48
Los guardias caminaron por el pasillo en medio de la noche, eran diez hombres que golpeaban con sus pies los pisos creando un terrorífico sonido, aquel que los sirvientes llamaban "la marcha de la muerte".
Cómo sus órdenes lo indicaban entraron al palacio de cristal, el lugar que estaba designado a las ex mujeres del rey, tenían claro cuál era el objetivo, a las damas que se encontraban fuera de cada habitación se les miró con indiferencia.
—Lee Ailee—dijo Jackson sin explicación alguna.
La mujer asintió y caminó pesarosa a la habitación de la castaña, los ruidos habían despertado a las mujeres, LeeHi miró con horror a su hermana, con quien después de unos días compartía cama.
—Lo saben—sollozo—. Vienen por nosotras, por mi.
La puerta fue abierta dejando ver a la dama quien inclinó la cabeza. —Señorita Lee Ailee, vienen por usted.
LeeHi sintió como su corazón se detenía, miró con los ojos abiertos a su hermana mayor quien trago en seco con el miedo sacudiendo su cuerpo entero, se volvió y miró a su hermana.
—Está bien—susurró abrazándola—. Él no le hará nada a su hijo, pero pase lo que pase no te quedes en el palacio, sal de aquí LeeHi. Vete.
—Ailee....lo siento...lo siento mucho—sollozo
—Sólo haz lo que digo—dijo fría antes de levantarse y separarse de ella, tomó la túnica que descansaba a los pies de la cama y se la puso al igual que sus zapatos, caminó con la cabeza en alto a la entrada de la habitación, miró a los guardias frente a ella.
—Lee Ailee, está acusada de traición contra la corona, debe acompañarnos—ordenó Jackson con la mirada fría.
Ella tembló sintiendo las lágrimas escoser sus ojos, asistió resignada era mejor que ella estuviera en esa situación que su pequeña hermana, sólo esperaba que el rey con quién había compartido tanto fuera indulgente con su condena, que por llevar a su hijo dentro le ayudaría, aunque por dentro sentía que ni eso la salvaría.
—¡El rey es sabio! —dijeron los miembros del consejo al verlo entrar.
A diferencia de otros días Namjoon mantenía una máscara llena de furia contenida, había una cosa que no podía soportar y esa era la traición, si condenó al hombre que amaba lo haría claramente con alguien que no le causaba ningún sentimiento en ese momento, más que rencor, ella había jugado con sus sentimientos y casi le da muerte.
Se sentó en su trono posicionando sus manos en sus rodillas. Los miembros del consejo estaban en silencio sabían que en ese día lo único que podían hacer era aceptar todo lo que su rey decidiera.
SeokJin entró poco tiempo después bajo la sorpresa de los presentes y tomó su lugar al lado derecho del rey, estaba callado y demostrando elegancia y prudencia.
—Se abre la sesión para la condena de Lee Ailee—dijo sin esperar.
—¡El rey es sabio! —dijeron nuevamente al mismo tiempo. Siendo más formales que lo habitual.
JiYong procedio a levantarse con un pergamino en las manos. —Hace dos días en un interrogatorio llevado a cabo por el general primero del ejército de Scarlanding Jung Hoseok, se recaudo que una mujer identificada como Lee fue la encargada de llevar información sobre el castillo a los miembros del ejército rebelde. Su misión era eliminar al rey administrándole veneno en el té y posteriormente en el vino, esta información empata con la investigación hecha por Yesung general especial hace algún tiempo donde interrogó a un boticario. Se encontró una botella pequeña de veneno en el consorte de las concubinas, este estaba en las cosas de Park Rosé por lo que creemos que eran cómplices, Kim UmJi prima de su alteza dijo haber visto en la cantina de la plaza central donde acostumbraban a reunirse algunos rebeldes a Lee Ailee, ahora ella está esperando a su condena, su alteza su sabiduría nos guiará.
SeokJin miró de reojo a Namjoon quien apretó los puños. —¿Algo que agregar?
—Señor, debemos averiguar sobre el ejército—dijo Seungri con astucia—. Creemos que ella pudo asesinar a Park Rosé.
—No tenemos pruebas contra eso—contrarresto JiYong—. Aquí lo más importante es que ella está esperando un hijo de su alteza.
—Ni siquiera sabemos si es su hijo—dijo Vernon con seriedad.
—¿Y si lo es? —cuestionó Leeteuk con una ceja alzada—. No podemos ignorar ese hecho.
