Intenté hacerme idea de lo que mi madre me contaba y en mi cabeza no había espacio para imaginar que pudo suceder luego de que ella perdiera la consciencia en aquel suceso de hace tanto tiempo - ¿Segura que no recuerdas nada? – Solo mire sus ojos color café esperando mi respuesta.

Ella suspiro lentamente – Por tercera vez hijo, no recuerdo que sucedió luego de ver los espejos- Al responderme se levantó de la cama y tomó su bolso el cual estaba en uno de los muebles que adornaban la habitación.

- ¿A dónde vas? – Le dije al intentar levantarme de la camilla, pero mi deteriorado cuerpo no me permitió mantenerme en pie así que me desplomé de nuevo soltando un ligero quejido.

- ¡Will! Por favor quédate allí iré a buscar a tu padre en la recepción seguro esta con el doctor- Se acercó y me obligó a recostarme de nuevo seguidamente caminó hacia la puerta aunque se detuvo espontáneamente – Ahora que recuerdo, me encontraron 2 semanas después caminando en el bosque balbuceando algo que no podían entender, no sé cómo llegue allí ni tampoco sé lo que sucedió conmigo en esas semanas- Entrecerró sus ojos y se quedó mirando el suelo por unos segundos, luego agito su cabeza y salió de la habitación sin decir nada más.

Quedé completamente solo en ese cuarto, las enfermeras no entraban por la discusión que tuvimos mi madre y yo hace un rato, además creo que escucharon el relato que me estaba diciendo y en realidad no me sentía incomodo por lo que pensaran, tenía mejores cosas de las cuales ocuparme - ¿Dónde estarán los espectros? – Ya hace unos minutos que no los veía cosa que era extraña pues me acostumbre a tenerlos rondando cerca de mí y atormentándome ¿No es curioso? Primero les tenía miedo, ahora prefiero tenerlos cerca es algo ilógico, supongo que será porque en el fondo vive el miedo de que puedan hacerle daño a mis seres amados.

Tan solo si no hubiese sido tan idiota para hacer ese Ritual quizás todo sería distinto, ahora ellos poseen el poder de hacer daño a cualquier persona que no sea yo. Realmente me sentía cansado y mi cuerpo me dolía mucho, no dejaba de pensar en Jeremy ¿Dónde está? Me parece raro que no haya asomado su rostro por aquí -Que bueno que no invitamos a Luna quizás ella podría haber salido más lastimada que yo- Dije en un tono de susurro mientras intentaba mantener la calma.

Llevé mis brazos sobre mis ojos pues el resplandor que entraba por la ventana me estaba molestando la visión -Ríndete- Escuché a alguien hablar a mi lado por lo que rápidamente empecé a buscar la fuente del sonido, suspiré y dije – Ya dejen de hacer esto, sé que están aquí malditos seres del infierno- Al parecer mis palabras hicieron efecto y pude ver al Bufón sentado en los muebles jugando Naipes con la Reina cosa que era raro por que aparentemente ellos nunca parecieron llevarse bien.

-Ay Will, mi amado Rey de verdad que intenté todo lo que pude para no hacerte daño ¿Es raro verdad? Al inicio quería despellejarte lentamente mientras escuchaba tus gritos de dolor incesante y ahora lamento lo que va a pasar- Expreso ella y prosiguió a lanzar un naipe a la mesa para seguir jugando.

- Amado Rey- Contesto el Bufón con un todo realmente irritante en forma de burla -Deja de ser tan estúpida Stefany o debería decir "Reina" Ese enano ya sabe la verdad igualmente lo despellejaremos vivo hasta que no le quede ni un poco de cuero sobre la piel... Incluso quiero dibujarle una gran sonrisa con mi lindo cuchillito- De pronto golpeo fuertemente la mesa en la cual se encontraba - ¡Joder! Perdí de nuevo- En su tono de voz se le sentía bastante enfadado y la Reina solo se reía de la furia de aquel horrendo ser.

- ¿Cómo que me van a despellejar? Ustedes están enfermos – Intenté perecer lo más tranquilo posible, aunque en realidad solo quería salir corriendo.

