Capítulo 21
Después de aquél incidente tuvieron que pasar semanas para que todo se fuera tranquilizando y las cosas volvieran a como eran antes, en el infierno se hizo pública la noticia de la muerte de Valentino por las manos de Lucifer, dejando un mensaje a todos los pecadores y soberanos que no se involucraran con él o su familia.
El negocio de Valentino quedó en un estado crítico debido a la ausencia del soberano para tomar el mando, por lo que Vox no tuvo otra opción que desmantelar los estudios de filmación que tenía a la vez que debía eliminar el nombre de su compañero de la torre debido a su lamentable pérdida.
En el hospital Odette se fue recuperando poco a poco hasta que ella estuviera en un estado de buena salud para poder volver a su hogar junto a su hermana y madre, faltaban pocos días para que el hospital le diera de alta por que en ese tiempo recibía visitas de su familia al igual que de los Morningstar para ver cómo se encontraba.
Durante esas visitas Emily solía quedarse hasta tarde para poder estar con ella un poco más debido a que se sentía culpable por todo lo que había sucedido, aunque Odette no la culpaba por lo sucedido sino que a ella le alegraba que Emily estuviera bien después de lo sucedido.
Un día ella estaba sola en su habitación mirando una tablet con la que podía revisar las noticias de los días en los que estuvo hospitalizada, en eso alguien tocó la puerta por lo que solo le dio permiso a la persona que entrara resultando ser Lucifer.
Odette: ¿Señor Lucifer?
Lucifer: Hola, querida, ¿cómo te encuentras?
Odette: Bien, ya me siento mucho mejor que cuando llegué acá.
Lucifer: En serio lamento mucho lo que sucedió ese día, pero déjame decirte que los causantes de esto ya recibieron su castigo.
Odette: Sí, ya lo vi en las noticias.
Lucifer: Ya veo.
Los dos se quedaron callados un momento debido a que era la primera vez que estaban solos sin la presencia de Carmilla o de alguien más.
Lucifer: Me gustaría conocerte, han pasado como cuatro meses desde que salgo con tu madre y no he podido acercarme a ustedes, hasta Emily me ganó en eso.
Odette: Oh, ya veo, ¿y qué le gustaría saber de mí?
Lucifer: Lo que tu quieras contarme, cómo cuáles eran tus pasatiempos en el mundo humano, algún amor, lo que sea.
Odette: Bueno, no hay mucho que contar, después de que perdimos a nuestra madre quedamos solas, incluso nuestro padre nos había dejado y nunca supimos la razón hasta más tarde.
Lucifer: Desde tu punto de vista, ¿cómo era tu padre?
Odette: Un maldito.
Lucifer: Wow, eso fue directo.
Odette: Mi madre siempre mantuvo oculto todo lo que ese hombre le hacía, por eso cuando años después nos enteramos de lo que hizo entonces lo hicimos pagar.
Lucifer: ¿A qué te refieres?
Odette: Clara y yo descubrimos donde vivía por lo que tomamos acciones por nuestra propia mano.
Lucifer: Lo mataron.
Odette: Sí, esa es la razón por la que llegamos al infierno, creímos que estábamos solas en este lugar hasta que nos encontramos con nuestra madre
Lucifer: ¿Y cómo te sentiste al respecto?
Odette: Si le soy sincera no sentí nada, al principio solo queríamos matarlo por habernos quitado a la mujer que nos dio la vida y cuando por fin lo hicimos...nos sentimos vacías.
Lucifer: Bueno, eso es algo normal, le pasa a muchas personas.
Odette: Le guardé un gran odio a ese maldito por lo que hizo y al final cuando creí que iba a sentir felicidad, solo sentí decepción.
Lucifer: Ya veo.
Odette: Lo siento, de seguro no quería escuchar eso.
Lucifer: Está bien, eso es parte de tu vida, quiero conocerlas mejor. Tu madre me ayudó mucho y yo quiero hacer lo mismo por ella, por eso desde hace tiempo quise acercarme a ustedes, pero hasta tuve miedo de acercarme a mi propia hija por siete años.
Odette: Por eso mi madre nos decía que pasáramos más tiempo en el hotel con ella para conocerlo.
Lucifer: Así es, incluso tu y tu hermana pueden preguntarme cualquier cosa de mi vida para que nos conozcamos.
Odette: ¿A usted qué le gusta de mi madre?
Lucifer: ¿Y a qué viene esa pregunta?
Odette: Mi madre forma parte de su vida, así que quise preguntar.
