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—¿Están listos? —preguntó mirando a ambos hombres.
—Siempre—dijo Yoongi en su traje de batalla negro, miraba al frente con fiereza, analizando todo a su paso.
—Listo—respondió Jungkook tomando con fuerza la correa del caballo.
Namjoon asintió, estaban a unos metros de distancia. —Entonces, vamos a separarnos.
Jungkook se puso en marcha y con esto a su ejército de brillante armadura plateada, estaba anocheciendo por lo que tenían que emprender camino, ellos irían por la parte trasera. Yoongi hizo lo mismo dividiendo a su gran ejército en dos porciones cada una de ellas atacaría un costado, por último él comenzó a avanzar de frente.
El único plan que tenían era asesinar a todos y buscar a sus reyes. Necesitaba tener en sus manos a JongSuk, no dejaría que por ningún motivo este se quedara con vida, a su lado Jackson y Hoseok le miraron de reojo.
—¿Estás listo Namjoon? —preguntó Hoseok con una sonrisa—. Los entrené bien, así que ninguno tiene que fallar ¿Entendido?
—Sí—asintió con un suspiro—. Hagamos esto, quiero a mi esposo de vuelta.
—Sólo no pierdas la cabeza.
Namjoon no respondió, siguió avanzando sin demora. En su mente sólo había un pensamiento y ese era salvar a SeokJin a como diera lugar.
Jimin miró al recién llegado con miedo, ¿Qué estaba haciendo ahí? Tragó en seco, la espada ensangrentada que estaba en sus manos peso más de la cuenta.
—¿Qué haces aquí? —preguntó inseguro de sus propias palabras.
—Vine a asesinarlos—miró de reojo a Taehyung quien seguía inconsciente—. Aunque no parece que vaya a hacer gran trabajo.
Jimin gruñó instintivamente. —No te vas a acercar a él, antes te voy a asesinar.
GeunSuk soltó una carcajada, llevo su mano a la espada que cargaba en la cintura y la desenfundó con elegancia y la direccionó hacia él
—¿Tú rey te ha enseñado? Porque tus movimientos son bruscos comparados a los de él—sonrió ladino—. Estás improvisando ¿Verdad? Te voy a acabar y sólo le entregaré pedazos de ti.
Jimin tragó en seco, su frente estaba sudando al igual que sus manos, sus piernas parecían gelatina.
—Me importa un carajo—respondió molesto—. No te será tan fácil. Créeme.
A lo lejos pudo escuchar el sonido de los caballos, miró alrededor asustado, volvió la vista hacia GeunSuk quien lucía preocupado, eso le dió la respuesta que tanto esperaba, sólo tenía que actuar el tiempo suficiente para dejar que los encontrarán.
—¿Tienes miedo? —preguntó con una ceja alzada—. Sabes lo que te va a pasar si te encuentran ¿Verdad?
GeunSuk río socarron. —Lo que me hagan no me importa. En cambio, lo que yo te haré a ti, bueno, ellos no podrán reconocer tu cuerpo.
Jimin entrecerró los ojos observando de lleno al hombre que estaba frente a él, un doncel que aparentaba ser duro, pero que sus ojos demostraban miedo y no por él.
—Tienes miedo de salir y ver a tu hermano muerto—rio—. Es mejor que te hagas a la idea. Ambos morirán hoy.
La respuesta furica fue casi inmediata, los ojos de GeunSuk se encendieron como llamas en pleno infierno, se acercó sosteniendo con fuerza la espada
—¡Cállate! —gruñó.
Jimin volvió a subir la espada y se preparó, separó las piernas para encontrar equilibrio, su respiración se volvió errática, los latidos de su corazón iban tan rápido como el aleteo de un colibrí. GeunSuk propició un fuerte golpe al aire que Jimin pudo detener, la vibración de ambas espadas al chocar lastimaron sus manos, pero no soltó la empuñadura, mordió su labio inferior con fuerza, tanto que ese se rompió, pudo probar su propia sangre.
—Vas a morir maldito bastardo—gruñó, el hombre nuevamente antes de volverlo a atacar.
Jimin esquivo el ataque, pero GeunSuk parecía poseído y daba golpes torpes que podrían ser muy peligrosos si atinaba a alguna parte de su cuerpo.
