Namjoon observaba con una opresión en su corazón como SeokJin abrazaba y besaba a la niña y cómo está le sonreía y tocaba su rostro con cariño. Era mágico, algo se calmaba su corazón, estaba preocupado por su gente, pero en esos momentos en lo único que quería centrarse era en su pequeña y en su esposo.

—Mi bebé—susurró—. Lamento esto mi amor.

—Ella es hermosa—dijo interrumpiendo la escena—. Muy parecida a ti.

SeokJin le miró con una sonrisa. —Lo es, aunque tiene parte de ti también. Ven, acércate.

Con temor se acercó a su lado, se sentó en la cama y miró a la niña quien le examinaba fijamente, está se volvió hacia SeokJin curiosa.

”¿Quién es?" Preguntó moviendo sus deditos.

”Es tu papá ¿Recuerdas que te hablé de él?"

Ella le volvió a mirar y le regaló una sonrisa "Hola papá"

Namjoon soltó el aire que había estado reteniendo sin darse cuenta, sintiendo la comisura de sus ojos cristalizarse, levantó la mano acariciando sus mejilla regordeta..

"Hola princesa" respondió tratando de ser claro

—Hace mucho que no hago esto—rio inseguro.

—Lo haces bien, siempre y cuando no uses palabras muy complejas, ella lo entenderá—sonrió, con un peso menos encima—. Es muy inteligente, desde pequeña le he tratado de enseñar lo básico y aprende rápido, es más independiente de lo que imaginas.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

SeokJin suspiró quitando la mano de Tzuyu de su boca, para que dejara de chuparse el dedo.

—Namjoon no la querías ver o saber de ella, pensé que si sabías lo que pasaba, el rechazó sería mayor—suspiró cansado.

Namjoon acariciaba los cabellos de la niña quien les observaba directamente a los ojos. —Pero le dijiste de mi ¿Por qué? No lo comprendo, si no querías que nosotros tuviéramos contacto, ¿Por qué hacerlo?

—Es tu hija, debía hacerlo, además no es como si al crecer no pudiera haberse enterado de la verdad—le miró—. Esta cansada, pero hará preguntas por la mañana.

—Estamos los dos para responderlas—dijo con tranquilidad pero al no ver respuesta de SeokJin se mordió la lengua—. ¿Por qué no dices nada?

—Namjoon, me iré—dijo con voz dulce—. Me iré del castillo, regreso a la Villa.

—No—negó poniéndose de pie—. No puedes irte no ahora que sé....no te vayas, por favor. 

—Cariño—dijo con tranquilidad aunque por dentro muriera de tristeza—. Escucha...

—Yo no puedo perderte—susurró con un nudo en la garganta.

SeokJin dejo sentada a Tzuyu quien al verse sin su padre llevó su dedo a la boca. Se acercó a Namjoon tomando sus manos aunque este se negaba una y otra vez.

—No me vas a perder, pero yo no puedo permanecer aquí NamJoon, tu mejor que nadie sabe que las leyes del castillos son duras mucho más para nosotros—suspiró—. Dame un tiempo fuera de aquí, arregla las cosas, sólo te pido unos meses, las cosas están críticas y lo que necesito en este momento es tranquilidad, Tzuyu, YeonJun, Mina y JiEun lo necesitan ¿Podías hacer eso por mi? No me siento bien y quiero descansa, por favor dame la oportunidad de hacerlo, lo que ha pasado es más de lo que puedo soportar.

—No puedo vivir sin ti, yo creí que ahora estaríamos juntos—respondió con un nudo en la garganta.

—Namjoon.

Al verlo, pudo observar el dolor en sus ojos y como estos se cristalizaron, desvió la mirada, hacia mucho tiempo que no lo veía llorar, mucho menos por él. Sus lágrimas recorrieron sus mejillas, lo tomó de los hombros y acarició.

