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18

Jackson miraba a su rey esperando, este había entrado en una especie de trance después de escuchar que su alteza estaba preso. Movió el pie con insistencia, por un momento creyó que Kim Namjoon sería injusto y lo dejaría en ese lugar, de ser así perdería todo el respeto que le tiene. 

—¿Cómo llego ahí? —preguntó al cabo de unos minutos—. ¿Quien es el responsable de tan infame orden?

DongWook se mantuvo al margen de la discusión, él no debería meterse en esos problemas, al contrario estaba al pendiente de las reacciones de su rey, su deber era mantenerlo estable, más si este acababa de despertar después de haber estado días inconsciente, mirando sus expresiones y la agilidad de su pensamiento pudo darse cuenta que si su señor estaba siendo envenenado, la droga que le habían dado no era del todo mortal, a menos que no le hayan dado la dosis correcta, quien estaba detrás de eso era inexperto. 

—Alguien de la corte real pensó que su señoría era el culpable, usted enfermó después de volver a verlo y cayó inconsciente mientras hacía una visita al palacio de las rosas—explicó Jackson mirándolo fijamente.

—No me veas así—entrecerró los ojo—. ¿Crees que lo dejaré ahí? 

—Yo no he dicho nada mi señor—se apresuro a decir.

—Es imposible que haya sido Jin—dijo sin nota de duda en la voz, levantó sus cobijas y miró sus piernas débiles—. Tenemos que ir por él, después me encargaré del consejo. Ayúdame.

—Mi señor, no es conveniente que se levante—interrumpió el doctor de inmediato ganándose una mirada dura de parte de los dos hombres—. Su cuerpo aún está débil.

Namjoon sonrió ladino, con todas sus fuerzas—que no eran muchas—bajo las piernas, estas estaban entumecidas debido a la inactividad, creía que caería, se sentía mal, pero no podía dejar pasar aquella tarea.

—Llama a una de las sirvientas, quiero asearme, queiro cambiarme y quiero ir por mi esposo.

Jackson asintió sorprendido por su elección de palabras. —Lo haré mi señor—dijo antes de abandonar la habitación.

Una vez solos Namjoon miró a su doctor. —¿Qué fue? 

—No es algo que haya visto antes, pero conozco a una persona que sé me guiará, no se preocupe mi señor, esto esta en plena confidencialidad, sin embargo quiero pedirle que mantenga prudencia, aunque ha despertado su cuerpo no se encuentra en condiciones.

—Lo entiendo, pero tampoco puedo quedarme en cama, mucho menos después de esto—dijo refiriéndose al problema del consejo—. No es la comida, un mozo la prueba por mi, el té me lo traen mis concubinas, ellas...

—¿Confía en ellas? —preguntó con una ceja alzada.

—Han estado años a mi lado ¿Por qué querer matarme en estos momentos? Son débiles, sé que ellas no se atreverían—suspiró cerrando los ojos—. Te doy tres días para averiguar qué esta pasando.

—Sí mi señor—dijo con una reverencia. Tenía trabajo que hacer. 

Namjoon no abrió los ojos, ni siquiera cuando escuchó la puerta ser cerrada, estaba pensativo, aquello no era más que una situación extraña donde no sabía la manera en que debía actuar, porque él sabía quien era el culpable. Pero no habló.














Namjoon mentiría si dijera que las nauseas y el mareo no empeoraban mientras caminaba por aquel lúgubre pasillo. Su abuelo había muerto envenenado, así que comprendía a la perfección que era necesario andarse con cuidado, pero si su traidor le miraba débil se aprovecharía, la desesperación hace caer a la ratas al río, esperaría pacientemente, necesitaba encontrar la manera de manejar la situación.

Llegaron a la última celda de aquel frío calabozo, los guardias que se encontraban en el lugar le miraron asombrados, Jackson les dio la orden de abrir y estos de inmediato obedecieron. NamJoon se adentro sin esperar, miró alrededor y a pesar de que la luz era escasa pudo ver a SeokJin dormido en esa incomoda cama, ni siquiera podía ser llamada como tal. De inmediato se acercó, no podía verlo, pero al tocarlo se dio cuenta de lo frío que estaba, le acarició la frente y parte de la mejilla ¿Qué estaba haciendo? Todo había ido mal desde el momento en el que se rencontraron, a esas alturas intuía que una fuerza superior trataba de alejarlos, suspiró sentándose en el borde, tenía que despertarlo y sacarlo de aquel horrible lugar, pero el recuerdo de su pesadilla llegó a su mente de manera violenta. No era estúpido, sabía bien que cometió una equivocación al haber tratado a Jin de aquella manera, pero no podía regresar el tiempo y aún necesitaba explicaciones. 

—Jin despierta—dijo moviendo parte de su brazo—Anda.

El insistente movimiento hizo que SeokJin abriera los ojos, a primera instancia no pudo ver nada  pero a medida que su vista se fue acostumbrando observó al hombre que estaba a su lado. De inmediato se sentó con los ojos abiertos al igual que la boca, no supo en realidad que sentimientos se resguardaban en su interior, había una nota de alivió pero también molestia, Namjoon esperaba paciente su reacción, pero nada le preparo para sentir un fuerte golpe en el hombro derecho, SeokJin le miraba con reproche. 

