━ III
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Cuando Yoongi por fin abrió los ojos, Jimin estaba en la estancia, así que gruñó al saber que lo habían dejado entrar a sus aposentos con sólo dos sirvientes vigilando, pero no dijo nada.
El omega estaba ocupado con una taza humeante, al parecer muy importante ya que no levantaba la vista.
──Señor, su majestad ha despertado ──anunció a Jimin una de las mujeres que vigilaban al rey, por fin captando la atención del joven.
──Ah, justo a tiempo, ya termino. ──Sonrió a modo tranquilizador, y acto seguido los sirvientes se retiraron de la habitación, cerrando tras él.
──¿Qué les has hecho para que te teman así? ──preguntó Yoongi, adormilado, casi divertido con las expresiones de miedo de sus súbditos.
Jimin se encogió de hombros, añadiendo algo a la pócima, lo que la cambió de un color marrón a verde.
──Nada, sólo me tienen miedo por mi genética mágica ──murmuró como si fuese lo más normal del mundo.
Yoongi se sentó en la cama, algo aturdido y aún notándose una molestia en el pecho, pero mucho mejor. Se lo quedó mirando, dándose cuenta de lo bonito que era su perfil.
──¿Estás acostumbrado a que te traten así? ──preguntó, peinando su cabello hacia atrás con las manos.
──En realidad no, en la zona donde vivo ya me conocen y me tratan como a un simple omega ──murmuró, terminando con la taza.
Min asintió y decidió seguir con la mirada los pasos que daba para terminar la poción. Unos segundos después Jimin murmuró algo sobre el líquido, que brilló en un tono azul celeste y sus ojos resplandecieron del mismo color por un momento, antes de volver a su habitual marrón.
──Tus ojos... ──susurró el rey, sin apartar la mirada de Jimin, que se acercaba con la taza lista.
──¿Gracias? ──bromeó el menor, sonriendo con calma──. Tómese su tiempo, pero bébalo todo, majestad.
Yoongi asintió al tomar la taza, olisqueando un poco. Era un olor fuerte a hierbas, pero nada demasiado asqueroso.
──Antes me llamaste Yoongi ──comentó, notando su propio olor más suave.
──Perdón, estaba nervioso ──respondió Jimin con una voz levemente temblorosa.
El rey probó el líquido e hizo una mueca, pero pudo dar otro sorbo con facilidad.
──Está bien, siempre que nadie lo escuche, puedes llamarme así ──susurró, tratando de no formar ninguna expresión con su rostro.
Jimin entreabrió los labios mientras le miraba, terminando por sonreír y endulzar su aroma. De hecho, siempre había sido un omega bastante normal y corriente, menos cuando algo lo hacía enojar.
Después de asentir, Yoongi clavó la mirada en sus ojos, como si esperase que cambiasen de color.
──Esto... ¿Tus iris sólo cambian cuando haces magia? ──preguntó directamente, dando sorbos al líquido.
Jimin asintió y cambió su peso a una de las caderas, cansado de estar de pie.
──Siéntate ──ordenó el rey, quizá sonando más brusco para las intenciones que tenía, señalando los pies de su cama.
Jimin dudó un momento, pero terminó por hacer caso y descansar allí, cuidando de no tocar sus piernas cubiertas por la sábana. Se le hacía extraño estar así con el rey, pero nada le sorprendía a esas alturas.
──¿Puedo saberlo? Es decir, sobre tu familia, aún sigo pensando cómo es posible que nazca alguien como tú, sin ofender ──dijo Yoongi.
Jimin enrolló un cabello moreno en sus dedos mientras pensaba, evitando mirar al alfa. Esa parte de él era algo personal y pocas veces la compartía, pero tomó aire.
──Mi padre era un alfa ──comenzó, captando la atención del rey──. Y mi madre era una bruja, es decir, humana. No tenía ninguna clase de rasgo lobuno, así se llaman los Cisnes Negros ──explicó, suspirando──. Cuando se quedó embarazada... Bueno, mi hermana mayor salió igual que mi madre, ambas eran solamente brujas. Pero años más tarde nací yo y... Nadie lo esperaba, pero una parte de mí era distinta. ──Abrió los brazos con una sonrisa, señalándose──. Un híbrido.
