Bien mis queridos alumnos. Os pedí que vinierais preparados para poder enseñaros las mazmorras de la academia. "Profe, ¿qué nos espera ahí abajo?" Algo que espero que no uséis a menos que sea en una parodia. "Esto no me gusta, yo no me apunte para esto." Tranquilos, tras esta puerta de hierro esta de lo que he venido a hablaros hoy. Los famosos y odiados, clichés.

Antes de empezar, definamos que es un cliché a nuestro querido compañero que vive bajo una piedra. "Pues es muy cómodo." Lo que tú digas. El caso es. Un cliché es un recurso o personaje que hemos usado un millón de veces y que todos sabemos de memoria. Es algo cansino que ya nadie quiere ver a menos que sea en una sátira. Bueno, con esto dicho, empecemos el reconocimiento.

Iremos celda por celda. Veremos que tal se os da reconocerlos. (En la celda de la izquierda una chica con un vestido y un abanico súplica ayuda tendida en una cama de sábanas blancas.) Empecemos por uno clásico, ¿alguien lo reconoce? "¡Es una dama en apuros!" ¡Premio! Es algo tan clásico que empezó en la Grecia antigua. Su mayor esplendor reside en la Edad Media y Renacimiento con los libros de caballería. Suele ser una princesa o simplemente una mujer de noble cuna. Débil, estúpida e indefensa; su único papel en la obra es ser el amor del protagonista y esperar en su reclutamiento pacientemente hasta que alguien la rescate.  Es exageradamente hermosa y por alguna razón que no entiendo usualmente rubia. Al igual que el resto de personajes cliché, es un personaje plano que solo sirve para iniciar la trama.  Es un personaje del que todos nos hemos cansado pero aun así usamos con alguna variante. "¿Variante?" Si, la hacemos parecer decidida y con autoestima, pero si el personaje no crece a nadie le interesa. Bien, pasemos al siguiente.

(Un hombre exageradamente guapo con una deslumbrante armadura trata de avistar algo en las paredes de la celda.) "Es un caballero andante." Bingo. Guapo, fuerte, noble, tonto del bote y tremendamente enamorado; es el protagonista de la novela. Su único objetivo es rescatar a la dama en apuros para casarse con ella. No parara de hablar de ella y de vencer a todo desafió que se le presente. Nació en la Edad Media en las novelas de caballería y como debéis de suponer, a nadie le gusta un ser perfecto y plano que no puede ser vencido.

Aquí en la celda de al lado tenemos una extraña variante muy usada en fantasía y ciencia ficción. Yo lo llamo el incrédulo. (un chico delgado y guapo vestido de campesino afila una espada con aire distraído.) También tiene otro nombre, ¿quién me lo dice? "El elegido." Exacto. Por alguna u otra razón a este pobre hombre que no a tocado un arma en su vida y tan solo sabe cultivar le ha tocado luchar contra el malo malísimo para impedir su horrible plan. Es tremendamente noble y puro y probablemente vaya acompañado de un grupo de compañeros que le ayude en tarea. Al final (o en los primeros dos capítulos) se convertirá en un gran luchador y obviamente lograra vencer al malvado tan solo con su fuerza de voluntad.  También puede que jamás llegue a saber manejar con gran habilidad un arma, pero siempre lograra vencer, eso os lo puedo asegurar. Ejemplos de esta variedad son Eragon y Frodo entre muchos otros.

Con estos tres clichés creo que vale por hoy. El próximo día veremos otros que espero que no uséis. "¿No puedo escribir el secuestro de una princesa o como un campesino salva a l mundo?" Claro que sí, pero hazme el favor de hacerlo realista, con sentido y no igual a los cien mil libros iguales.

Nos vemos en el próximo mis queridos tutelados. Y preparaos, por que en la celda de máxima seguridad, tengo un retrato del monstruo que asedia esta plataforma.