20
SeokJin esperaba nervioso en aquella sala común, sus manos que tomaban la taza de té con precisión estaban frías, sus ojos viajaban por las palabras en aquel libro, unas que realmente no eran leídas, sólo intentaba despejar su mente, pero, era imposible. Había pasado una semana desde que se despidió de Namjoon después de haber salido de prisión, y el vacío que había estado en su interior desde el día que descubrió que su cuento de hadas era una mentira, estaba acrecentándose, de tal manera que dolía como si la herida fuera reciente, estaba seguro que aún había mucho que odiaba de Namjoon, sin embargo, no iba a negar que algo en él le atraía de forma indescriptible.
No ayudaba que Namjoon le mandará rosas, dulces y telas todos los días, siempre acompañados de una nota donde pedía formalmente verlo, le parecía absurdo siendo que en dos ocasiones había irrumpido en su palacio sin invitación, sin embargo, no dejaba de sonreír al ver aquellas notas, porque entendía que Namjoon estaba siguiendo el protocolo con él después de años, hacia las cosas de la manera correcta, como la reina le había enseñado.
Pero, aunque apreciaba el gesto, aunque le gustara la forma en la que su salón se veía con aquellas flores, sabía, que como estas, el encanto duraría un tiempo antes de marchitarse por completo, no confiaba en Namjoon, no podía confiar en él, porque la sombra del pasado estaba sobre ellos, jugaban un juego en donde ninguno era capaz de poner las cartas sobre la mesa y ser honesto, seguían alargando la partida y a ese paso, se agotarían sus recursos y ninguno saldría vencedor.
—Mi señor—dijo una de sus sirvientas entrando, esta hizo una reverencia y habló sin mirarlo—. El rey está aquí.
—Hazlo pasar—dijo con un suspiro, no le sorprendía, realmente pensaba que la paciencia de Namjoon había llegado a otro extremo esa semana, dejó el libro y la taza de té sobre la mesa, arregló un poco su traje color escarlata y su cabello, no podía verse, pero estaba seguro de que se veía bien.
Se levantó cuando la puerta se escuchó, miró a Namjoon impecable como siempre en un traje color chocolate, ambos hicieron una reverencia, poco después se quedaron solos y volvieron a mirarse.
—¿Sin respuesta? —preguntó Namjoon con una ceja alzada, no estaba molesto, podía verlo por la ligera sonrisa que se asomaba en sus labios, la misma que se volvió más brillante cuando se dio cuenta que la habitación estaba adornada con las flores que había mandado—. ¿Te gustaron?
—Las flores son hermosas—asintió—. Hay que apreciar su belleza mientras dure, creí que tirarlas era desperdiciarlas, no creas cosas que no son. No lo hice por ti.
Namjoon rio por lo bajo. —Yo sé que no lo harías por mí o por lo menos no lo admitirías.
—¿Por qué la insistencia? —preguntó sentándose—. Toma asiento. ¿Quieres tomar algo?
—No—dijo mirándolo fijamente.
La mirada que le dio, fue ensombrecedora, no comprendió su cambio hasta que algo comenzó a sonar en su mente insistentemente. —¿Piensas que fui yo?
—Jin ¿Tú me envenenaste?
SeokJin bufó, le observó como si hubiese dicho la peor de las ofensas. —¿Crees que lo hice?
—Cuando vine, en todas las ocasiones, tenías un frasco cerca del vino, el primer día había dos vasos servidos, y el gotero cerca, ¿Pusiste algo en mis bebidas?
—No—respondió con seguridad sin apartar la mirada de sus ojos—. Son gotas para dormir, planeaba ponerlas en tu copa para que te quedaras dormido. Y así...
—No acostarte conmigo—susurró con una máscara de seriedad—. ¿Por qué no culminaste tu plan?
—No lo sé—dijo con un nudo en la garganta—. Pero, no te lastimaría, si lo hubiera querido hacer, lo hubiese hecho, pero no Namjoon, mi plan nunca ha sido verte muerto, eres un mal esposo, pero nunca has sido un mal rey.
Namjoon suspiró y asintió. —Está bien.
—¿Es todo lo que vas a decir? —cuestionó con una ceja alzada.
—¿Qué más quieres que te diga? ¿Qué no te creo? Te creo.
—Pudiste haber usado esto, pudiste decir al consejo que yo te había envenenado, ellos me habrían condenado y te tuvieras deshecho de mí, incluso antes, para hacerme daño, pudiste decir que tenía un hijo con otro, y ellos hubiesen permitido que lo matarás o alejaras de mí porque no comparte tu sangre, pudiste hacer esto, pero callaste ¿Por qué?
—¿Quieres que lo haga? Aún puedo hacerlo.
—Sólo quiero que me digas por qué, no te entiendo, nunca he llegado a hacerlo, dime la razón por la cual estás protegiéndome ante el consejo.
Namjoon se puso de pie, Jin hizo lo mismo, porque sabía que lo que este estaba haciendo era huir. Vio como se movía como león enjaulado, se quedó quieto. Podía dejarlo de lado, no insistir, pero necesitaba saberlo.
