Capítulo 9
Después de dos días el momento llegó, Lucifer estaba bajando al lobby con su traje formal para dirigirse a la embajada del cielo en donde se vería con Sera, él no estaba muy contento con eso, no deseaba verla, no quería saber nada de ella pero era algo inevitable.
Charlie: Buenos días, papá. ¿Vas a desayunar con nosotros?
Lucifer: Hoy no podré, Charlie, tengo que ir a la embajada del cielo. Sera quiere verme.
Charlie: ¿Por qué?
Lucifer: No lo sé, tal vez sea porque el acuerdo que hicimos se ha roto, me pregunto qué tipo de castigo voy a recibir.
Charlie: ¿Castigo?
Lucifer: El acuerdo decía que Adam y los exorcistas solo podían matar pecadores, si ellos llegaban a matar a un ser que no tenía un alma humana o alguien de mi familia entonces el acuerdo se rompía. Pero también pusieron otra cláusula de que si yo me involucraba en el exterminio el acuerdo también se rompía y recibiría un castigo.
Charlie: ¿Puedo ir contigo?
Lucifer: No, esto solo tiene que ver conmigo.
Charlie: Pero si esto involucra el exterminio entonces yo también debo estar ahí.
Lucifer: No te preocupes, yo me encargaré de esto, encima no quiero que me veas enojado estando allá, no soporto a los ángeles, menos a Sera.
Charlie: Pero...
Lucifer: Tranquila, todo estará bien, lo prometo.
Enfrente de la puerta apareció un portal para que así Lucifer cruzara la puerta llegando a la entrada de la embajada, pero en eso escuchó a alguien quejarse atrás suyo por lo que al voltear se fija que Charlie había cruzado el portal antes de que se cerrara.
Lucifer: ¿Qué parte de que no vengas es lo que no entiendes?
Charlie: Necesito saber esto, también es mi responsabilidad, por favor.
Lucifer intentó decirle algo hasta que ve la expresión que estaba haciendo Charlie, la expresión de cachorrito triste, esa era su debilidad desde que ella era una niña.
Lucifer: Está bien, puedes venir.
Charlie: ¡Gracias!
Los dos Morningstar ingresaron al edificio para dirigirse a la única sala que había ahí, en ese lugar ya se encontraban Sera y Emily, otro ángel Seraphim como Lucifer.
Sera: Samael, hace mucho que no nos veíamos.
Charlie: ¿Samael?
Lucifer: Soy Lucifer Morningstar ahora, solo respondo a ese nombre.
Emily: Hola, Charlie.
Charlie: Emily, ¿cómo has estado?
Emily: Bien, aunque tengo una gran noticia que contarte.
Sera: Emily.
Emily: Lo siento.
Lucifer: ¿Ella es la joven Seraphim de la que me hablaste?
Charlie: Así es.
Lucifer: Mucho gusto Emily.
Emily: El gusto es mío, Lucifer, he oído hablar mucho de ti.
Lucifer: ¿Todo sobre mí?
Emily: No te preocupes, yo no te juzgo.
Sera: Muy bien, es hora de que iniciemos con esta reunión.
Tanto Lucifer como Charlie se sentaron para poder ver como en el centro de la mesa aparecía un holograma en el que se visualizaban imágenes de lo sucedido en el último exterminio.
Sera: Después de lo sucedido en el último exterminio tanto el cielo como el infierno sufrieron bajas similares, excepto que nosotros sufrimos una pérdida mayor.
Lucifer: ¿Te refieres a Adam?
Sera: Te guste o no él era quien comandaba el ejército de exorcistas y fue el primer ser humano en el Edén, eso representó una pérdida enorme para el cielo.
Charlie: Pero ese tipo se lo merecía, ¿no viste la actitud que tenía? Literal a cada rato se hacía llamar el Dickmaster.
Emily: Sí, igual a mi me daba asco.
Lucifer: ¿Qué es lo que deseas, Sera? Porque dudo que me pidieras venir solo para esto.
Sera: Necesitamos dejar en claro la situación en la que nos encontramos ahora.
Lucifer: Es fácil, tú perdiste a tu mejor guerrero del cielo y yo soy el mejor guerrero del infierno, creo que queda claro quién va ganando ahora.
Sera: Te involucraste en el exterminio, y eso ha hecho que queden en pausa hasta nuevo aviso.