—¡Eres un idiota Namjoon! De todos los lugares donde pudiste casi morir eliges mi casa ¡¿Estás loco?! —gruñó colérico.

—Oh lo lamento—dijo con sarcasmo—. La próxima vez que muera lo haré en los prados para no molestar a nadie.

—Por favor—bufó.

Ambos se observaron a los ojos, en menos de lo que imaginaron sus brazos ya estaban rodeándose. SeokJin se aferraba a su cuello de la misma manera en que Namjoon lo hacía con su cintura, se sintieron tranquilos, con aquel sentimiento secreto que hacía a sus corazones saltar de emoción. Los ojos de Jin se cristalizaron arrepentido de repente de lo que había hecho. 

—Sálgamos de aquí—susurró Namjoon en su oído—. Apestas.

—Te odio—susurró de vuelta.

—Lo sé Jin. 














La tina caliente le dio una satisfacción sobrehumana, su cuerpo se sentía entumecido y el agua ayudaba con aquellos nudos que se habían hecho en su espalda, suspiró de placer, pero esto no duro mucho porque volvió a sentir aquel tirón conocido en su pecho, llevo la mano ahí, después de la carta, que le dio a Mark a guardar y del té que no fue capaz de tomar se dijo a sí mismo que estaba cansado, que aquello se le había salido de las manos, juró que su salía de ese lugar se apartaría, Jisoo podía quedarse al lado de Namjoon si eso le garantizaba que podría vivir tranquilo. 

Salió a regañadientes del agua y se vistió con el atuendo que una de las damas había preparado para él, le sorprendió que este le quedará a la perfección siendo que hace años que no pisaba el castillo, se maravilló encontrar que todo parecía ser lo mismo. Salió del baño, la habitación en la que estaba era la misma que había compartido con Namjoon, en ella se encontraban un cúmulo de recuerdos, tanto buenos como atroces. Miró a Namjoon quien lo esperaba sentado cerca de la ventana cerrada, lo había pedido como favor porque sus ojos aún no se acostumbraban a la luz brillante del exterior. 

—¿Cómo estuvo el baño? —preguntó mirándolo fijamente mientras se acercaba.

—Perfecto—suspiró sentándose frente a él, le miró con una copa de alcohol en la mano y chasqueo la lengua—. No deberías beber tan descuidadamente ¿Sabes qué es lo que te paso?

—No—respondió con simpleza, pero con una nota de algo más en la voz.

—Eso es malo, podrías estar muriendo...Podría suceder en cualquier momento.

—Eso sería maravilloso para ti ¿No? —respondió a la defensiva levantando una ceja molesto. 

—Sí, pero no para el reino—bufó—. Me he preocupado por ti, eso no es mentira.

—¿De verdad? —dijo riendo como si lo que hubiera dicho Jin fuera lo más gracioso del mundo—. No puedo creerlo.

—Sigues siendo mi esposo—respondió serio.

—Y el padre de tu hija—atacó.

SeokJin negó. —Ella no tiene padre. 

—Bien—desvió la mirada—. ¿Has pensado ya en esto? Nosotros no podemos estar juntos ¿No lo entiendes? Somos un maldito desastre y esto es un asco, me da pena lo que sucedió y créeme que me haré cargo, pero Jin, el destino nos ha dicho de mil maneras que no pertenecemos el uno al otro.

—Lo sé, es por eso que me jure que si salía de ese lugar lo primero que te diría es que acepto, quiero disolver el matrimonio, con la condición de que me dejes completamente en paz, quiero regresar a mis tierras, permanecer con mi padre, no quiero que mis hijos vivan cerca del castillo, puedes casarte con Jisoo y criar a tu hijo, de verdad no me importa, renuncio a todo Namjoon.  

El mayor le observó nuevamente impresionado, había imaginado que SeokJin sacaría las garras como siempre, diciéndole que no iba a renunciar a su puesto, había asegurado que esa conversación acabaría de esa manera, no estaba preparado para escucharlo y mucho menos para observar como sus ojos brillaban con decisión. 

—¿Estás seguro? —preguntó con una ceja alzada—. No sabes hacer nada ¿Cómo sobrevivirás sin el dinero de la corona? Tener el titulo de rey es lo único que te hace especial Jin, no seamos idiotas me necesita más de lo que yo te necesito. 

El corazón de Jin dolió, mordió su labio inferior sintiendo mucho dolor, este le regreso a la realidad, no podía dejar que Namjoon jugara con sus sentimientos como siempre lo había hecho, no era un niño ingenuo. 

—No me importa, hasta puedo ser un chico de compañía—se encogió de hombros con una sonrisa—. Mi rostro es hermoso al igual que mi cuerpo, créeme que ni mis hijos, ni yo moriremos de hambre.

El rostro de Namjoon se endureció  —No creo que embarazado puedas hacerlo, olvidas que en este momento puedes estar cargando a mi hijo. 