—¿Por qué Namjoon? Me has dicho una y otra vez que me aborreces, que me odias, que sientes asco estando a mi lado, a tus ojos soy un traidor y lo que quieres es que te deje libre el camino para que la hagas a ella tu esposa, sin embargo, cuando tienes la oportunidad de hundirme no lo haces ¿Por qué Namjoon?
—No vine hasta aquí para hablar de esto, Jin para.
—Tiene que haber una explicación, tú Kim Namjoon nunca haces algo a la ligera siempre hay una razón, dime cuál es esa, tengo derecho a saberlo.
—¿Qué es lo que quieres? ¿Quieres que vaya al consejo y te acuse? ¿Qué deje que lleven a ese niño al orfanato? Puedo hacerlo, así que para con tus cuestionamientos innecesarios SeokJin.
—Y tú para tus amenazas sin sentido—reto con la mirada—. Sabes que merezco que me digas el por qué, sólo quiero eso.
Namjoon suspiró frustrado. —¿Por qué quieres saberlo? No tiene ningún sentido. Lo sabes bien, sólo dejemos esta conversación aquí.
—Porque no lo entiendo, siempre hablas de lo mucho que me odias, pero, me proteges, ¿Por qué lo haces? —se plantó frente a él, mirándolo de manera indulgente—. Sólo dilo, podré contra cualquier cosa. ¿Qué es lo que quieres?
—Dejemos esto Jin.
—¿Por qué te cuesta tanto darme una razón? ¡¿Qué ocultas?!
Namjoon le observó fijamente, con una desesperación en los ojos que SeokJin no pudo comprender. —¡Cállate!
—¡Sólo dilo Namjoon! ¡¿Por qué me estás ayudando?!
—¡Porque te amo!
Aquel grito trató consigo un silencio sepulcral, era como si el tiempo se hubiera detenido, SeokJin abrió mucho los ojos y le observó como si lo que hubiese dicho fuera una confesión del peor de sus crímenes, Namjoon al darse cuenta de que había dicho en voz alta su mayor secreto retrocedió un paso, ambos estaban perplejos.
Namjoon no había podido olvidarlo, aún estando rodeado de hermosas mujeres, de excesos y lujos, jamás, en ningún momento había olvidado aquellos ojos castaños que le hacían suspirar, de amor, temor y rencor, todas las emociones que SeokJin le causaba eran tan frenéticas y vivaces, que las sentía como un torbellino, no confiaba en él, ni mucho menos en él mismo, pero seguía sintiendo ese instinto protector, y ese amor abrasador, que había despertado con fuerza desde el momento en que se volvieron a ver.
—Eso no tiene...—susurró SeokJin descolocado.
—Sé que no tiene sentido, créeme que lo sé, jamás ha tenido sentido que nosotros nos amemos, o que yo te este diciendo esto—desvió la mirada a la ventana—. No elegí esto, intenté olvidarte, pero ahora que te volví a ver, me doy cuenta que soy un fracaso, porque no hay forma que haya olvidado el recuerdo de tu sonrisa o tus ojos, porque maldita sea, sigues siendo el mismo.
—Pero...—susurró contrariado estaba confundido—. Tú Namjoon, tú fuiste quien terminaste todo.
—Lo sé—empuñó las manos y cerró los ojos por un momento antes de decidir volverse a mirarlo—. Porque aunque te ame, aunque este sentimiento haya sobrevivido al tiempo, al rencor y al dolor, yo...
—No digas nada—soltó con el corazón desbocado.
—La razón por la cual vine no fue para esto—aclaró su garganta—. Convoque a una junta con el consejo en dos días, quiero que estés ahí, es importante.
—¿Ocurre algo? —preguntó preocupado—. ¿Por qué has convocado una reunión de repente?
Namjoon le miró de una forma que a SeokJin se le erizó la piel. —Me dijiste que querías que te concediera tu libertad y es algo que haré, le anunciaremos al consejo que nos dovorciaremos formalmente.
SeokJin boqueo, pero no dijo nada, porque era algo que él también había decidido, entonces ¿Por que se sentía herido?
—También viajaré a Dahlia a hablar con el Marqués Kim, tu padre, rogaré perdón por la falta y le pediré que te reciba de nuevo junto a tus hijos, no perderás los beneficios de la corona, tendrás una vida acomodada y la protección necesaria, desapareceré de tu vida.
SeokJin tragó en seco, desvió la mirada hacia abajo y mordió su labio inferior. —¿Y después te casarás con mi hermana? Por fin te saliste con la tuya.
—Te dejaré libre Jin, es más de lo que has pedido, te lo voy a conceder, pero lo que pase con nosotros después ya no es asunto del otro.
—¿Es está tu forma de amar?
—Sí—asintió con una mueca—. Porque sé que no te he hecho feliz y que estás atado a una vida miserable a mi lado, es por eso, que he decidido dejarte ir ¿No es esa una muestra de mi afecto?
—No tienes que mentir, si quieres terminar esto sólo por seguir con tu plan...entonces...
—Cumpliré mi promesa hasta el final Jin, te protegeré, pero eso también me incluye a mí.
Capitulo completamente nuevo, la trama está cambiando mucho
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