ᕦ༼ el esclavo del rey  ༽ᕤ

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Su batín ondeaba a cada paso que daba por aquel terriblemente largo pasillo y sus pasos resonaban entre las paredes. Seguido del fiel Jung, alcanzó la puerta de madera tosca y ni siquiera se molestó en tocar antes de abrirla.

Su gamma y el omega recién adquiridos se encontraban tumbados sobre la amplia cama, cada uno en una dirección distinta de forma vertical.

──¡Majestad! ──Se alarmó el castaño, alzándose en seguida.

El gamma lo siguió y ambos se inclinaron ante la presencia de un rey más informal, con su cabello suelto y nada más que la fina seda cubriendo su pálido cuerpo.

Hacía una hora que habían llegado al castillo y Min comenzaba a impacientarse en la soledad de su despacho, así que había dejado el trabajo para buscar a los recién llegados. Realmente había asignado al gamma en su propia alcoba, pero este se había escabullido con el omega.

──¿Qué haces aquí? ──Le preguntó al rubio.

Este pareció encogerse mientras bajaba la mirada.

──P-perdón ──susurró a falta de excusas.

Yoongi lanzó un suspiro al aire y juntó sus manos en la espalda, cansado de que el castaño estuviese presente. Sin embargo, no quería volver a hacer llorar al gamma, así que no intentó llevárselo por el momento.

──Debo comprobar vuestra calidad, sobretodo la tuya. ──Apunto al castaño con su índice──. Así que podéis comenzar a desvestiros.

Los dos jóvenes se miraron entre sí, comenzando a temblar de forma involuntaria.

──Pero majestad... ──comenzó el moreno.

──Exacto, soy su majestad. ──Le cortó──. Y como tal espero que todo el mundo acate mis órdenes, sin excepciones.

Paseó la mirada por los dos mientras Jung cerraba la puerta, quedándose allí dentro también. Taehyung tragó saliva, pero supo que no tenía muchas opciones.

Como el castaño retiró su prenda superior, el rubio lo imitó. Siempre había sido su espejo, o al menos desde que se conocieron años atrás. Con una mirada apenada el omega se disculpó con él, porque no podía ayudarlo.

Jung regresó junto al rey y se tomó la molestia de mirar la escena de los dos jóvenes quitándose la ropa con temblores y miradas avergonzadas. Una vez estuvieron en ropa interior se detuvieron, pero eso sólo molestó al rey.

──Desnudos ──exigió, por si no habían entendido a la primera.

Aquella vez no hubo quejas o réplicas, ambos solamente deslizaron el último trozo de tela que les cubría, quedando completamente expuestos a las miradas de los alfas.

El monarca, satisfecho al fin, abandonó su asiento y se encaminó primeramente al omega contra todo pronóstico. Después de analizar su figura de arriba abajo con una mirada crítica, llevó una de sus manos a uno de los pezones para confirmar su tersura. Entonces observó su miembro, de normal tamaño y le giró para comprobar la rigidez de su trasero. Una vez inspeccionado, le tomó su diestra y lo acompañó hasta donde Jung estaba, agarrando también la mano de este.

──Considéralo un regalo, viejo amigo ──murmuró a su segundo.

El otro alfa se sorprendió al recibir el omega, pero no podía quejarse.

El omega, en cambio, tembló un poco al pensar en que se lo llevarían del lado del gamma, quien era como su hermano.

Entonces Yoongi, después de la unión, se dirigió a su gamma, pero en lugar de inspeccionarlo como al castaño solamente tomó su mano y le encaminó a la salida con él.

──¿Y Taehyung? ──preguntó el de ojos celestes, mirando de reojo al nombrado.

Este asintió, haciéndole saber que estaría bien porque lo último que quería era preocuparle.

──Él se quedará con su nuevo amo, podrás volver con él cuando ambos hayamos terminado ──explicó el rey, abriendo la puerta.

El gamma no quiso replicar más para no enojarlo, pero al ver que salían de la habitación sin intenciones por cubrir su desnudez se paralizó tras la puerta.

──Majestad, no puedo...

Su vocecilla captó la atención de Yoongi lo suficiente para detenerse, pero no tenía ningún impulso por cubrirlo.