Lucifer: Bueno, al principio tu madre me pareció una mujer extraordinaria que se ganó mi respeto, construir todo este territorio y la forma en que obtuvo su poder me parecen increíbles, pero lo que se fue ganando mi corazón fue el cariño que les tiene a ustedes, ella es una gran madre y pude encontrar a alguien que podía comprender mis problemas con respecto a Charlie. Siento que ella es lo que no pude ser como padre, ella es esa parte que me falta para poder ser alguien que deje de culparse por todo.
Odette: Ya veo, ¿y sí es amor lo que siente por mi madre?
Lucifer: Claro, y se lo he dejado muy en claro cada vez que nos vemos.
Odette: Eso es bueno, no me gustaría que mi madre pasara por lo mismo otra vez.
Lucifer: No te preocupes, solo quiero que tu madre sea feliz, tal y como yo lo soy cuando estoy con ella.
Odette todavía tenía sus dudas con respecto a las palabras del rey del infierno, debido a que en sí se trataba del rey del infierno y había escuchado las historias sobre él tanto en su vida humana como en su tiempo en el infierno, pero también sabía que su madre mostraba felicidad después de que lo había conocido.
Odette: Por favor, cuide bien a mi madre.
Lucifer: Lo haré, y si necesitas ayuda con algo yo estoy aquí, puedes hablarme cuando lo desees. Puedo ser tu amigo o como quieras verme.
Odette: Primero cásese con mi madre si quiere que lo vea como un padre.
Lucifer: Y siguen con eso.
Luego de esa conversación Lucifer decide salir de la habitación para ver como Carmilla estaba llegando con Clara, por lo que esta última se adelantó para entrar a la habitación.
Carmilla: ¿Qué haces aquí?
Lucifer: Solo vine a ver como se encontraba tu hija.
Carmilla: Ya veo.
Lucifer: ¿Podemos hablar tú y yo en privado?
Carmilla: No lo sé, por ahora quiero estar con mi hija un rato.
Lucifer: Solo será un momento, no tomará mucho.
Carmilla: Lucifer.
Lucifer: ¿Me vas a obligar a hacer esto?
Carmilla: ¿A qué te refieres?
Lucifer solo se acercó a ella para abrazarla mientras que un pequeño brillo dorado aparecía debajo de ellos.
Carmilla: No te atrevas.
Lucifer: Te lo dije.
Un portal se abrió debajo de ellos que los llevó a la habitación en la mansión de Lucifer por lo que la suelta.
Carmilla: ¿Qué demonios pasa contigo?
Lucifer: Te dije que necesitaba hablar contigo.
Carmilla: ¿Y era tan importante como para hacer esto?
Lucifer: Sí, porque quiero hablar sobre nuestra relación.
Carmilla: Entonces habla.
Lucifer: Fui con Rosie para hablar con ella y me contó todo, me contó tu vida.
Al escuchar esto Carmilla pudo sentir cómo su corazón se aceleraba por recordar eso.
Carmilla: ¿Todo?
Lucifer: Sí, sobre tu sueño, tu vida, tus hijas, y de él.
Carmilla: No puede ser, esto no está pasando.
Lucifer: Mira, yo no te juzgo, y ni siquiera debería hacerlo, solo mírame. Soy el rey del infierno y he hecho cosas peores.
Carmilla: ¿Por qué, Lucifer?
Lucifer: En primera solo quería que me diera consejos sobre como poder disculparme contigo, desde lo del picnic no te había visto y...sentí que lo había arruinado, que había arruinado esto por querer entrometerme.
Carmilla: Solo necesitaba mi tiempo para poder decírtelo, no es fácil.
Lucifer: Lo sé, y créeme que no te juzgo, lo que fuiste aquella vez no define cómo me siento por ti.
Carmilla: Pero deberías, solo mírame, me dejé llevar por un amor que al final no me llevó a nada. Por querer sentirme feliz tuve que hacer cosas que no debí haber hecho, me enamoré de un hombre que ni siquiera me amaba, solo me usó como un repuesto.
Lucifer: Sé que fue difícil todo lo que pasaste, pero todos tenemos un pasado del que queremos escapar y no podremos, solo tenemos que aceptarlo.
Carmilla: Para ti es fácil decirlo, no jugaron con tu corazón por bastantes años solo porque querías sentir amor en tu vida.
Lucifer: Pero mira lo que te trajo eso, tienes a Odette, tienes a Clara. Dos niñas maravillosas que te ayudaron a definir lo que eres ahora.
Carmilla: Y mira cómo terminaron, por mí llegaron al infierno solo porque tuvieron que hacer lo que yo no pude, se mancharon las sangres cuando era mi deber hacerlo.
Lucifer: Pero estarías sola aquí, y no serías lo que eres ahora.
Carmilla: No me importa eso, yo traje a mis hijas a este lugar y me he culpado por eso todos los días, por eso no quería que lo supieras. No quería que supieras lo que viví, lo tonta que fui por ilusionarme con un maldito que ni siquiera me amó, que yo marqué el destino de mis hijas al dejar que lo conocieran.
Lucifer: Y eso no cambia nada de lo que siento, ahora te conozco más y me alegra saber más de ti.
Carmilla: Solo dejemos de hablar de ese lado malo de mi vida
Lucifer: Y no es un lado malo, sino eso representa lo valiente que fuiste por muchos años por tus hijas, eres una madre increíble.
Carmilla: Lucifer, por favor.
Lucifer: Eres bella, eres fantástica, ¿por qué te sigue importando la forma en que yo tome eso? ¿Por qué te preocupa que eso haga que deje de amarte?
Carmilla: ¡Es porque te amo!
Ambos se quedaron observando dejando un silencio por toda la habitación, se podía escuchar el sonido del viento entrar por los pasillos de la enorme mansión que parecía abandonada.
Lucifer: Es la primera vez que me dices que me amas.
Carmilla: Lo sé.
Estando al borde de las lágrimas Carmilla se acercó a la cama para sentarse en el borde mientras trataba de no llorar.
Lucifer: ¿Quieres que te de tu espacio o...?
Carmilla: No.
Lucifer se acercó a ella para sentarse a su lado mientras la abrazaba, podía escuchar como la soberana había roto en llanto por ver lo que había hecho.
Carmilla: Lo siento, lo siento por habértelo dicho hasta ahora.
Lucifer: Está bien, no estabas lista, lo entiendo.
Carmilla: Tengo miedo, Lucifer, miedo de que esto solo sea algo temporal, miedo de tener que vivir lo mismo que pasé en la tierra.
Lucifer: Carmilla, yo te juro por mi vida que nada de eso sucederá, te amo y eso nada lo va a cambiar. Con solo ver lo que fuiste capaz de hacer por tus hijas solo hace que me enamore más de ti, y dudo que ese amor deje de crecer.
Sujetó sus manos sin importarle la diferencia de tamaño que tenían de las suyas, se acercó para darle un beso en el dorso de su mano para luego acercarse a su rostro y unirse a ella con un lento beso en sus labios. Carmilla lo sujetó de su rostro para mantenerlo cerca y así no separarse de él.
Lucifer: Te lo dije, eres bella, eres perfecta. Y sé la manera perfecta de demostrarte eso.
Con su mano detrás de su espalda empezó a usar su magia para crear algo que al final lo acercó a la mano de Carmilla.
Lucifer: Carmilla Carmine, ¿te casarías conmigo?
En un instante pudo ver como Lucifer le había colocado un anillo dorado en su dedo.
Carmilla: Eres un idiota.
Lucifer: Lo sé, pero con esto soy tu idiota...para siempre.
Carmilla: ¿En serio?
Lucifer: Parece apresurado, ¿no lo crees? Pero desde que iniciamos esto me doy cuenta de que mi vida mejoró, y mejoró bastante. Amo cada parte de ti, cada cosa que hiciste por tus hijas para mi fueron lo que te definió para volverte la soberana que eres ahora, por ti he hecho cosas que lastimosamente nunca hice con Lilith, y una de esas cosas fue expresar mi amor.
Carmilla: Esto es algo...muy importante, ¿en serio quieres casarte con una soberana? ¿Con una mujer que hizo cosas que tu odias?
Lucifer: Si no estuviera tan seguro no tendrías ese anillo en tu mano, ¿qué dices?
Se quedó viendo fijamente el anillo solo para soltar una pequeña risa.
Lucifer: ¿Sucede algo?
Carmilla: Nada, nunca esperé que me volvería a enamorar de alguien después de tantos años, y que esa persona fuera el rey del infierno.
Lucifer: Me estoy confundiendo, ¿es un sí o un no?
Carmilla: Depende, ¿juras demostrarme tu amor cada día que estemos juntos?
Lucifer: Lo juro, y también juro no mentirte nunca.
Carmilla: Al igual que yo, acepto.
Al final los dos volvieron a unirse en un beso en el que demostraba todo el amor que se tenían el uno al otro, ellos esperaban que ese momento durara para siempre, pero sabían que no iba a ser así y para ellos estaba bien, ahora tendrían una vida en la que podrían volver a realizar estos tipos de momentos juntos. Lentamente Lucifer recostó a Carmilla en la cama mientras que sus besos se trasladaban desde sus labios hasta su cuello, la pecadora podía sentir su corazón latir de forma apresurada por las emociones que sentía, la felicidad que tenía se mezclaba con la emoción que sentía.
Carmilla: Espera, tenemos que volver al hospital.
Lucifer: Tranquila, de seguro Charlie y Emily están con tus hijas. Además, te hice un juramento.
Se quitó la parte superior de su traje dejando ver su piel blanca al igual que dejaba ver sus alas ante ella.
Lucifer: Te juré que demostraría mi amor que te tengo cada momento que tendríamos juntos.
Carmilla: ¿La culpable soy yo?
Lucifer: Tal vez lo veas así ahora, pero después de esto pensarás lo contrario.
Se acercó a su cabello para deshacerse de esos cuernos dejando ver su hermoso y largo cabello como naturalmente era.
Lucifer: Te ves más hermosa así, me gustaría que lo dejaras así.
Sus manos se introdujeron debajo de la blusa de Carmilla hasta que llegó a su busto provocando que ahora aquella que es su prometida liberara un pequeño gemido que le pareció lindo, su cola se movía emocionada por el momento que la utilizó para cortar la parte frontal de su vestimenta. Carmilla no pudo hacer otra cosa que dejarse llevar por sus emociones que lo abrazó con sus piernas alrededor de la cadera de su amado impidiéndole salir.
Lucifer: Y tu querías que paráramos.
Carmilla: Cállate.
Lucifer: Lo haré, pero a mi manera.
Una vez que le quitara su blusa solo pudo admirar la bella piel grisácea que tenía para acercarse a sus pechos y recorrer su larga lengua por sus pezones provocando que Carmilla diera un pequeño salto por la sorpresa, quiso detenerlo pero la cola de Lucifer tomó ambas manos para dejarla inmóvil mientras que veía como su ahora prometido se mantenía ocupado para quedarse callado. El agarre que ella tenía con sus piernas se fue debilitando por lo excitada que estaba que no sabía qué hacer, no había mucha diferencia lo que hacían con lo que ya habían hecho antes, pero ahora ella estaba más nerviosa de lo habitual al ya poder ser sincera con sus sentimientos.
Lucifer: Dime, ¿quieres continuar o vamos al hospital?
Pudo ver como la expresión de Carmilla demostraba la lujuria que sentía ahora, su rostro brillaba con un profundo color rojo por el sonrojo que tenía mientras que en sus ojos se reflejaba el deseo de dejar que la tomara en ese preciso momento y todo dependía de su respuesta.
Carmilla: Te amo.
Lucifer: Y yo a ti.
Ese tenebroso silencio que envolvía a la mansión era reemplazado por los sonidos de lujuria que ambos no retenían, estaban solos y podían expresar todo el amor que sentían, ninguno quiso que el otro se detuviera. En ningún momento se detuvieron para tomar un descanso, aunque no fuera la primera vez que hicieran ese acto, los dos sabían que desde ese momento todo cambiaría para ellos, y sabían que cambiaría para bien.
A la mañana siguiente Lucifer estaba viendo como Carmilla seguía dormida mientras estaban cubiertos con una sábana, con su mano acarició su rostro para ver como abría sus ojos.
Carmilla: Por favor dime que no estuviste despierto toda la noche viéndome dormir.
Lucifer: Juré no mentirte, así que sí.
Carmilla se acomodó para volver a ver el anillo que tenía en sus manos.
Carmilla: ¿Qué sigue ahora?
Lucifer: Depende.
Carmilla: ¿De qué?
Lucifer: ¿Quieres que la boda sea en el hotel Hazbin o en tu edificio?
Carmilla: Conociéndote vas a rogarme que sea en el hotel.
Lucifer: Tal vez.
Carmilla: Pensar que el rey del infierno puede llegar a ser un tonto a veces es divertido.
Lucifer: Oye, eso es...
Fue callado por un beso para quedar debajo de ella mientras que la sábana los seguía cubriendo.
Carmilla: Pero pensar que ese tonto ahora es mi prometido me hace muy feliz.
Lucifer: Igual a mí.
Carmilla: ¿Y cómo le decimos esto a nuestras hijas?
Lucifer: Un problema a la vez.
Fin del Capítulo 21.
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