—Vamos Yoongi—susurró antes de concentrarse y volver a atacar.
Namjoon cabalgaba con rapidez al igual que sus hombres, estaban rodeados, sabía que tenían una fuerte posibilidad de ganar, sin embargo, todo podía suceder esa noche.
A lo lejos pudo ver la puerta de aquella casona, era rústica de madera antigua, parecía tener cientos de años en pie, afuera de esta el ejército rebelde aguardaba, las tropas de Yoongi esperaban su señal mientras que las de Jungkook se acercaban con sigilo por el bosque que daba al río.
Se acercó con sigilo viendo que JongSuk hacia lo mismo, lo único que se escuchaba era las respiraciones de los soldados y las patas de los caballos al chocar con la tierra. Tomó con fuerza el mango de su espada que se encontraba en su cinturón. Todo estaba listo.
—Debo decir que me sorprendes que hayas encontrado el lugar tan rápido—dijo con una sonrisa—. Pero ya estás aquí, directo en mi territorio.
—Devuelve a los reyes—dijo con ferocidad—. Hazlo o...
—¿O qué? —preguntó con una ceja alzada—. No has comprendido Namjoon que yo tengo el maldito poder aquí—rio por lo bajo.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó enfureciendo el gesto—. ¿El reino? Te lo doy, pero suelta a mi esposo y a los dos reyes.
JongSuk sonrió ladino. —Quiero el reino en eso tienes razón, pero... sé que no eres confiable, no te voy a dar nada, te mataré y me quedaré con lo que más quieres, les voy a demostrar que soy el verdadero rey y no me importa a quien deba asesinar para lograrlo. Todo esto es mío, mí derecho.
Namjoon bufó. —Estas loco, acepta el trato que te doy.
—Está bien—sonrió de manera siniestra—. Yo lo acepto, pero antes.
Levanto su mano y uno de sus hombres se acercó, al inicio Namjoon no lo comprendió, pero a medida que se iba acercando pudo percatarse que jalaba algo con una cuerda, su respiración se cortó de golpe cuando se dió cuenta que SeokJin era la persona que estaba siendo jalada, su cabello estaba despeinado, tenía rastros de sangre en su camisa blanca y la boca hinchada, al mirar sus ojos pudo ver el miedo y el dolor. Eso le enfureció
—¡Devuélvemelo! —gritó con todas sus fuerzas.
JongSuk tomó la cuerda y jalo tan fuerte a Jin que hizo que este subiera al caballo con él.
—¿Lo quieres? Entonces búscalo.
Dió la vuelta antes de que Namjoon se acercara y se alejó a gran velocidad. El rey miró a Hoseok quien a su vez miró a dos de sus hombres estos levantaron unas banderas verdes.
—¡Ataquen! —ordenó antes de emprender camino en busca de JongSuk.
La señal fue vista en las colinas donde el ejército negro con banderines rojos sangre y un dragón sobre la luna como escudo esperaba paciente.
Yoongi sonrió ladino. —JongIn, busca a Jimin—dijo antes de volverse a sus hombres—. ¡Ataquen malditos bastardos!
El ejército dividido bajo las colinas en un estruendo de caballos y armas, los gritos de guerra fueron escuchados a grandes distancias, todos observaron como ambos ejércitos arrasaban con los enemigos.
Hoseok sonrió sacando su espada y comenzando a clavarla en el pecho de quién se cruzará enfrente. Estaba extasiado, toda su vida había entrenado para ese momento y no perdería. Estaba seguro de que ganarían.
El ejército de armadura plateada vio a lo lejos la señal.
—Atacaremos la villa de forma directa, su objetivo es buscar a los reyes ¿Comprendido? —preguntó el pelinegro con semblante duro—. ¡Ahora, busquen a su rey! —ordenó con ferocidad antes de ponerse en marcha.
La tierra retumbaba por el creciente golpeteo de los pies y los cuerpos al caer, la negrura se llenó de sangre, con la luz de la luna las brillantes hojas de las espadas resplandecían y los lamentos de los caídos se graban en el viento. Decenas de hombres peleaban con fuerza, defendiendo aquello que habían jurado proteger, poniendo en alto el estatus de sus escudos, en esos momentos de angustia y adrenalina corriendo por sus venas no pensaban en nada más que luchar contra sus enemigos. Estaban seguros de que iban a ganar.
