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CAPITULO 6

3 meses después...

En los primeros 3 meses había dominado la mitad de mis clases, seguía sin poder adaptarme a tantas cosas, por lo que mayormente ayudaba a las mucamas con el servicio o me ponía a beber whisky, las flores llegaban cada semana y los rumores volaban por toda la ciudad de que el rey estaba pretendiendo a una "Novuo rich" pero se disipaba cuando se le miraba con Lady Pebertom paseando, cuando solo paso conmigo un sábado.

—Entonces ¿Cuál es la resolución a la crisis anterior? — Había olvidado que estaba en clases de comercio con el uno del director más prestigiado, era un hombre quien al principio se negaba a darle clases a las mujeres, pero después de que el rey lo ordenara estaba delante de mí, leo nuevamente el problema.

—Regalaría la ropa — Digo sin pensarlo mucho pero este azota los libros, el teorema hablaba de una tienda situada en barrio pobre, que durante una lluvia las personas se quedaron sin sus pertenencias ¿Qué harías para asegurar tu establecimiento?

—Niña tonta, El regalar la ropa te daña a ti pues pierdes utilidades — Comienza a regañarme.

—Entiendo su punto pero de que sirve tener la ropa si no tienes clientes, el regalar esa ropa si es una perdida a corto largo pero da un buen prestigio haciendo que vuelvan — Si una tienda me hubiera regalo prendas cuando era pobre sin duda volvería.

—El pensamiento de una noble siempre debe de aumentar su riqueza, no lo olvide señorita de Luca — Me dice guardando sus cosas, Marcus estaba sentado en una mesa alejado, se despide de una reverencia mientras me cubro la cara con ambas manos.

—Si me permite decirlo. Fue una respuesta muy inteligente — Se acerca y me sirve jugo de manzana, odiaba que bebiera por lo que sustituyo gran parte de mi licor con jugos.

—Ya no lo quiero de maestro — Le digo mientras tomo de un soborno.

—Puede contarle el día de hoy usted.

—Si cierto, hoy me pedirá matrimonio... — Lo recuerdo mientras subo a mi cuarto para bañarme, hoy le iban a poner más empeño de lo normal, mi hermana regresaría temprano para irnos juntas con su majestad.

Agua de rosas, fragancias de jazmín, calentaban una pinza para enchinarlo, y ponerme piedras para adornarlo, me pusieron un vestido verde menta demasiado claro, tantas manos de las chicas estaban agobiándome.

—¿Alguien me puede dar agua? — pregunto pues sentía que me quedaba sin aire, ellas acuden rápidamente a darme agua fría, para proseguir, mientras cierro los ojos, ellas continúan mientras trato de concentrarme.

—Hermana mira, parezco una princesa — Me dice dando vueltas tenia su vestido azul claro, sin duda parecía una de verdad, las chicas me indican que estoy lista así que voy a abrazar a mi hermana.

—Lo eres linda — Acaricio su cabello, mientras bajo para encontrarme con rey, este estaba vestido de azul marino, con rojo se miraba bien me extiende su mano para ayudarme a bajar.

—Ambas se ven bien — Me dice sonriente.

—Gracias su majestad — Agradezco con una reverencia, y él hace una mueca.

Gran parte del camino decidí guardar silencio, ya que me sentía un poco molesta y cansada, el rey le había comentado a mi hermana que estaba a una hora y media del lugar donde estábamos, era un lugar prestigioso donde todos los nobles se reunían para tener un banquete y que según el sería la primera vez que iría con alguien.

—Lady Vanessa ¿Cómo han sido sus clases? — Pregunta pues el ambiente estaba bastante incomodo.

—Bien su majestad, he dominado las materias que me ha asignado — Contesto cordialmente —. ¿Cómo ha estado usted?

—Bien, el trabajo es demasiado excesivo — Me comenta quedándonos de nuevo sin conversación.

Decidimos dejarlo por la paz, y no hablar hasta que lleguemos al restaurante, baja primero el rey para después bajar yo sin cubrir mi rostro por primera vez, las mujeres murmuraban mientras yo caminaba de su brazo en silencio mientras dejaba que tomaran sus notas, eran reporteros mi maestro de historia a sí los denominaba, mi hermana entra por la parte de atrás, ya que al ser menor de edad no quería que la vieran aún.

