Capítulo 20
En el hospital central del anillo del orgullo, ahí se encontraba Carmilla junto a su hija Odette que mostraba heridas a lo largo de su cuerpo, su madre sentía bastante dolor al ver el estado delicado de su hija enfrente suyo, y junto a ese dolor también venía un profundo odio por saber quién fue el responsable de esto. En eso la puerta se abre para dejar ver a Lucifer que llegó con un portal, en eso ella se levanta para decirle todo pero solo recibió un abrazo.
Lucifer: ¿Cómo se encuentra tu hija?
Carmilla: Bien, está estable por ahora, Clara fue a la residencia por algo de ropa para quedarse acá.
Lucifer: ¿Y tú cómo te encuentras?
Carmilla: ¿Cómo me encuentro? Mi niña fue atacada, y Emily...
Lucifer: ¿Sabes qué pasó?
Carmilla: No sabemos quién fue el causante de esto, vine de inmediato cuando supe que mi hija estaba acá. Me informaron que las cámaras de seguridad no pudieron grabar nada, pero hay algo que sí es seguro de decir, el objetivo era Emily, en otras palabras...
Lucifer: Algo quieren de mí.
Intentaba contener su ira lo mejor que podía, pero él no era famoso por ser bueno en eso, decidió salir un momento de la habitación solo para ver como Charlie llegaba junto a Vaggie.
Charlie: ¿Cómo está?
Lucifer: Estable.
Vaggie: ¿Y Emily?
Lucifer: No sé, pero pronto lo sabré. ¿Podrían entrar? No quiero dejarla sola.
Charlie: Está bien.
Al salir del hospital pudo sentir la presencia de alguien por lo que se fue a la zona más oscura de ahí solo para ver desde la oscuridad aparecía aquél que más odiaba.
Alastor: Es bueno verlo otra vez, su majestad.
Lucifer: Dime una cosa, ¿tú sabes quién hizo todo esto?
Alastor: Es probable, no es como si conociera a todo aquél que desea verme muerto, ¿pero a usted? A usted lo quieren ver como alguien a quién pueden controlar, y eso es su mayor defecto.
Lucifer: ¿Defecto?
Alastor: Así es, usted tiene mucho que perder. Tiene hijas, pareja, una familia con la que lo pueden controlar.
Lucifer: ¿Y tú crees que eso me hace débil?
Alastor: Por supuesto.
Lucifer: ¿Y eso te hace mejor que yo?
Alastor: No lo diría de esa forma, después de todo solo mireme, me volví uno de los soberanos más poderosos con solo poder bruto, incluso tengo a uno de ellos como mi mascota.
Lucifer: En serio siento mucha lástima.
Alastor: Lo sé, pero Husk fue quién aceptó el contrato conmigo.
Lucifer: Me refiero a ti.
Alastor: ¿Disculpe?
Lucifer: ¿En serio crees que estar solo te hace más poderoso?
Alastor: Solo míreme.
Lucifer: Lo único que veo es a un pobre tipo que no sabe lo que dice, me sigo preguntando la razón por la que decidiste apoyar a mi hija, pero ahora me doy cuenta de que no es poder lo que deseas conseguir con esto, sino a alguien.
Alastor: ¿A qué se refiere?
Lucifer: Dime, ¿Cuál es la razón por la que deseas llegar al cielo? ¿Algún amor que deseas recuperar? ¿O es un familiar cuya pérdida te dolió?
Alastor no respondió a ninguna de esas preguntas, pero el hecho de que uno de sus ojos hiciera un pequeño tic le dió la respuesta que Lucifer necesitaba.
Lucifer: Conociendo el tipo de persona que eres, podría decir que la pérdida de una madre es lo más doloroso que uno puede experimentar.
Alastor: Lo es, pero no es algo que un ángel como usted podría experimentar.
Lucifer: Es cierto, pero sí en serio estar solo te hiciera más poderoso, ¿por qué perdiste contra Adam?
Alastor: Fue un error de cálculo que tuve en ese momento.
Lucifer: ¿En serio? Porque lo dudo, o pondrás como excusa que esa correa tuya te está haciendo débil.
