Capitulo 18
De un momento a otro veo como Hisos amenazaba con matar a Abdías, algo dentro de mí se encendió sentí un clic en todo mi ser. Deje que fluyera porque no podía con esa energía, escuche el disparo pero cuando miro Abdías estaba bien y la bala se encontraba en el suelo a unos pasos de distancia.
La consternación se apodero de nuestros rostros, mi madre sonrió como si supiese que sucedía.
- Así que ese es tu don.- exclama mi madre emocionada.
- ¿De qué hablas?
- Los demonios somos dotados con dones ellos se activan cuando es necesario, fuiste tú quien detuviste la bala.
- Todo esto es demasiado.- me enfoco en Abdías quien está perdiendo mucha sangre.- Wen hay que atender a Abdías está sangrando.
- Tranquila amor, los hombres lobos se recuperan rápido solo necesita reposo y sanara.- dice mi madre despreocupada.
- Pero tienen que limpiarles las heridas antes que se infecte.
- No te preocupes todo estará bien.- Abdías sonríe para darme animo, pero parece más una mueca.
- No me importa, no correré el riesgo.
De tanto insistir Wen me hizo caso aunque antes elimino a Hisos, no sentí ni una pizca de remordimiento por él. El es mismo se labro su destino, todo porque querer ir contra la voluntad de la diosa luna y su ungido.
Cuando llegamos a la manada lo único que podía pensar era en Abdías, sé que mis padres me miran extraño por mi comportamiento. La mirada de mi madre es como si sabe o intuye lo que pasa entre los dos, pero es obvio ella es un ser sobrenatural debe de saber que estamos juntos.
Luego de una larga espera el doctor sale con toda su paciencia explicando que todo está bien, detuvo la hemorragia y que debe descansar para que selle bien la herida.
- Ya ves hija, te dije que todo iba a estar bien.- exclama mi madre mientras me abraza.- Ahora usted y yo vamos a hablar señorita.
- Después que vea a Abdías, ¿Si?- le suplico con mi mirada, ya sé por dónde irá la conversación.
- Está bien, amor.- beso su mejilla y entro a la habitación de Abdías, lo encuentro sentado en la cama por pararse.
- ¿A dónde cree que va lobito?
- Iba a buscarte.- su voz ronca hace estragos en mi.- ven, necesito sentirte.- me acerco a él y me sienta en su regazo abrazándome con fuerza.- Casi me vuelvo loco cuando me entere lo que se atrevió hacer Alana.
- Hablando de ella ¿Dónde está?
- Muerta.- lo miro y se encoge de hombros.- Yo no perdono las traiciones, ella nos estaba engañando...
- Tranquilo amor, no tienes que justificar tu decisión. Porque eso es lo que se merecía. Ahora dejemos eso a un lado, lo importante es que ahora estamos de nuevo juntos y no tendré que ir a Washington.
- Bueno en algún momento tu abuelo querrá conocerte.
- Sí, pero siento que es muy pronto y aun no he escuchado la versión de mi madre. Debo saber si puedo confiar en el rey demonio.- rozo nuestros labios.- Amor tengo que ir a hablar con mi madre, regresare en unos minutos.
- Está bien mi amor.
- Y nada de estar parándote de la cama, ¿Entendido?- asiente desganado. Sonrío y lo beso para buscar a mi madre.
Encuentro a mis padres en el jardín con Zoe, me siento cerca de ellos. Me siento tan feliz de tener nueva vez completa mi familia.
- Bueno madre tienes muchas cosas que contarnos.- intento direccionar de alguna forma la conversación, poder sacarme todas esas preguntas que me carcomen.
- Si, hija. Sabía que este secreto no podría ocultarlo por más tiempo, aunque aquí no soy la única que debe respuestas.- me mira con complicidad y sonrío por lo astuta.
- Tienes razón, pero tienes muchos secretos que necesitamos saber. Y muero por saber si papi sabia de todo esto.