Jimin cayó nuevamente de rodillas al piso, la hoja de la espada estaba por impactar en su hombro cuando se movió rodando a un costado. El aire estaba escapando de sus pulmones, su cuerpo presa del frío por el sudor temblaba, el cansancio estaba volviendolo más lento y torpe.
—Ya no eres tan valiente—se burló GeunSuk observándolo desde arriba—. Eres un doncel inútil.
Con todas sus fuerzas se volvió a levantar ayudándose de la espada, gruño cuando sintió un tirón doloroso en su pierna derecha, trato de no tomarle importancia y tomando una bocada de aire se enderezó.
—No cantes victoria antes de tiempo—susurró sofocado.
GeunSuk se acercó y nuevamente arremetió contra él con fuerza, parecía que el creciente encuentro no había causado nada que le hiciera bajar el ritmo. Jimin resistía pero él no estaba hecho para pelear, nunca lo había hecho por lo que su cuerpo estaba resintiendo rápidamente el esfuerzo.
—Moriras al igual que él—dijo señalando a Taehyung.
—Puede que lo haga,pero te juro que no te irás ileso—volvió a levantar la espada y atacarlo.
Las vibraciones de las hojas al golpearse lastimaron sus oídos, Jimin apretó los dientes para seguir luchando, GeunSuk se distrajo un momento y eso fue suficiente para que Jimin pudiera golpear su hombro derecho haciendo que este soltara la espada por unos momentos, se tomó el hombro con una mueca de dolor manchando sus dedos de sangre
—¡Matenlo! —ordenó a los gruardias quienes al salir de su entonación se acercaron.
Jimin trago en seco. —Supongo que es el fin. Lo siento Jihyun, lo intenté.
—Aún no—susurraron a su lado—. Aún quiero ver a mi hijo crecer.
Miró con asombro a Taehyung quien con mucha dificultad sostenía la espada que momentos antes GeunSuk había tirado
—Tae—susurró con alivio.
—Lamento haberte dejado esto para ti Jiminie—sonrió sarcástico.
Ambos miraron hacia el frente y endurecieron el gesto, posiblemente iban a morir pero lucharían hasta el final.
Yoongi estaba extasiado, atravesaba a sus enemigos con una sonrisa sádica, sus manos y rostro estaban llenos de sangre, con una mano manejaba a la perfección su caballo, no había nada ni nadie que lo detuviera. Estaba en su territorio, tomando la vida de quienes se acercaban lo suficiente a su espada, era un experto y su mirada sólo reflejaba la emoción de la muerte.
El rey gritaba órdenes al tiempo que degollaba a sus oponentes, estaba concentrado hasta que una lanza le dió a su caballo, el animal se paró en sus patas traseras sin darle posibilidad de sujetarse, cayó de espaldas con un gruñido ronco, se sentó en el suelo sintiendo el ecosor en su espalda baja, tomó la espada pero cuando estaba por levantarse un hombre puso el filo de la punta de la arma en su rostro
—Hoy mueres hijo de puta—gruñó.
Yoongi lo miró con una sonrisa ladina. —Mala forma de morir, irónico.
El hombre estaba por contestar cuando abrió los ojos de la sorpresa, miró su pecho, donde sobresalía la hoja de una espada. Cayó de rodillas muerto en segundos
—Gracias—dijo Yoongi.
Jackson le miró. —Debí dejarte morir—dijo ante de desaparecer entre los soldados—. Pero, no hoy.
Yoongi lo observó con seriedad, la furia creció y volviendo a tomar su espada comenzó a pelar con mucha más fuerza.
Namjoon recorría en su caballo el lugar a donde JongSuk se había ido, sentía la adrenalina recorrer su cuerpo sin detenerse. Estaba temblando debido a la antelación y a la furia.
JongSuk estaba por cruzar el puente sobre el río embravecido sobre aquel acantilado, cuando miró a alguien acercarse en un caballo a gran velocidad, paró en seco haciendo relinchar al animal. SeokJin gritó cayendo al suelo de espaldas, Namjoon paro bajando del caballo y corriendo hacia él. Lo levantó de los hombros sonriendo.
—Sube al caballo y vete—susurró besando su frente.
SeokJin negó. —No me iré sin ti.
