Ya habían pasado 4 días y sin querer ya estaba en mi cuarto mes de embarazo mi vientre tenía la forma de una manzana y lo sentía moverse, no se quedaba quieto, y eso provocaba que a veces sintiera nauseas pero tenía bastante energía, tanto que ayudaba a lavar la ropa de noche para platicar con la señora y darme cuenta de las cosas que en verdad estaban pasando, la población se moría de hambre, estaban molestos pues el emperador lo único que se molestaba en producir era alcohol, en cantidades excesivas.

—Esta noche entraras por la puerta grande Vanessa, acabaremos con todo — Dice Mark poniendo todo en orden, la señora del lugar quien se llamaba Greta comienza a poner los platos moviendo todo, mientras me sonríe.

—Un mes más y ya estarás a la mitad de tu embarazo — Me sirve mi plato de sopa, con verduras, mientras me sonríe —. ¿Quieres saber si es niño o niña?

—¿Se puede? — Pregunto mientras los nervios se van.

—Claro, es más — Me dice mientras se acerca a mí y me descubre el pecho haciendo que mi amigo el rubio escupa su comida, mientras que Mark mira su sopa jamás lo había visto tan concentrado mirando su sopa, esta me acomoda de nuevo la blusa, jamás la había visto sonreír tan grande mientras les indica a los hombres que pueden levantar su cabeza.

—¿Qué es niño o niña? — Pregunto nerviosa.

—Es un varón, darás a luz a un hermoso varón — Miro a Mark, mientras Serian se acerca a tocar mi barriga.

—¿Cómo supiste? — Pregunta Mark rejuntando los platos.

—El pecho derecho es más grande que el izquierdo, así que es varón — Eso no tenía mucho sentido, pero estaba feliz que fuera un varón.

—Henry Izan — Tendría que llevar el segundo nombre de su padre —. Tendrá el nombre de su padre y de su abuelo materno obviamente.

Se escucha ruido en el exterior al caer el atardecer, me despido de la familia para salir en silencio, nos dirigimos hacia la zona donde habíamos acordado reunirnos con Caleb, era cerca de nuestra antigua casa, Caleb estaba nervioso al vernos, mientras nos indica que nos apuremos, me doy cuenta que había cosas extrañas entre nosotros, estábamos siendo interceptado por traidores, y Caleb intentaba decirnos, corro hacia este mientras me sube al caballo y cabalga dándose un gran enfrentamiento, de los arbustos salen soldados enemigos listos para atacar, Serian se queda detrás deteniendo esa invasión, para mi sorpresa, en la ciudad se estaban aglomerando para romper cosas y destruir establecimientos.

—¿Qué demonios pasa? — Pregunto aferrándome a Caleb.

—El emperador aprobó una reforma donde ninguna mujer puede subir al trono — Dios, pero porque lo había hecho —. Según faltaste a la cita.

—El mensajero llego tarde... Maldita sea — Miramos la destrucción a nuestro paso mientras caballeros reales se encuentran defendiendo la entrada del palacio, resistiendo a la población enojada.

Algunos de nuestros soldados habían llegados otros se encontraban perdidos entre el mar de personas, pero los que estaban, se preparaban para luchar. Veo llegar caballeros de Clord, la provincia japonesa, quienes formaban un ejército más grande con la población que pedía justicia; Detrás de la reja había soldados asustados que no dudarían en defender al emperador, pero esto ya estaba perdido, este se asoma por el balcón.

—O nos abre la puerta y mostraremos piedad, o nos obligara a entrar por la fuerza y no le tendremos misericordia — Grito haciendo bulla entre los ciudadanos, Mark se pone a mi igual junto con Serian, ambos venían lastimados. El emperador grita algo que no podemos escuchar, pero los soldados se ponen en modo de ataque, eso significa una cosa, no le tendríamos piedad, pues él no dudaba en rendirse —. Que inicie la revolución.

Saco la espada de Caleb para apuntar hacia el emperador, hombres a pie se acercan luchando por nosotros y también contra nosotros, había civiles que odiaban la idea y morían por este en la trifulca veo a niños.

—Serian, y Mark saquen a los niños llévenlos a un lugar seguro — Les ordeno, mientras me cambio de caballo para avanzar más rápido con Caleb, nos adentramos mientras hombres nos tratan de tirar, pateo a uno en la cara mientras me bajo agarro la espada y comienzo a atacar a quienes osaban atacarme, un soldado viene con toda la intención de atacarme en la entrada cuando comienza a gritar.

—Está embarazada — Esto paraliza a varios quien trataban atacarme, Caleb atraviesa a uno quien intenta atacarnos, algunos se hacen a lado para que quede al centro, me sentía ansiosa, toco mi vientre mientras levanto mi espada.

