Capítulo 37
Era otra tranquila mañana en el infierno, ya había pasado una semana desde que Lucifer y Carmilla volvieron de su luna de miel para ahora prepararse para el nacimiento de su hija, en esa habitación que estaba siendo iluminada por la luz del amanecer en el séptimo anillo se encontraba Lucifer durmiendo plácidamente aunque no era necesario para él hacerlo. Con toda la presión que tenía sobre sus hombros sentía que debía descansar más seguido para que eso no lo terminara afectando mentalmente, estaba tranquilo en su sueño que no se percató de cuatro personas que entraron a su habitación con un enorme pastel.
Carmilla estaba despierta a su lado esperando el momento de la sorpresa, porque si de por sí la revelación de la propuesta de Charlie a Vaggie lo hizo llorar de la emoción, ahora se sentiría especial por lo que iba a suceder.
- ¡Feliz día del padre!
El grito de sus hijas lo hicieron levantarse rápido de la cama para verlas con sus pijamas y el enorme pastel que tenían en sus manos.
Lucifer: ¿Qué está pasando aquí?
Charlie: Bueno, hoy es el día del padre.
Clara: Y decidimos iniciar el día de esta manera para ti.
Lucifer: ¿Con un ataque al corazón?
Carmilla: No exageres.
Lucifer: Estaba teniendo un lindo sueño.
Charlie: ¿Sobre patos de goma?
Lucifer: ¿Y cuál es su plan que tienen para el día de hoy?
Emily: Hoy nos enfocaremos solo en tí, esta es la única celebración que podemos darte debido a que no sabemos tu fecha de nacimiento.
Lucifer: Yo nací desde antes de que se creara el cielo, así que no tengo cumpleaños.
Odette: Lo primero que haremos será prepararte el desayuno, estuvimos practicando el día de ayer.
Lucifer: ¿Osea que el olor a quemado era...?
Charlie: Sí, tu desayuno, vayamos antes de que se enfríe.
Los dos adultos se quedaron solos en la habitación, Carmilla se dio cuenta de la mirada preocupada que tenía Lucifer.
Carmilla: ¿Sucede algo?
Lucifer: ¿Y si vamos a comer a un restaurante?
Carmilla: ¿Y romperles el corazón a tus hijas?
Lucifer: ¡Carajo!
Carmilla: Tranquilo, hoy es tu día, así que no te preocupes.
Con un beso en la mejilla se alejó de él para dirigirse al comedor, Lucifer sentía un poco de miedo debido a lo que iba a comer, pero en el fondo se sentía feliz de que alguien le estuviera celebrando esa costumbre humana, no lo había hecho desde hace casi una década. Se dirigió al comedor para ver como todas se encontraban ahí, incluída Vaggie, la mesa ya estaba lista, solo lo estaban esperando a él para comenzar a comer, al sentarse vio como su desayuno se trataba de unos pancakes en forma de pato con miel de maple como si se tratara de un río.
Lucifer: Que lindo.
Charlie: Falta lo mejor.
Tomó una manzana para comenzar a cortarla creando un pequeño sombrero y colocarlo en su plato dejando ver a quién se refería.
Lucifer: ¿En serio?
Emily: Como a ti te gustan mucho los patos pues creímos que sería un lindo detalle, hasta ahora lo entendí.
Carmilla: Muy bien, familia, comencemos a comer.
Mientras desayunaban Lucifer se alegraba de ver que estaban comiendo como una familia feliz, y esa familia se estaba volviendo más grande con lo que sucedía a cada momento, la bebé a punto de nacer, el compromiso de su hija con Vaggie, todo esto lo alegraba. Por fin estaba teniendo la familia que deseaba tener, antes comía solo en su habitación sin que alguien deseara saber algo de él, y ahora estaba desayunando junto a toda su familia, ya no estaba solo y no lo volvería a estar.
Lo primero que hicieron sus hijas fue llevarlo a Lu Lu World para que pudiera disfrutar de todos los juegos y atracciones que había en ese lugar. El primer juego al que se subieron fue a la rueda de la fortuna de huesos, una de las atracciones más tranquilas del parque. Lucifer se encontraba junto a Charlie, quien también estaba emocionada por estar en ese lugar. El rey del infierno sentía que ese regalo era más para ellas que para él, y estaba completamente de acuerdo con eso. No le importaba lo físico, lo único que deseaba era ver a sus hijas felices.
