Pov Abdías

Estos días han sido estresantes para mí, por un lado tener que controlar mi lobo que me impulsa a hacer cosas que no quiero, y por otro estar pendiente a cualquier avistamiento de nuestros enemigos.

Hemos recibido notificaciones que el Alfa Hunter quiere derrocarme porque cree que un exhumano no es capaz de gobernar a los lobos. Ha convocado a otras manadas de todos los lados del mundo que no están de acuerdo conmigo siendo su rey.

Éramos conscientes que solo era cuestión de tiempo que explotaran como una granada cargada de odio y cegados de poder. Decir que estamos preparados seria caer en arrogancia, puesto que por más listos que estemos siempre surgen cosas que simplemente se escapan de las manos.

La seguridad se ha doblado, no podemos permitir que un lobo patrulle de noche o de día sin compañeros que puedan formar un fuerte, se han dividido grupos que se diseccionan por todo el lugar. La unidad es nuestro lema principal en esta guerra.

Wen entra a la oficina y por su rostro adusto puedo saber que trae malas noticias.

- Rey, tengo buenas y malas noticias. ¿Cual desea primero?- ya viene el viejo lobo con su juego.

- Dime las buenas.

- Varias manadas han dado su visto bueno para enviar sus mejores guerreros. Aun faltan algunas manadas por contestar pero creemos que estarán de nuestro lado.

- ¿Cuáles son esas manadas?

- Hay tres en Estados Unidos, Surtdamm la del alfa Michael, Luz lunar del alfa Raúl y Immortal Moon del alfa Asher.

- Y ¿las malas?

- El alfa hunter ha contactado con el rey de los demonios buscando alianzas.

- ¿Qué? – me sobresalto en el lugar, imaginándome la desgracia que será tener de enemigo al Rey de los demonios.

- Es sabido que los demonios tienen poder de consumir a los enemigos, el busca tenerlo de su lado.

- No es posible. Bastante tenemos con pelear con nuestra propia raza ahora para tener que lidiar con los demonios.

- Por fuente fiable me he enterado que el Rey de los demonios le dejo claro que no quería inmiscuirse en cosas que no le incumbe. Pero...

- ¿Pero qué Wen?- me desespero cuando hace sus pausas dramáticas.

- Que si el rey se entera sobre lo que hizo Hunter, el que morirá consumido será el.

- ¿Por qué?-

- Resulta que el Rey de los demonios, se apareo una vez con la Reina de los bosques.

- ¿Y? ¿Qué tiene que ver eso en todo esto?

- De esa relación nacieron tres hijos, dos niños demonios puros y una niña con poderes del bosque. Cuando se separaron el Rey se quedo con sus hijos. Un día les hicieron una emboscada a dos de sus hijos por su línea de sangre, Chad y la niña que fueron ayudados por el alfa Asher. Después de este suceso la joven se fue del reino, según se' quería ser alguien normal y vivir como una humana.

- Entiendo todo, pero no veo el punto a donde quieres llegar.

- Ahora lo entenderá. Esa joven hizo su familia, tuvo dos hijas que solo la mayor tiene más rasgos para ser la siguiente reina del bosque.- ya me estaba cansando de tanto misterio.- Resulta que Hunter mando a matar a la hija del Rey demonio, la princesa demonio y del bosque.

- ¿Qué? ¿estás seguro?- cada palabra que sale de la boca de Wen me confunde mas.

- Cien por ciento Rey. La hija o más bien la familia que el mando matar fue la de Elizaveta.

- Espera me estas diciendo que Yelena era la hija del Rey demonio.

- Si, rey. Y no tan solo mato la hija sino también al yerno y la nieta del Rey demonio.

- ¿Desde cuándo sabes esto?

- Me entere hoy Rey. De haberlo sabido antes se lo hubiese contado.

- Gracias por la información, puedes retirarte y cualquier cosa que averigües inmediatamente me informas.