El soberano sólo pudo pasar su mano por su cuello en donde está su cadena del contrato que hizo.
Alastor: Hagamos un trato, señor, déjeme ayudarlo con todo esto y a cambio yo le pediré un favor que necesitaré más adelante.
Lucifer: ¿En serio?
Alastor: Claro, le doy mi palabra.
Al ver cómo le ofrecía su mano para hacer el contrato, Lucifer acercó la suya para tomarla pero al final solo lo agarró del cuello para que estuvieran a la misma altura.
Lucifer: Escúchame bien, hijo de perra, ¿en serio creíste que yo iba a caer en semejante estupidez? ¿En serio creíste que tendrías al rey del infierno bajo tus pies?
Con su única mano libre comenzó a enterrar sus garras en donde se encontraba la herida que Adam le había causado en su pecho.
Lucifer: Y yo te creí más listo.
Alastor: Valió la pena intentarlo.
Lucifer: Dime algo, ¿deseas liberarte de esas ataduras? ¿Deseas recuperar tu libertad?
Alastor: Desde hace mucho tiempo.
Lucifer: Entonces hagamos un trato.
Con esas palabras Alastor podía sentir cómo todo su ambiente se volvía frío, desde el suelo se podía ver como varias grietas se creaban dejando ver que ambos estaban por realizar un contrato.
Lucifer: Yo mismo romperé tu contrato y te dejaré libre, pero a cambio te pediré dos cosas.
Alastor: ¿Y qué es lo que desea?
Lucifer: Lo primero será que me digas quién fue el responsable de hacer todo este caos para llamar mi atención.
Alastor: ¿Y lo segundo?
Lucifer: Lo segundo es una de las muchas razones por la que te odio, romperás ese contrato que hiciste con mi Charlie y el de Husk, me cae bien como para que esté en tus manos.
Esto sorprendió mucho al soberano que no podía quitar la sonrisa en su rostro, pudo sentir cómo su cuerpo sentía el frío que transmitían los ojos de Lucifer por todas las emociones que sentía en ese momento. Sentía odio por ver que unos simples pecadores se atrevieron a lastimar a su familia, odio por ver que Emily había sido llevada lejos para amenazarlo, odio por saber que su primogénita tuvo que hacer un contrato con un soberano si tan solo la hubiera ayudado antes.
Lucifer: Yo siempre estoy al tanto de los contratos que se hacen en este lugar, incluso del tuyo. Así que dime, ¿aceptas el trato?
Las grietas comenzaron a hacerse más grandes provocando un pequeño terremoto por toda la zona alertando a Charlie al ver que alguien estaba realizando un contrato, y supuso que su padre estaba relacionado con ello.
Lucifer: ¿Tenemos un trato?
Alastor: Lo tenemos.
Y con un simple apretón de manos todo regresó a la normalidad, Charlie sintió como si algo en su cuello se caía solo para ver una cadena verde en el suelo que desapareció. Al salir del hospital pudo ver a su padre solo mientras dejaba ver sus alas.
Charlie: ¿Qué fue lo que hiciste?
Lucifer: Lo que debí hacer mucho tiempo, dejar en claro quien es el puto rey del infierno.
En la torre de los Vees, los tres veían desde sus cámaras si había algún movimiento por parte de Lucifer cerca de ellos, Emily se encontraba ahí inconsciente por el humo que Valentino utilizó para dormirla.
Valentino: Y pensar que no necesitamos mucho para atraparla, pobre de la hija de Carmilla.
Velvette: La perra no se quedaba quieta, no tuve otra puta opción.
Vox: Dejen de chillar, el punto es que ya tenemos algo con que amenazar a ese maldito enano.
Valentino: ¿Deberíamos obligar a esta chica a hacer un contrato con nosotros?
Velvette: ¿Tener un Seraphim como nuestra propiedad? Suena interesante.
Vox: Para eso la necesitamos despierta, y en el momento en que lo esté todo este lugar será un caos.
En eso las luces de todo el edificio empezaban a parpadear hasta que el asistente de Vox llegó.
- Disculpe, señor, pero tenemos un invitado que los espera en la sala de reuniones.
Vox: Así que ya llegó.
Valentino: ¿Llevamos a la niña?
