CAPITULO 27
Habían pasado tres meses desde que llegue al reino, no tenía comunicación ni con mi hermana mi mucho menos con Riddle, me había centrado en ganar la confianza del rey del norte y mandar reportes con Christie de las tropas, estábamos en una de las reuniones extraordinarias pues estábamos perdiendo, habíamos perdido más terreno y caballeros e incluso varios habían ido al bando contrario haciéndose más fuertes, me siento alejada para estar escuchando.
—Capturamos a una niña que estaba tratando de entrar al palacio — Mis ojos no creían lo que miraba, era mi hermana, su cabello era más largo de lo que recordaba, lucía más delgada y algo más alta, era una belleza.
—Hermana... — Susurro tirándome de rodillas —. Su majestad, es mi hermana Sofía.
El rey me hace señas para que me acerque, ella me miraba enojada, estaba realmente molesta, y se notaba con cada movimiento.
—¿Es verdad? — Me dice mientras la observo un poco mejor, ella me quería decir algo, pero no podía.
—Si, es ella — Le tomo de la mano para abrazarla, la sentía tan lejana.
—Venía a solicitar trabajo... Ya no hay nadie que me cuide — Dice ella en voz baja, apenas la podía reconocer de esa manera.
—Como la hermana de mi protegida, recibirás todo sin nada a cambio. Ella salvo mi vida es lo menos que puedo hacer por ella — Me mira con amor, para tomar mi mano, mientras mi hermana se acerca a besar el dobladillo de su vestido.
Le pido el permiso para retirarnos al ir a la habitación me suelta todo, la cuestión es que Riddle le informo que estaba creando un signo de confianza con el enemigo y temiendo que me desviara del objetivo pidió a mi hermana para centrarme, es por eso por lo que en tres meses no había tenido nada de información de él, mi coraje hacia él estaba en aumento.
—Tú amas al príncipe no entiendo por qué le disparaste — Me dice en modo de reproche.
—El hizo que mataran a papá... — Ella solo sabía lo que él le había dicho —. Te iras en el primer barco a Lennox, sin rechistar.
—No eres mi madre. No me iré de aquí sin ti — Eso me había dolido.
—¿En dónde está la Riddle? — Le pregunto y ella me da un papel —. Atairan, alístame un carruaje.
Este me concede el permiso, y parto hacia la ruta, estaban en una biblioteca escondida de cosas cristianas, era un largo trayecto, y ella estaba molesta.
—¿Cómo estás? — Le pregunto dándole la mano.
—Bien, no estoy trabajando... — Me dice sin mucho ánimo.
—Perdón... Solo estoy haciendo lo mejor para nosotras — Le tomo la mano.
—Lo mejor hubiera sido jamás haber firmado ese contrato para ser emperatriz. Cuando eras prostituta no nos faltaba nada, y ahora faltas tú — Me da tristeza pues esas palabras no eran de una chica de 13 años, era de una adulta mis decisiones habían hecho de que madurara, me sentía como una mala persona, el camino que restaba me fui en silencio, pensando al llegar veo como ella ya no era una niña —. Hola Eugene, ¿Podría pasar por un libro?
—Ya sabes dónde están, Marina — Entramos para la parte de atrás de la vieja biblioteca, cada vez que caminábamos el piso sonaba peor con nuestros pasos, ella toca 2 veces a puño, se espera y vuelve a tocar haciendo que la puerta se abra dejando ver a todos.
—Bienvenida Vanessa — Me dice la guardia del Clord, mientras sonrió — ¿Qué te trae por aquí?
Veo a Riddle al fondo cruzado de manos mirándome enojado, me acerco sigilosamente, para darle una bofetada haciendo que varios guardias apunten sus espadas contra mí.
—Eso fue por meter a mi hermana en esto — Él se queda sin tener idea de lo que estaba pasando —. Ella se va a casa en el primer barco, es una orden.