- Si Rey.- estaba caminando hacia la puerta cuando se detiene.- Otra cosa Rey, nuestra fuente viajo al reino demoníaco para hablar con el Rey.

- Bueno nada tengo para decir, Hunter quería que el Rey demonio hiciera su trabajo más fácil. Pero no le va a funcionar.

Continúe en mi trabajo aunque estaba distraído por todo lo que se ha desvelado hoy. Elizaveta entra a la oficina, creo que su propósito es matarme. Últimamente está mostrando más piel de lo normal.

Un gruñido se expande por mi pecho, mi lobo quiere tomar el control. Con movimientos sensuales que debería estar prohibidos, la veo caminar hacia donde estoy embelesado me quedo absorto ante su belleza, nunca ninguna mujer me ha interesado de manera sexual desde lo que me sucedió hasta que conocí a Elizaveta y desde entonces he intentado alejarla de mi.

Una vez a mi lado me enseña unos papeles que debo firmar, se reclina con una mano en el escritorio y la otra en mi silla, su blusa holgada deja ver claramente sus senos cubiertos por un sostén de encaje rojo. Me concentro en firmar y le entrego los papeles, huyo como un cobarde.

Desde que la conozco siempre ha sido persistente en un mismo propósito, seducirme. Siempre he sabido esquivar sus intentos, pero ahora es otra historia son dos contra mí. Porque mi lobo la quiere a ella y rechaza a quien le debemos tanto, me siento culpable por lo que le sucedió a Alana es la única razón por la que me casare con ella.

Solo pienso que hare cuando entre el calor del acoplamiento, no puedo estar en el mismo lugar donde estará Elizaveta o mis instintos la reclamaran .Solo puedo recordar el infierno que viví el primer calor, los instintos se adueñan y solo tienes en mente follar. Se debe tener cuidado de no marcar accidentalmente a la compañera de placer en el calor.

Imagino la escena con Elizaveta y solo puedo llegar a la conclusión que sería un desastre, porque terminaría vinculándome con ella y mi palabra se verá afectada.

Y una de las cosas más honorables de los lobos es que puedes confiar en sus promesas.

Cuando me sentí más tranquilo y bajo control, regrese a la oficina suspiro aliviado que Elizaveta no esta aquí. Aunque no dura mucho porque entra por la puerta como si hubiese estado esperando mi llegada para presentarse en la oficina.

- Abdías se me olvido recordarte la reunión que tienes hoy a las dos de la tarde.

- ¿Con que motivo?

- Planeación de estrategias y discusión de probabilidades. Eso fue lo que me dijiste que anotara.

- Está bien Elizaveta, gracias.

- A la orden.- canturreo mordiéndose los labios. Para luego dejarme solo con un grave problema en mis pantalones. Rayos! Tendré que buscarle otro trabajo a Elizaveta, no podre siempre vencer la tentación.

***

Me encontraba reunido con los jefes de escuadrones de la manada y los mejores estrategas que teníamos. Además de mi mano derecha Wen quien era mi Beta y mi mano izquierda Eliud quien era mi delta.

Debíamos pensar como nuestros enemigos y estar un paso delante de ellos. Cada jefe de escuadrón debe entrenar a sus hombres y asegurarse de su integridad física. La mejor arma que tenemos contra ellos en estos momentos es que sabemos todos sus pasos.

Varios cambios se han ejecutado para el bienestar de todos los de la manada, se han restringido las salidas y entradas de la manada. En el territorio tenemos suficientes abastecimientos de comida, ropa y todo lo necesario puesto que hemos levantado un almacén para evitar ser expuestos por Hunter.

El sonido de la puerta siendo tocada nos saca de la conversación, con una sonrisa coqueta entra Elizaveta y soy consciente del interés que ocasiona en algunos de mis guerreros. No debería pero estoy celoso, y mi lobo aruña mi piel incitándome a marcarla.