- Claro que sabia amor.- contesta mi padre sonriendo mientras abrazaba a mi madre.
- Cuando les contamos como nos conocimos omitimos muchas cosas que ahora no tiene sentido ocultar, solo queríamos protegerlas pero viendo el panorama le hicimos más daño ocultándoles su verdadera naturaleza.- inhala y exhala para darse valor, su típica rutina cuando tiene algo pesado sobre sus hombros.- Naci en una familia... se podría decir, disfuncional. Si, mis padres solo se unieron para tener descendencia real. Tuvieron tres hijos Jared, Chad y yo todo estaba estrictamente planeado por ellos, Jared sería el sucesor de mi padre y yo la sucesora de mi madre. Cada uno tenía su heredero.
- Y ¿Chad que vendría siendo?
- Es que sus planes eran básicos mi madre solo quería una futura reina para el bosque cuando ella falte y mi padre un futuro rey, Chad vendría siendo un suplente si algo le llegase a pasar a Jared el ocuparía el puesto de Rey.
- Y ¿tú no podrías ser reina?
- No, a menos que me casara con un demonio de rango fuerte. Ay hija costumbre después ahondaremos ahí.- evade magistralmente mi madre la pregunta que ya se estaba formando en mi mente.- continuo la historia. Fuimos criados de forma estricta, aunque mi padre era un amor y por esa razón le rogué a mi madre para vivir con él, acepto a regañadientes. Chad y yo éramos lo que mejores nos llevábamos, Jared era demasiado serio y muy obediente nosotros éramos los más inquietos. Teníamos la costumbre de correr por el prado y llegar a un arroyo, hasta que un día nos hicieron una emboscada querían matarnos por nuestra doble realeza eran consciente que nuestra familia gobernaría dos grandes imperios. - su vista se pierde como si estuviera reviviendo ese día.- un muchacho nos ayudo, Asher era el futuro alfa de la manada vecina. Cuando mi madre se entero armo el drama mas épico de su vida, me prometió que me encerraría en una cabaña hasta que aprendiera a ser responsable y tantas cosas que me hirieron. Así que decidí escaparme, no quería ser la reina del bosque.
- Y ¿tu padre porque no hizo nada?
- Por el trato que habían hecho, los hombres que nacieran de esa relación serian estrictamente del reino demoniaco ella no podría interferir en su crianza y si era mujer al inverso.
- Que trato más frívolo.
- Es que así eran sus personalidades, pero a pesar de mi padre ser un demonio era más amoroso. Mi madre podría competir con un tempano de hielo y le ganaría hasta el polo norte y sur juntos.
- Se escucha alguien que no quisiera tener cerca de mí.
- Puede que haya cambiado, el tiempo hace milagros.
- Depende que tipo de cambio madre, puede ser negativo o positivo.
- Prosigo, cuando me escape me teletransporte a Rusia.
- ¿Qué?- la miro sorprendida.
- No tenía dinero, ni documentos y no quería ir a un lugar donde me pudiera encontrar. En Rusia conocí a su padre justo cuando llegue, se quedo sorprendido el pobre se desmayo.- se carcajeo.
- Que esperabas, si una persona aparece de la nada delante de ti no te aterraría.- se excusa mi padre por su reacción.
- Cuando vi sus hermosos ojos me di cuenta que era mi destinado, claro después que lo desperté. Jajaj. El me ayudo en todo, me dio un techo y fuimos conociéndonos. Su familia no quería que él estuviera conmigo porque decían que yo era una delincuente que no tenia papeles, dijeron tantas cosas que lo único que provocaron fue que nos fuéramos de Rusia. Teníamos miedo de que llamaran a la policía para que me extraditaran.
- ¿Ellos eran capaces de hacer eso?
- Claro que si, son personas acomodadas muy poderosos. Me veían como una cazafortuna, no les guardo rencor porque es lo que pensaría si alguien viniera a enamorarlas en ciertas condiciones.
