Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💦Capítulo 16-Nunca debí enamorarme💦

Jimin tenía algo importante para decirme, luego de limpiarnos él se sentó en el asiento del copiloto y yo me fui al volante. Lo miré colocarse el cinturón de seguridad y mirarse en el espejo para acomodarse el cabello, siempre hacía gestos graciosos cuando se miraba al espejo, eso me provocó una sonrisa inconsciente.

Mientras sonreía me puse el cinturón y encendí el motor, tenía muchos años sin conducir, pero dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida.

—¿Ya me vas a decir? —pregunté cuando comencé a conducir.

—Es que no sé cómo te lo vas a tomar...

—¿Es algo grave? ¿Qué pasó?

—Es grave, muy grave.

—¿Y en qué te puedo ayudar?

Se quedó en silencio, mirando hacia en frente, yo lo veía de reojo. Imaginando mil escenarios. ¿Le salió mal algún negocio? ¿Alguien descubrió nuestro secreto de hace diez años? ¿Está enfermo? Miré sus mejillas ponerse un poco coloradas, pensé que tenía vergüenza, pero al llegar al semáforo me di cuenta de que estaba llorando.

—Jimin. ¿Qué pasa? —pregunté asustado.

—Quiero... Quiero...

—¿Qué cosa?

—Perdóname.

¿Me estaba pidiendo perdón? ¿Por qué? Sus palabras se sintieron bastante sinceras e invadidas de arrepentimientos, pero. ¿Por qué?

—¿Por qué debería hacerlo? ¿Qué sucedió?

Mientras conducía, su voz me llegaba clara y fluida, pero cada palabra era como un cuchillo que me atravesaba el corazón. Su lengua hablaba rápido y con cada sílaba mi corazón latía más rápido, como si estuviera intentando escapar de la verdad que me estaba revelando. Apreté el volante con fuerza hasta que mis nudillos se volvieron blancos, mis manos temblaban de rabia y decepción.

La mentira me partía el corazón en mil pedazos conforme pasaban los segundos. Todo lo que había creído, todo lo que había hecho por él había sido una ilusión. Me había sacrificado por él, había ido a prisión creyendo que lo hacía en su lugar, pero era todo una vil y aquerosa mentira. La ironía era cruel, yo había dado todo por él, y me había sacrificado a mí para salvar al hombre que él amaba.

Mi mente era un huracán de emociones, era como la típica escena en la que todo se estaba quemando por dentro de la cabeza del protagonista, sentía que todo en mi interior ardía, no sabía si lo que estaba sintiendo era enojo o decepción. ¿Por qué me mintió de esa manera? ¿Por qué me hizo creer que era algo que no era? La pregunta se repetía en mi cabeza como un eco, sin respuesta.

Frené en seco, quedando en medio del tráfico, los vehículos comenzaron a molestarse. Los claxones sonaban a mi alrededor, pero yo los ignoraba, estaba atrapado en mi propio infierno. En mi infierno llamado Park Jimin.

Mi vista se nubló y por un momento, no pude ver nada más que la verdad que me había sido revelada. Me sentí traicionado, me sentí utilizado. La persona que había creído que conocía, la persona que había amado, no existía. Era un fantasma, una ilusión creada por sus malditas mentiras.

Mi respiración se volvió agitada y mi corazón latía con tanta fuerza que parecía que iba a explotar. No sabía cómo seguir adelante, no sabía cómo procesar todo lo que había escuchado. La única cosa que sabía era que nunca más podría confiar en él, nunca más podría verlo de la misma manera.

Un oficial se detuvo frente a nosotros y yo me di cuenta de que debía seguir conduciendo, pero no sabía hacia dónde ir. No sabía qué hacer con mi vida ahora que la verdad había sido revelada. Todo lo que sabía era que debía alejarme de él, debía alejarme de la mentira que había sido mi vida durante tanto tiempo.

—Te juro que con el pasar del tiempo me enamoré de ti, yo... —Comenzó a decir, pero nada de lo que dijera revertiría el tiempo que viví encerrado, nada me devolvería esos diez años—. El día que fuiste a la comisaría para entregarte me sentí feliz porque lo estabas haciendo sin que yo te lo pidiera, lo hiciste porque quisiste, fue en ese momento en el que quise alcanzarte, buscarte para contarte la verdad, pero ya era muy tarde. Tú te habías entregado justo en el momento en el que me di cuenta de que en verdad te amaba.

»Al principio no me interesabas y yo te iba a pagar mucho dinero saliendo de prisión, pero esa noche, cuando te entregaste me di cuenta de que te amaba con todo mi corazón. ¿Puedes creerme?

Mis ojos se invadieron de lágrimas que nunca brotaron, me lamí los labios, y con la mirada descolocada dije en un susurro:

—Diez años...