"Saluden al sol naciente del reino, Caleb Isaac de Lennox y a su compañera Lady Vanessa de Luca Arimendi"

La respuesta era la esperada los murmullos se incrementaron aún más, las risas y algunos gritos, estaban aglomerados mientras pasábamos al banquete que el rey había hecho, nos abrimos paso entre la gente intercambiando saludos cordiales con personas que me daban su tarjeta a través de mi dama personal, para hacer mas a llegados a mí.

E inclusos algunos se volteaban para evitar saludarme, mi mirada se encontraba con unos cuantos antiguos clientes quienes solo se sonríen, parecía no reconocerme o más bien hacerse los desentendidos.

—Lady Vanessa, le presento a Lady Helena Pebertom — Me volteo para ver a una chica bastante hermosa, lo que decían los demás de ella no lograban hacerle justicia, cabello negro largo ojos azules como el mar.

—Un placer conocerla finalmente su gracia — Le digo haciéndole una reverencia, ella sonríe.

—Entonces es usted la chica que tiene enamorado a nuestra majestad — Me rio, pues era al revés.

—¿Le parece si cenamos los 5 juntos? — Pregunta el rey a lo que yo asiento, mientras tomamos una copa de vino, por elección de Marcus decido tomar agua, aunque tenia buena resistencia al alcohol sería mal vista, si no me embriagaba rápidamente.

—¿5? ¿Quiénes más nos acompaña? — Pregunta la pelinegra mientras se pone del lado izquierdo para caminar a la mesa.

—La señorita Elise de Luca y el Caballero Galitzine — Contesta mientras me pone su mano en mi cadera.

—No sabía que tenia una hermana su excelencia — Me dice dirigiéndose a mí.

—Si gusta podría presentársela antes de la comida — Me suelto de su majestad, y a lo lejos veo a una de mis antiguas compañeras "Morgana".

Lucia un vestido largo color crema, dejando ver su panza abultada por su embarazo, sonreía mas que cualquier otro día del que paso en el burdel nuestras miradas se conectan por un segundo, ella se dirige hacía mí, caminaba lento así que decido acercarme más hacia ella, en la clase social ella era más alta que yo, pues ella era la duquesa de la familia Williams, hago la respectiva reverencia.

—Duquesa Williams, usted se ve más bella con el embarazo, dios mediante traiga al mundo un varón — Se adelanta a decir Helena.

—Dios mediante nos traiga un bebé sano, diría yo señorita Pebertom — Ella se acerca a mí para abrazarme, nunca fuimos muy amigas, pero ambas estábamos solas en ese mundo por lo que era reconfortante tener a una conocida —. Nos permitiría un momento a solas.

La chica sobrante hace una reverencia para reírnos entre nosotras, toco su estómago.

—¿Cuál es tu nombre? Por qué te juro que te iba a llamar Lottie — Me dice tomando nuestras manos.

—Vanessa de Luca Arimendi — Le digo limpiándome la cara pues podía llorar.

—Anne, mi nombre es Anne Lucas de Williams — La abrazo de nuevo mientras veo a mi hermana acercándose hacía mí.

—Ella es mi hermana, Elise. Elise ella es una amiga — Le digo a mi hermana, mientras nos quedamos las 3 en una esquina cotilleando y criticando a las chicas, como si de verdad fuéramos de la realeza mientras nos comemos los bocadillos, a lo lejos miramos como Lady Pebertom no se le despega del brazo del rey.

—Dicen que esos 2 no tardan en comprometerse, por lo que esa mujer será nuestra primera reina — Dice con una fresa de chocolate en la boca, si yo no supiera la verdad hubiera dicho que se miraban enamorados, el duque de Williams se acerca a mí besando mi mano sonriendo —. Cariño, ella es Vanessa y su hermana Elise.

—Un placer conocerla a ambas — Nos dice mientras el rey nota mi ausencia y se acerca a donde estamos.

—Su majestad — Se reverencian, iba a decir algo cuando anuncian el hecho de que ya podemos pasar al comedor a comer, este me toma de la mano para acercarme a él y sentarme en su mesa, estábamos Lady Pebertom a su lado derecho, de ella mi hermana, el caballero Galitzine, después los duques y la vuelta terminaba conmigo a su izquierda si esta era su idea de propuesta de matrimonio bastante aburrida, de entrada fueron canapés de atún, salmón y camarón, eran bastantes ricos, donde los hombres acompañaban esto con platicas sobre el gobierno y la ampliación de este.

—Es mejor derribar los edificios para usarlos de reforestación — Comenta el duque a lo que suena un poco loco—. Lady Vanessa, Lo lamento la hemos aburrido.

—No para nada, suena interesante su punto de vista — Comento a lo que este se ríe, mientras hace un gesto para que dé mi opinión —. El derribar los edificios suena contraproducente por que suman gastos de infraestructura ¿No es así?

—Pues contando eso es cierto, es un aumento del 5% en la taza anual — Complementa el duque.

—Suponiendo que el gasto anual es 120 000 monedas el 5% es de 60 000 monedas por 4 años que dure la proyección de esto serian 240 000 monedas, pero en cambio a las afueras del reino existen tierras que fueron cedidas en el 67 en forma de paz que pueden ser utilizadas para le reforestación — Digo mientras dejan el plato fuerte que era cordero con mantequilla y papas al ajo, con vino rojo.

—Eso es correcto, pero la reforestación de esas áreas sube el precio en 8% — A diferencia ahora toda la mesa estaba callada atenta a nuestra conversación y algunas mesas continuas bajaban la voz.

—Si ponemos mano de obra de exagricultores y les otorgamos beneficios poner obtener mayores ganancias a diferencia de expertos en la tierra que son estudiados — Le comento bebiendo un poco del vino, este tenia un sabor dulce a diferencia de algunos que había tomado.

—Ese es gran punto su excelencia — Me elogia mientras se queda pensando en lo que acabo de decir, aunque solo había repetido como un loro lo que mi maestro había mencionado.

—Sin duda es alguien maravillosa, es eso lo que me dejo cautivado la vez que la conocí. Por eso Lady Vanessa de Luca Arimendi — Se pone de pie captando la atención de los nobles quienes ya estaban en total silencio —. ¿Me harías el honor de ser mi esposa?

Sin duda no me lo había esperado, estaba en shock y se notaba por que tardo en responder mi boca no puede hablar de la impresión, así que asiento con la cabeza, repetidas veces, siento la mano en la espalda de mi hermana, así que abrazo al rey, mientras me obligo a llorar para que sea más emotivo.

Me alejo un poco y el pone un hermoso anillo con una gran piedra roja, en forma de gota de lluvia, era parecido al que el sultán Suleiman le dio a la Sultana Hurrem hace unos cuantos siglos.

"¿Puedo?" Me susurra al oído, entendía que quería besarme, pero niego con la cabeza pues esto ya había durado mucho, sonrió limpiándome la cara.

—¡Gloria a la futura reina de Lennox! — Grita uno de los guardias a lo que todos comienzan a gritar "Gloria a la reina".

La velada continua entre saludos más frecuentes de personas que vienen a darme las felicitaciones y damas que piden ver mi anillo para hablar de la belleza de este, y comparándolo con la jema más preciosa del mundo, estaba cansada de tanta cordialidad, le hago señas al rey de que iré al balcón, entro encontrándome con Lady Pebertom que me invita a quedarme, ambas estábamos en silencio, pero ella parecía más como una doncella enamorada con el corazón roto.

—Felicidades... — Saca de su vestido un cigarro, ofreciéndome uno al cual me niego.

—Muchas gracias Lady Pebertom — Le digo haciendo una reverencia.

—Jane, Pebertom era mi apellido de casada, ahora soy viuda — Dice sacándose su anillo de casada —. Mi esposo era uno de los mejores amigos del rey, por eso fue mi afinidad a su majestad.

—Lo siento mucho por su perdida — Le digo calmada.

—No lo amaba, me case para salir del infierno de mi familia... Y ahora el hombre que amo, se casara... — Dice mareándose, la sostengo mientras le pido ayuda a uno de los guardias con el peso de ella.

—Llévenla a mi mansión, se encuentra en mal estado — Estaba borracha, y no era bueno que una mujer en la alta sociedad fuera vista así.

Me aseguro de que ella se suba al carruaje, mi hermana decide volver con ella, mientras la despido para volver con el rey, quien solo bebía jugo de manzana, pues estar cerca el olor se hacía presente, la noche se me hizo eterna entre saludos cordiales y bailes de cuadrillas, no había tomado suficientes clases por lo que solamente bailaba cosas sencillas.

—Lo hiciste bien — Me dice una vez en el carruaje, era la ultima persona con la que quería hablar, por lo que me entretengo mirando el paisaje nocturno.

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