Dedicado a @FranyelisCorona primer voto de esta historia, gracias por darle una oportunidad a esta historia como lo has hecho con las otras.

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Miércoles 1 de Enero del 2020.

Queensland, Australia.

-¡Rayos, maldito hierro!- exclamo frustrado.

El desgraciado se ha cogido con mis pies, siempre que voy a agarrar el condenado destornillador se me resbala.

- He ahí la razón de que no permita mis hijas entrar al taller.- dice mi jefe Mikhail Petrov, es un buen hombre y gran padre de familia tiene dos hijas, siempre cuenta todo lo que hizo desde que salió de su natal país Rusia.

Seguí en mi trabajo debía tener listo para hoy la moto de Julián, uno de los clientes más habituales del taller por sus múltiples accidentes. No sé cómo esta moto aun sirve, todas las semanas para en este lugar.

No puedo negar que gracias a ella he recibido grandes propinas. Ya que solo yo puedo tocar su preciosa moto.

- Abdias, es hora de comer. Ya deja esa moto.- me avisa la señora Petrov, Yelena, una mujer como pocas. No cualquier mujer se casaría con un mecánico. Siempre en las casas de los mecánicos aparecen piezas y hasta manchas de grasas.

Sin rechistar voy hacia el patio donde hay un comedor, ya la familia Petrov se encuentra en el lugar. Desde que trabajo con ellos, ya hace como cinco años, siempre me han tratado como un hijo. Hasta me dejan dormir en una habitación que hay en el taller.

Nunca en mi vida alguien ha sido tan amable conmigo, por esa razón en lo que puedo ayudarlos lo hago. He recibido ofertas importantes de otros talleres automotrices de renombres pero he dimitido sus ofertas, siento que sería desagradecido si me voy ahora que la situación de la familia Petrov no es la mejor.

Siempre mi jefe me pregunta porque rechazo estas ofertas, y le digo que no me interesan o invento algo. No quiero que se sienta mal si sabe que es por él. Sin querer una noche escuche una plática donde su esposa le decía que el banco ya no quiere prestarles más dinero y todo lo que poseen esta en hipoteca.

Me siento en el mismo lugar de siempre, a la izquierda de Zoe la menor de las hijas de mi jefe, con apenas 12 años ya tiene propuestas de universidades importantes que quieren reclutarla, su coeficiente intelectual es muy alto. A veces creo que el ser muy inteligente te priva de muchas cosas importantes en la vida, ya que la ves con otros ojos a como los demás la ven.

Y al frente, esta Elizaveta es la mayor, más que inteligente es aplicada y demasiado decidida, cuando se propone algo lo logra. Mi jefe no puede decirle en broma que no puede hacer algo, que por su terquedad hasta que no lo hace no está tranquila.

De toda la familia Petrov, es con la que menos me llevo. Desde que llegue a esta casa se que se siente atraída por mí, aunque en ese entonces creía que se le pasaría rápido que solo era una ilusión de adolescente ya que tenía 15 años.

Ahora tiene 20 años, aunque no me mira igual que antes pero puedo ver por su manera de comportarse que aun mi presencia la altera. Sé que cuando llegue alguien especial se olvidara de lo que cree siente por mí. Y yo solo cruzo los dedos que eso pase, porque yo nunca me enamorare. Nunca me casare por amor.

Le hice una promesa a mi mejor amiga de la infancia y voy a cumplir. Cuando esté preparado para unir mi vida a alguien ella será con quien lo haga.

Desde mis 17 años cuando me escape de esa casa del horror, no he querido tocar ni que me toquen las mujeres de manera sexual. Siento asco de tan solo pensar en lo que me hacían hacer para obtener dinero a mi costa, no les era suficiente lo que el gobierno australiano les otorgaba por mi custodia. No, tenían que cometer una de las bajezas más grande.

Tampoco quiero hijos, porque si me pasara algo no quisiera que les sucediera lo mismo que a mí. Aunque tampoco me veo abandonando mis hijos en la puerta de una iglesia.

- Abdias, ¿qué harás mañana?- mi jefe me saca de mis pensamientos.

- Aun no he planeado nada.

- Sé que es tu día libre pero ¿podrías aguantarme unas horas en la tarde?, mañana es nuestro aniversario y quiero pasarlo con mi esposa.- les sonrió.

- Felicidades, claro que puedo. Pero ¿por qué no toma el día completo? yo puedo quedarme al frente.

- No es necesario gracias Abdias. Aunque estaré en la mañana y estarás en la tarde.

- No hay problema.

- Ehhh disculpen que interrumpa.- habla Elizaveta- Padre mañana es la fiesta con mis amigos y no puedo faltar, ¿estarán en la noche?

- Ay hija eso se nos paso. Lo siento pero creo que no podrás ir, debes cuidar de tu hermana.