-Solo te haremos algo parecido a lo que nos hizo tu madre, Sandra- Tragué un buen tajo de saliva pues ellos hablaron al mismo tiempo y me miraban en el proceso, realmente me estaba asustando ya no eran los mismos de antes se les notaba sus ansias por matar.

Mordí mis labios sin saber por qué -Mierda, mierda ¿Qué debería hacer? – Eso fue lo que dije en mi mente - ¿Correr? No eso no servirá ¿Entonces qué? – No tenía opción que elegir ni lugar a donde ir... - ¿Qué fue lo que les hizo mi madre? – Ambos se rieron como maníacos sin control.

- ¿En serio quieres saber? Perfecto- Fue allí cuando esos seres se transformaron en una gran nube negra que se acercaba lentamente a mí, la respiración se me agotaba y sentía como el pecho se me trancaba, fue horrible y como si no fuese suficiente aquel humo negro de la supuesta nube comenzó a introducirse por mis fosas nasales, oídos y boca dejándome completamente sin capacidad de respirar, era una agonía incesante en la cual mis lagrimas salían a chorro por mis ojos simplemente no sabía que hacer me dolía el pecho y mi cuerpo dejaba de moverse lentamente hasta que caí profundamente dormido.

Al cabo de un rato abrí mis ojos y pude ver que me encontraba en el sótano de mi casa, pero era diferente pues los objetos estaban en un orden distinto y estaba un poco más limpio se notaba que usaban con regularidad ese lugar, además, había un cuchillo en todo el medio del cuarto bajo la luz del bombillo, de inmediato escuché golpes en la puerta – Sandra ¿Estas bien? Ya son las 4:34 el juego terminó- Siguieron tocando, sentí la necesidad de moverme, pero no podía hacerlo me encontraba como una estatua presenciando la escena.

Nuevamente volvieron a golpear - ¿Sandra? No es divertido sal de una vez o tendremos que buscarte nosotros mismos- Eso decían las voces no las pude reconocer, pero parecían adolescentes. Dos para ser exactos una chica y un chico quienes discutían si entrar o no.

Vi algo moverse entre la oscuridad, hacia un ruido bastante irritante era como un quejido mezclado con llantos y murmullos que parecían decir -Ayúdame, quítamelos de encima, no quiero morir... No quiero matarlos- Una vez más golpearon la puerta y esta vez muy, pero muy fuerte - ¡SANDRA! Voy a entrar- Mi vista no se quitaba de las escaleras pues la curiosidad por ver quien abría la puerta me carcomía.

Sentí que alguien respiró en mi cuello, cerré los ojos del susto -Ábrelos Will, Soy Sandra- Eso fue lo que dijo aquella voz que parecía ser la de mi madre, aunque un poco más jovial – ¿Debería hacerle caso? ¡MALDICION! No sé qué hacer, ¡JODER! – No podía mover el cuerpo apenas si podía dirigir la mirada de un lado a otro.

-Espejito, espejito ¿Quién es el niño más bonito? - Me dijo aquella persona que estaba a mi lado, esa pregunta me la hacia mi madre cuando aún yo era un niño - ¿No me vas a responder? Que lastima, bueno probaré con esto... Niño niñito no seas malito abre tus ojitos y dame un abracito...- Definitivamente era mi madre esas palabras me las decía cuando me levantaba por las mañanas antes de ir a la escuela... Entonces ¿Debía hacerle caso? Supongo que abrir los ojos era lo más común luego de todo lo que había pasado, conté hasta tres y volteé abriendo los ojos de golpe - ¿Ves? No pasa nada- Realmente era ella, mi madre y mucho más joven casi de mi edad.

Pero en su apariencia había algo mal ... Su mirada era... Como la de un psicópata además sus pupilas estaban dilatadas y la sonrisa de su rostro era espeluznante casi como la del bufón - ¡SANDRA! ¿Estás ahí? – Un chico abrió la puerta y tras de él venia una joven escondiéndose en su espalda, traían un balde con agua y una linterna. De pronto devolví la mirada al frente y esa chica quien decía ser mi madre ya no estaba, el bombillo parpadeaba tal y como lo hizo en mi Ritual. Como si no fuera poco el ambiente se volvió frío de una atmósfera tensa.