Lucifer: Y Adam atacó a mi hija, intentó matar a mi hija. El acuerdo era que ustedes atacaran a nadie más que solo pecadores a cambio de que yo no me involucrara en sus asuntos.
Charlie: Papá...
Sera: ¿Qué es lo que deseas, Sa...Lucifer?
Lucifer: El fin de los exterminios.
Sera: No puedo hacer eso.
Lucifer: ¿No? Porque según yo recuerdo fuiste tú quien lo autorizó en primer lugar.
Sera: Me estás pidiendo que me deshaga de aquello que ha protegido el cielo desde hace siglos.
Lucifer: ¿Protegerlos de qué? Mi gente ni siquiera puede salir del primer anillo del infierno.
Sera: ¿Tu gente? ¿Consideras a los pecadores tu gente ahora?
Lucifer: Así es, porque aunque no lo creas hay gente ahí que desea ser mejor, y algunos que ya lo son pero prefieren seguir cargando con la culpa de lo que hicieron.
Esto hizo que Charlie sonriera, pudo ver que su padre en poco tiempo fue cambiando de opinión con respecto a los pecadores.
Sera: Está bien, pero tengo dos condiciones para que cumpla con mi parte.
Lucifer: ¿Y cuáles son?
Sera: La primera es que necesito que reúnas todo el material angelical que se encuentra en el infierno, el exterminio era nuestra única medida de seguridad contra el infierno, así que si ustedes se quedan con aquel material entonces no podremos estar seguros de si ustedes no nos atacarán.
A su mente llegó la imagen de Carmilla cuando estuvieron en su cita, sabía lo importante que era para ella su negocio, en especial para su familia.
Lucifer: ¿Y la segunda condición?
Sera: Necesito que cierres el hotel Hazbin.
Tanto Charlie como Emily gritaron de sorpresa y molestia por escuchar eso.
Charlie: ¿Mi hotel? ¿Por qué debería cerrar mi hotel?
Sera: Eso es porque hemos dictaminado que representa una amenaza para nosotros.
Emily: ¿Amenaza? Después de lo que sucedió, ¿crees que es una amenaza? Es la respuesta a lo que el cielo buscaba.
Lucifer: Sera, ¿podemos hablar en privado tu y yo?
Charlie: Pero papá...
Lucifer: Tranquila, cariño, todo estará bien.
Sera: Emily, retirate con la hija de Lucifer, y no digas nada.
Emily: Entendido.
Al final solo quedaron los dos Seraphim de más alto rango que ha habido en la existencia, Sera decidió mostrar su verdadera forma angelical mientras que Lucifer mostraba su versión demoníaca.
Sera: Has cambiado mucho.
Lucifer: Sera, dime la verdadera razón por la que quieres que cierre el hotel de mi hija, porque sé que me ocultas algo.
Sera: Bien, la razón por la que te pedí esto fue por él.
Con su magia mostró una imagen de Sir Pentius con una apariencia angelical.
Lucifer: Ese es el pecador que murió enfrentando a Adam, ¿qué significa esto?
Sera: Esta alma humana fue la primera en pasar del infierno al cielo, el primer pecador que asciende al cielo.
Intentó procesar lo que acababa de oír, lo que creyó imposible prácticamente se había vuelto posible, algo que creyó que nunca iba a pasar sucedió. Más que confundido estaba feliz, lo que él no pudo lograr su hija lo había hecho, su hija había cumplido su sueño sin siquiera saberlo.
Lucifer: ¿Quieres decir que el hotel Hazbin funciona? ¿El sueño de mi hija si es posible? ¡Esto es increíble!
Sera: Lucifer, no es increíble.
Lucifer: ¿Cómo no puede ser increíble? Solo mira esto, las almas pueden redimirse, esto es increíble.
Sera: Lucifer, si el cielo se entera que esto es posible entonces habrá una guerra, te guste o no las almas nobles detestan a los pecadores, los ángeles también lo hacen, nuestros hermanos...
Lucifer: Tus hermanos.
Sera: El punto es que esto provocará una sobrepoblación en el cielo, entonces habrá una guerra que también involucrará al infierno y aquellas almas que son nobles caerán en el mal volviendo al principio del problema, un ciclo sin fin. Lo que trato de decir es que si los pecadores pueden redimirse, entonces aquellos que hicieron el bien y están en el cielo pueden terminar en el infierno, y eso puede provocar un caos.
Lucifer: Sera, eso no puede comprobarse, es una teoría.
Sera: Necesito que entiendas esto.
Lucifer: No lo haré, no voy a cumplir ninguna de tus condiciones.
Sera: ¿Por qué?
Lucifer: ¡No romperé los sueños de la gente que me importa! ¡No soy tú!
Lucifer solo se quedó mirando hacia la pared para intentar relajarse, Sera por su parte con solo escuchar ese comentario recordó cómo era la vida con él antes de que cayera al infierno.
Sera: Samael...
Lucifer: ¡No soy Samael! Soy Lucifer Morningstar, rey del infierno y pecado del orgullo, y te dejaré esto muy claro, Sera. Si tu y tu gente, incluso si un maldito exorcista baja a mis dominios y se atreve a asesinar a mi gente entonces te declararé la guerra, una guerra que tanto tu y yo sabemos arrasará con nuestros hogares y con la tierra.
Después de decir eso Lucifer regresó a su forma normal para salir por la puerta y ver a Charlie conversar con Emily.
Lucifer: Charlie, nos vamos.
Charlie: ¿Qué sucedió?
Lucifer: ¡Dije que nos vamos!
Con ver la expresión de su padre se apresuró a seguir sin antes despedirse de Emily, esta última fue a ver a Sera que tenía una expresión decaída.
Emily: ¿Qué sucedió?
Sera: Es hora de irnos.
Mientras ellas se retiraban del infierno, Lucifer junto a Charlie salían de la embajada para que en un instante Lucifer en su forma demoníaca destruyera todo el lugar por completo asustando a su hija. Viendo toda la destrucción que había causado regresó a su forma normal para abrir un portal y así ambos regresaran al hotel.
Lucifer: Se atreve a pedirme eso después de todo, nunca le importo eso, solo le importaba mantener su estatus y...
Charlie: Papá, ¿Qué fue lo que pasó?
Lucifer: Nada, solo que no acepté ninguna de las condiciones de Sera.
Charlie: ¿Entonces el hotel...?
Lucifer: El hotel estará bien, todo estará bien. Por ahora no sé si mi actitud va a provocar algo en el cielo, pero tenemos que estar preparados por si deciden actuar primero.
Intentó tranquilizarse y se enfocó en su hija para decirle lo que la emocionaría.
Lucifer: Charlie, tu hotel funciona.
Charlie: ¿Qué?
Lucifer: Sera me dijo que la razón por la que quería cerrar el hotel era porque funciona.
Charlie: ¿Pero a qué te refieres?
Lucifer: Sir Pentius está en el cielo, él se volvió la primera alma que se redimió.
Charlie: ¿Sir Pentius? ¿Él sigue vivo? ¿Él está en el cielo?
De solo imaginar al pecador redimido le hizo saltar de la emoción.
Charlie: ¿Estás seguro?
Lucifer: Lo estoy.
Charlie: Entonces funciona.
Lucifer: Sí.
Charlie: ¡Funciona, el hotel funciona! ¡Esto es increíble!
Lucifer: Lo es, por eso necesito que esta noticia no salga a la luz, si todo el infierno se entera de esto entonces todo se volverá un caos.
Charlie: ¿Por qué? Esto es una buena noticia para ellos.
Lucifer: Para algunos no, Charlie, pero eso no importa. Estoy muy orgulloso de ti, cariño.
Charlie: ¿En serio?
Lucifer: Por supuesto que sí, luchaste por tu sueño sin importar lo que la gente decía de ti, y sé que al comienzo yo tampoco creía en ello. Pero me alegró de haberme equivocado, eres mi más grande orgullo, Charlie, y eso nadie va a cambiarlo.
Lucifer decidió abrazar a su hija como una muestra del amor que le tenía y que tan orgulloso estaba por ver el sueño de su hija hacerse realidad, algo que no pudo hacer él con el suyo, por estar abrazándola no pudo darse cuenta de las lágrimas de felicidad que recorrían las mejillas de Charlie.
Lucifer: Y por eso no dejaré que te pase lo mismo que me pasó a mí, nunca.
Charlie: Gracias papá, eso significa mucho para mí.
Lucifer: Te quiero hija.
Charlie: Y yo te quiero a ti.
Lucifer: Ve al hotel, necesito ir a hablar con alguien sobre esto.
Charlie: Está bien, esto hay que celebrarlo, le diré a Vaggie.
Mientras veía a su hija irse Lucifer abrió un portal para llegar a la residencia de Carmilla, ella estaba en pleno entrenamiento con sus armas cuando lo ve por lo que se dirige hacia él.
Carmilla: ¿Qué haces aquí?
Lucifer: Tuve un mal día hoy y necesitaba hablar con alguien.
Su mirada se puso en las armas angelicales que tenía en sus manos.
Lucifer: Y tiene que ver un poco con eso.
Carmilla: Entonces vayamos a mi oficina, pero primero déjame tomar un baño, estoy algo sudada.
Lucifer: Entendido.
Los asistentes lo guiaron hasta su oficina, Lucifer solo se dispuso a sentarse mientras esperaba a Carmilla.
Lucifer: Debí haber traído un regalo.
Luego de una hora Carmilla ya había tomado un baño y estaba con ropa más decente por lo que ingresó a su oficina, pero solo vio a Lucifer durmiendo en su asiento.
Carmilla: Lo hice esperar mucho.
Pudo fijarse en sus dientes filosos recordando la noche que pasaron juntos, en especial las mordidas que le había provocado a él en todo su cuerpo, aunque no es como si él no hubiera hecho lo mismo.
Carmilla: Lucifer.
Lucifer: ¿Mmm? Lo siento, me dormí sin querer.
Carmilla: Está bien, ¿Y qué es lo que te trae tan desanimado? Porque hace tres días mostrabas corazones en tus ojos por lo que hicimos.
Lucifer: Bueno, hace poco tuve una reunión con el cielo acerca de los exterminios.
Carmilla: ¿Y qué te dijeron?
Lucifer: Por ahora los exterminios entrarán a una pausa indefinida, y Sera, la superior de los ángeles me dió dos condiciones para que le pudiéramos dar fin a eso.
Carmilla: ¿Y cuáles eran?
Lucifer: La primera condición era que le entregara todas las armas angelicales del infierno.
Carmilla: ¡¿Qué?!
Lucifer: Déjame hablar primero y después puedes gritarme todo lo que quieras.
Carmilla: ¿Y la segunda condición?
Lucifer: Que mi hija cerrara su hotel.
Carmilla: ¿El hotel? ¿Cómo puede el hotel ser algo tan amenazante para ellos?
Lucifer: Eso ya es algo privado, así que...
Carmilla: ¿Acaso redimir a los pecadores es posible?
Lucifer: ¿Por qué crees eso?
Carmilla: Porque esa sería la única razón de que quieran eso, literalmente eso fue lo que provocó que el exterminio se adelantara seis meses.
Lucifer: Eso es cierto.
Carmilla: Bien, no me enfocaré en eso, ¿Qué fue lo que dijiste?
Lucifer: Obviamente me negué a cumplir con las dos condiciones, eso pone en peligro tanto a mi familia como al infierno.
Carmilla: Pero no aceptar las condiciones también lo hace.
Lucifer: Sí, en especial porque destruí la embajada del cielo.
Carmilla: ¿En serio te enfadaste tanto?
Lucifer: Sí, ella me pidió que hiciera lo mismo que me hizo a mí, destruir los sueños de alguien querido.
Carmilla se acercó sólo para sentarse en su regazo y así verlo a los ojos.
Carmilla: Lo hiciste por tu hija, eso está bien.
Lucifer: Aunque también lo hice por ti, porque sé lo importante que es este negocio para ti.
Cómo forma de agradecimiento recibió un beso en los labios calmando sus preocupaciones que tenía.
Carmilla: Gracias.
Lucifer: No hay de qué.
Carmilla: ¿Y qué debemos hacer ahora?
Lucifer: Prepararnos para un posible ataque, eso significa que tendrás que preparar más armas por si acaso.
Carmilla: Eso no será ningún problema.
Lucifer: ¿Te gustaría ir a comer? Yo invito.
Carmilla: Acepto con gusto, y tal vez podamos hacer algo más que comer.
Lucifer: ¿Beber té?
Carmilla: ¿Cómo es que eres el rey del infierno cuando eres inocente en muchos sentidos?
Lucifer: No sé, así son las cosas.
Fin del Capítulo 9.
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