Vox: No, mejor que no esté a su alcance.
Los tres se dirigieron a la sala de reuniones solo para ver cómo todo estaba ordenado, habían tres velas en el centro de la mesa mientras que en cada asiento había un plato junto a una copa, y en una de esas sillas se encontraba Lucifer sentado con una copa de vino.
Lucifer: Por fin llegan, ya me estaba cansando de esperarlos.
Vox: ¿Qué deseas transmitir con todo esto?
Lucifer: Nada en particular, si quieren hacer un intercambio conmigo entonces pensé que una buena forma de hacerlo sería con algo elegante.
Velvette: ¿Elegante? ¿Qué le hace pensar que aceptaremos esto?
Lucifer: Me esmeré mucho preparando estos platillos, y me estoy conteniendo en destruir este edificio con todos ustedes en el interior. Por favor, tomen asiento, les serviré la comida en un instante.
Aunque tuvieron bastantes dudas con respecto a la actitud del rey del infierno, decidieron hacer caso y se sentaron en sus respectivos lugares. Vox intentó llamar a sus tiburones mascotas, pero se dio cuenta de que no se encontraban en el acuario que veían desde la ventana. Lucifer solo se fue acercando para servir los platos a la vez que servía vino con ayuda de sus tentáculos que creaba con su magia.
Lucifer: Espero que disfruten los mariscos.
Al momento de revelar los platillos, se dieron cuenta de que se trataban de los tiburones mascotas de Vox. De inmediato, todas las ventanas se cerraron para que solo las velas iluminaran esa habitación.
Lucifer: Muy bien, es hora de hablar.
Vox: ¿Qué tramas con esto?
Lucifer: No mucho, solo deseo conversar como un hombre de buenos modales. Por lo que tengo entendido, gracias a ustedes, el infierno ha tenido entretenimiento por los últimos siete años, y se los agradezco. Trajeron algo de la tierra y lo implementaron aquí para volverse famosos. Se volvieron Soberanos y eso es algo que les debo decir que fue sorprendente.
Con cada paso que daba alrededor de la mesa, ninguno de los soberanos podía sentirse tranquilo. Aunque Lucifer intentara parecer como alguien que no estaba molesto por la situación, su aura demostraba otra cosa. Si uno de ellos lo viera a los ojos, podría sentir una enorme presión de miedo solo por pensar en lo que él les haría.
Lucifer: Les contaré una historia de cómo tomé el poder de este lugar. Existían demonios que intentaron rebelarse ante mí solo por mi apariencia, otros que pelearon contra mí solo para demostrar su superioridad. A cada uno de esos demonios los eliminé en un instante, excepto a seis que me cayeron bien. Digamos que en el momento en que chasqueé mis dedos, todos estaban bajo mis pies, estaba en un río de sangre.
Al momento de chasquear, Valentino tembló un poco creyendo que iba a suceder lo mismo que había dicho Lucifer.
Lucifer: Aunque no lo crean, yo todavía era algo bondadoso antes de saber que los demonios y pecadores no podrían cambiar. Estaba en su naturaleza no hacerlo, así que no me molestaría en intentar cambiarlos de opinión. Después sucedió el primer exterminio. Ustedes no lo experimentaron, pero sí que fue doloroso ver cómo cada uno de esos pecadores era asesinado con esas armas angelicales.
Al final, terminó llegando al asiento de Vox, que seguía viendo el platillo enfrente suyo.
Lucifer: Díganme, ¿ustedes se llegaron a enfrentar con un exorcista? ¿Tuvieron que pasar por todo aquello que los demás pecadores sí lo hicieron?
Ninguno respondió a su pregunta. No sabían qué hacer ante esa situación que sentían incómoda.
Lucifer: ¿No? ¿Ninguno? Está bien, ¿qué tal si les enseño cómo es eso?
De su traje sacó un cuchillo hecho de material angelical para clavarlo en la mano de Vox, cuyo grito resonó por toda la habitación. Tanto Valentino como Velvette quisieron ayudarlo, pero podían sentir cómo una cadena apareció en sus cuellos impidiéndoles moverse.