—¿Qué dijiste? —preguntó estirando su mano para acariciarme el brazo, pero yo le tomé la muñeca con fuerza antes de que pudiera hacerlo.

—¡Diez putos años! —grité colérico, pude ver en mi reflejo que mi rostro y cuello estaban enrojecidos—. ¡Estuve en la cárcel diez putos años por un crimen que no cometí! ¡Estuve ahí porque querías salvar a tu novio!

—Jungkook, ahora yo daría mi vida para salvarte a ti.

—No te creo nada, vete a la chingada.

Al decir eso, me quité el cinturón de seguridad, abrí la puerta y abandoné el auto sin mirar atrás. El oficial quiso hablar conmigo, pero también lo ignoré porque iba echando chispas. Estaba furioso, estaba herido, y no podía creer que Jimin me hubiera mentido de esa manera.

Pude ver a Jimin bajar del asiento del copiloto, después lo vi cruzar la calle persiguiéndome. Me giré, hice contacto visual con sus ojos mirándolos finamente por un momento. Extendí mi mano en el aire y le mostré el dedo de en medio, un gesto de desprecio y rabia. Lo miré sorprendido ante mi acto, después volví a girarme y caminé por la acera, perdiéndome entre el gentío.

No quería verlo, quería comprenderlo, pero es que no podía hacerlo. Porque yo lo amaba de verdad, en cada segundo, cada minuto, yo me enamoré de verdad y él me estaba utilizando para complacer a su novio. La idea me hacía sentir nauseabundo. Debía pagarme por todo, debía pagarme con mucho más de lo que ya me había dado, estaba en deuda conmigo y no me iba a quedar de brazos cruzados.

Saqué de mi cartera la tarjeta negra a su nombre que me había dado cuando salí de prisión, después me dirigí a una agencia de autos. Iba a comprar el más lujoso, el más caro, el mejor y lo haría en un solo pago. Me merecía eso y más después de todo lo que había pasado.

Al llegar a la agencia, elegí un auto de lujo negro brillante, con interiores de cuero y tecnología de última generación. El vendedor me miró sorprendido cuando saqué la tarjeta negra y pagué el auto sin negociar.

Después de hacer la compra, me dirigí a un centro comercial, compré cuánto quise, sin limitarme. Anillos, joyas, comida, ropa, electrónicos, perfumes, todo de lo más caro. Me sentía como un rey, me sentía como si nada fuera suficiente para compensar el dolor que me había causado.

Incluso fui a una tienda de mascotas y compré un dóberman de un año de edad que parecía demasiado grande para todos los cachorros de ahí. Pensé en llamarlo "Venganza" y sonreí al pensar en cómo Jimin reaccionaría al saber que estaba gastando su dinero en cosas que me hacían feliz.

—¿Tú también estás encerrado injustamente, verdad amigo? —le pregunté al verlo—. Quiero este, denme todo lo que necesite también.

Compré demasiada comida, una cama, correas, juguetes. Mientras caminaba por el centro comercial, con mis bolsas y mi nuevo perro a mi lado, me sentí liberado. Me sentí como si finalmente estuviera tomando el control de mi vida, como si finalmente estuviera haciendo algo por mí mismo. Pero me di cuenta de que necesitaría una casa, así que fui a una inmobiliaria a buscar una casa, encontré una grande, les dije que quería mudarme en cuanto antes. Con dinero se mueven montañas y me ayudaron a mudarme en ese instante, algo que una persona común no podría hacer así de rápido, pero yo estaba utilizando la tarjeta del hombre más rico de Corea del Sur, así que todo era posible.

No había muebles, por eso encargué distintos muebles y pagué dinero extra para que los llevaran en cuanto antes. Esa noche me llevaron lo básico. Una cama y sábanas. Al día siguiente me llevarían el resto, pedí comida a domicilio, comí junto con mi nuevo amigo, con mi dóberman. Era tranquilo, parecía temeroso.

—No tengas miedo, Bam. A partir de ahora estás conmigo y no volverás a ser encerrado nunca más —le dije y movió la cola, preferí llamarlo de esa manera porque venganza me pareció infantil—. Yo sé lo difícil que es estar tras las rejas.

Abrí una aplicación de compras, pidiendo más cosas para amueblar la casa, todo de un precio bastante extravagante porque quería lo mejor, porque quería que el bolsillo de Jimin se viera afectado. No me importaba que se molestara, yo estaba mucho más molesto con él. Seguía llamándome por teléfono y cada vez que lo hacía le finalizaba la llamada, no quería verlo. No quería escuchar sus excusas, no quería escuchar sus mentiras.

Yo en ese momento estaba decidido a terminar con él, decidido a terminar con el hombre que me traicionó, que me ilusionó. Dispuesto a terminar con el hombre que me ilusionó prometiéndome un amor verdadero.