—Larga vida a la emperatriz a su bebé — Grita mientras vuelven a gritar, pensaba que nadie se atrevería a tocar a una embarazada, mientras paso veo como el fuego se comienza a cesar el ruido con mis pasos trataba de mirar a todos las personas a su rostro; Caleb, Serian, y Mark van detrás de mí, cuidando cualquier cosa, las puertas se abren y mientras vuelvo a escuchar el ruido de otra vez peleándose, estábamos nosotros cuatro contra caballeros que aún se quedaban adentro pero al abrir la puerta solo veo la destrucción que aún quedaba adentro, los cuadros estaban rotos las plantas muertas, recordaba lo maravilloso que era, pero ahora solo eran las cenizas de lo que solía solía ser.

—Vanessa, ten cuidado — Me dice Mark, mirando los vidrios rotos en el piso, y un olor desagradable, me pasa un paño para cubrirme la boca con ayuda de Caleb mientras comienza a ir adentrándose, los caballeros están de espaldas a nosotros, o algunos nos ignoran, nuestra presencia no era relevante para ellos, nos damos vuelta para ir al cuarto donde están las sillas reales para las audiencias, todos los cuadros de los emperadores de su familia, colgados mientras el está sentado junto con su esposa fumando tabaco.

—Te tardaste... — Me dice mientras deja sacar el humo —. ¿Ese es mi nieto?

—No, él no es nada tuyo — Digo mientras me acerco más a el.

—Su padre era mi adorado hijo, mi único varón, ese bebé que cargas en el vientre será mi futuro — Cuando dice esto la puerta tras de nosotros se cierra, viendo a 3 caballeros quienes estaban listos para atacar —. Te daré una última oportunidad, tendré misericordia y he dejare con vida para que veas a tu hijo crecer y cuando yo muera, tú también lo harás.

—Suena maravilloso... — Digo acercándome a él —. Pero si tú tuvieras opciones a darme.

Lanzó la daga pero falló, mientras que uno de los caballeros me rodea este me empuja y sale corriendo, como tal sanguijuela que huye de su camino.

—Vanessa ve tras él — Me dice Serían, pero veo como la emperatriz deja de respirar se había suicidado delante de nosotros pero había sido una muerte silenciosa —. ¿Qué esperas?

Huyó detrás de él, mientras veo como lanza cosas para hacerme más difícil el seguirlo, lo cual era cierto era una mujer cercana a los 30 años, embarazada. Estaba siendo difícil a pesar de la buena condición que tenía, entramos al salón del segundo piso, que dejaba ver al pueblo, este se apoya riéndose contra el barandal.

—Mira la belleza de esto — Se dice riéndose de todo, la destrucción como su pueblo se quemaba en las cenizas de su dictadura —. Reconstruir esto te costará millones, e incluso no te vas a recuperar vas a reinar un pueblo destruido.

—¿Eso crees? Hice algo que tú no hiciste... alianzas... — Ese se sigue riendo mientras se voltea conmigo —. No sabes lo que te espera... niña estúpida.

Le estaba constando respirar, se agarra el pecho, mientras sonríe, estaba disfrutando el dolor que estaba teniendo.

—Mataste a todos los que amabas por la corona, así que la pregunta es ¿En verdad soy yo el villano? — Me acerco más a él, ya no estaba asustada, el solo era un maldito saco de huesos putrefactos —. Ambos somos iguales Vanessa... y tú cometerás mis mismos errores y tus hijos, y los hijos de tus hijos, por qué al fin de cuentas el bebé que cargas en tu vientre llevará mi sangre.

No lo dejo terminar cuando encajo la espada en su pecho. Este me mira, mientras da unos pasos atrás en sus ojos se miraba que no creía que lo hubiera hecho, al igual que Serian quién me mira desde atrás, este camina hacia atrás rompiendo el barandal cayendo por este mientras me cubre para que no vea, pero escucho su cuerpo sólido caerse, la corona estaba en el piso, los libros lo recordarán como el emperador que perdió la cabeza por la corona.

—Vanessa... Ya terminó — Me dice mientras escuchamos los aplausos — O bien, emperatriz.

—Llámame Van — Le digo mientras el me pone la corona.

—Te ves bien eh — Ambos sonreímos mientras lo tomo del brazo, ya había acabo, la tortura había acabado —. Cómo primera petición a la emperatriz me gustaría Me gustaría ser un duque.

—¿Qué te parece ser emperador? — Le digo mientras llegamos abajo, y vemos un cuadro de Riddle, apoyo mi cabeza en el cuadro "Hey... lo logré...".

—Te digo la verdad... no suena tan malo emperador consorte Serian — No estaba enamorada de él, pero sentía aprecio, nos encontramos con Caleb y Mark, ambos no tan mal heridos, pues solo habían sido 6 caballeros contra 2, salimos de ese espantoso lugar para ver al pueblo, estaba amaneciendo y lo habíamos logrado.

—Dios salve a la emperatriz, dios la llene de gloria — Sonrió al saber que lo había logrado, vendrás días mejor, como Riddle me lo prometido, había alcanzado pero cual era el costo aun así esto todavía no era seguro, me subo al caballo mientras siento como mi estomago tiene pequeños piquetes, me dirijo por toda la ciudad para ver como esta estaba cesando, subo para ver a los nobles yéndose de allí, caballeros aliados se encargan de capturan a unos cuantos mientras llegamos a la casa de la prima de Riddle.