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Yoongi estrechó a Jimin hasta que sus cuerpos quedaron unidos en cuanto notó sus temblores y su piel repentinamente pálida.

──Park, están enojados conmigo, no contigo. ──Intentó calmarlo, ignorando los murmullos de sus súbditos al verlos tan cerca.

Jimin se vio obligado a cerrar los ojos y esconder el rostro en el cuello de Yoongi, quien sintió a su lobo preocupado por el omega, aunque no le sorprendió.

──N-necesito irme ──murmuró el omega, sofocado.

Yoongi no dudó en detenerse, sin soltarlo, y sujetarlo con firmeza para dirigirse a la salida. La multitud no necesitó más que un gruñido grave de su parte para hacerse a un lado e inclinarse en silencio, incluso la orquesta dejó de tocar y Jimin pareció estremecerse.

──Te llevaré fuera ──susurró, caminando por el pasillo, con algunos guardias siguiéndoles a dos metros de distancia, tomándose la molestia de quitarse la máscara a él y a Jimin y dejarlas caer al suelo.

A mitad del pasillo, en una estantería, Yoongi estiró de un volumen y una pequeña puerta se abrió. Allí cruzó con Jimin pegado a él, hasta llegar a un pequeño patio donde solamente el rey acudía. Realmente nadie cruzaba esa puerta a parte de él y su mano derecha, pero no le dio mucha importancia.

──Se supone que soy yo quien debe cuidarte ──comentó Jimin, intentando sonreír mientras Yoongi le hacía sentar en uno de los bancos de piedra.

──Considéralo mi pago por adelantado ──replicó él, sentándose a su lado, esa vez guardando unos centímetros de distancia.

Su lobo aún seguía preocupado por el omega, pero estaba más tranquilo al ver la mejora en su cara y no sintió la necesidad de estar tan cerca de él, como segundos antes.

──Ah no, necesitarás dinero para pagarme ──bromeó Jimin con un hilo de voz.

──Omega osado, nadie me habló así en todo mi reinado. ──Chasqueó la lengua, aunque estaba incluso feliz de ver que Jimin podía bromear──. ¿Cómo te encuentras? ──preguntó al fin, mirándolo.

El apelado suspiró, cerrando sus ojos.

──Necesito irme ──repitió.

──Pero ya nos fuimos ──murmuró Yoongi, confundido.

──No, necesito irme de aquí, salir del palacio y volver a casa ──explicó, girándose a mirarlo. Había recuperado el color en su rostro.

Yoongi gruñó, pero intentó no ser demasiado brusco.

──Cuando recupere mi salud te dejaré ir, siempre cumplo mi palabra ──respondió algo molesto con su actitud.

──Pero puedo dejar preparadas las pociones y cuando sea luna llena volveré para darte la última que te curará del todo ──rogó él.

Yoongi se habría enojado, pero vio las lágrimas acudir a los ojos del omega. Sintió su aroma a durazno algo apagado, eso no le gustaba, recordaba la sensación de un olor dulce y lo echó de menos. Su lobo también recordaba esa sensación, le entusiasmaba.

──¿Por qué tienes tanta prisa por ir? ──insistió, tratando de entenderlo.

Jimin bajó la cabeza para secar sus lágrimas antes de volver a mirarlo. Yoongi se acercó a él un poco más, pero ninguno fue consciente de ello.

──No soy bienvenido aquí, Yoongi, salta a la vista. ──Sonrió con desgana y tristeza──. Y no me siento seguro, en cualquier momento podrían hacerme daño o...

──No lo permitiría. ──Le cortó──. Eres mi invitado y ahora sanador, nadie puede ponerte una mano encima. ──Un gruñido salió de él, estremeciendo de nuevo al omega.

──¿Por qué quieres que me quede? ──Preguntó entonces Jimin, que alzó el mentón para negarse a ser sometido, una valentía que de no ser por su lado humano quizá le habría sido imposible tener.

Yoongi entreabrió los labios y sintió su corazón latir en la cabeza. Sus razones eran obvias para él, pero no las había considerado a profundidad hasta ese momento. Incluso le parecía algo infantil retenerlo por aquello, solamente buscando excusas para tapar la verdad.

──No puedo decírtelo ──murmuró al fin, sintiéndose igual de vulnerable frente a él como cuando le explicó sobre su mala salud.