Comencé a llorar mientras comía, Bam, mi nuevo dóberman me veía con la cabeza ladeada, parecía que entendía mi sentimiento. Yo no tenía a nadie, ahora solo lo tenía a él. Lloré con amargura, lloré tanto que comencé a maldecir al cielo, lloré tanto que comencé a maldecir a Jimin, lloré tanto que comencé a maldecirme a mí mismo.

¿Cómo pude ser tan estúpido? ¿Por qué no me di cuenta de todo esto? Debí saberlo, nadie como él se fijaría en un don nadie como yo sin ninguna intención oculta. Nunca debí enamorarme. Nunca debí creer que alguien como Park Jimin podría amarme de verdad.

Mi llanto se convirtió en sollozos, mi pecho se sacudía con cada lágrima que caía. Bam se acercó a mí, puso su cabeza en mi regazo y comenzó a lamer mis manos. Yo lo acaricié, sintiendo una conexión con él tan linda que se convirtió en ese momento más que una mascota, Bam ahora era la única familia que tenía.

Me quedé dormido en el piso junto a Bam, no supe la hora exacta en la que me dormí, pero estaba seguro de que algo dentro de mí cambió aquella noche porque me di cuenta de que ser ingenuo y darlo todo por alguien nunca termina bien.

El oficial no me dijo nada al reconocerme cuando regresé al vehículo. Tomé el volante mientras lloraba, Jungkook estaba de verdad enfadado conmigo y lo comprendía. No esperaba menos de su parte, por eso le llamé a Taemin antes de encender el motor, él contestó de inmediato.

—Sigue a Jungkook, quiero que me informes dónde pasará la noche.

—¿Dónde se encuentra ahora, señor?

—El rastreador está instalado en su teléfono, búscalo. —Suspiré—. Que no te vea, está molesto conmigo.

Al decir eso finalicé la llamada y conduje directo a la empresa, tenía que arreglar algunos documentos con un nuevo socio, verificar que estuviera todo bien redactado porque era importante la importación de tecnología ya que al enviar tecnología al extranjero podría enviar drogas con más facilidad.

Dejé mal estacionado el vehículo, luego le entregué las llaves al ballet parking, él sabía qué hacer con eso. Ya era de noche, los empleados se sorprendieron al verme porque no acostumbraba a ir tan tarde a la empresa. Estaba por sentarme en mi escritorio cuando recibí una llamada del banco.

—¿Bueno?

—¿Señor Park Jimin?

—Él habla.

—Estamos recibiendo unas compras demasiado elevadas desde su tarjeta, queremos comprobar que es usted quien está haciendo esas compras. —Sonreí. ¿Jungkook se estaba divirtiendo con mi dinero?—. Déjame revisar mi aplicación —dije sin finalizar la llamada.

Me sorprendí al ver los cientos de miles que estaba gastando, era poquito, estaba dispuesto a darle el mundo entero. Así que me sentí feliz porque se estaba comprando cosas que quería, tal vez por capricho, por enojo y por rencor, pero me gustaba que utilizara mis recursos para complacerse.

—Es mi prometido —dije sonriendo—. Permitiré que gaste lo que quiera, así que no tienes necesidad de volver a preguntar. ¿Algo más?

—No señor, es todo.

—Que tenga buena noche.

Terminé la llamada y antes de sentarme en mi silla volví a marcarle, él no me contestaba. Lejos de molestarme lo comprendía, además al día siguiente iría por él. Así que decidí marcarle a Taemin para ver cómo iban las cosas. Él contestó en seguida.

—¿Dónde está Jungkook?

—En una casa, al parecer la acaba de comprar...

—Mi niño se está divirtiendo —dije orgulloso—. ¿Está solo?

—No señor, está acompañado. —Fruncí el ceño molesto. ¿Con quién mierda estaba?—. Compró un dóberman, no pasará la noche en soledad.

Ah, un dóberman...

¿Yo celoso de un perro? Ja.

—Rodea la casa, manda guardias, iré mañana temprano a visitarlo.

—Sí, señor.

—Si le pasa algo a Jungkook en mi ausencia será tu responsabilidad. Recuerda que sigue siendo el jefe de la mafia de Corea del Sur.

ALAMAUSER JUNGKOOK YA SE DIO CUENTA

MI BEBITO HERMOSOOOO

La idea de que estaba comprando haciendo capricho la copié de un tiktok de una cuenta que da ideas para historias en tiktok, creo que hasta hicieron varias historias con eso. Así si ven parecida esta parte para que sepan. (Lo único parecido es que estaba haciendo compras altísimas por capricho, aunque Jk lo hacía por venganza)

Siempre honesta, nunca inhonesta xdddd

Bueno, nos vemos el próximo mamamamamamamaaaaaaarrrrtes.

¿Te está gustando? Recomiéndala con algún amigo, así me ayudas a crecer y me haces feliz🫂💓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro