Capítulo I
Degel se encaminaba al Templo de Escorpio, aunque deseaba conocer la historia de "El rey Sisyphus" el deseo por ver a Kardia era mucho más fuerte.
Aunque no necesito caminar hasta el Templo de Escorpio pues Kardia se encontraba comversando muy a gusto en el Templo de Cáncer.
Se sintió molesto, no sentía agrado por Manigoldo pues lo consideraba una mala influencia para Kardia.
Llego a la entrada del Templo de Cáncer y se molesto más al ver un sonrojo en las mejillas de Kardia.
-pido permiso para pasar por el Templo de Cáncer-Degel frunció el ceño al ver que tanto Manigoldo como Kardia no le habían escuchado a pesar de que había hablado fuerte y claro.
Se mantuvo en silencio un momento escuchando la comversación que no parecía ser nada de que preocuparse pues solo hacían bromas pero en eso Manigoldo comento algo que puso los pelos de puntas a Degel.
-¡Ey! ¡Y si nos damos una carrerita de aquí hasta el Santuario!-había dicho Manigoldo con una sonrisa burlona.
-¡No!-dijo en un grito Degel mientras entraba al Templo de Cáncer sin importarle haber recibido permiso o no. Se planto frente a un sorprendido Manigoldo y con recelo le dijo-¡No voy a permitir que pongas la vida de Kardia en riesgo!-
El aprendiz de Escorpio quedo sorprendido mientras que una sonrisa burlona aparecía en el Caballero de Cáncer.
-¿Qué? ¡No puedes permitir que tu amado corra algún peligro!-
Degel se sintió abrumado ante lo dicho por Manigoldo quien ensancho su sonrisa.
-¡Oye! ¡Cangrejo! ¡Yo no soy el amado de Degel!-dijo un incomodo Kardia quien rompió el silencio de tensión que se había creado-¡Solo somos amigos!-
-eh..... si-dijo un triste Degel mientras bajaba la mirada apenado. Manigoldo solo solto una carcajada burlesca causando que Degel le mirara molesto.
-¡Quiero luchar contigo! ¡Ahora mismo en el Coliseo!-fue una sorpresa para Kardia lo dicho por Degel quien tenía una mirada segura en su rostro.
Manigoldo dejo de reírse para después arquear una ceja intrigado. Era una verdadera sorpresa que Degel actuara con tanta impulsividad.
-¿Aceptas?-pregunto Degel. Manigoldo dudo por un momento aceptar la propuesta hecha pues Degel era solo un aprendiz, un joven muy inteligente pero a penas y podía utilizar su cosmo.
Pero Manigoldo no podía negarse ante pues el rostro de Degel mostraba una gran seguridad.
-¡Bien! ¡Pero no andes llorando cuando te haga morder el polvo!-El Canceriano camino hasta la salida, Degel estaba por seguirle pero su brazo fue tomado por Kardia.
-¿Qué pasa?-Kardia conocía a su amigo y debía haber una razón muy alarmante para que Degel actuara de ese modo.
-a mi no me agrada El caballero de Cáncer-musito Degel en un murmuro para después soltarse del agarre de Kardia. Le dedico una sonrisa calida-solo es eso-
Kardia quedo descorcetado, observando como Degel se marchaba rumbo al Coliseo donde tendría una batalla con el Caballero de Cáncer.
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