- Perdón señores por interrumpir. Pero acaba de llegar esta carta para Abdías.- el asombro de la mayoría de mis guerreros se hace evidente por la forma de llamarme de Elizaveta, es cuando caigo en cuenta que nunca me ha llamado por Rey o Señor como todos aquí. Y tengo que admitir que me desagrada la idea de que ella me llame de esa forma, mi nombre suena correcto proviniendo de ella.

- Muchas gracias Elizaveta.

- A la orden. Me retiro para que puedan continuar.- sale contoneándose hacia la salida. Con cada movimiento al caminar mis guerreros se quedan embelesados mirándole el trasero a mí... Mi lobo gruñe enfadado, todos se sobresaltan al sentir mi poder emanar de mi cuerpo.

- Parecen unos pubertos. Debería darles vergüenza mirar una mujer de esa forma. No quiero verlos otra vez haciendo lo mismo ¿entendido?

- Lo sentimos Rey. Pero pensamos que no le importaría ya que nos ha cachado antes y no nos reprendió.- dice Ralf muy campante.

- Si es verdad. Además esa joven está soltera- lo secunda otro estúpido que esta sentenciando su muerte.

- Y muy buena.- agrega el idiota de Max, ya en este momento mi lobo pelea por hacerse con el control.

Me levante en un impulso abalanzándome hacia esos cretinos que hablan de esa forma de ella. Wen me detuvo y Eliud los saco de la oficina, todos estaban sorprendidos por la manera en como perdí mi control.

- Debe tranquilizarse Rey.- dice Wen. A lo que solo salían gruñidos de mi boca.- siéntese y respire.

- Ya estoy bien.- digo cuando por fin pude encontrar mi voz. Estaba tan enojado que mis instintos me pedían acabar con la amenaza.

- Rey, he estado considerando y por su manera de actuar cuando se trata de Elizaveta que ella es su mate.

- No lo creo. Adem...

- Solo usted lo puede saber. Si sus instintos le grita que la marque, proteja y le incita a estar cerca de ella. Mas su aroma es un afrodisiaco para usted y su lobo, pues esta ante su mate, su Luna.- Wen sale dejándome con más dudas que respuestas.

Y es que todo lo que dijo Wen es lo que me está pasando. Mientras más tiempo pasó con ella mis instintos son más fuertes. Y escucho tres palabras que me desarman.

Compañera. Marcar. Proteger.

Es como si esas tres palabras resumieran lo que mi lobo desea, y no solo él, lo que yo deseo. Elizaveta te has vuelto un gran problema para mí, desde que te conocí sabias que llegarías a significar demasiado para mí. Por esto te alejaba tanto, te ignoraba y evitaba estar a solas contigo. Tu eres la más dulce tentación y yo quería poder ser el ese vil pecador que cae una, y otra y otra vez al fango del pecado.

Siento que todas mis barreras flaquean ante ti. Que los muros que desde hace casi siete años vengo elevando se desboronan como un castillo de naipes sin que pueda hacer nada. Si, hoy lo confieso.

Me he enamorado de Elizaveta. La amo, al principio no entendía este sentimiento hasta que lo entendí con sus padres y era lo mismo que soñaba tener con ella. Pero soy un cobarde que tiene miedo a fallarle o que ella me destruya. Solo ella tiene ese poder y nunca he querido que sepa que solo con sus palabras puede matarme.

Pov Elizaveta

Me apresuro a salir de la oficina de Abdías, siento las miradas morbosas de todos esos idiotas. Si fuese Abdías quien me mirara de esa forma me sentiría la mujer más deseada del mundo.

Voy a la cocina sintiéndome derrotada, en estos días he hecho todo lo que ha estado en mi alcance, he seguido los consejos que me han dado y nada surte efecto. Aunque a veces creo que va a caer pero retrocede.

Cuando Verak ve mi rostro y sé que huele mi tristeza me trae un chocolate. Dice que no hay nada mejor que los dulces para subir el ánimo.

- Gracias.

- Al parecer no ha ido nada bien.

- No.- me encojo de hombros.

- Animo. Aun es pronto ya va a caer.- dice para seguir en sus tareas.