- ¿Qué? Hace tiempo les dije y...

- Lo sabemos hija pero...

No dejo que sus padres se explicaran y salió hecha una fiera.

- Cuanto siento esto Abdias, no sé qué pasa últimamente con Eli, se está comportando muy raro.

- No tiene que disculparse se como es su hija.

Comenzamos a hablar de cosas triviales. Terminamos de comer y nos dirigimos al taller. Me concentre en la moto, solo tenía una hora para terminarla.

Di los últimos toques a la moto, y era momento de probarla. Salí a dar una vuelta y todo estaba bien. Aunque sabía que pronto la tendría una vez más en el taller.

Al cabo de media hora llego Julián reviso la moto y me dio una buena propina. Una gran parte de mi propina se la entregue a mi jefe.

- Esa es tu propina hijo.

- No, Julián me dijo que una parte era suya y la otra mía. – me encogí de brazos.

- Se lo que haces hijo, sé que esto es tuyo y valoro todo lo que haces por mi familia.

- Jefe sabe que puede contar conmigo. Yo le debo mucho a ustedes por aceptarme cuando nadie quería darme una oportunidad.

- Yo se que vas a ser alguien muy importante, se te ve en el porte.

- Ja,ja, eso solo usted lo cree.

- Ya verás cuando lo veas con tus propios ojos, recordaras estas palabras de este viejo.

Sonreí, concluimos los trabajos previsto para este día. Cerramos el taller. Me vestí y Salí al bar que siempre frecuentaba. No tenía amigos, las únicas personas que conocía eran mis clientes y la familia de mi jefe no me importaba hablar con nadie más.

Desde que llego al bar siempre se me acercan mujeres insinuándose sexualmente las ignoro, no me gustan las mujeres que se rebajan de esta forma. No me gustan las mujeres atrevidas, creo que si hubiese tenido corazón, me enamoraría de una mujer con los pies en la tierra y que sea tan distinta a las mujeres de este bar. En alguien que pudiera confiar, que no se le lance a los hombres, porque me preguntaría con cuantos más lo hizo. Quisiera ser su único hombre, no digo que sea virgen, pero si el único que la hiciera suspirar y llenara los vacios de sus pensamientos.

Pero claro eso es si pudiera enamorarme. Yo no nací para que me amen, ni para amar. Desde pequeño lo entendí, cuando lloraba por mis padres y los demás niños se burlaban que me abandonaron.

Cuando cada persona que entraba en mi circulo de vida, destruyo ese niño lleno de ilusiones que creía en una familia y dejaron a este pedazo de carne andante sin deseos de vivir. Solo existo porque soy tan cobarde de acabar con mi vida y porque quiero demostrar que soy capaz de pese a las adversidades demostrar mi potencial.

Cansado de las insinuaciones, provocaciones y acciones vulgares decidí ir a descansar.

Una vez en mi habitación, me acerque a la ventana y observe la luna. Siempre he sentido una conexión extraña con la luna como si estuviese llamándome desesperada. Solo son imaginaciones mías.

Me acuesto en la cama, al mismo tiempo escucho como abren la puerta de mi habitación. Por ella entra Elizaveta.

-¿Qué haces aquí?

- solo vine a verte.

-Pues ya me viste. Puedes irte.

Se acerco con una sonrisa coqueta, que le pasa a Elizaveta. Se pasa la lengua por los labios y me mira insinuante, me quedo pasmado nunca la he visto de esta forma es como si estuviese poseída. Unió nuestros labios, reaccione alejándome de ella.

- ¿Qué te sucede Elizaveta?

- Ay muñeco contigo me sucede todo. Sabes bien que desde que vives aquí me gustas.

- Pero tú a mí no.

-Auchh eso dolió моя любовь.- siempre dice palabras en ruso que no entiendo.- Muñeco eso lo sé, aunque en realidad ninguna mujer te llama la atención. Tú las repeles.

- ¿Cómo sabes eso?

- Todo el pueblo habla sobre eso. Y hasta dicen que eres gay

- ¿Qué? es absurdo eso.

-No te preocupes дорогой, puedo ayudarte a que te gusten las mujeres.

- Estás loca Elizaveta, a mi no me gustan los hombres.

- Pues demuéstramelo

- No tengo que demostrarte nada. Sal Elizaveta.

- No lo haré.

Ya estoy cansado de esto, la agarro bruscamente y la saco de mi habitación. Cierro la puerta con seguro, no cometeré el mismo error dos veces. Me recuesto en la cama intentando controlar mi furia. Por respeto a su padre no diré nada.

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Hola

Espero les guste el primer capitulo.

Comenten y voten por la historia de esta manera se si les gusta y para cuando voy a dedicar capitulo saber a quien nombrar.

Coméntenme como les ha parecido.

                                                                       CelesteFer✍