Namjoon estaba a punto de replicar cuando fueron interrumpidos por el estruendo de dos espadas al golpeándose. Vieron con asombro como JongSuk peleaba con un hombre misterioso, Namjoon se puso de pie llevando su espada consigo
La lucha del hombre misterioso era descuidada, parecía no haber entrenado lo suficiente nunca.
—Rindete—dijo con voz grave.
JongSuk al escuchar a su hermano sonrió. —Nunca—dijo antes de tomar la espada y encajarla en el estómago del distraído hombre.
Cuando esté cayó de espaldas en el piso Namjoon miró con horror se quien se trataba.
—¡Jaehyun! —gritó acercándose.
SeokJin tapó su rostro con su mano impresionado. JongSuk sonrió satisfecho, soltó una carcajada limpia. Porque había ganado.
—El bastardo ha muerto.
Namjoon se acercó a Jaehyun y lo tomó de la cabeza mirándolo, este al verlo le recibió con una sonrisa sangrienta.
—Llegue...tarde—susurró—. No es mi culpa...Hoseok me lo prohibió.
—¿Por qué mierda hiciste esto? —gruñó sintiendo sus ojos picar y una opresión en su pecho.
—Él....nuestro padre me dió...una misión—dijo con dificultad, su vista se estaba nublado y poco a poco perdía el sentido—. Me dijo....que tenía...que protegerte con mi vida...ese fue el pago...que te dió....por...lo que pasó.
Namjoon maldijo a su padre, sus labios temblaban. —No debiste hacerlo. No debías morir por mí.
—Eres mi....hermano Namjoon —sonrió cerrando los ojos—. Claro que tenía.
—Mamá estaría orgullosa de ti—dijo ahogado—. También tu padre.
Jaehyun abrió los ojos y le miró con lágrimas desbordadas. —¿Mamá? ¿Sabes quién es?
—Sí...somos hermanos de la misma madre, ella te alejó para protegerte, eres mi hermano y lo siento tanto.
—Hermano....—dijo con su último aliento antes de cerrar los ojos.
Namjoon apretó la mandíbula, lo dejo con cuidado en el piso y encaró a JongSuk. Este estaba riendo extasiado por haber matado al protegido de su padre.
—Maldito infeliz, te voy a aniquilar.
Taehyung y Jimin respiraban con dolor, por más movimientos que hacían estaban rodeados, espalda con espalda miraban a sus enemigos reírse de ellos.
—Hicimos lo que pudimos—dijo Jimin en un susurro—. Espero que mis hijos me recuerden.
El rubio de ojos azules negó. —No moriremos.
—Lo haremos.
Taehyung tembló, a pesar de todo ellos iban a morir ahí sin ser capaces de mirar nuevamente a sus hijos y esposos. La angustia y el dolor de lo que iba a perder se clavó en su corazón. Sollozó bajando la espada y la cabeza
—No te dije que jamás debes de bajar tu arma.
Aquella voz hizo que ambos abrieran los ojos, al igual que los guardias quienes se volvieron a ver al hombre acompañado de sus soldados mirándolos con desprecio
—Ahora—dijo Jungkook.
Sus hombres entraron con una oleada de fuerza irrumpiendo con voracidad la muerte de los reyes. Jimin casi llorar por lo que acababa de presenciar, Jungkook se lanzó a los brazos de Taehyung quien sollozó del alivio
—Creí que te había perdido—susurró en su cuello—. ¿Qué te hizo?
Taehyung temblo. —Nada, no logro hacerme daño.
A su alrededor se desarrollaba la lucha por lo que Jimin se acercó a la puerta, iba a salir cuando vio a GeunSuk, lo siguió con sigilo, este estaba herido por lo que se apoyaba en las paredes para cruzar el pasillo, la furia lo cegó, estaba absorto en esas nuevas emociones que estaba desarrollando, unas tan fuertes que se clavaban en su pecho lastimandolo.
—Detente—dijo con fiereza—. En RyuMoon no acostumbramos a huir como vil cobardes.
GeunSuk se detuvo cerca de un ventanal, la luz de la luna les permitía apreciarse con claridad, Jimin se acercó alzando la espada, apuntando directo a su cuello
—¿Cómo quieres morir hoy? ¿Rápidamente o dolorosamente?
