-Te veo, morirás, tu cuerpo será de la reina, será mío, mío, mío, mío- Mientras más hablaba más ruidosa se volvía su voz, sentía que mis oídos iban a reventar por tan fuerte sonido.

- ¡¿Quién está ahí!? ¡SAL DE UNA VEZ! – Empecé a desesperarme, mi respiración se agitaba cada vez más- ¡NO ES GRACIOSO! – De nuevo llego ese olor desagradable, era como carne podrida condimentada, simplemente asqueroso, la inseguridad me abrumo el cuerpo y me sentí como de pequeño cuando veníamos de visita- JODER ¿Qué ESTA PASANDO? ¡Cállate de una vez! – La misma palabra se repetía sin parar "Te matare serás mío" Corrí desesperado buscando de donde venia esa voz, no encontré nada, me di por vencido y me tape las orejas, cerré los ojos dejándome caer arrodillado -Detente por favor- Sollocé, entonces de pronto todo se calmó, los gritos de detuvieron.

-Will, ¿Qué haces tirado en el piso? – Pregunto mamá levantando una ceja.

-No nada, solo me golpeé el dedo con el borde de la cama- Respondí con la mirada perdida.

- ¿Algo anda mal? – Pregunto con preocupación mientras se agachaba para abrazarme.

- Todo está bien, no te preocupes- Exclame de mala gana alejándola de mí.

Su mirada se tornó amenazante – Tu comida está servida, baja a comer- Se levanto, sujeto el pomo de la puerta y la cerró con fuerza.

-No te puedo explicar algo que ni yo mismo entiendo- Susurre mientras me levantaba del suelo sacudiéndome el polvo, busque con la mirada por toda la habitación, no sabía con exactitud que buscaba -Dios, creo que me he vuelto loco- Voltee a ver la ventana, ya había oscurecido y empezaba a hacer frío -Tomare un suéter viejo del abuelo- Dije en voz baja. Al girar mi cuerpo hacia el closet vi un destello saliendo de este – Pero ¿qué coño? – Extendí mis brazos palpando el interior, sentí algo, seguidamente lo sujete para sacarlo – Es un espejo, ahora que lo pienso no hay ninguno en toda esta casa- Le di la vuelta, tenía algo escrito –"Primer espejo, la reina no descansa"- Camine hasta la mesa que se encontraba frente a mi cama, deje el espejo encima y me senté – Esa voz que escuche antes ¿Qué habrá sido? – Me pregunte a mí mismo mirándome en el espejo, por alguna razón espere una respuesta que obviamente no conseguí – Necesito relajarme- Suspire y Salí de la habitación, el pasillo estaba oscuro, por ello intente encender el bombillo, pero este parecía estar quemado – Que bien lo que faltaba, nada funciona en esta choza mugrienta- Continué caminando y al bajar las escaleras estas desprendieron un chillido -Supongo que debo acostumbrarme a este sonido- Exprese un poco fastidiado, finalmente llegue a la cocina y extrañamente no estaba mi madre allí, me limite a sentarme.

Le di un mordisco a mi cena y pensé -El estrés podría estar afectándome, si seguro es eso- Cuando estaba a punto de terminar de comer un grito de angustia lleno el silencio del lugar, parecía ser mamá.

- ¡Que pasa! – Grite deseando obtener una respuesta.

-Hijo por favor ¡VEN! Te necesito – Respondió con gran desesperación.

No lo pensé dos veces y rápidamente la busqué, entre a la sala y la vi subida en el sofá, su piel estaba muy pálida - Madre ¿Qué sucede? – Exigí una explicación.

- Una, es... una- Su voz se cortaba fácilmente.

- Una que ¡Dime de una vez! – Exclame furioso.

- ¡Una rata! – Dijo señalando con el dedo.

De un brinco me subí con ella al sofá.

-Le tengo fobia a las ratas- Rechine abrazándola.

- ¡Mátala Will! – Exclamo poniéndome en la mano uno de sus zapatos.

- ¡Hazlo tú, yo odio las ratas! – Grite asqueado.

Y sin darnos cuenta la rata ya se había ido -Que valiente eres Will- Dijo mamá riéndose de mí al bajarse del sofá.

-Tu tampoco eres una heroína- Reclame mientras caminaba hacia la cocina.

- ¿Quieres una taza de café? – Pregunto ella amigablemente.

-No estaría mal- Respondí calmado para luego propinarle el ultimo mordisco a mi cena.

-Aquí tienes- Me acerco el vaso.

- ¡TE DIJE QUE NO ME SIRVAS EN ESTE VASO MAMA! – Me levanté de mi asiento y vacié el café en una taza de vidrio.

- ¿El de Mickey Mouse no era tu favorito? – Pregunto para irse a lavar los platos.

-Lo era cuando tenía ocho años- Le di un sorbo al café.

-Mañana tendrás tu primer día de clases, duerme temprano- Respondió ella.

El café se quedó en mi garganta por unos segundos - Apenas llegamos esta mañana, es muy rápido- Remarque mis palabras con una expresión dudosa.

-Tu padre ordeno todo lo concerniente a tus estudios antes de que llegáramos, te servirá para conocer nuevas personas ¿No te emociona? - Dijo sin mirarme.

