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45

La feria anual cae en sábado, y es lo mejor, porque el viernes puedo irme de madrugada a la cama y despertarme al día siguiente lo suficientemente tarde como para haberme escaqueado de un par de horas del estrés de Margot.

Cuando bajo a la cocina, papá ya está sentado delante del horno con un café en la mano. Durante el desayuno, hecho en falta mi café matutino, pero hecho a mano no me gusta y la cafetera se ha terminado de jubilar. Margot me hace un especial de repostería, sobre un plato, me deja: un muffin, un trozo de Fairy Bread y un par de galletas de fresa y chocolate. No me termino de comer nada pese a que todo está ríquisimo.

Taylor llega a casa a las tres de la tarde. Nos prestamos voluntarias a preparar un par de tandas de brownies para que Margot deje de gritar por toda la casa que no la da tiempo. Margot nos lanza dos delantales y nos da todos los ingredientes y dos cuencos para que empecemos con el trabajo. Estoy segura de que si Margot no fuera tan competitiva, la hubiera bastado con una bandeja.

Al cabo de un Taylor está pegada al horno vigilando unos muffins de Margot, y yo estoy vertiendo la masa de la última tanda de brownies en el molde. Hay comida suficiente como para una cena benéfica. Hemos envuelto tres platos llenos de cupcakes, unas pocas galletas y Fairy Bread con papel transparente para que no se estropee la comida. Luego meteremos los platos en una caja para que no se desparramen las cosas por el coche.

Estoy repartiendo bien la masa por todo el molde cuando suena el timbre.

—¡Margot! ¡El timbre! —chillo.

Taylor me mira mientras saca los muffins del horno con dos grandes manoplas.

—¡Papá! —vuelvo a gritar— ¡El timbre!

Margot baja corriendo las escaleras con el pelo húmedo mientras se lo seca con una toalla rosa.

—Ya estaba bajando, chillona.

En cuanto Margot abre la puerta, escucho la cantarina voz de Wesley saludarla. La revuelve el pelo y Margot le regaña porque acaba de salir de la ducha.

Taylor me mira con los ojos abiertos y pronuncia un silencioso: <<¿Qué tal con él?>> Y yo agito la cabeza como diciendo que todo va bien.

—¿Cuánto tiempo lleváis haciendo alimentos poco saludables? —nos pregunta Wes entrando en la cocina.

—El tiempo suficiente como para confundir el reloj con un dónut —Taylor agarra el molde de brownies y lo mete en el horno.

—Todo sea por no escuchar los gritos de Margot.

—Al parecer estáis como yo. ¿Tenéis un poco de levadura que os haya sobrado?

Empujo sobre la mesa un par de sobres de levadura que no hemos usado, y Wesley se los mete en el bolsillo del abrigo aunque se mancha un poco.

La madre de Wesley también participa, ella lo hace todos los años, y sé que por hacerla feliz, Wesley y su padre también participan para no dejarla sola.

Wesley se frota las manos y nos mira.

—¿Sobre que hora iréis?

Taylor y yo nos miramos, pero es Margot la que grita desde el piso de arriba:

—¡En una hora estamos allí!

Wes agita la cabeza asintiendo y se despide.

—Pues nos veremos por allí. Adiós, chicas.

—¡Adiós, WesWes! —chilla Margot.

En cuanto abandona la casa, Taylor dice:

—Le sigues gustando.

—Pero sabe que estoy con Noah.

—Y que le quieres.

—¿Qué?

Taylor sube un poco grados del horno para que el brownie se haga antes. Entonces, me mira y se saca las manoplas para cruzarse de brazos. Tiene esa mirada de: <<Tú ya sabes qué>> que me pone los pelos de punta.

Como si fuera obvio, dice:

—Quieres a Noah, Sierra. Admítelo ya.

Hago como que no la he escuchado, y rasgo otro trozo de papel transparente para prepararlo cuando esté el brownie. Pese a que la mitad de los dulces se quedarán en casa porque son para los desayunos y los postres, Margot quiere llevar una buena cantidad a la feria porque quiere que todo el mundo pruebe un poco de cada cosa que hace.

