El entramado del misterio
Bueno, tras lograr sobrevivir al horror de los calabozos, habéis demostrado estar listos para entrar más en materia. Si habéis prestado atención os habréis dado cuenta de que solía hablar bastante por encima del tema, dándoos pautas pero sin hablar exactamente de como hacerlo. La escritura es algo que se debe practicar, pero hay ciertas cosas algo más complejas en las que quizás deberíamos profundizar. Una de esas múltiples cosas es como planear un misterio. "¿Por qué, son más difíciles de escribir que las otras?" No es que sean más difíciles, todo genero tiene su complicación. En fantasía y ciencia ficción crear el mundo, en las románticas esa maravillosa relación entre personajes, en terror esa atmósfera terrorífica que te mantiene en vilo y no te permite dormir. En las de misterio lo complicado es crear un misterio que no tenga ningún fallo, ni hueco ni incongruencia. Al más mínimo fallo, el lector se queda insatisfecho, pensando que podría haber pasado otra cosa.
Por eso, es hora de ayudaros a todos los escritores sin experiencia con ganas de hacer un misterio a poder crear uno sin tantos problemas. No se si os habrá pasado (no sé cuanto habéis escrito ni como), pero las historias se suelen idear imaginando el principio, trozos de en medio y a lo mejor el final. Hay gente muy planificada que idea toda la historia antes de escribirla, gente como yo que ideará la idea general y cosas sueltas o que es más de medio improvisar o directamente la escritura automática. Pero con esto no vale. Aquí no vale improvisar, todo debe estar perfectamente ideado. No pueden haber huecos. Por ello, esta vez vamos a hacerlo al revés.
Por supuesto cada uno tiene su método, pero este para el que no tiene o no sabe seguro que le viene genial. Puedes llamarlo La Rampa, ya que iremos de arriba abajo. No os riais, tú, el del fondo. Si tú, ya que te parece tan gracioso ven aquí. ¿Qué genero te gusta? "En realidad yo creía que esto es Recuperación de Lengua." Jean, que horror de secretaria. Bueno... "Perdido." Bien Perdido, ya que estás aquí serás el ejemplo. Imaginemos que la novela trata de como nuestro maravilloso detective descubre al asesino de nuestro infiltrado. "Un momento, ¿vas a matarme?" *se oyen algunas risas y uno coge un móvil* No llames a la policía lo haremos imaginariamente.
Bueno, lo primero son los tres pilares del misterio. El asesino, la oportunidad y el móvil. "¿Y el dónde?" Bien visto, aunque esas no son las preguntas que se resolverán a lo largo de la novela (o al final) ya que se lo damos al inicio del todo al lector. Pensémoslo bien. Digamos que yo soy el asesino para empezar por algo. Debemos decidir mi nombre y mi relación con él. "Eres su profesor." Vale y me llamo Risk. Le doy clases en la academia. Pasemos al móvil. ¿Qué razón tengo para matarlo? "Le odias." "Te ha visto haciendo algo horrible." "Te ha robado la comida." "Ha dicho una burrada y debe ir al tártaro." Vale, calma, calma. Digamos que si el muere a mi no me despiden ya que es incapaz de poner la denuncia que hará que no pudiera volver a trabajar de profesor. Ahora solo queda idear como lo hice. Arma, momento, lugar, oportunidad. Crear un gran escenario dónde sea el nuncio que pueda o que logró engañar a todos, creando unos personajes base vacíos para decorar.
Estos personajes vacíos los rellenaremos más tarde, con otras tramas que no llevan a ninguna parte, con la relación con el muerto y nombres. Quizá les hagamos sospechosos también quién sabe.
Con estas tres cosas hechas, tan solo resta dejar un enrevesado rastro de miguitas de pan que tan solo el detective y los lectores avispados puedan seguir, creando ya la historia de la resolución, con recuerdas del día del asesinato perfectamente calculado, haciendo ahora el camino inverso que hemos realizado al principio.
Espero que os haya sido útil y no muy lioso mis pequeños Doyle. Nos vemos en la próxima lección, hasta la vista.
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