—¿Jin? —preguntó Namjoon serio.
SeokJin le miró, en esos momentos, él no sabía qué decir, aquella podía ser la oportunidad perfecta para de hacerse de ella, pero, él no era así, no podía condenarla sabiendo que posiblemente ella llevaba un hijo con sangre real, aunque lo odiaba, no podía ser cruel, sino comportarse como un rey, diplomático.
—Ellos tienen razón, puede que ese niño lleve tu sangre, deberemos actuar con cuidado, primero las interrogaciones.
—Bien—dijo Namjoon con furia—. Lee Ailee es condenada a muerte, será colgada después de las interrogaciones y del nacimiento del niño, si este no tiene rasgos míos, morirá también.
—¡El rey es sabio! —respondieron antes de hacer una reverencia hacia ellos.
SeokJin miró alarmado a Namjoon quien se levantó y salió de la sala dejando a todos en completo silencio, JiYong le miró y con un gesto le indicó que saliera detrás de su sobrino.
—¡Namjoon espera! —dijo casi corriendo detrás de él.
Caminaron hasta la oficina de este,y cuando llegaron se encerraron. —Ahora no Jin, por favor, vete.
—¿De verdad lo vas a hacer? Eso es atroz, sólo le das esos castigos a los asesinos y soldados de guerra, no a una mujer ¡No siquiera sabemos que fue ella! ¿Y si fue su hermana? —preguntó desesperado sin entender por qué defendía a alguien que no conocía.
—¡Ailee confeso! No dejaré que nadie se burle de mi—gruñó, golpeo con el puño la pared haciendo que SeokJin se encogiera en su lugar—. ¡Yo soy el que manda aquí, este es mi reino y deben de respetar lo que yo digo, hasta tu!
Levantó una ceja. —Estas actuando desde el coraje, no estas analizando la situación, Namjoon te estas equivocando, y ese bebé, puede que sea tu hijo.
—No SeokJin, ellos son los que se equivocaron si pensaban que podían salirse con la suya ¡Intentaron matarme! ¿No lo entiendes?
Tragó en seco tras escuchar eso, era verdad, debería estar aliviado de haber encontrado al culpable, pero por alguna razón su corazón no se sentía tranquilo. Namjoon vio su silencio y se acercó a él, con cuidado como si temiera asustarlo le tomó de las mejillas juntando sus frentes, SeokJin podía sentir su respiración sobre sus labios, estaba mortificado.
—Por favor, en estos momentos te necesito SeokJin ¿Podrías apoyarme a mi? —suplicó con voz rota—. No soy un monstruo sin corazón, me duele más de lo que te imaginas.
—Está bien—dijo inseguro, intentando no darle otro significado a esas palabras.
—Gracias mi amor, cuando esto termine te prometo que las cosas se calmarán, todo será como antes—prometió.
Él sólo pudo asentir, porque sabía que lo que decía no era verdad, nada volvería a ser como antes. Nada.
LeeHi estaba cayendo en una desesperación terrible, lloraba empuñando sus manos, el esfuerzo insano que estaba realizando hizo que su vientre doliera, se encorvo gimiendo, sollozo asustada, aún llevaba pijama por lo que al ver su regazo se dio cuenta de que estaba sangrando. Tapo su boca evitando gritar, el dolor no se aminoraba, lloraba desconsolada. Todo estaba acabado para ella y para su hermana.
Abrió las piernas estando sentada en el piso, toco su intimidas sintiendo ganas de pujar, lloro mordiendo una almohada para pujar, su bebé no debía nacer, no en esas circunstancias. La puerta se abrió porque sus lamentos fueron escuchados, Jisoo se quedó pasmada mirando la escena, con una ceja alzada la observó.
—Por...favor no digas nada—susurró sollozando del dolor.
Jisoo miró afuera y al no ver a nadie cerca cerró la puerta y entró, se sentó frente a ella tomando sus rodillas, estaba pasmada y actuaba por instinto, no sabía por qué la ayudaba, pero no quiso dejarla sola.
—Hazlo—susurró sosteniendo una de sus manos ensangrentadas, se quito la bata y la puso bajo sus piernas—Puja LeeHi.