—No quiero que te vayas, no quiero que te alejes de mí, quiero que te quedes, que traigamos a los niños y que vivamos aquí—tragó en seco llevando la mano a su vientre—. Quiero cuidar de ti, quiero amarte por las noches y despertar a tu lado por la mañana, ya no quiero esperar, quiero conocer a mis hijos—miró a Tzuyu quien estaba entretenida con su muñeca—. Quiero recuperar el tiempo que he perdido, separarnos no nos hará sanar, no Jin, necesito que estén aquí, donde puede verlos y protegerlos. Así que, hoy te lo suplico, no te vayas.

SeokJin tomó una enorme bocanada de aire, se acercó a él rompiendo con la distancia y lo abrazo, acomodando su cabeza en su cuello, Namjoon no dudo ni por un segundo en rodearlo con sus brazos, llenándolo de calor y cariño.

—Si me quedo, ¿Podrémos estar tranquilos?

—Podemos Jin, claro que podemos.

—Bien, entonces sólo quiero ir por mis hijos.

—Nuestros hijos Jin.

Asintió, no quería dejar a Namjoon, pero aún había mucho que pensar sobre su relación. Habían cosas que perdonar y algunas que olvidar, quería descansar, era lo que pedía a gritos porque estaba realmente exhausto de los sucesos dentro del castillo, no quería más tensión, deseaba quedarse con el bebé en su vientre, pero sabía que si se quedaba lo perdería por el estrés de estar en medio de una disputa imperial. Sin embargo, las palabras de Namjoon crearon en él un sinfín de emociones unas más esperanzadoras, el tiempo estaba corriendo y ambos se habían perdido de mucho, sólo quería estar en sus brazos, así que no dudo en tomar su decisión.

—Te amo—dijo NamJoon acercándose.

—Tambien te amo—susurró antes de sentir sus labios cálidos sobre los suyos. Suspiró satisfecho. Con dolor tomó todo en ese beso.

Sus hombres estaban con vida, habían logrado eliminar al líder del ejército rebelde y sólo unos cuantos lograron escapar, él debería estar feliz pero era todo lo contrario, despedía a su esposo en la puesta del castillo.

El festejo en el castillo fue eminente, al igual que en las calles del reino, en donde todos aclamaban la valentía de los hombres de Scarlanding para traer de vuelta a la misteriosa princesa.

Dentro del castillo la atmósfera de júbilo aún se vivía, sobre todo en la habitacione de los reyes, en donde pasaban el tiempo junto a Tzuyu. Namjoon estaba encantado con la niña, le gustaba estar a su lado y escuchar cualquier cosa que esta quisiese decirle, aunque no fuera con palabras, era divino el tiempo que pasaban juntos, por su parte SeokJin esyaba viviendo sus mejores momentos. Sólo faltaban los otros pequeños para hacer su estadía en el Castillo más llevadera.

Todo parecía estar tranquilo, lo cual llenaba sus pensamientos de anhelo y al mismo tiempo de temor, porque la tranquilidad en su vida, no era algo a lo que estuvieran acostumbrados.

—El hijo de Jungkook está por nacer.

—Deberíamos mandar una carta—dijo SeokJin con una sonrisa—. O esperar a que todo salga bien, ¿Qué piensas?

—Creo que una carta mostrando nuestros buenos deseos es lo ideal, aún espero que esta vez las cosas sean diferentes para ellos. Yoongi está esperando a su primogénito, está feliz por ello.

SeokJin asintió. —Ellos están haciendo su vida, me da curiosidad saber sobre sus esposos, espero algún día poder reunirnos, sería interesante.

—No lo dudo, sólo espero que ellos sean menos impulsivos, aunque desde el principio fueron complicados.

—Sus esposos deben ser personas fuertes—asintió—. Dudo mucho que ellos hayan cambiado, Jungkook siempre frío y Yoongi, bueno, me reservo mis opiniones.

—En eso tenemos discrepancias, Yoongi no es tan malo.

—No dije que lo fuera—negó—. Impulsivo tal vez, malo no.

—Aún recuerdo cómo casi lo matas cuando te enteraste de todo, pobre Yoongi, llevo la peor parte.

—Algunas cosas no estaban destinadas a ser Namjoon—suspiró—. Vamos a dormir.

—Te sigo—asintió.

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