Por suerte papá y Margot bajan pronto y nos dejan el tiempo suficiente a mí y a Taylo como para cambiarnos de ropa y sacarnos un poco de harina del pelo. Me decido por unos vaqueros azules oscuros, y me pruebo varias blusas, una con volantes en las mangas y blanca, y otra rosa pastel con bolsillos de canguro a la altura del pecho. Saco de debajo de unas camisetas de verano, una camiseta blanca y de tirantes finos, me la meto por dentro del pantalón como si fuera un body. Es perfecto, ni muy arreglado ni muy "todo me da igual". Lo combino con un abrigo de pelo sintético que me regaló papá las Navidades pasadas, y delante del espejo me veo más que bien.

Taylor se mira a mi lado en el espejo empotrado de la puerta del armario. Me ha cogido una sudadera verde agua y dice:

—¿Me queda bien esta camiseta?

—De maravilla —aseguro.

Se gira, se inclina dentro del armario, y cuando sale lleva la sudadera de Noah en las manos.

—¿Te la has probado ya? —me pasa los brazos sobre la cabeza y me coloca la sudadera delante, como si me la probara.

—No, pero supongo que la usaré pronto.

***

La mesa dónde tenemos que dejar los platos de Margot, es larguísima. Dejo los platos en un espacio exclusivo para Margot, hay un post-it con su nombre pegado dentro de un cuadrado dibujado con rotulador permanente sobre el mantel de papel. Taylor me los pasa de la caja, y yo los coloco, detrás el brownie con los cupcakes y muffins, y delante las galletas y el Fairy Bread.

La feria no es nada extravagante. Solo hay una carpa, que es dónde estamos y dónde se hace el concurso de repostería. Hay una barra de bebidas al final, pero me parece un mundo cruzar entre medias de todas las personas que hay aquí dentro metidas. Además, ya he visto el pelo rubio y ondeante de Chloe con sus mechas rosas.

Intento buscar a Taylor entre todas las personas. En cuanto hemos llegado se ha ido con JoJo y sus padres para estar un rato con ellos. Papá se ha ido a por cerveza con el padre de Chase, y Margot no deja de vigilar sus platos como si fueran su tesoro más preciado en el mundo. Chase aparece detrás de una pareja de ancianos y primero ve a Margot, así que la abraza. Entonces, me ve y choca su puño con el mío.

—¿Qué tal?

Me encojo de hombros.

—Todo bien. ¿Has visto por ahí a Taylor?

Margot le acaricia la barbilla a Chase, y señalando los platos, le pregunta:

—¿Lo ves todo bien?

—Uno, no he visto a Taylor, pero Noah está con Paul cerca de los baños. Dos, tienen una pinta increíble, Margot.

Me quedo uno segundos estática, intentando no ser muy vistosa mientras me estiro para ver a Noah cerca de los baños sujetando cosas de más. ¿Y ahora, qué? Avanzo con decisión entre la gente, a medio camino, veo a Chloe avanzar también hacia dónde está Noah, y acelero el paso. Cuando llego al lado de Noah, me pongo de puntillas y le doy un beso. No sé qué espero conseguir, ¿que Chloe se de cuenta de que Noah me tiene a mí? Lo hago para que no se acerque, entonces, sigue de largo y se mete en el baño con un pintalabios en la mano. ¿Y si sólo iba a retocarse?

—Wow. Hola —murmura Noah, y me da otro pequeño beso.

—Hola.

—¿Todo bien? —me pregunta, y me pasa el brazo por los hombros.

—Todo bien —afirmo—. ¿Llevas mucho tiempo aquí?

Noah agita la cabeza de lado a lado, y le pasa las cosas que tiene a Paul cuando sale del baño.

—El suficiente como para haber visto a tu vecino —lo dice y suena como si el mero hecho de compartir oxígeno con él le fastidiara.

Abro la boca para preguntarle si sigue celoso, porque Wes no es malo, pero solo digo una excusa para irme y no ponerlo celoso o que se enfade:

—Voy a ir a buscar a Taylor.

Me giro y no espero a que me diga nada para empezar a caminar sin ninguna dirección.

A mitad del camino hacia la mesa, me topo con Wesley abriéndose paso con dos vasos de agua. Uno es para su padre y el otro para su madre. Le ayudo para que no se choque con nadie y el agua no se desparrame, y me da las gracias con una encantadora sonrisa. Cuando llegamos dónde están sus padres, le veo mirar sobre mi hombro. ¿Habrá venido Sally? ¿Son pareja ya?