──Entiendo... ¿Y puedes... Transformarte igual? Es decir, ¿tu omega sale igual que cualquier otro lobo? ──preguntó, a lo que Jimin asintió.
El rey copió el gesto, casi fascinado, habiéndose terminado la poción mientras hablaban, de forma inconsciente. Jimin le quitó la taza con cuidado para dejarla en la mesilla de noche.
──¿Qué pasó con tu familia? No he escuchado nada de los Park en mucho tiempo ──murmuró, tumbándose y dejándole un espacio en los pies a Jimin, quien se sentó otra vez.
──Bueno, mi madre y mi hermana fallecieron. ──Se encogió de hombros, sin querer dar detalles de sus muertes──. Y mi padre terminó tan deprimido que un día, cuando volví a casa, ya no estaban ni él ni sus cosas. ──Suspiró, mirando a través de una ventana frente a él.
El rey no dijo nada, pero pudo percibir la nostalgia en su olor, por lo que instintivamente trató de reconfortarlo con su aroma como alfa que era. No era estúpido; sabía de la caza de brujas que había incluso en su reino y pensó que habría sido aquella la causa de sus muertes.
──¿Y tú?, ¿no necesitas protección? ──preguntó Yoongi, tras unos segundos de silencio.
Jimin volvió a mirarlo, casi enternecido por la pregunta.
──No, si alguien quiere hacerme daño les amenazo con convertirlos en ranas usando mi dedo. ──Soltó una pequeña risa.
──¿Puedes hacer eso? ──Yoongi rió levemente.
──Bueno técnicamente sí, pero no con el dedo. ──Negó, animado de ver la mejora en el rey──. ¿Cómo te encuentras?
──Mucho mejor ──murmuró, acto seguido bostezando y dejando una pausa──. Gracias.
──Vaya, ¿dónde está ese rey que amenazaba con matarme si no le ayudaba? ──canturreó el omega, satisfecho por el agradecimiento del alfa.
──No me tientes. ──Yoongi entrecerró los ojos, pero su aroma seguía siendo reconfortante.
Jimin reprimió una sonrisa y alzó su mano para palpar la frente del rey, contrastando sus temperaturas. Cuando comprobó que no tenía fiebre, asintió para sí.
──Bueno, dejaré que descanses, no tienes fiebre ──susurró, observando el pálido rostro del rey mientras alejaba su mano.
Sin embargo él no dejó que se alejase demasiado, si no que tomó su muñeca con algo de fuerza, arrancándole un jadeo de sorpresa.
──Quédate hasta que me duerma. ──ordenó, pero tras sus ojos podría verse como un ruego a pesar de su tono de voz.
Jimin miró su mano aferrada a su piel y Yoongi le soltó, pero entonces él tomó aquella mano entre las dos suyas, con cuidado, mirándole.
──Me quedo, pero tienes que dormir. ──Yoongi asintió──. Permaneceré aquí sentado.
El alfa volvió a asentir y suspiró, más relajado. Jimin se vio obligado a apartar unos mechones de su rubio cabello y colocárselo tras la oreja, mientras dejaba ir feromonas tranquilizadoras.
De algún modo, ambos lobos se sentían bien y estaban atentos, olisqueando el aroma del contrario.
Jimin no comprendió por qué el rey comenzaba a trazar círculos en su mano, o por qué eso le aceleraba el corazón, pero su lobo interior estaba algo inquieto por primera vez en muchísimo tiempo.
Ambos se quedaron en silencio, analizándose los rostros, hasta que los párpados de Yoongi le pesaron demasiado y tuvo que cerrarlos poco a poco.
Cuando Jimin notó su respiración más lenta y la parsimonia de su pulgar hasta frenarse, soltó su mano con cuidado.
Entonces recogió en silencio sus cosas y le echó una última mirada antes de salir de allí.
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