Pero Jimin negó, insatisfecho.

──Si me lo dices, puede que me quede. ──Tanteó.

Yoongi no era tonto, sabía qué pretendía, pero no se dejaba intimidar por nadie y menos por un omega.

──Sigues sin estar en condiciones de negociar, Cisne. ──Le recordó, sonando más brusco de lo esperado.

──Bien. ──Sentenció Jimin.

Acto seguido se levantó, habiendo recuperado las fuerzas, dispuesto a alejarse.

Yoongi lo miró, esperando a que se detuviera en algún punto mientras se dirigía a la puerta del patio, que había dejado abierta, pero el omega no se detenía. Realmente no tenía muchas opciones de huir, pero al alfa le molestaba su rebeldía, era inadmisible.

Se levantó tras unos minutos, justo cuando vio a Jimin casi alcanzar la salida. Entonces apretó el paso hasta llegar tras él.

──Detente ahora mismo. ──ordenó, por primera vez usando la voz de mando con él.

Jimin frenó en seco y agachó la cabeza con un quejido débil, lo suficiente para hacer sonreír a Yoongi, quien amaba la sumisión por encima de todo.

──Eso está mucho mejor ──murmuró, colocándose frente a él para sujetar su mentón y alzar su mirada.

Su lobo interior se había molestado con Jimin de igual forma, pero tras verlo así de sumiso se arrepintió un poco y quiso arrullarlo. Yoongi, orgulloso como el que más, le hizo sostenerle la mirada.

──No me vuelvas a desobedecer, Jimin. No me gusta usar mi voz de mando contigo ──murmuró, esa vez calmado, soltando su mentón.

Jimin pareció dudar, pero terminó asintiendo bajo la presión de la mirada del alfa.

Yoongi, molesto por las quejas de su lobo, decidió no ser tan duro con el omega y limpiar con su pulgar una lágrima que había caído por su mejilla.

En ese momento su corazón se encogió y cedió a sus deseos de arrullarlo, tomándolo de la cintura para volver a pegar sus cuerpos. Jimin puso sus pequeñas manos en los hombros de Yoongi por instinto, quien al sentirlas gruñó levemente. El omega torció el mentón con un leve temblor, dejando su cuello al alcance con sumisión y el rey sonrió para sí. Entonces bajó el rostro hasta el inicio de su aroma, disfrutando unos segundos del durazno, aunque fuese muy leve y algo amargo, antes de acariciar con su mejilla la piel de Jimin.

No quería cubrir su olor, solamente endulzarlo y que se sintiera reconfortado, así que la madera y las naranjas apenas quedaron sobre él. El durazno dulce era mejor que eso, y olerlo de nuevo en el aire, quizá más intenso que nunca, hizo feliz a su lobo.

──No quiero que te vayas porque desde que estás aquí no tengo pesadillas. ──susurró en su oído, incapaz de separarse o soltar a Jimin──. Anoche tu mano me calmó más que cualquier somnífero que me haya tomado nunca. ──confesó, cerrando sus ojos mientras seguía oliendo el durazno, agradeciendo que el omega no lo interrumpiera──. Y porque eres el único omega capaz de inquietar a mi lobo, para bien o para mal. ──Suspiró.

Jimin abrió la boca un par de veces, pero no dijo nada. Al final, solamente enterró su cabeza en el cuello de Yoongi.

Este último se sentía en parte aliviado por decirlo, pero también se sentía demasiado expuesto al omega que apenas conocía. Sin embargo, nunca antes su lobo había reaccionado tanto a un olor o una persona, ni con un solo omega del harem había sucedido. Por no hablar de las pesadillas que le atacaban desde pequeño, que ahora eran sueños tranquilos.
No podía dejarlo ir sin más.

──Me quedaré hasta la próxima luna llena ──susurró Jimin, cediendo.

Yoongi asintió, agradecido, pero también notó una pizca de tristeza.

"Hasta la próxima luna llena" no era suficiente para él. Sin embargo, por el momento no lo presionaría más.

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Este capítulo no lo modifiqué demasiado, porque aunque hace tiempo que escribí la historia y he mejorado mucho, a partir de este cap se nota una mejor redacción y gramática.

Espero que os estén gustando las actualizaciones~