—Noah está allí. —Miro hacia dónde señala con la barbilla. Noah ya nos está mirando.

—Oh, lo sé, acabo de estar con él. Iba a buscar a Taylor.

—Oye. Sé que este fin de semana ha sido difícil, pero lo de la Universidad...

—Ummm... Papá me dijo que quería venir él, así que seguramente vayamos nosotros. Lo siento. Pero gracias por todo, realmente me gusta el programa, así que gracias por traérmelo.

Wesley hace un ademán con la mano como si no le importara, pero ya no tiene la sonrisa de niño pequeño y le acaba saliendo una mueca.

Margot no está muy lejos, el concurso ya está apunto de empezar, así que me coloco con papá a un lado de la carpa. En realidad pocas personas le prestan atención al concurso, la mayoría vienen por la comida y la bebida gratis. Los años en los que Margot no ha participado, de todas formas veníamos Taylor y yo a probar dulces. Chase está en primera fila grabando a Margot con el móvil, es de los pocos que están interesados en lo que pasa en la mesa. Margot le mira y la brillan los ojos, no sé si se dará cuenta, pero parece algo boba cuando además sonríe.

Me pregunto si yo tendré esa cara cuando miro a Noah.

***

Más tarde, Taylor y yo estamos degustando todo tipo de dulces cuando alguien me llena la mejilla de glaseado. Me giro con mi mayor cara de circunstancia. Noah está doblándose de la risa y tiene los ojos un poco llorosos. Le doy un golpe en el brazo, pero sé de sobra que ni cosquillas le he hecho.

—Espera, espera —dice aun riéndose.

Me inclino a por una servilleta, y antes de que pueda quitarme todo el azúcar de la cara, Noah pasa su dedo por el glaseado y se lo mete en la boca. <<¡Qué sexy!>> Estoy sujetando la servilleta con fuerza, arrugándola, y Noah se inclina a darme un beso en la mejilla y terminar de sacarme el dulce. Aunque después me limpio sus babas.

—¡Eh, tío! ¡Vamos! —grita Paul desde alguna parte.

Noah se inclina y me da un beso, después choca su mano con a de Taylor y se va.

—Tienes que admitirlo, Sierra.

Le lanzo una mirada furtiva a Taylor, y la arrebato el trozo de brownie de la mano metiéndomelo entero en la boca.

Con la boca llena, digo:

—No sé de qué me hablas.

—¡Pues de que estás enamoradísima!

Me lanzo a taparla la boca con los ojos como platos. Me trago el brownie y acabao atragantándome.

—Shhh. No grites eso.

JoJo está a un par de pasos devorando unos muffins, y nos mira de reojo. Tira del pelo a Taylor, y Taylor le golpea. Es bastante divertida la relación de hermanastros que llevan, ir a su casa siempre ha sido un buen plan. Como ir a aver un monólogo pero gratis, o como ver esos videos de risa en YouTube.

Con la boca medio llena y escupiendo algunas migas, JoJo cide:

—Esto es un coñazo. Mamá y papá dicen que nos vamos ya.

Taylor me mira como si dijera: <<Siento que te quedes sola>>

—No pasa nada, cuando Margot deje de regodearse en su gloria nos iremos nosotros también.

Haber quedado en primer puesto, ha puesto ha Margot eufórica y loca. Se ha ido a restregarle el premio en forma de cupcake a su enemiga por la cara.

Cuando me quiero dar la vuelta, veo a Noah un poco alejado bebiendo algo con Paul, Lucas, Gabriel y algunos chicos más. Se está riendo.

Antes de que Taylor se aleje, grito:

—¡Lo admito!

Taylor no deja de reírse y saltar como una niña pequeña cuando me escucha.

De camino a mi familia, Wesley me intercepta con dos vasos de café y con una sonrisa llena de chocolate. Me ofrece un café y se relame los labios.

—Voy a darle la enhorabuena a Margot. Todo estaba de maravilla, tiene un don para esto.

—La verdad es que sí.

—Aunque me han soplado que el brownie lo has hecho tú.

Me siento de lo más orgullosa cuando digo:

—Por supuesto.

Wesley le pega un sorbo a su café.

—Era lo más delicioso.