—Como diga, reina — Me dice en modo de sarcasmo.
—Necesito que estén listos en 3 días abra un banquete en mi honor, el rey se está confiando mucho en las estrategias que le estoy dando y en el banquete están prohibido los guardias reales — Me siento en la mesa para visualizar mejor la cara de todos —. Ustedes entraran como sirvientes para atacar, Riddle y yo nos encargaremos del Rey de norte juntos.
—¿Qué? — Me pregunta.
—Tú y yo acabaremos con esto ya de una vez por todas, para eso necesitamos a Alexandra, yo me encargare del resto, solo confía en mí — Le digo.
—¿Por qué debería? — Miro alrededor y solo había personas que confiaban en mí y yo en ellos.
—Porque sabes que te amo — Al decir esto, solo veo la cara de sorpresa de muchos y la sonrisa de Riddle que no podía con ella, no podía ocultar sus sentimientos y era lo que me gustaba, su transparencia —. Hay algo que quisiera contarles sobre mí.
Trato de hablar, pero veo como comienza a anochecer tendría que volver.
—Lo hare cuando esto allá pasado, no lo olviden 3 días — Salgo mientras me aseguro de que manden a mi hermana a casa, el verla me había hecho darme cuenta de que estaba siendo consumida por mis deseos de triunfar, después de todo era humana y tenía el derecho a pecar.
—Hermana — Me dice antes de subirme al carruaje —. Lamento lo que dije... No lo decía enserio...
—No te preocupes, lamento lo que hice y cuando vuelva hablaremos — Le doy un beso, mientras me despido de Riddle con la mano, teníamos una idea vaga de lo que íbamos a hacer, pero me sentía más centrada, camino hacia la oficina del rey y sin querer escucho su conversación.
"Lo sé, ella se llama Vanessa de Luca Arimendi la primera esposa del rey de Lennox, pero es interesante como logro herir al príncipe, es por eso por lo que la utilizare a mi favor" Dice riéndose.
"¿Cómo lo hará?" Pregunta uno de sus guardias.
"La hare matare después de que ella mate al príncipe" Me daba risa la dualidad de las cosas, pensaba que era un idiota, pero la verdadera idiota era yo al creer que era inofensivo, pero en realidad era un lobo con piel de cordero, entro a la habitación aparentando no saber nada, tomándolos por sorpresa sabia jugar muy bien las cartas, y no tenía pensado perder.
Me siento en las piernas de él, mientras le sirvo té esperando el momento en el que todo estalle para cantar victoria, espero a que se duerma para irme con Alexandra, ella estaba alistándose al entrar a la habitación ella me mira completamente, dejando de alisar su cabello, para prestarme atención me siento en la cama mientras todas las chicas salen.
—¿Tienes algo que decirme? — Me pregunta poniéndose crema.
—Me has ayudado mucho para no querer estar involucrada — Le digo acercándome a ella, se ríe —. ¿Qué es lo que quieres a cambio?
—Lo hable con el príncipe — Me dice calmada.
—Pero yo subiré al trono — Confiaba en ella, y me había mostrado lealtad debido a que no me había delatado teniendo la oportunidad —. Mi bisabuelo era el emperador, pero en un golpe de estado perdió su vida y la corona. Yo solo quiero recuperar lo que por derecho es mío.
—¿Y si no lo logra? — Estaba asombrada.
—Es muy difícil que no lo logre teniendo al reino de Clord, al de Lennox y si usted me ayuda de Antavine — Me levanto hacía ella para ponerme a sus pies —. Si me ayuda la hare reina de Antavine y nadie podrá ir en su contra.
—¿Es enserio? — Había dado en el clavo con lo que quería.
—Lo prometo — Me da su mano sellando lo que ambas habíamos planeado, el plan iba a seguir en marcha y ella ascendería al trono para darle fuerza, era algo de ganar para todos.
Ya no perdería más tiempo, ya no dudaría más...
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