SeokJin le lanzo una mirada fría, Namjoon trago por la profundidad de sus ojos, estaban hiriéndose y competían para ver quien tenía el poder.

—Té de cohosh negro con canela—sonrió ladino soltando aquellas palabras sin temor—. Tú hijo Namjoon ya no existe—mintió—. ¿Crees que de verdad quería tener un hijo contigo? ¿Después del desgraciado que has sido desde hace cinco años? Me humillaste, me violaste, me golpeaste, me exiliaste y me remplazaste. Viví amarrado a ti y ahora lo único que deseo es alejarme de tus malditas garras, porque de verdad lo mereces, tú y Jisoo son flores plantadas en el mismo campo, tan parecidos y despreciables, quiero ver como te hundes, deseo verte llorar sangre cariño. Esos días en ese horrible calabozo me hizo reflexionar, si quiero vivir tranquilo debo alejarme de ti, no te quiero, no te amo y siento tanto asco por ti. 

Namjoon se puso de pie al mismo tiempo que SeokJin, se acercó a él con rabia y levantó la mano, Jin podía verlo temblar.

—¿Me vas a pegar? —rio—. Cariño ya no soy un niño, todo lo que me des te lo voy a regresar, podre salir muerto de esta habitación pero tú no te irás sin ningún rasguño, te odio Kim Namjoon, odio a tu asquerosa familia y odio lo que me has hecho—gruñó colérico.

—¡¿Quién te crees para hablarme así?!

—Tu esposo—dijo con vehemencia—. Después de vivir en tu porquería, después de perder dos hijo yo no caeré en tus manos, no me importa lo que tenga que luchar me iré ¡Eres un asco!

Namjoon entrecerró los ojos. —¿Dos hijos? ¿De qué mierda estas hablando?

—De nada—gruñó con los brazos cruzados.

—No sé de qué te quejas—caminó alejándose de él porque estaba seguro de que lo golpearía y no quería hacerlo, no iba a perder el control—. Fuiste tú quien me traicionó, fuiste tú el primero que dejó de lado sus votos para acostarse con alguien más.

El cuerpo entero de SeokJin tembló, no pudo aguantarlo más y sollozo, estaba dolido que todo eso haya tenido que pasar porque Namjoon no fue capaz de confiar en él. Lo odiaba por siempre poner la palabra de los demás sobre la suya.

—¡Fui violado maldito imbécil! —gritó con todas sus fuerzas.

Namjoon se quedó atónito, porque SeokJin jamás le había dicho algo como eso, jamás habían tomado el tema, la sangre huyó de su cuerpo y sus manos comenzaron a temblar. Le observó fijamente, para ver si encontraba alguna pista de mentira, pero no era así, lo conocía muy bien para saber que no estaba mintiendo.

—¿Quien? —fue lo único que pudo susurrar, mientras sus manos se cerraban en puños.

SeokJin limpió sus lágrimas y bajo la mirada avergonzado. —Nadie 

El rey negó, se acerco rápidamente y le tomó de los hombros, SeokJin negaba tratando de safarse de su agarre, pero Namjoon era más fuerte, aún así intentó por todos los medios no lastimarlo.

—Dime SeokJin, por favor dímelo—suplicó.  

—No...ya no importa—sollozo mirándolo—. Sólo déjame ir, has de tu vida lo que quieras, pero devuélveme mi libertad. Déjame ser feliz con mis hijos, por favor. 

Namjoon vio el dolor en sus ojos y trago, lo abrazó con todas sus fuerzas, siendo correspondido, SeokJin estaba sufriendo y un sin fin de preguntas estaban en su cabeza ¿Cuál era la verdad? 

—Lo haré, te daré la disolución Jin. Te daré tu libertad.












SeokJin entró a su palacio corriendo, gritó alertando a las damas quienes salieron en su encuentro con una sonrisa llena de felicidad, en los brazos de Irene venía su bebé quien al verlo lloro y alzó sus manos hacia a él. 

Lo tomó en brazos y comenzó a besarle y decirle que estaba ahí, YeonJun a pesar de no comprender nada, se aferró a su cuello. Joy salió de una de las habitaciones con Tzuyu del brazo, al verlo la niña corrió hacia ellos.

La abrazó con fuerza sintiendo su corazón nuevamente vivo, amaba tenerlos, eran su todo, pero ¿Por qué ese abrazo le parecía tan cercano a Namjoon? 






































Jajaja a veces me dan risa algunos comentarios, hay personas que quieren que el Namjin sufra pero cuando lo hago sufrir me piden piedad ¡¿Qué clase de bipolaridad es esa?! Bien, tal vez estén decepcionadas de esto pero es que no se hacer personas malas ;( 😅

¿Cuál es su reicito favorito? a mi la verdad me gustan los tres, Jimin es muy dulce pero impulsivo, Tae es callado pero decidido y Jinnie es la diva la perra jjajaj ok no, me gusta hacer este personaje porque no se anda con rodeos. 😋

Espero irme rápido pero estoy disfrutando de los detalles :D ❤️

💚💚




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