Podía sentir el temor de aquellos adolescentes el cual se intensificaba con cada escalón que dejaban atrás, quise detenerlos sin embargo era inútil no podía moverme y aunque lo intentara no lograba decir ninguna palabra -Sa....Sandra ¿Do... ¿Dónde estás? – Sus palabras se perdieron en la profundidad de aquel oscuro lugar -Mark vámonos por favor – Rogó la chica con mucho temor de lo que pudiera suceder -No, no podemos tenemos que encontrarla – Contestó el chico que a pesar del miedo estaba convencido de lo que vino a hacer.

- ¡CHICOS POR FAVOR AYUDENME ELLOS ME ATRAPARON... POR FAVOR... POR FAVOR! – De la profunda oscuridad alguien empezó a pedir ayuda casi como si estuviese a punto de morir y al instante ese tal "Mark" echó a correr y desesperadamente alumbraba con la linterna buscando la fuente del sonido – SANDRA ¡SANDRA! – El bombillo reventó y la chica gritó horriblemente su voz era chirriante, agonizante como si estuviese sufriendo fue allí cuando Mark se volteó... Quisiera no haber visto eso.

Mi madre... Sandra, le había clavado un cuchillo en el vientre a la chica y tomándola del cuello la golpeo contra el piso abriendo todo su abdomen de un solo tajo, metió sus manos y saco todos los intestinos que pudo de una forma salvaje metiéndoselos en la boca. Todo fue tan rápido que Mark no pudo reaccionar solo se quedó allí sin decir nada estando a punto de llorar mientras su amiga agonizaba en el frío suelo – Mark- Dijo Sandra cantando su nombre reiteradas veces -Ahora sigues tu cariño mío- No podía creer lo que acababa de pasar todo fue tan sínico, sin escrúpulos digno de un demonio en carne viva, Sandra se bañaba con la sangre de la chica y le dibujó una corona en la frente – Pobre de ti, pero tranquila la Reina tomará tu cuerpo y quizás vivas una vez más ahora solo falta liberar al Bufón- Levantándose empezó a reír y reír sin motivo alguno, miró a Mark y sujetó el cuchillo preparándose para correr hacia él – JODER SANDRA ¿Qué TE PASA? – Grito con gran molestia el chico a lo que Sandra no respondió y solo se lanzó sobre él. Entre forcejeos logro darle un buen golpe en la cara y salió corriendo hacia las escaleras mientras aquella cosa con cuerpo humano le perseguía.

Yo solo deseaba no poder seguir observando cosa que era inútil pues ni mis ojos podía cerrar, enseguida mi joven madre tomó a Mark justo antes de llegar a la puerta y lo lanzó por las escaleras dejándolo muy malherido con un brazo roto y moretones en la cara. Lo que pasó a continuación me provocó mucha lastima ya que el chico lloraba rogando por su vida y Sandra bajaba las escaleras riéndose mientras jugaba con el cuchillo que por cierto no tenía filo alguno -No, Sandra por favor, no- Rogaba el joven sin nada más que hacer -Cállate, tu amiga no existe en este momento – Respondió con una voz oscura y bestial.

Le pisó la cara con fuerza sacándole un par de dientes luego lo sujetó de las mejillas y recorrió las mismas con el cuchillo -Que linda sonrisa te voy dibujar, Galán- El chico solo lloraba y lloraba preparándose para la grotesca escena que se avecinaba. Sin avisar le atravesó la mejilla izquierda y luego la derecha dejando su mandíbula completamente abierta mientras gritaba y gemía de dolor -Ya no llores, mira lo horrenda que es tu cara mejor te ayudaré un poco- Sacó un tenedor de los bolsillos de su pantalón y sin pensar prosiguió a despojarle los ojos dejándolo completamente ciego. Aquel pobre chico gritaba con fuerzas sin esperanzas de nada solo lanzaba manotazos al aire. Finalmente Sandra le enterró el cuchillo en el pecho, justo en el corazón para detener la carnicería de una vez por todas, Sandra solo se levantó y fue lentamente hacia la puerta hasta salir y trancarla en el proceso.

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