Lucifer: Si uno de ustedes vuelve a moverse, juro que le cortaré el brazo y se los daré de comer a uno de ustedes.
Vox: ¡Hijo de perra!
Lucifer: ¿Cómo se siente? Dímelo. Quiero que me digas cómo se siente lo que yo una vez tuve que pasar. Puedes sentir cómo el metal de ese cuchillo quema los músculos y venas de tu mano, ¿no es así? Porque para eso están hechos, para que nosotros los del infierno muramos con dolor. Digamos que es una especie de castigo final antes de irse a la nada.
Vox intentó escapar de esa situación buscando algo de tecnología, pero no había nada. Lucifer siguió moviendo el cuchillo, escuchando los gritos de dolor del soberano como si fuera algo lindo para él.
Lucifer: ¿En serio creyeron que me tenían bajo sus pies? ¿Creías que ibas a tener al rey del infierno bajo la palma de tu mano con solo esto? Vamos, dímelo.
Aunque intentó decirle algo, Vox no pudo decir nada ante el intenso dolor que sentía en su mano.
Lucifer: ¡Dime!
Al final, le dio un golpe al cuchillo, enterrándolo por completo en la mesa, dejando a Vox inmóvil mientras seguía gritando de dolor.
Lucifer: Construyeron un imperio juntos. Eso demuestra lo inteligentes que son para planear cosas, pero supongo que todo eso era temporal.
Vox: Te daremos a tu hija, solo déjanos en paz.
Lucifer: Eso hubiera hecho, pero contigo ya van tres strikes. El primero fue cuando insultaste a mi hija en esa reunión. La segunda cuando me estuviste espiando con mi hija en el parque. Y la tercera es esta. Ya debes saber lo que va a pasar ahora.
Vox: No.
Lucifer: Oh, sí.
En ese instante, podía sentir cómo si una serpiente estuviera recorriendo su cuerpo hasta rodear su cuello. Pero en realidad, solo se trataba de Lucifer colocando su brazo detrás suyo hasta llegar a su hombro y sujetarlo.
Lucifer: Vamos con el siguiente.
Mientras dejaba a Vox en su dolor, se acercó a Valentino, que empezaba a sudar frío al ver que él sería el siguiente en la fila.
Lucifer: Supongo que tú eres aquel que tiene su estudio de películas porno, ¿no?
Valentino: A-así es.
Lucifer: Ya veo. Tú le has causado muchos problemas a mi hija con respecto a su residente, Angel Dust.
Valentino: Si quiere puedo romper su contrato a cambio de...
Lucifer: A cambio de nada. Tú no puedes darme nada que yo necesite. Romper un contrato para mí es sencillo, es como quitarse una bandita de la piel.
Con solo levantar su mano, apareció un rollo que al abrirlo dejaba ver el contrato de Angel Dust con el soberano.
Lucifer: Mi hija me pidió esto desde hace mucho, pero no es que no quisiera, sino que tuve algunos detalles con la hija que ustedes alejaron de mí.
Acercó el contrato a las velas para que Val pudiera ver cómo se volvía cenizas.
Lucifer: Y listo. ¿Era eso lo que querías darme a cambio de tu libertad?
Valentino: Yo...
Lucifer: Déjame decirte que ese negocio de la pornografía que tienes me ha parecido lo más asqueroso que alguien pudo haber hecho en mi reino. Y te lo digo yo, que tengo amigos que tienen el mismo tipo de negocio. Pero la diferencia es que dudo que lo hagan por su propia voluntad en tu caso, ¿no es así?
Valentino: Ellos se involucraron en esto porque querían. No es mi culpa que después decidieran arrepentirse.
Lucifer: Lo sé, no es tu culpa. Así es la gente. Tú solo fuiste aquel que los ayudó a conseguir un trabajo, les diste una nueva oportunidad de crear una vida en el infierno.
La confianza con la que decía esas palabras comenzaba a afectarlo. A Lucifer le encantaba ver cómo ese pecador se estaba tomando en serio sus palabras, creyendo que había hecho un bien.
Lucifer: ¿Tú qué dices? ¿Fuiste un buen samaritano?
Valentino: Lo fui.