Tome todo el café de un sorbo y deje la taza en la mesa – No me emociona, acá todos deben ser unos aburridos- Replique sin humor para irme a mi habitación.

-Will, no seas soberbio, mejor vete a la cama de una vez- Ordeno frustrada.

- Nos vemos mañana- Me despedí con la mano y seguí mi camino.

Una vez en mi habitación me deje caer en la cama, me acomode entre las sabanas y me mire al espejo bostezando, entonces dije – Hoy fue un día extraño, ojalá mañana sea diferente- Y cuando me di cuenta ya estaba dormido profundamente.

Sonó la alarma, eran las 3 AM -Este cacharro se descompuso, debía despertarme a las seis no ahora- exclame con gran pesadez producto del sueño.

-Will- Escuche un susurro.

-Debe ser mamá, iré a ver como esta- Me senté en la cama, tome fuerzas y me levante, intente encender las luces, pero al parecer no había energía eléctrica -Estúpida casa- como no tenía con que alumbrarme me aferre a la pared hasta la habitación de mamá, había todo tipo de sonidos, gatos maullando, golpes en las paredes y las escaleras rechinaban ligeramente, sentí escalofríos, logre llegar a la puerta, luego la abrí y busque a mi madre.

la luz de un poste que estaba fuera alumbraba un poco por la ventana así que pude verla durmiendo, decidí acostarme a su lado ya que siendo sincero me daba miedo dormir solo.

-Mamá despierta- Le murmure.

No parecía poder oírme -Mamá- Murmure de nuevo.

La mire con atención, estaba arropada de pies a cabeza.

-Mamá, mamá- No mostraba señales de vida, ni siquiera se movía, entonces le hale la sabana que la cubría -Oye ma...- Ella no estaba allí solo eran almohadas apiladas.

- ¿Almohadas? - Me exalte.

-Detrás de ti Will- Dijeron a mis espaldas

Me giré, pero a mis espaldas solo estaba la pared, vi hacia la puerta, se estaba abriendo lentamente.

- ¿Eres tu mamá? - Pregunte asustado.

No obtuve respuesta.

-Supongo que fue el viento- Pensé, me levanté para buscarla, Salí de su habitación y me dirigí a bajar las escaleras.

- No rechines por favor- Repetí en mi mente, me detuve antes de bajarlas, vi algo en la pared, era una cosa negra mi cuerpo se entumeció por el miedo.

-Qu-que es eso- Pregunte en voz baja.

-Will, Will- Respondieron sin decir más nada.

- ¿Soy yo? No puede ser- Me quede perplejo.

Mire con atención, era yo, pero sin ojos y con una sonrisa de oreja a oreja que se hacía más grande mientras pronunciaba mi nombre y de un momento a otro me quede solo, esa cosa se esfumo en un parpadeo, mamá no estaba, tenía mucho miedo como para buscarla.

-No me jodas- baje las escaleras corriendo, llegue a la puerta principal e intente encender el bombillo, pero era inútil al parecer no había energía en toda la casa.

-Hijo ¿Qué haces despierto? – Dijo mi madre desde mis espaldas.

- ¡MAMA! - Exclame alegre mientras la abrazaba.

- ¿Qué tienes? Estas raro- Dijo risueña para responder mi abrazo.

-Tenía miedo, no sabía dónde estabas, vi un ser extraño parecido a mí, pero sin ojos y con una sonrisa macabra- Explique con gran preocupación.

-Yo estaba en el baño, la luz se corto de repente- Respondió evadiendo mi juicio -Toma un abrigo y ve detrás de la casa, allí encontraras el cajetín de electricidad- Ordeno.

Yo solo asentí con la cabeza confundido.

-Y NO ABRAS EL SÓTANO- Remarco con autoridad.

Eso hice, fui detrás de la casa, todo estaba oscuro y había frío, por alguna razón el cable conductor estaba desconectado - ¿Por qué? - Me cuestione – Tuvo que haber sido alguien- Dije en mi mente, de nuevo lo conecte, voltee mi mirada a la izquierda y vi el sótano que mamá había nombrado, tenia un candado que evitaba su apertura.

-Will, entra de una vez- Expresó mama desde el interior de la casa.

Una vez dentro le dije lo ocurrido.

- ¿Alguien igual a ti? Tenias mucho sueño hijo- Se rió.

- ¡Es verdad! Cuando era niño pasaban cosas parecidas, por eso odio estar aquí- Replique.

-Ellos ya deberían haberse ido- Susurro ligeramente.

- ¿De qué hablas? ¿Quiénes son ellos? – Me acerque a mi madre juzgándola con la mirada.

- La reina y el bufón.  

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Holaaa Queridos lectores, aquí les traigo un nuevo capitulo, un poco tarde pero acá esta, sinceramente tuve unos problemas al escribirlo ya que no me llegaba la inspiración que yo necesitaba, de igual forma espero que les guste y si tienen alguna duda, sugerencia o critica estoy listo para escucharlos.

Nos vemos el siguiente jueves con un nuevo capitulo, los quiero mucho Cuídense byeeee.