──Vamos pequeño, ahora eres de mi propiedad, me gusta exhibir mis tesoros ──comentó de forma casual.

──P-pero...

Yoongi esbozó una sonrisa vaga, alzando su mano libre para acariciarle la mejilla.

──Eres hermoso, gamma, quiero que todo el mundo te vea sabiendo que no pueden poseerte ──explicó──. A partir de ahora muchas personas te verán desnudo, tendrás que acostumbrarte.

El de ojos celestes bajó su mirada y asintió, entendiendo que no tenía más opciones. Tras eso el rey volvió a caminar con su cabeza en alto, orgulloso de su reciente posesión.

Por supuesto, los guardias o sirvientes no se escandalizaron al verle caminar con un esclavo desnudo, pero sí cuchichearon sobre tu casta y apariencia. El gamma sólo quería que Yoongi le cubriese con sus brazos.

Por suerte los aposentos reales no estaban muy lejos, así que el rey encontró su alcoba deprisa, lo justo para que el menudo no se congelase de frío.

En la habitación cerró con varios cerrojos la puerta, por si acaso, y lo encaminó hasta su propia cama de considerable tamaño.

──Siéntate mientras lo preparo todo ──murmuró.

El gamma acató, quedándose a los pies del colchón, acariciando las sábanas de terciopelo escarlata.

Entonces Yoongi se dirigió a la chimenea con tal de encenderla, dispuesto a tener una noche inolvidable con su gamma. Quería que fuese especial, no era solamente su esclavo cómo habían sido otros, por eso estaban en la habitación que a nadie más había mostrado.

Cuando la leña prendió fuego al fin, el rey se dirigió a las ventanas, cubriéndolas al máximo con las cortinas, de modo que solamente se iluminaban bajo la luz del la chimenea en un ambiente romántico.

La estancia ganó calor, así que deshizo el nudo del cinturón de su batín. Mientras se desnudaba, el gamma miraba su pálida figura de espaldas y notó su lobo aullar en su busca.

──Acabo de recordar que no sé tu nombre ──musitó el rey, dándose la vuelta en cuanto estuvo completamente libre.

El gamma tragó saliva, intentando no fijarse en su gran miembro.

──Ji-Jimin, Park Jimin, majestad ──susurró.

Yoongi esbozó una sonrisa de medio lado al percatarse de lo que había captado su atención. El miembro del menor era más pequeño, pero era su trasero lo que más le interesaba.

Jimin se encogió cuando los ojos del alfa adoptaron un tono anaranjado, dándose cuenta de que llamaba a su lobo de forma insistente, cosa que nunca había experimentado.

──Jimin ──repitió el monarca── es un nombre precioso.

Esperando que sus palabras lograsen apaciguarlo un poco, Min acarició su cabello con cuidado. Su aspecto era tan puro e inocente que tan sólo de imaginarlo siendo corrompido por él le daba escalofríos.

El gamma le miró desde su posición, esperando ver qué es lo que quería el rey. Por supuesto no era estúpido, sabía para qué le habían entregado al comerciante y para qué lo podían comprar, sobretodo en ese momento que estaban desnudos, pero al ser inexperto sintió pánico por no saber cómo satisfacer a su alfa. Porque de veras quería hacerlo.

──Gamma mío. ──Le llamo Yoongi──. ¿Quieres complacer a tu alfa? ──preguntó como si le hubiese leído la mente.

Él asintió al instante, intentando recordar todos los consejos que el hombre canoso les había dado a los omegas para ese momento.

──Buen chico. ──Felicitó el rey──. Tu alfa te dará muchos cachorros.

Eso hizo aullar de nuevo a su lobo, que movía su cola con ansias y emoción.

“Si cometes algún error nuestro alfa se irá, no puedes dejar que eso pase.” Sonó en su cabeza.

Jimin tragó saliva mientras sentía la manos del rey sujetar su mentón y la otra tomar ese gran miembro en dirección a sus pomposos labios. Le miró sin saber qué hacer, completamente confundido, a la espera de instrucciones.

Yoongi le devolvió la mirada con un rastro de lujuria en ella, sonriendo para sus adentros cuando pensó en que podría enseñarle tantas cosas buenas a su gamma.

──Mételo en tu boca ──ordenó, dando pie a una de las mejores noches de sus vidas.

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