En ese momento de confianza, Lucifer lo sujetó de su lengua para arrastrarlo a la mesa mientras tomaba otro cuchillo angelical para clavarlo en su lengua contra la mesa. Aunque no podía entenderlo, esos quejidos representaban muy bien el dolor por el que estaba pasando. Después lo único que se escuchó fue la risa del rey de los pecadores por toda la habitación al ver la situación en la que estaba.
Lucifer: ¿En serio creíste que habías hecho un bien? ¿Obligar a alguien a hacer algo en contra de su voluntad está bien? En serio que eres bastante patético.
Velvette era la única a la que no le había sucedido nada aún. Con solo ver la situación de sus amigos, podía darse cuenta de que estaba guardando lo peor para el final, para ella.
Lucifer: Contigo es un caso muy especial, porque en el primer strike llegaste hasta el tercero. ¿Creíste que no me enteraría sobre lo que le hiciste a mi hija?
Al escuchar eso, Val no pudo mirar el rostro de Lucifer. No quiso hacerlo porque ya sentía toda la ira que transmitía esa mirada.
Lucifer: ¿Quién te crees que eres como para acercarte a mi hija y lamerle el brazo? ¿Crees siquiera tener derecho de tocar un solo mechón suyo? ¿En serio crees estar a su nivel como para siquiera acercarte a mi hija? ¡¿Lo crees?!
Ante su ira que Lucifer no pudo controlar, dejó ver sus cuernos junto a sus ojos rojos para tomar a Val de la cabeza y así hablarle al oído.
Lucifer: Mis hijas son mi mundo, y tú te atreviste a no solo hacerle eso a Charlie, sino que secuestraron a Emily solo para que todo terminara en esto.
Valentino: Wo wiento.
Lucifer: ¿Lo sientes? ¿En serio lo haces?
Valentino: ¡Thi! ¡No me afañaré a ejas!
Lucifer: Yo sé que no, pero necesito una retribución, una forma de confirmar que me dices la verdad.
Lucifer tomó el cuchillo con el que tenía atorada la lengua de Val para cortársela. Se alejó de él solo para verlo retorcerse del dolor.
Lucifer: Con eso será suficiente.
Vox: ¡¿Quién crees que eres como para hacer esto y no salir impune?!
Lucifer: ¿Quién soy?
Sin darse cuenta de cómo sucedió, Vox se encontraba acostado en la mesa para ver cómo Lucifer estaba arriba suyo para enterrar un último cuchillo en su abdomen, dejándolo en esa posición mientras sufría.
Lucifer: Soy el rey del infierno, perra.
Al final, se bajó de la mesa para enfocarse en Velvette, que intentó huir, pero el miedo se lo impedía. No pudo hacer otra cosa que no fuera esperar al castigo que se le fuera a dar.
Lucifer: Supongo que tú eres la única que me falta.
Velvette: Así es, señor.
Lucifer: ¿Por qué no abres los ojos? Me gustaría que vieras esto.
Al hacerlo, lo único que vio fue todo el desastre causado en un santiamén.
Lucifer: ¿Tú crees que esto fue suficiente?
Velvette: Sí, señor, entendimos el mensaje.
Lucifer: Por la forma en que tiemblas, me doy cuenta de que tú ya lo hiciste. ¿Y ellos? ¿Crees que comprendieron?
Velvette: Lo comprendieron, señor. Yo me encargaré de que lo hagan.
Lucifer: Carmilla me dijo que tú eras la más grande de entre los tres, ¿es eso cierto?
Velvette: En seguidores, sí. Yo soy la que tiene mayor influencia de los tres.
Lucifer: Muy bien, entonces me ayudarás con eso, pero lamentablemente dudo que sea entre los tres.
Ella lo vio intentando comprender lo que le quiso decir. Vox intentó quitarse el cuchillo de su abdomen para hacer algo, pero vio cómo Lucifer se acercó a él con las manos detrás de su espalda.
Lucifer: Ahora ustedes dos tendrán que hacerse cargo de todo esto, ¿no lo crees, Valentino?
Al mostrar su mano derecha, dejó ver la cabeza decapitada de Valentino sin vida para dejarla arriba de Vox. Velvette solo pudo vomitar al ver esto mientras que Vox miraba aterrorizado cómo la cabeza de su amigo estaba enfrente suyo a la vez que una de las tres velas se apagaba.