Me sienta de maravilla que alguien vea mi poco talento culinario en la repostería. Aunque claro, cuando nos acercamos a Margot, Wesley la dice que se ha salido con los muffins y que ha cogido sigilosamente un par de galletas para llevárselas a casa. Creo que Wesley sabe de sobra que si le pide a Margot veinte platos de galletas, ella se los hará encantada. Al final, Margot se tira a los brazos de Wes como en una película.

—Gracias, WesWes.

—No es nada.

El café se me termina, y me veo en la necesidad de querer más. Lanzo el vaso de plástico en una bolsa de plástico que hay en el suelo llena de envoltorios. Margot ha tirado la tira que dice: <<Enhorabuena>> Quiere el premio, no hacer el ridículo con una banda amarilla que la cruza el cuerpo y la queda grande.

—Voy a por café —informo.

Si pudiera, me llevaría la máquina para tomar café en casa.

—Rápido —me dice papá—. No vamos a tardar en irnos.

En realidad no es tarde. Son las ocho de la noche, pero supongo que papá y Margot llevan mucho más tiempo que yo despiertos y están cansados.

Wes tira su vaso vacío a la bolsa y choca los puños con Margot.

—Te acompaño —me dice.

Me gusta que hoy todo es gratis, por lo que puedo pedir todo lo que quiera y comer lo que sea que no me voy a arruinar.

Apoyo las manos en la barra y me siento en un taburete que hay.

De repente, Wesley, dice:

—Estoy pensando mudarme el año que viene.

¿Mudarse? ¿Sólo?

—¿Qué?

—Conducir cuarenta y cinco minutos todos los días a la Universidad es algo pesado. Supongo que me iré con algunos amigos a un piso compartido.

—No creo que aquí te vaya mal...

Wesley no es tonto. Sabe de lo que hablo. ¿Acaso se quiere ir por mi culpa? Cualquiera podría notar que me deja mal saberlo. Que se vaya, aunque no sea por mi culpa, es algo que esperaba no escuchar. Odio que mis personas cercanas se vayan. ¿Cómo pensé en irme del estado? ¿Qué sería de papá si me fuera a estudiar lejos? ¿Y de Margot?

Wesley deja caer su mano sobre la mía, y la envuelve dándome un apretón.

—No me va mal, pero quiero independizarme ya y sacarme algo de dinero para mis cosas. Y no pienses que es por ti ni nada de eso.

—Pensé que tú podrías llevarme a la Universidad el primer día —bromeo—. Me has chafado los planes.

Wes se ríe conmigo. Le voy a seguir viendo, pero le echaremos de menos. Margot sobre todo porque ya no tendrá un vecino guapo al que ver sin camiseta arreglando el jardín.

A los minutos me llega un mensaje de Margot.

Nos vamosssssss

Pego un bote lejos del taburete y me despido de Wesley con un abrazo. Creo que he sentido tantas cosas por Wes, que considerarle un amigo íntimo es lo más fácil para mi. Y para él.

Siempre me he cuestionado por qué cuando le dices a alguien que te gusta y no es correspondido, la otra persona se aleja. Creo que si hace años Noah no se hubiera alejado de mí creyendo mis piojos falsos, no lo hubiera pasado tan mal con Freya y sus feos comentarios.

Me encuentro con Margot y papá fuera de la carpa. Margot está que salta de alegría con el premio en las manos. Antes de subir en el coche, veo algo que me revuelve el estómago y me da una arcada.

¿Qué hacen Chloe y Noah TAN juntos? ¿Intentan esconderse fuera de la carpa? ¿Por qué está dejando que Chloe le toque el brazo? Espera... Chloe se inclina, y Noah ni siquiera hace el amago de apartarse. ¿Por qué está dejando que lo bese?

No estoy segura de cómo suena un corazón roto, pero sí de cómo se siente.

Como si me apretaran el corazón y nunca fueran a dejar de hacerlo. Una agonía lenta que no cesa.

***

Esa noche pienso en hablar con Margot, ella tiene que saber más que yo de estos temas; pero está tan feliz con su primer puesto que no quiero quitarla esa felicidad por pensar en mis problemas. Google no da muchas soluciones cuando buscas "Que hacer después a ver a tu novio con otra". No tengo ganas de hablar con Noah, y todavía no me entra en la cabeza que ha pasado en tan poco tiempo.

Mi corazón me pide bollería casera y películas. 

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