Lucifer: Así que al final decidiste comprometerte.
Charlie: Sí, aunque siento algo de miedo. ¿Eso es normal?
Lucifer: Por supuesto que lo es. Es normal sentirse nervioso cuando tomas una decisión tan importante. No sabes lo que depara el futuro, y eso puede dar miedo.
Charlie: Tal vez me apresuré con esto.
Lucifer: No, no lo hiciste. Esa es la belleza de la vida. Tomaste una decisión importante para tu futuro, y lo hiciste con valentía y seguridad, ¿verdad?
Charlie: Sí, en serio la amo, y con todo esto de la guerra, tengo mucho miedo de lo que pueda suceder.
Lucifer: Yo también. No quise esta guerra, pero tuve que tomar esa decisión para evitar que las cosas empeoraran. Lucharé en esta guerra, incluso si eso significa enfrentarme a mis propios hermanos.
Charlie: Lo mismo me dijo Vaggie. Si tú hubieras muerto, yo también habría ido a la guerra. La ira me habría cegado. En serio soy tu hija.
Lucifer: ¿Y lo dudabas?
La acarició en la cabeza, y Charlie se sintió reconfortada.
Lucifer: Charlie, hija mía, tal vez no tuvimos la mejor relación que un padre e hija pudieron haber tenido, y me odio por eso. Pero como te prometí, ahora estoy aquí para ti. Luchaste por tus sueños, y sé que esta nueva vida que tendrás será fácil para ti. Eres fuerte. Vas a dominar este mundo como si nada.
Charlie se acercó más a su padre y lo abrazó, ocultando su rostro en su hombro.
Lucifer: Incluso si muero, sabré que mi hija logró hacer lo que yo no pude. Cumpliste tus sueños, y estoy muy orgulloso de ti. Muchos dicen que eres igual a mí, pero no es cierto. Eres mejor que yo. Eres lo mejor que este infierno pudo haber tenido, al igual que lo mejor que yo pude haber tenido en este lugar. Sé feliz con tu vida, con tu novia, contigo misma.
Charlie: ¿Alguna vez llegué a decepcionarte?
Lucifer: ¿No me oíste? Cada cosa que haces me enorgullece. Nunca me decepcionarás. Para mí, tú eres perfecta.
Lucifer se dio cuenta de que el abrazo se hizo más fuerte, sintiendo cómo Charlie lloraba en su hombro. Era un momento lleno de emociones, pero también de amor y conexión entre padre e hija.
Después de ese momento con su hija, se unieron a las demás para ir a otro lugar que le resultara interesante. Terminaron en una heladería a la que Lucifer solía ir con Carmilla cuando necesitaban relajarse después de todo el caos de la boda. A su alrededor, todos los demonios y pecadores disfrutaban del día como si fuera cualquier otro en ese lugar. Emily estaba saboreando su helado sola, esperando a que las demás terminaran de elegir los suyos, así que él se acercó a ella.
Lucifer: ¿Estás disfrutando, cariño?
Emily: Sí, me encanta el helado de este lugar. Es tan dulce y combina perfectamente con el cálido ambiente del infierno.
Lucifer: Entiendo.
Emily: ¿Y tú? ¿Estás disfrutando?
Lucifer: Por supuesto, ¿cómo no disfrutar si estoy con mis hijas favoritas?
Emily: ¿Puedo decirte algo? Nunca imaginé tener una vida como esta.
Lucifer: ¿Una vida en el infierno?
Emily: Sí, y más que eso. Nunca imaginé tener una familia como esta. Mis padres son los reyes del infierno, tengo hermanas y pronto tendré una nueva. Aunque a veces extraño mi vida en el cielo, las cosas eran más sencillas allí.
Lucifer: Lo sé, yo también solía extrañar mi vida en el cielo. Pero luego solo recuerdo los malos momentos que tuve allí y los comparo con la vida que tengo aquí. Este castigo resultó siendo un regalo para mí.
Emily: ¿Entonces, mi destierro también podría ser considerado un regalo?
