CAPITULO 26
Entramos en el bosque de camino a los carruajes que estaban escondidos al fondo, una de las escoltas toma mi espada pues estando con ellos no había necesidad de usarla, escuchamos unos pasos acelerados.
—Protejan al regalo del rey — Grita una de las guardias, poniéndome abajo para cubrirme.
—¿En que ayudó? — Les pregunto y ellos me dan flechas para que se las entregue cada vez que se queden sin municiones.
—Huye — Me dice un caballero poniéndome de pie, y dándome una daga. Tomo el arco y flecha para comenzar a correr, tenia que buscar al rey y matarlo si quería volver a casa ya, no podía esperar un poco más, pues estaba comenzando a olvidar mi propósito, el propósito de esta misión.
Me acerco y miro al rey esconderse con algunos de sus caballeros en la zona veo un arco y visualizo una flecha para poder atacarlo, pero veo que es difícil. Nuestros ojos se conectaron por unos segundos antes de ver a Riddle ir hacía él, él iba con toda la intención era un acto suicida si los guardias lo miraban, tomo el arco corro hacía la flecha mientras apunto hacia el hombro de Riddle, suelto la flecha mientras cierro los ojos, solo escucho un quejido de Riddle para verlo caer.
El rey me mira atontado. Mientras el príncipe Riddle se queja y varios guardias reales de nuestra nación me miran fijamente.
—Mi nombre es Julieta Truqui. No les permito ningún ataque a nuestra majestad — Las personas que me conocían me miran fijamente, algunas confundidas otras con rencor, toman al príncipe quien me mira adolorido.
—Julieta... — Me susurra mientras se apoya entre varios caballeros para levantarse.
—Retírense y no atacaremos — Dice el Rey mientras me jala hacia el tomándome de la cintura, sigo sin bajar la guardia para lanzar una flecha más de advertencia.
Miro como los caballeros bajan sus arcos, mientras se retiran, me dejo caer al piso para comenzar a llorar, mis manos temblaban por primera vez en todo el tiempo al igual que mis piernas, me dejan que me desahogue.
—¿Ya dejaste de llorar? — Me pregunta una vez que mi respiración se encuentra más calmada, me da su mano para ayudarme a levantar —. Lo que hiciste se necesitaron agallas... ¿Sabes quién era él?
Niego con la cabeza.
—Él es el primer príncipe. Pero no por mucho tiempo — Me pone mi mano en su brazo para volver a buscar el carruaje y salir de allí —. Ahora eres mi protegida.
Llegamos al palacio, Alexandra estaba esperándonos. El rey pasa ignorándola para ir directo a su habitación el rumor ya se había extendido de que su esposa lo había mandado a matar por los celos y en una mala jugada termino muerta, entramos a su habitación para ayudarme a cambiar con Christie.
—Chicas, estoy cansada y puedo hacerlo sola — Les digo pero ellas me tapan la boca.
"El primer príncipe está en el jardín secreto..." Me susurra al oído.
"¿Pero como pudo entrar?" Pregunto al mismo tono de voz, mientras Alexandra, trata las heridas de mi mano.
"Yo lo estoy dejando entrar... Él prometió regresarme a casa" El estaba haciendo más méritos que yo, mientras yo quedaba como traidora el como salvador, terminan de arreglarme y me pongo una daga en la muslera.
"Si él rey pregunta donde estoy díganle la verdad" Ellas asienten mientras tomo unas cuantas cosas de emergencia para cuidar un poco de su herida, camino un largo trayecto para por fin encontrarme con él.
Antes en sus ojos habían amor, e incluso habían compasión en este momento Riddle me miraba con odio, estaba enojado conmigo y lo peor no se esforzaba en ocultarlo, su rostro demacrado por el cansancio, estábamos frente a frente.
—¿A que estamos jugando Vanessa? — Escupe, tenía su hombro vendado.
—Lo mismo le pregunto yo su majestad — Le lanzo los materiales que había traído con un poco de agua.
—Me disparaste cuando bien podría matarlo y llevarte a casa — Comenzamos a discutir en voz baja.
—Y llevarte todo el crédito ¿Crees que no me di cuenta de que los caballeros no sabían que estaba infiltrada? — Me acerco a él, para verlo cara a car, solo nos separaban unos centímetros —. No necesito ser salvada por un príncipe, porque yo soy la reina.
—Entonces ¿Qué es lo que quieres? ¿Matarlo con tus propias manos y recibir todo el crédito? Recuerda tu lugar — Da un paso para estar ambos tocándonos —. Sin los caballeros que mataste no hubieras llegado tan lejos olvida tu soberbia o tomare medidas más drásticas.
Se voltea para dejarme sola allí.
—¿Vas a matarme al igual como mataste a mi padre? — Me acerco a él mientras saco la daga de mi muslo, extender su mano y ponerla contra mi cuello —. Hazlo.
—Vanessa — Me dice mirándome confundido.
—Esa es la diferencia entre tu y yo. Yo no le tengo miedo a las consecuencias de mis acciones con tal de conseguir lo que quiero, no es soberbia es Valentía y el esconderse detrás de tu titulo solo te hace una gallina — Sentía lo helado del filo apuntando la vena de mi cuello —. Pequeño príncipe el fin justifica los medios.
—Suenas como una villana ¿Acaso te escuchas? — Me rio mientras me alejo.
—Creo que las mentiras con el tiempo se vuelven realidad. No tengo nada más que hablar contigo — Guardo la daga en mi muslera, para sostener su mirada fijamente —. Si vuelves a reprochar mis acciones o cuestionarte no dudare en apuntar a la cabeza.
Camino dándole la espalda con él miedo de que el me pudiera hacer algo pero siento como corre para darme un abrazo por detrás, entierra la cara en mis hombros, trato de zafarme pero él es más fuerte que yo.
—¿Por qué eres así conmigo? Mírame a los ojos y dime que no me amas — Me voltea para verlo, lagrimas resbalan su rostro reflejando sus sentimientos.
—No te amo — Le digo mientras el retrocede, mi boca pronunciaba las palabras que mi cerebro había formulado ignorando al corazón.
—Con que es así... — Este limpia su cara —. Perdóneme su majestad, malinterprete las cosas y me tome el atrevimiento en muchas ocasiones. Le pido que olvide todo, permiso.
Miro que se escapa por el muro subiendo como araña a pesar de tener un brazo lastimado, una vez que mis ojos ya no pueden verlo, me digno a llorar, como me pedía que olvidara todo, pensaba que lo estaba protegiendo pero lo había lastimado, lo había herido, estaba enamorada de él, y si eso lo mantendría vivo lo haría, miro la luna.
Parece darme una idea, asesinare al rey mientras le pido que pase la noche conmigo, ato mi cabello para dirigirme de nuevo al palacio, ignoro a todos, para irme a recostar, había sido un día demasiado largo e incluso con muchas emociones, me quedo dormida, sin dudar mucho ignorando todo lo detrás.
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