- Por eso se mudaron a Australia.
- Sí, todo lo demás lo saben. Nos casamos aquí y las tuvimos a ustedes.
- Mami ¿y ahora que harás?
- ¿Qué hare de qué?
- Si, quieres ver a tus padres.
- Me gustaría, pero tengo miedo. Quizás más adelante. Ahora señorita le toca a usted. ¿Cómo es eso que Abdías es el rey de los lobos?
- Eso fue cuando nos perdimos en el bosque, que en realidad Parker quería abusar de mí y Abdías me defendió, fue atacado...
- ¿Qué? Y ahora me vengo a enterar de eso.
- Madre para mi tu no eras consciente de que existieran seres sobrenaturales. Como crees que te iba a decir eso.
- Tienes razón.
- Wen nos encontró y nos ayudo, Abdías acepto y yo regrese a casa.- resumo rápidamente lo sucedido.- Volví a ver a Abdías al día siguiente del incendio, me trajo a la manada y...- me detengo a rebuscar en mi vocabulario la forma correcta de abordar este tema. Ay como le dices a tus padres que sedujiste un lobo, que te le apareciste un día en una cabaña en comienzo del calor del acoplamiento.
- ¿Y.yyy?- insiste mi madre.
- Les hare un resumen, soy la mate de Abdías y él me marco.- decidí dejar de irme por la tangente e ir directo al grano.
- Ayyyy- mi madre pego un grito mientras saltaba alegre. Mi padre solo niega.- vez te gane, sabía que algo había entre ellos dos. Siempre lo supe.
- ¿De qué hablas madre?
- Pues que tu madre y yo siempre sentimos esa tensión entre ustedes dos, sabíamos que se gustaban. Y...- mueve su mano tratando de explicar algo.
- Apostamos, eso es lo que no quiere decir.
- Amor.- le reclama mi padre.
- ¿Qué? Es la verdad, yo aposte a que terminarían juntos y el a que no por la actitud de Abdías, además de todo los rechazos que te hacia.- ay trágame tierra no me digan que ellos sabían de mis travesuras. Mi madre asiente como si pudiera leer mis pensamientos.
- Si, hija éramos conscientes de tus escapadas hacia el cuarto de Abdías.
- Y ¿por qué no dijeron nada?
- Porque era suficiente con la rebotada de Abdías, no queríamos hacerte sentir más mal de lo que estabas.
- Ay que padres modernos me gasto.
- No me digas que seguiste atrás de él. Entrando a su cuarto de noche.
- Madre, Zoe está aquí.
- ¿Y? un día de esto se enamorara y hará peores cosas que tu.
- Ay madre, mejor me voy a ver a Abdías. Ya saben lo que tienen que saber. Adiós.
- Si, vete pero tarde que temprano me vas a tener que contar.
Solo niego mientras salgo pitando del jardín, mi madre está loca pero la amo. En realidad es muy abierta en los temas del sexo, y es sumamente apoyadora. Quizás por cómo fueron sus padres con ella, es que ella es de esta manera con nosotras.
Cuando entro a la habitación no encuentro a Abdías, voy hacia el baño y lo encuentro en la ducha. Su mirada se conecta con la mía, suspiro y doy gracias a los dioses que me regresaron con bien junto al amor de mi vida.
Me desprendo de mis ropas y lo acompaño en su baño, lo ayudo a enjabonarse y esos toques condujeron a besos subidos de tono. Nos olvidamos de las heridas y nos dejamos sentir, nuestras pieles se fundieron otra vez como una sola. Cada jadeo y gemido eran provocados por las caricias que nos proporcionábamos, mientras el agua corría por nuestras pieles llegábamos al inconfundible cielo y un arco iris refrescaba nuestra vista. De ahora en adelante esperaba solo cosas buenas y muy buenas con mi rey lobo.
CelesteFer✍
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro