saliva, él se apartó de mí, su mirada aún fija en la mía. Podía ver la sinceridad en sus ojos, la verdadera preocupación por haberme lastimado.

—Perdóname —dijo cambiando por completo la voz.

Ahora no había oscuridad en él, volví a verlo como en aquel primer encuentro, cuando lloraba en la parada de autobuses. Me miró a los ojos, parecía bastante sincero. Después miró al suelo, se arrodilló ante mí, de una manera reverente, su rostro pegado en el suelo frío. No voy a negar que verlo de rodillas ante mí movió las fibras sensibles de mi corazón. Era una imagen que nunca había imaginado, Jimin, el hombre que siempre había estado en control, ahora postrado ante mí.

Sentí muchas emociones: sorpresa, gratitud, amor. No sabía si debería perdonarlo o seguir apartándolo, pero es que verlo en esa posición ante un don nadie como yo, verlo arrepentido me hizo, de alguna manera amarlo todavía más que antes.

Mi corazón latía con fuerza, mi respiración se volvió superficial. No podía creer que estuviera sucediendo esto. Jimin, el hombre que había manipulado mi vida durante tanto tiempo, ahora se humillaba ante mí.

—Jimin... —dije dando un paso hacia él.

No respondió, solo se quedó en silencio, su rostro aún en el suelo. Podía sentir su arrepentimiento, su dolor. Y yo, que había estado tan enfadado con él, ahora solo sentía compasión.

Me acerqué a él, mi mano temblorosa se posó en su hombro.

—Levántate —dije con voz suave.

Jimin se levantó, su mirada aún estaba baja. No podía mirarme a los ojos, no podía enfrentar mi mirada.

—Perdóname —repitió.

—Jimin... —dije de nuevo, mi voz llena de ternura. Es que seguía enfadado con él, pero no podía apartarlo de mi lado porque de verdad parecía sincero.

—Te amo —dijo alzando la mirada y conectando sus ojos con los míos, después las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas de manera fluida—. La cagué hace diez años y sí quería usarte, pero todo salió mal porque me terminé enamorando de ti. Créeme, estoy arrepentido.

Sonreí con ligereza, después acaricié sus mejillas limpiándole las lágrimas.

—Te creo. —Mis palabras lo hicieron llorar más y se abalanzó a mis brazos—. Aunque sigo molesto contigo.

—Enójate todo lo que quieras, grítame, insultame, gasta todo mi dinero, pero no me abandones. Aunque tengo tantas posesiones, daría todo para hacerte feliz porque tú eres lo único que me importa en el mundo —dijo temblando en mis brazos.

Había follado bastantes veces a Jimin, pero esa mañana fue por primera vez mío en verdad.

Hastaaaaa aquí el capítulo de hoy!!!!!!

Yo nada más aviso que Jungkook va a traer a Jimin de los huevos ajsbsjsjswsjskw🤌🏻🫦

SI ESTE CAPÍTULO ES BIEN RECIBIDO, SUBO HOY MISMO OTRO PARA QUE SEA ACTU DOBLE🫶🏻

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