—Eres un maldito astuto—sonrió ladino—. No puedo creer que hayas ganado, eres la viva imagen de tu esposo, el amor te vuelve cruel ¿No es así?
Jimin entrecerró los ojos. —Prefiero que caigas por el filo de mi espada a morir en tus manos.
—Yo también amé—susurró—. Y mira a dónde me trajo ese amor ¿De verdad estás dispuesto a eliminar tu humanidad? ¿De verdad quieres matarme?
Jimin miró a ese chico y vio en sus ojos el dolor, mordió su labio inferior y fue bajando la espada
—Lastima que yo no tengo humanidad—dijeron a sus espaldas.
Jimin miró con asombro como Yoongi aparecía y encajaba una espada en el pecho de GeunSuk, lo empujó con el pie haciendo que cayera de espaldas quebrando el ventanal y desapareciendo en la oscuridad. Dejando detrás un grito que los helo por completo.
—Jimin—susurró el pálido antes de abrazar a su esposo con lágrimas en los ojos.
—Yoongi—le abrazó de vuelta con fuerza—. Maldición creí que iba a morir, creí que jamás volvería a verte.
El pelinegro negó. —Mi pequeño dragón no podrá morir jamás—susurró antes de separarlo y tomarlo de las mejillas sonriendo—. Lo hiciste bien pequeña luna, lo lograste, ahora ambos saldremos de aquí.
Jimin asintió. —Quiero volver a casa.
Yoongi asintió con una sonrisa, miró al fondo del pasillo donde Jungkook cargaba en su espalda a Taehyung quien se abrazaba a su cuerpo con fuerza.
—Busquemos a Namjoon, el ejército rebelde está cayendo—le dijo al pelinegro quien asintió.
—Salgamos por la puerta de atrás—dijo Jimin de inmediato—. Debemos poner a salvó a Tae, está herido.
Yoongi asintio tomando su mano y guiandolos a la salida.
Namjoon arremetía con fuerza contra JongSuk quien estaba furioso por estar perdiendo. SeokJin miraba todo con el corazón en la mano, mordiendo sus labios debido al miedo que tenía.
—¡No dejaré que ganes! —gruñó lleno de desesperación—. ¡No estaré detrás de ti nuevamente!
—¡El reino es mío! —bramo Namjoon—. ¡Scarlanding es mío!
JongSuk gruñó con fuerza esquivando un golpe. —No entiendo cómo es que a pesar de que te odiaba siempre te prefirió—soltó alejándose—. No lo comprendo, yo era mejor que tú. Siempre fui mejor que tú.
Namjoon negó con una sonrisa mientras recuperaba el aire. —Yo soy como él, siempre nos odiamos y tratamos de jodernos, pero él sabía que era el mejor para cuidar del reino, tú no puedes, sólo ves por ti—chasqueo la lengua—. Además eres débil.
El castaño apretó la mandíbula y se acercó a él empuñando la espada, Namjoon respondió al ataque
—¡Te voy a matar!
—¡No si yo lo hago primero
SeokJin observaba todo con lágrimas en los ojos, quería intervenir, pero estaban tan cerca el uno del otro que sabía que si fallaba podía lastimar a Namjoon, además de que se sentía atemorizado, el nudo en su garganta creció y un horrible presentimiento se acrecentó
—Te haré sufrir como lo mereces—gruñó JongSuk—. ¡Tú no sabes el infierno que pasamos! No tienes idea de lo que tuvimos que hacer para merecer un puesto, un apellido, no vas a arrebatarme eso ni a GeunSuk.
—Él ya está muerto—dijo con dureza—. Los condenaste, te cegó el hambre de poder y perdiste. Lo mataste.
Sus cuerpos estaban muy cerca, en un movimiento en falso y motivados por el odio y la venganza levantaron las espadas al mismo tiempo, JongSuk sonrió y estratégicamente cambio la dirección del ataque tomando por sorpresa a Namjoon, quien miró lo que estaba por suceder, con una opresión en el pecho hizo su último movimiento.
—¡Namjoon! —escuchó que gritaron con desesperación a sus espaldas.
Miró a JongSuk quien sonrió. —Los cuatro hermanos....muertos—dijo antes de escupir sangre.
La espada de Namjoon se había encajado en su pecho haciendo que la punta sobresaliera en su espalda, cayó rendido de rodillas y cerró los ojos temblando
—Al menos gane..—rio tosiendo antes de quedarse quieto esperando la muerte—
Lo logré...
Namjoon cayó poco después, fue sostenido por unos brazos que lo acunaron.
—No, no, no—sollozo SeokJin mirando la espada que sobresalía en el pecho de su esposo—. Resiste por favor ¡Ayuda!
—Jinnie te amo—susurró sonriendo con la sangre escurriendo por la comisura de sus labios—. Te amo
—No digas eso—le miró negando, sus manos temblaban y su pecho sentía la opresión más dolorosa y sofocante que había experimentado—. No digas eso.
—Es la verdad....te amo...lo hice...desde niños ¿Lo sabes?....mi amor ¿Lo sabes? —volvió a preguntar levantando la mano y tocando con delicadeza su mejilla húmeda—. Eres lo mejor que...me pudo pasar. Lo mejor de mi vida.
—Por favor no—sollozo con desesperación—. No puedes dejarme....me prometiste que seríamos felices.
—Lo siento Jinnie—sonrió con melancolía—. Parece... que...nunca cumplo mis promesas....soy... torpe...un idiota.... jamás...debí alejarte...de mí.
Soltó el aire temblando, escuchó movimiento a su alrededor, pero no hizo nada. —No sé vivir sin ti—confeso con su garganta seca—. No puedo hacerlo.
—Puedes....eres...más... fuerte...que..yo...
—No me dejes—suplicó nuevamente—. Aguanta, por favor.
Namjoon negó lentamente. —La muerte ha llamado...mi presencia...Jin....mi pequeña luz...te amo...con toda mi alma...y a..mis hijos...
SeokJin sollozó tan fuerte que su garganta casi se desgarra. —Por favor.
—Perdóname—pidió con dificultad.
—No tengo nada que perdonarte—negó—. Te lo dije, ya te perdoné.
—Si lo tienes...por... favor—suplicó llorando.
—Te perdono—susurró—. Te amo más que a mi vida...eres mi todo....incluso cuando estuvimos separados siempre te ame...te pertenezco Namjoon..mi rey
—Recuérdame mi amor—susurró
—Siempre—dijo Jin antes de agacharse y besarlo, probando su sangre y su último aliento.
Aquel intercambio de palabras no los hizo darse cuenta de que JongSuk se levantaba con lo último de su fuerza y se acercaba con la espada, mataría a SeokJin, lo haría, dejaría al reino sin protección, como lo había prometido, pero, Namjoon miró de reojo lo que pasaba, aunque su costado dolía, se puso de pie tan rápido, moriría, pero no sin antes asegurarse que no dejaría a nadie que lastimara a su familia, escuchó el sonido de los caballos. SeokJin se acercó con la espada.
—Siempre debo dar un golpe final—dijo Namjoon tomando su costado derecho—. Así asegurarme....que mis enemigos...morirán.
JongSuk vomitaba sangre, pero sonrió. —Mataré todo lo que te...importa...
Ambos corrieron contra el otro, estaba muy cerca del acantilado, tanto que JongSuk dio un paso en falso y cayó, no sin antes tomar ma pierna de Namjoon, este cayó al piso y se resbaló, sosteniéndose fuertemente de la orilla del acantilado. SeokJin corrió a tomar sus manos.
—¡Sueltalo! —gruñó Jin a JongSuk que sostenía fuertemente de las piernas a Namjoon—. Resiste ¡Ayuda!
—Te amo Kim SeokJin.
Seokjin le miró asustado, su rostro apacible, en completa calma, su rey, a quien tanto amaba, le había entregado la última sonrisa, sólo a él. Antes de soltar una mano para alejar la de Jin, quien al momento de querer volver a tomarlo, se dio cuenta que era tarde, Namjoon ya se había soltado, lo vio caer al acantilado, directo al río.
—¡Namjooon noooo! —gritó furioso al cielo haber perdido lo que más amaba en el mundo.
Yoongi y Jungkook miraron la escena sientiendo que una parte de ellos se había ido. Vieron a SeokJin inclinarse al acantilado, corrieron a tomarlo en brazos mientras veían el río correr.
Kim Namjoon rey de Scarlanding, esposo de Kim SeokJin y padre de cuatro pequeños había muerto.
Lo siento. Pero...LifeGoesOn 💚💚
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