Con el corazón en la mano, los sueños destruidos bajo sus pies y la culpa golpeando su cabeza pujo, desechando todo lo que amaba en ese mundo, tenía tanto miedo, Jisoo lloraba al ver a la chica en ese estado. De repente esta pujo tan fuerte que su aliento se fue, se quedo en silenció apoyando la cabeza en la cama, todo había terminado, con las manos temblorosas Jisoo tomo al bulto muerto y lo vio, a pesar de la sangre que rodeaba al pequeño cuerpo pudo ver algo y eso era que ese bebé no era del rey.
—LeeHi—susurró mirando a la chica que trataba de recuperarse.
—Morire desangrada—dijo con una media sonrisa.
Jisoo dejó de lado el bebé y checo a la chica. —Para tu mala suerte el sangrado se detuvo, estas bien.
Sollozo con más fuerza. —Nooo.
—Cállate, Ailee está allá sufriendo por tu maldita culpa, todo para protegerte, ahora vas a ser una verdadera mujer y te vas a levantar, tenemos que deshacernos del cuerpo.
—¿Dónde? —preguntó limpiando sus lágrimas.
—Lo vamos a enterrar en el laberinto, tenemos que ser rápidas, quítate esa ropa la vamos a enterrar también, no tenemos tiempo, le diré a mi dama la muda esa—ordenó tratando de levantarse—. Será malditamente cómico ver a quien nunca ha levantado un dedo en su vida, a una recién parida y una sirvienta muda cavar un hoyo, lo bueno es que es pequeño ¿Cuanto tenías?
—Seis meses—susurró—. O siete, no lo recuerdo—dijo con la mirada perdida.
—¿De quién es? —preguntó con una ceja alzada—. ¿Te metiste con un esclavo? El niño es mestizo.
LeeHi abrazó el pequeño bulto con lagrimas en los ojos. —Con un capataz—mintió—. ¿Por qué me estas ayudando?
—No lo sé—susurró tocando su estómago que se había revuelto de ver el desastre de sangre y al pequeño niño muerto.
Pero Jisoo lo hacía porque sabía bien lo que era cometer un terrible crimen y llevar las manos manchadas de sangre al igual que la conciencia. Ambas eran unas traidoras, ambas eran unas asesinas.
Salieron del palacio, cuidando no ser vistas, algunos de los guardias custodiaban la puerta principal, pero en ese tiempo, LeeHi había descubierto una portezuela que estaba escondida en el gabinete de la cocina, no sabía el uso que le daban, pero era sencillo salir por ahí, ambas caminaron con cautela, temiendo ser descubiertas.
—Por aquí—susurró LeeHi, quien estaba adolorida y quien cargaba en brazos el cuerpo inerte del bebé, no tenía tiempo para llorarle como era debido, porque en esos momentos ocultar la verdad era mucho más importante y crucial.
Bajaron unos escalones que iban a los jardines, a una parte del laberinto que no era visitada, donde las rosas estaban perdiendo su color, la dama de Jisoo llevaba una pala, y ella, caminaba decidida.
—Aquí, es en la entrada y así podrás encontrarlo—se volvió a su dama y com señas, le indicó que comenzará a cavar—. Era varón, yo quería un varón.
LeeHi quien lloraba la miró. —¿De verdad no quieres a tu hija?
—Que la quiera o no, no cambia nada—se encogió de hombros—. Es mejor que este lejos de mí. Yo no nací para criar niños.
—Pero aún así querías darle un hijo al rey—soltó en voz baja.
—Claro, porque quiero lo que todas ustedes querían, pero que eran demasiado idiotas para admitirlo, el poder—miró a la nada sombría—. Pero, ahora, eso no importa.
—¿Crees que Namjoon perdonará la vida de mi hermana? —susurró con voz contenida.
—¿Quieres la verdad? —le preguntó con una ceja alzada—. La realidad es que no, ella morirá, así que como pago, tú debes de sobrevivir.
—Ella no hizo nada—negó una y otra vez—. Ella no hizo nada malo.
—Lo sé—asintió—. Tú eres la traidora ¿Verdad?
LeeHi le observó con una mueca, cautelosa, no confiaba en Jisoo. —Yo...
—No sabes mentir, no te preocupes, no diré nada.
—¿Qué quieres a cambio? Tú no das pasos en falso.
—Tú no tienes nada que me pueda interesar—se encogió de hombros—. Bueno, tal vez sí.
—Dime LeeHi ¿Conoces la Villa Kim?
Los tres restantes se los subo mañana por la mañana, para que descansen :3 gracias por leer, votar y comentar los amo ❤️
N.E. Vamos bien hasta el momento, siguen capítulos nuevos
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