Lucifer: Si así lo deseas. Solo mira las cosas que has logrado en este lugar. Tienes una familia, has hecho más cosas aquí que en el cielo.
Emily: Sera solía prohibirme muchas cosas, como aprender sobre el nacimiento de los bebés, las citas e incluso asistir a las reuniones con los demás superiores. Aquí soy libre, puedo hacer lo que quiera, aprender a pelear, a insultar.
Lucifer: Pero eso no significa que no debas tener cuidado. Aunque seas libre aquí, también te conviertes en un objetivo para aquellos que quieren algo de mí.
Emily: Lo sé, lo aprendí aquella vez.
Lucifer: Estoy orgulloso de ti.
Emily: ¿En serio?
Lucifer: Por supuesto. En menos de un año, te has adaptado a este ambiente mejor de lo que yo lo hice cuando llegué aquí por primera vez. Eres increíble y lograrás hacer más cosas aquí que te harán sentir orgullosa de lo que has logrado, al igual que yo.
Emily: ¿Incluso si no soy tu hija biológica?
Lucifer: Como dice un viejo dicho de la Tierra, un padre no es solo el que engendra, sino el que cría. Te he considerado mi hija desde que llegaste aquí, y nunca me arrepentiré de haberte acogido como tal. Te quiero, Emily. Realmente me haces sentir orgulloso como padre al ver lo lejos que has llegado.
Emily se acercó de inmediato para abrazarlo, y Lucifer respondió al abrazo con cariño.
Emily: Yo también te quiero, papá.
Después de disfrutar de su helado, decidieron dirigirse al centro comercial. El lugar estaba lleno de demonios que celebraban esa tradición humana con sus familias, formadas allí. Incluso había pecadores que se habían reunido con sus padres, y viceversa. Odette llevó a Lucifer a una tienda de instrumentos musicales.
Lucifer: ¿Y qué estamos haciendo aquí?
Odette: Me enteré de que te gusta tocar instrumentos, así que decidí regalarte uno. Pero no estaba segura de cuál prefieres.
Lucifer: Entiendo. Me gusta mucho la música polka, así que toco el violín y el acordeón.
Odette comenzó a buscar junto a su nuevo padre hasta que encontraron algo que llamó su atención: un saxofón rojo con detalles dorados. Odette se lo entregó a Lucifer.
Odette: ¿Qué te parece esto?
Lucifer: Es un modelo hermoso, me gusta.
Odette: Entonces será este.
Lucifer: No necesitas regalarme nada. Para mí, pasar tiempo juntos es suficiente.
Odette: Pero hoy es un día especial para ti, y es la primera vez que celebro esto con alguien.
Lucifer: ¿De verdad?
Odette: Sí. Ese hombre no estuvo gran parte de mi vida, y cuando finalmente apareció, me quitó a mi madre. Nunca celebré esto con nadie, y ese hombre no merece una celebración.
Lucifer: Y quieres que este día sea perfecto.
Odette: Sí. Ahora tú eres mi papá, y no quiero arruinar esta nueva relación entre nosotros. No tengo experiencia en hablar con un padre, ni en saber qué regalarle. Ni siquiera mis hermanas saben.
Lucifer: Sí, me di cuenta desde que empezaron a llevarme a lugares que son más para ustedes.
Odette: Lo siento por eso.
Lucifer: No te preocupes. Para ser honesto, me hace feliz. Me agrada saber que se esfuerzan por mí cuando nadie lo hizo antes.
Odette: Eso es bueno de escuchar, pero me refería a la parte de que estás feliz, no a lo otro.
Lucifer: Sí, lo sé.
Se acercó a ella para acariciar su cabello y luego tomó el saxofón.
Lucifer: Eres muy considerada, aunque ni siquiera deberías estar aquí. Tú y tu hermana merecían estar en el cielo, en un lugar mejor que este.
Odette: Pero si eso hubiera sucedido, nunca habríamos vuelto a ver a nuestra madre. Y dudo que nada de esto hubiera pasado.
Lucifer: Sí, tal vez sea egoísta de mi parte decirlo, pero me alegra que eso no haya sucedido. De lo contrario, no tendría una hija tan maravillosa como tú. Quizás no sea tu padre biológico, pero te habría mimado tanto como a tu hermana.
Odette: ¿En serio?
Lucifer: Por supuesto. Hago lo mismo con Charlie cuando me pone esos ojos de perro triste, y a veces con Emily.
Con el saxofón en sus manos, decidió pagarlo y luego salieron juntos de la tienda.
Lucifer: Mi deber como padre es cuidar de todas ustedes. No tienes que hacer este tipo de cosas por mí. Con solo verte, entiendo por qué tu madre está orgullosa de ustedes, y eso también me llena de orgullo. Puede que no sea el padre del año, y probablemente tampoco el padre perfecto para ustedes, pero si necesitas ayuda o un consejo, estaré aquí para ti.
Odette: A veces me culpo a mí misma. Si no hubiéramos nacido, nuestra madre...
Lucifer: Hey, no pienses en lo que podría haber sido. Piensa en lo que está por venir para ti. Sé que la vida no ha sido amable contigo ni con tu hermana, pero ahora pueden ser felices con esta nueva familia. Para tu madre, ustedes representan su mundo, al igual que tus hermanas. Y lo mismo para mí. Literalmente, maté a ese maldito soberano por secuestrar a Emily y por todo el daño que te hicieron. Te aseguro que haré de este lugar un lugar mejor para ustedes y para tu hermana, que está por nacer.
Odette se acercó a él y lo abrazó, y él correspondió al abrazo mientras caminaban hacia donde estaban las demás, que acababan de hacer algunas compras.
Y el tiempo pasó en el centro comercial, como si el día hubiera durado solo unos minutos para ellos. Al final, Lucifer estaba sentado en una banca, exhausto por todas las cosas que habían hecho, mientras veía cómo sus hijas seguían planeando más actividades. En ese momento, Clara se acercó a él para ver cómo se encontraba.
Clara: ¿Ya estás cansado?
Lucifer: Algo así. Me estresa estar en un lugar con tanta gente. Tantos años de soledad te hacen sentir así.
Clara: Estábamos planeando ir a un restaurante para cerrar el día. ¿Qué te parece?
Lucifer: Suena bien. Vayamos entonces.
Mientras caminaban hacia el restaurante, Lucifer se quedó caminando al lado de Clara para ver cómo estaba. Sentía que había tenido su momento con cada una de sus hijas y ahora le tocaba con ella.
Lucifer: ¿Cómo has estado últimamente?
Clara: Bien. Todo ha estado tranquilo. Una guerra está por comenzar, tendré una nueva hermana mientras que otra se va a casar.
Lucifer: Así que no todo está bien.
Clara: Más o menos. Estoy feliz con la vida que tengo ahora mismo. Comparada con la que tenía en la tierra, puedo decir con total seguridad que fue bueno terminar aquí. Literalmente, mi madre se casó con el rey del infierno. Eso es algo que nadie pensó que sucedería en su vida.
Lucifer: ¿Y no tienes ningún problema con eso?
Clara: No sabría decirte. A veces siento que soy la solterona de la familia.
Lucifer: ¿Y qué te hace pensar eso?
Clara: Tú estás con mi madre, Charlie se casará con Vaggie, creo que hay algo entre Odette y Emily, soy la única que no tiene pareja y no quiero que mi hermanita me conozca solo por eso.
Lucifer: No te apresures. Llegará la persona adecuada para ti, solo que aún no es el momento.
Clara: ¿Tú crees?
Lucifer: Por supuesto. Solo mírame a mí. Estuve solo durante mucho tiempo, y al final llegó tu madre para sacarme de esa soledad. Conocerás a alguien que te ame tanto como tú lo harás por esa persona. No te sientas presionada solo porque los demás ya tengan a alguien, porque podrías terminar con la persona equivocada, y eso es lo último que deseo para ti.
Clara: ¿Entonces debería disfrutar de mi soltería por ahora?
Lucifer: Podría decirse que sí.
Clara: ¿Y si al final no llega nadie?
Lucifer: ¿Quién no podría quererte? Eres hermosa, inteligente, valiente, y ahora eres la hija del rey del infierno. Vas a encontrar a alguien que te ame. Tienes toda la eternidad para hacerlo.
Clara: Es extraño recibir consejos de un padre, así que debo acostumbrarme un poco.
Lucifer: Tenemos toda la eternidad para unirnos más. Me alegra que ahora seamos familia. Recuerdo que, al principio, tú solías alejarte un poco de mí cuando comencé a salir con tu madre.
Clara: Fue por miedo a no saber qué pasaría después. Recordaba toda la tragedia que sufrió mi madre y me preocupaba cómo se sentiría si esa relación no funcionaba. Pero míranos ahora. Te casaste con mi madre, ahora somos padre e hija, y hay una hermanita en camino. Me alegra que todo haya salido bien para ustedes dos.
Lucifer: Gracias, cariño. Me alegra que ahora seas mi hija. Tenemos mucho por hacer y estoy seguro de que muchas de esas cosas me harán sentir orgulloso de ti.
Al final, Clara lo abrazó y siguieron su camino hasta llegar al restaurante.
En el restaurante, la cena transcurrió en un ambiente animado y cálido. Lucifer se sentía agradecido por tener a su familia reunida a su alrededor, compartían risas y conversaciones mientras disfrutaban de la comida.
Para Lucifer, cada momento con ellas era especial. Observaba a cada una de sus hijas con amor y orgullo, sintiendo una profunda gratitud por tenerlas en su vida. Se maravillaba de lo lejos que habían llegado y de las personas en las que se estaban convirtiendo.
Ver a Charlie, su primogénita ahora comprometida con Vaggie, le llenaba de alegría y satisfacción. Emily, con su espíritu inocente a la vez que valiente, le recordaba cuánto había crecido desde que llegó al infierno. Clara, su hijastra con la que antes no tenía ningún acercamiento, ahora se abría paso en su vida con pasión y entusiasmo. Y Odette, que parecía ser la determinada con respecto a esa nueva relación paternal, le mostraba la fortaleza y la madurez que había desarrollado desde que lo sucedido aquél día y en como se volvieron familia.
Cada risa, cada abrazo, cada mirada compartida, eran tesoros para Lucifer. Sentía una profunda conexión con cada una de ellas, y en ese momento, en medio de la cena en el restaurante, se dio cuenta de lo afortunado que era de tener esa hermosa familia a su lado. Era un sentimiento abrumador de amor y gratitud que lo llenaba por completo.
Mientras la mayoría se había ido al baño para prepararse para la cena, Lucifer quedó solo con Vaggie, quien seguía sin saber cómo hacer que esos momentos no se sintieran incómodos para ella.
Lucifer: Así que al final decidiste casarte con Charlie.
Vaggie: Sí, así es.
Lucifer: ¿Y cómo te sientes al respecto?
Vaggie: Me siento feliz, pero también nerviosa. Feliz porque me casaré con la mujer que amo, pero nerviosa porque no sé cómo lidiar con todas estas nuevas experiencias. Casi toda mi vida estuvo enfocada en pelear y defender el cielo. Luego conocí a Charlie, y eso cambió todo para mí. Quiero que todo salga bien.
Lucifer: No tienes por qué tener miedo. Para ti, este tipo de cosas son nuevas, al igual que para Charlie, quien también me dijo hace un momento que está nerviosa. Están dando un paso muy importante en sus vidas. El matrimonio no es una broma, y te lo digo yo, que apenas me casé por segunda vez.
Vaggie: Creí que estaría un poco dudoso con respecto a esto.
Lucifer: ¿Por qué? ¿Por el hecho de que fuiste una exorcista y le mentiste a Charlie durante años?
Vaggie: Algo así.
Lucifer: El pasado ya quedó atrás. Eres perfecta para Charlie. Ella te ama tal como eres, al igual que yo. Te considero como una hija más para mí, y quiero que sepas que estoy realmente feliz por ustedes. Lo digo de corazón.
Vaggie: ¿Me ve como una hija?
Lucifer: Por supuesto que sí. Al igual que Carmilla, quien te considera así desde aquel enfrentamiento que tuvieron. No te culpo por las cosas que has hecho. No tenías otra opción, especialmente con Adam como tu superior. Ahora que eso quedó en el pasado, eres libre de toda esa carga. No te sientas culpable.
Vaggie: ¿Cree que ganaremos esta guerra? Esa es una de las razones por las que Charlie y yo decidimos comprometernos ahora.
Lucifer: Esa es una pregunta difícil de contestar. Ni siquiera yo sé si ganaremos. Pero debemos darlo todo para tener la oportunidad de triunfar. Haré de este lugar un hogar mejor para ustedes. Haré que todas esas muertes de los exorcismos pasados no hayan sido en vano.
Vaggie: Me gustaría participar en esa guerra y estar al frente.
Lucifer: Claro que no. ¿En serio esperas que te envíe a ti, mi nuera, a la guerra?
Vaggie: Tengo experiencia en combate y sé qué tácticas usar contra los exorcistas. Además, tengo cuentas pendientes con Lute.
Lucifer: Vaggie, no lo haré. ¿Qué tal si terminas muerta? No permitiré que te arriesgues de esa manera. Ya estoy arriesgando todo el infierno con esta guerra.
Vaggie: Por favor, necesito estar allí. Considero que es una forma de expiar las cosas malas que he hecho.
Lucifer: Ya estás ayudando en el hotel, donde los pecadores pueden redimirse. Eso es suficiente.
Vaggie: Por favor, no me alejaré de usted en ningún momento, así estará al tanto de mí.
Sin saber cómo responder a esa propuesta, Lucifer se quedó mirando el menú, intentando encontrar una respuesta. No quería arriesgar a su familia más de lo que ya estaban. Sentía la presión en su pecho por esta difícil decisión. Volvió la mirada hacia el techo, intentando aclarar su mente.
Lucifer: Está bien, pero no te alejarás de mí en ningún momento.
Vaggie: No lo haré, señor.
Lucifer: Bien, Charlie me matará cuando se entere de esto.
Vaggie: Yo se lo diré, pero en su momento.
Lucifer: Está bien. Y deja de llamarme "señor". Ahora somos familia. Llámame Lucifer o papá.
Vaggie: Todavía no sé qué decir al respecto.
Lucifer: Mira, yo tenía razón cuando te dije que te casarías con Charlie dentro de un año. Así que me gané el derecho a que me llames así.
Vaggie: Pero...
Lucifer: Por favor.
Al ver los ojos suplicantes de su suegro, Vaggie recordó cómo solía comportarse Charlie cuando quería algo.
Vaggie: Está bien, papá.
Lucifer: Genial, gracias, hija.
Luego de que las demás regresaran, continuaron con la cena llena de risas, conversaciones y momentos emotivos. Concluyeron el día regresando a casa para disfrutar de una película juntos. Se acomodaron en la sala, con cojines y mantas, listos para pasar un rato relajado y tranquilo.
Lucifer, rodeado por sus hijas y su nuera, disfrutaba del ambiente cálido y acogedor que se había creado. Durante la película, las risas y los comentarios se mezclaban, creando un ambiente de completa armonía. La película terminó, pero el cansancio acumulado del día comenzaba a hacer efecto.
Uno a uno, los miembros de la familia comenzaron a cabecear, hasta que finalmente todos quedaron dormidos en la sala. La luz tenue del televisor iluminaba la estancia, creando un ambiente cálido y hogareño.
Carmilla, que había decidido quedarse en casa para que Lucifer pudiera pasar tiempo con sus hijas, entró en la sala y los observó a todos dormidos. Una sonrisa tierna apareció en su rostro al verlos así, juntos y en paz.
Con cuidado, cubrió a cada uno con una manta, asegurándose de que estuvieran cómodos. Luego, se acercó a Lucifer y lo miró con ternura.
Carmilla: Te lo mereces, mi amor.
Le susurró antes de darle un suave beso en la frente. En ese momento, sintió una patada en su vientre, recordándole la pequeña vida que crecía dentro de ella.
Carmilla: Tranquila, bebé, pronto podrás conocer a tu padre y a tus hermanas, solo tienes que esperar un poco más.
Después de esos dulces momentos, se retiró silenciosamente de la sala, dejando a Lucifer y a su familia disfrutar de un momento de tranquilidad y unión.
Fin del Capítulo 37.
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Espero que les haya gustado, los mimaré un poco y les daré un capítulo doble esta vez.
Nos vemos después.
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