Después de lo que pienso una eternidad llega Wen corriendo y exultante de alegría.

- Lo estamos logrando.- dice Wen contento mientras me pone en pies y me da vueltas.

- Ahh Wen me estoy mareando.- me deja en el suelo con su sonrisa.

- ¿A qué viene tanta alegría?- pregunta Verak.

- Pues que el Rey ha perdido el control con todos esos idiotas que te miraron de manera lasciva.- Verak se emociona y salta como una niña.

- Y ¿por eso se alegran?- pregunto no entendiendo que de extraño hay en que Abdías se enojara por eso.

- Es que los hombres lobos no fácilmente perdemos el control, solo cuando se trata de alguien que queremos mucho. Pero solo atacamos con ferocidad cuando se trata de nuestro mate.

- ¿Y?- pregunto sin entender aun lo que quiere decir, creo que aun la cocina da vueltas.

- Lo que Wen quiere decir es que lo que pensábamos era cierto. El Rey siente algo muy profundo por usted, es mas pensamos que usted es su mate.

- Eso es imposible.

- Claro que no. Quédate observando las miradas que te da, los gestos que hace y analiza la forma en que trata a Alana. Te darás cuenta que significas mas para el que esa.- dice Wen quien suspira al ver mi cara de incredulidad.- Es en serio Eliza. Nosotros podemos sentir las emociones fuertes que emanan de los cuerpos. Tu no le eres indiferente, puedo hasta decir que el está enamorado de ti.

- ¿Abdías? Ja,ja el Abdías que conozco siempre me ha ignorado y evitado, nunca se fijaría en mi.

- Ya verás que te equivocas.- dice Verak sonriente.

- ¡Ojala me equivoque!

- Lo que debe es seguir seduciéndolo como hasta hoy.

- Si, y pienso que funcionaria darle celos.- emocionada Verak aplaude como si ha descubierto algo supremamente importante para la supervivencia del mundo.

- Eso puede ser peligroso.- anuncia Wen nervioso.

- No, debemos buscar un buen guerrero que no permita que el Rey lo atemorice. Y le diremos de nuestro plan. Sí, tengo el indicado.- canturrea feliz.

- No verak, no creo.- alarmado Wen niega con la cabeza.

- Claro que sí.- insiste Verak como los niños cuando quieren algo que se le ha negado.

- Estoy de acuerdo con Wen.

- Ay déjenme eso en mis manos. Yo buscare el perfecto, valiente, caliente y sexy guerrero que te corteje para que el dios de los celos nos ilumine a nuestro Rey y termine de darse cuenta que eres la correcta y única para él, y que si no se decide puede perderte.- sentencia Verak.

- Suena coherente el plan.- digo cediendo a las locuras de Verak.

- Espero que tu idea no estropee el plan.- dice mientras niega con la cabeza.

- Ay Wen necesitamos positivismo. Esto va a funcionar como me llamo Verak.

Bueno dicen que el que no se arriesga no cruza la mar. Sé que suena loco todo este plan descabellado en el cual soy cómplice y autora material; pero no quisiera que en el futuro me arrepienta de no haber hecho nada, de pensar ¿Qué habría pasado si? Quiero arriesgarme aunque mi corazón termine destrozado o quién sabe si consigo mi propósito y Abdías me deja entrar en su corazón, porque desde hace varios años el ocupa el mío.

Prepárate Abdías porque en estos momentos estoy en modo cazadora y hasta que no atrape a mi lobo favorito no dejare de insistir y persistir.

 ***

Hola, espero les guste este capitulo. 

Abdias se ha desahogado contándonos su situación.  Se ha develado un gran secreto que ocultaba la madre de Elizaveta y de esta forma es como este libro se une al de Eres mi luna. Yelena es la tía que Jade no conoce. Se avecina una batalla sin cuartel donde correrá mucha sangre, espero estén preparados. 

Denle amor al libro, voten, comenten y siganme si aun no lo hacen.

CelesteFer✍