Lucifer: Te lo dije, si intentabas acercarte a mis hijas entonces yo te haría algo mucho peor.
Al final, decidió retirarse de la sala sin antes hacer una pregunta.
Lucifer: ¿Dónde está mi hija?
Velvette: Piso de arriba.
Lucifer: Gracias.
Las horas pasaron y Emily estaba abriendo los ojos solo para encontrarse en una cama de hospital a un lado de Odette que estaba durmiendo.
Emily: ¿Qué pasó?
Lucifer: Ya despertaste.
Por la puerta ingresó Lucifer con una taza de café para acercarse a ella.
Emily: ¿Qué me pasó?
Lucifer: Gente malo intentó hacerte daño, pero ya todo está bien.
Emily: ¿Y Odette?
Lucifer: Se va a recuperar, así que no te preocupes.
Emily: Debí hacer algo, no quería causar un desastre.
Lucifer: Emily, a partir de ahora todo se volverá diferente, mira esto como una pequeña muestra de experiencia. Así es como va a ser tu vida ahora, te involucrarás en problemas en los que no tendrás otra opción que usar la violencia, porque si no lo haces tu o alguien más saldrán heridos.
Emily siguió viendo a Odette que estaba tranquila durmiendo.
Lucifer: No te culpo, hiciste lo mejor que pudiste, pero ahora tienes que pensar en usar la otra alternativa.
Emily: Lo sé.
Lucifer: Pero tranquila, solo tienes que usarla como último recurso, solo para eso.
Emily: ¿Y los demás?
Lucifer: Están afuera, les dije que esperaran un poco.
Emily: ¿Puedo verlos?
Lucifer: Claro.
Al momento de salir en la habitación Lucifer les dio la señal de que entraran y fue lo primero que hicieron, se quedó ahí solo en el pasillo esperando a que él llegara.
Alastor: Así que si hizo lo suyo.
Lucifer: Así es, y un trato es un trato.
De su sombrero sacó un pergamino en el que se encontraba el contrato de Alastor para después ver como se incendiaba quedando en cenizas, con eso pudo sentir como la cadena en su cuello desaparecía por fin obteniendo su libertad de aquél que lo tenía reprimido al igual que sentía como un hilo de sus labios desaparecia para que dejara de hacer esa sonrisa forzada.
Lucifer: Listo.
Alastor: Se lo agradesco, su majestad.
Lucifer: Pero que estés libre de ese contrato no significa que estás libre de mí, porque eso no sucederá.
Alastor: Comprendo.
Lucifer: Ahora si me disculpas, iré a ver cómo está mi hija.
Alastor: Tengo una pregunta, usted al momento de recibir ese contrato se dio cuenta de con quien lo había hecho, ¿no es así?
Al escuchar eso Lucifer se detuvo para quedarse callado.
Alastor: Así que sí sabe quién es.
Lucifer: Sí, y si dices una palabra juro por mi nombre que te coseré esa boca para que no vuelvas a decir una palabra, ¿te quedó claro?
Alastor: Claro como el agua.
Fin del Capítulo 20.
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Espero que les haya, les contaré una anécdota que es graciosa a la vez que triste, lo que pasa es que este capítulo era la razón por la que me pasé a AO3, debido a que lo sucedido con los Vees era más gráfico de lo que fue al final. Y es que ustedes vieron la versión ligeramente censurada, porque yo era más explícito con la sangre y ese tipo de cosas.
Y creé esa versión por las nuevas políticas de Wattpad para que la versión sin censura estuviera en AO3, pero yo de idiota no me di cuenta y esta versión censurada la pegué en el archivo donde se encontraba la primera versión, y sí, aunque no lo crean yo escribo mis historias en Word por si terminó perdiendo mi perfil.
Así que sí, la versión sin censura terminó como un Lost Media, tanto para Wattpad como para AO3, y no me iba a matar escribiendo nuevamente ese capítulo, era la primera vez que era explícito con ese tipo de cosas y no quería volver a hacerlo, es difícil pensar en eso.
Nos vemos después.
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